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viernes, 15 de abril de 2022

Sábado 21 mayo 2022, Sábado de la V semana de Pascua o santos Cristóbal Magallanes, presbítero, y compañeros, mártires, memoria libre.

SOBRE LITURGIA

EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL "PASTORES GREGIS"
DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II

Con la castidad al servicio de una Iglesia que refleja la pureza de Cristo


21. «Recibe este anillo, signo de fidelidad, y permanece fiel a la Iglesia, Esposa santa de Dios». Con estas palabras del Pontifical Romano de la Ordenación [90], se invita al Obispo a tomar conciencia de que asume el compromiso de reflejar en sí mismo el amor virginal de Cristo por todos sus fieles. Está llamado ante todo a suscitar entre ellos relaciones recíprocas inspiradas en el respeto y la estima propias de una familia donde florece el amor en el sentido de la exhortación del apóstol Pedro: «Amaos unos a otros de corazón e intensamente. Mirad que habéis vuelto a nacer, y no de un padre mortal, sino de uno inmortal, por medio de la Palabra de Dios viva y duradera» (1 P 1, 22).

Mientras con su ejemplo y su palabra exhorta a los cristianos a ofrecer sus cuerpos como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios (cf. Rm 12, 1), recuerda a todos que «la apariencia de este mundo pasa» (1 Co 7, 31), y por esto se debe vivir «aguardando la feliz esperanza» del retorno glorioso de Cristo (cf. Tt 2, 13). En particular, en su solicitud pastoral está cercano con su afecto paterno a cuantos han abrazado la vida religiosa con la profesión de los consejos evangélicos y ofrecen su precioso servicio a la Iglesia. Además, sostiene y anima a los sacerdotes que, llamados por la divina gracia, han asumido libremente el compromiso del celibato por el Reino de los cielos, recordándoles a ellos y a sí mismo las motivaciones evangélicas y espirituales de dicha opción, tan importante para el servicio del Pueblo de Dios. En la Iglesia actual y en el mundo, el testimonio del amor casto es, por un lado, una especie de terapia espiritual para la humanidad y, por otro, una denuncia de la idolatría del instinto sexual.

En el contexto social actual, el Obispo debe estar particularmente cercano a su grey, y ante todo a sus sacerdotes, atento paternalmente a sus dificultades ascéticas y espirituales, dándoles el apoyo oportuno para favorecer su fidelidad a la vocación y a las exigencias de una ejemplar santidad de vida en el ejercicio del ministerio. Además, en los casos de faltas graves y sobre todo de delitos que perjudican el testimonio mismo del Evangelio, especialmente por parte de los ministros de la Iglesia, el Obispo ha de ser firme y decidido, justo y sereno. Debe intervenir en seguida, según establecen las normas canónicas, tanto para la corrección y el bien espiritual del ministro sagrado, como para la reparación del escándalo y el restablecimiento de la justicia, así como por lo que concierne a la protección y ayuda de las víctimas.

Con su palabra y su actuación atenta y paternal, el Obispo cumple el compromiso de ofrecer al mundo la verdad de una Iglesia santa y casta en sus ministros y en sus fieles. Actuando de este modo, el pastor va delante de su grey como hizo Cristo, el Esposo, que entregó su vida por nosotros y dejó a todos el ejemplo de un amor puro y virginal y, por eso mismo, también fecundo y universal.

Animador de una espiritualidad de comunión y de misión

22. En la Carta apostólica Novo millennio ineunte he subrayado la necesidad de «hacer de la Iglesia la casa y la escuela de la comunión» [91]. Esta observación ha tenido amplio eco y ha sido recogida en la Asamblea sinodal. Obviamente, el Obispo es el primero que, en su camino espiritual, tiene el cometido de ser promotor y animador de una espiritualidad de comunión, esforzándose incansablemente para que ésta sea uno de los principios educativos de fondo en todos los ámbitos en que se modela al hombre y al cristiano: en la parroquia, asociaciones católicas, movimientos eclesiales, escuelas católicas o los oratorios. De modo particular el Obispo ha de cuidar que la espiritualidad de comunión se favorezca y desarrolle donde se educan los futuros presbíteros, es decir, en los seminarios, así como en los noviciados y casas religiosas, en los Institutos y en las Facultades teológicas.

Los puntos más importantes de esta promoción de la espiritualidad de comunión los he indicado sintéticamente en la misma Carta apostólica. Ahora es suficiente añadir que el Obispo ha de alentarla de manera especial en su presbiterio, como también entre los diáconos, los consagrados y las consagradas. Lo ha de hacer en el diálogo y encuentro personal, pero también en encuentros comunitarios, por lo que debe favorecer en la propia Iglesia particular momentos especiales para disponerse mejor a la escucha de «lo que el Espíritu dice a las Iglesias» (Ap 2, 7.11, etc.). Así ocurre en los retiros, ejercicios espirituales y jornadas de espiritualidad, como también con el uso prudente de los nuevos instrumentos de comunicación social, si eso fuere oportuno para una mayor eficacia.

Para un Obispo, cultivar una espiritualidad de comunión quiere decir también alimentar la comunión con el Romano Pontífice y con los demás hermanos Obispos, especialmente dentro de la misma Conferencia Episcopal y Provincia eclesiástica. Además, para superar el riesgo de la soledad y el desaliento ante la magnitud y la desproporción de los problemas, el Obispo necesita recurrir de buen grado, no sólo a la oración, sino también a la amistad y comunión fraterna con sus Hermanos en el episcopado.Tanto en su fuente como en su modelo trinitario, la comunión se manifiesta siempre en la misión, que es su fruto y consecuencia lógica. Se favorece el dinamismo de comunión cuando se abre al horizonte y a las urgencias de la misión, garantizando siempre el testimonio de la unidad para que el mundo crea y ampliando la perspectiva del amor para que todos alcancen la comunión trinitaria, de la cual proceden y a la cual están destinados. Cuanto más intensa es la comunión, tanto más se favorece la misión, especialmente cuando se vive en la pobreza del amor, que es la capacidad de ir al encuentro de cada persona, grupo y cultura sólo con la fuerza de la Cruz, spes unica y testimonio supremo del amor de Dios, que se manifiesta también como amor de fraternidad universal.

[90] Ordenación episcopal: Imposición del anillo.
[91] N. 43: AAS 93 (2001), 296.


CALENDARIO

21 SÁBADO. Hasta la Hora Nona: 
SÁBADO DE LA V SEMANA DE PASCUA o SANTOS CRISTÓBAL MAGALLANES, presbítero, y compañeros, mártires, memoria libre

Misa
de sábado (blanco) o de la memoria (rojo).
MISAL: para el sábado ants. y oracs. props. / para la memoria 1.ª orac. prop. y el resto del común de mártires (para vv. mártires en TP) o del sábado; Pf. Pasc. o de la memoria.
LECC.: vol. II.
- Hch 16, 1-10.
Pasa a Macedonia y ayúdanos.
- Sal 99. R. Aclama al Señor, tierra entera.
- Jn 15, 18-21. No sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo.
o bien:
cf. vol. IV.

Liturgia de las Horas: oficio de sábado o de la memoria.

Martirologio: elogs. del 22 de mayo, pág. 321.
CALENDARIOS: Misioneros Oblatos de María Inmaculada: San Eugenio de Mazenod, obispo (S).
Santiago de Compostela y Zaragoza: Santos Torcuato y compañeros, mártires (MO).
Segorbe-Castellón: Santos obispos de la diócesis (MO).
Canónigos Regulares de Letrán: San Ivo de Chartes, obispo (MO).
Dominicos: Beato Jacinto María Cormier, presbítero (MO).

21 SÁBADO. Después de la Hora Nona:
SEXTA SEMANA DE PASCUA
Segunda semana del Salterio
Misa
vespertina del VI Domingo de Pascua (blanco).
Liturgia de las Horas: I Vísp. del oficio dominical. Comp. Dom. I.

TEXTOS MISA

Sábado de la V Semana de Pascua.

Antífona de entrada Col 2, 12
Por el bautismo fuisteis sepultados con Cristo, y habéis resucitado con él por la fe en la fuerza de Dios, que lo resucitó de entre los muertos. Aleluya.
Consepúlti estis Christo in baptísmo, in quo et resurrexístis per fidem operatiónis Dei, qui suscitávit illum a mórtuis, allelúia.

Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, que, por la regeneración bautismal, te has dignado comunicarnos la vida del cielo, ayuda a llegar, conducidos por ti, a la plenitud de la gloria a quienes has santificado y hecho capaces de la inmortalidad. Por nuestro Señor Jesucristo.
Omnípotens aetérne Deus, qui nobis regeneratióne baptísmatis caeléstem vitam conférre dignátus es, praesta, quaesumus, ut, quos immortalitátis éfficis iustificándo capáces, usque ad plenitúdinem glóriae, te moderánte, pervéniant. Per Dóminum.

En la memoria:
21 de Mayo
Santos Cristóbal Magallanes, presbítero, y compañeros, mártires

Oración colecta propia. Resto del común de varios mártires en Tiempo Pascual.

Antífona de entrada Mt 25, 34

Venid vosotros, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Aleluya.
Veníte, benedícti Patris mei, percípite regnum, quod vobis parátum est ab orígine mundi, allelúia.
O bien: Cf. Ap 7, 13-14
Estos, que están vestidos con vestiduras blancas, son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero. Aleluya.
Isti, qui amícti sunt stolis albis, hi sunt qui venérunt ex magna tribulatióne, et lavérunt stolas suas in sánguine Agni, allelúia.

Monición de entrada
Conmemoramos hoy a san Cristóbal Magallanes, presbítero, y a sus compañeros, mártires, que, perseguidos en diversas regiones de México por odio al nombre de Cristo Rey y a la Iglesia católica, alcanzaron la corona del martirio el año 1927

Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno que a san Cristóbal Magallanes, presbítero, y a sus compañeros los hiciste fieles a Cristo Rey hasta el martirio, concédenos, por su intercesión, que, perseverando en la confesión de la fe verdadera, podamos adherirnos siempre a los mandatos de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo.
Omnípotens aetérne Deus, qui beátos Christóphorum, presbyterum, et sócios Christo Regi usque ad martyrium fidéles effecísti, eórum intercessióne nobis concéde, ut, in verae fídei perseverántes confessióne amóris tui mandátis semper inhaerére valeámus. Per Dóminum.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Sábado de la V semana de Pascua (Lec. II).

PRIMERA LECTURA Hch 16, 1-10
Pasa a Macedonia y ayúdanos

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles.

En aquellos días, Pablo llegó a Derbe y luego a Listra. Había alli un discipulo que se llamaba Timoteo, hijo de una judía creyente, pero de padre griego. Los hermanos de Listra y de Iconio daban buenos informes de él. Pablo quiso que fuera con él y, puesto que todos sabían que su padre era griego, por consideración a los judíos de la región, lo tomó y lo hizo circuncidar.
Al pasar por las ciudades, comunicaban las decisiones de los apóstoles y presbíteros de Jerusalén, para que las observasen. Las iglesias se robustecían en la fe y crecían en número de día en día.
Atravesaron Frigia y la región de Galacia, al haberles impedido el Espíritu Santo anunciar la palabra en Asia. Al llegar cerca de Misia, intentaron entrar en Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo consintió. Entonces dejaron Misia a un lado y bajaron a Tróade.
Aquella noche Pablo tuvo una visión: se le apareció un macedonio, de pie, que le rogaba: «Pasa a Macedonia y ayúdanos».
Apenas tuvo la visión, inmediatamente tratamos de salir para Macedonia, seguros de que Dios nos llamaba a predicarles el Evangelio.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 99, 1-2. 3. 5 (R.: 1)
R.
 
Aclama al Señor, tierra entera.
Iubiláte Dómino, omnis terra.
O bien: Aleluya.

V. Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores.
R. Aclama al Señor, tierra entera.
Iubiláte Dómino, omnis terra.

V. Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
R. Aclama al Señor, tierra entera.
Iubiláte Dómino, omnis terra.

V. El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.
R. Aclama al Señor, tierra entera.
Iubiláte Dómino, omnis terra.

Aleluya Col 3, 1
R. 
Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Si habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. R.
Si consurrexístis cum Christo, quæ sursum sunt, quærite, ubi Christus est in déxtera Dei sedens.

EVANGELIO Jn 15, 18-21
No sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo
 
Lectura del santo Evangelio según san Juan.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros.
Si fuerais del mundo, el mundo os amaría como cosa suya, pero como no sois del mundo, sino que yo os he escogido sacándoos del mundo, por eso el mundo os odia.
Recordad lo que os dije: “No es el siervo más que su amo”. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.
Y todo eso lo harán con vosotros a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

San Agustín, In Ioannem tract., 87. 
Esto lo dice a toda la Iglesia, a la que con frecuencia llama mundo, según aquel pasaje de San Pablo a los de Corinto ( 2Cor 5, 19): "Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo". Todo el mundo, pues, es la Iglesia, y todo el mundo aborrece a la Iglesia. El mundo detesta al mundo: el mundo enemigo, al mundo convertido; el mundo condenado, al mundo salvado; el mundo corrompido, al mundo purificado. Es, pues, de preguntar, si los malos persiguen también a los malos, como cuando los reyes y jueces impíos, a pesar de ser perseguidores de los buenos, castigan también a los homicidas y adúlteros. Y ¿cómo debe entenderse lo que el Señor dice: "Si fueseis del mundo, el mundo amaría lo que es suyo", sino porque el mundo está en aquellos que castigan los delitos y en los que los cometen? El mundo, pues, aborrece lo que es suyo en la parte que castiga a los delincuentes. Y aun lo que es suyo en aquella que favorece a los crímenes. Si se quiere saber cómo se ama a sí mismo el mundo de perdición que aborrece la redención: amando con falso, no con verdadero amor, porque ama lo que le perjudica. Aborrece la naturaleza y ama el vicio. Esta es la razón por qué se nos prohibe amar lo que él ama y se nos manda amar lo que él aborrece. En fin, debemos detestar en él el vicio y amar lo natural. Y para que no perteneciesen a este mundo reprobado, fueron por lo mismo los discípulos elegidos; no por sus méritos (porque ninguna obra buena había precedido de parte suya) ni tampoco por naturaleza (la cual enteramente había sido viciada en su misma raíz) sino por gracia. Y así dice: Pero como no sois del mundo, sino que yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.

Oración de los fieles
Oremos al Señor, que por el agua del bautismo nos ha engendrado a una vida nueva.
- Por la Iglesia que sufre persecución. Roguemos al Señor.
- Por los gobernantes y todos los que tienen autoridad en la sociedad civil y en la Iglesia. Roguemos al Señor.
- Por los enfermos, los pobres, los abatidos y los marginados. Roguemos al Señor.
- Por todos nosotros y por nuestra comunidad cristiana. Roguemos al Señor.
Señor, Dios todopoderoso, atiende benigno nuestras súplicas. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración sobre las ofrendas
Acoge, Señor, con bondad las ofrendas de tu familia, para que, bajo tu protección, no pierda los dones ya recibidos y alcance los eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oblatiónes famíliae tuae, quaesumus, Dómine, súscipe miserátus, ut, sub tuae protectiónis auxílio, et colláta non perdant, et ad aetérna dona pervéniant. Per Christum.

PLEGARIA EUCARÍSTICA IV.

Antífona de comunión Jn 17, 20-21

Padre, por ellos ruego, para que todos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado, dice el Señor. Aleluya.
Pater, pro eis rogo, ut ipsi in nobis unum sint, ut credat mundus quia tu me misísti, dicit Dóminus, allelúia.

Oración después de la comunión

Guarda, Señor, con tu amor constante a los que has salvado, para que los redimidos por la pasión de tu Hijo se alegren con su resurrección. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Contínua, quaesumus, Dómine, quos salvásti pietáte custódi, ut, qui Fílii tui passióne sunt redémpti, eius resurrectióne laeténtur. Qui vivit et regnat in saecula saeculórum.

En la memoria:
Oración sobre las ofrendas
Al celebrar la muerte preciosa de tus santos, te ofrecemos, Señor, aquel sacrificio del que el martirio recibe todo el fundamento. Por Jesucristo, nuestro Señor.
In tuórum, Dómine, pretiósa morte iustórum, sacrifícium illud offérimus, de quo martýrium sumpsit omne princípium. Per Christum.

PLEGARIA EUCARÍSTICA IV

Antífona de la comunión Cf. Ap 2, 7
Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida que está en el paraíso de Dios. Aleluya.
Vincénti dabo édere de ligno vitæ, quod est in paradíso Dei mei, allelúia.
O bien: Cf. Sal 32, 1
Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos.
Gaudéte, iusti, in Dómino; rectos decet collaudátio, allelúia.

Oración después de la comunión
Al celebrar en este banquete divino el triunfo celestial de los santos mártires N. y N., concede, Señor, la victoria a quienes comen aquí el Pan vivo, y permite a los vencedores gustar del árbol de la vida en el paraíso. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Beatórum mártyrum N. et N. cæléstem victóriam divíno convívio celebrántes, te, Dómine, depóscimus, ut panem vitæ hic edéntes des víncere, et vincéntes des édere de ligno vitæ in paradíso. Per Christum.

MARTIROLOGIO

Elogios del día 22 de mayo
Santa Joaquina de Vedruna, madre de familia, que en Barcelona, en España, educó piadosamente a sus nueve hijos y, una vez viuda, fundó el Instituto de de Hermanas Carmelitas de la Caridad. Soportó con ánimo tranquilo toda clase de sufrimientos hasta su muerte, que ocurrió por contagio del cólera. (1854)
Santa Rita, religiosa, que, casada con un hombre violento, toleró pacientemente sus crueldades y logró  reconciliarlo con Dios. Después de morir su marido y sus hijos, ingresó en el monasterio de la Orden de San Agustín en Casia, lugar de Umbría, en Italia, y dio a todos un ejemplo sublime de paciencia y compunción. (c. 1457)
3. En África, santos Casto y Emilio, mártires, los cuales, según escribe san Cipriano, aunque vencidos en una primera batalla, el Señor los restituyó victoriosos en un segundo combate, para que fuesen más fuertes frente a las llamas, ante las que habían cedido la primera vez, y finalmente consumaron su sacrificio por el fuego. (203)
4. En Gumenek, en el Ponto, hoy Turquía, san Basilisco, obispo y mártir. (s. IV)
5. En la región italiana de Córcega, conmemoración de santa Julia, virgen y mártir. (s. inc.)
6*. En el territorio de Aire-sur-le-Lys, en Aquitania, Francia actualmente, santa Quiteria, virgen. (s. inc.)
7. En Angulema, también en Aquitania, san Ausonio, considerado el primer obispo de esta ciudad. (s. IV/V)
8*. En Limoges, de nuevo en Aquitania, san Lupo, obispo, que aprobó la carta de fundación del monasterio de Solignac. (637)
9*. En Parma, en Emilia-Romaña, en Italia, san Juan, abad, que, atendiendo a las recomendaciones de san Máyolo de Cluny, dispuso muchas normas para promover la observancia monástica en su cenobio. (s. X)
10. En Pistoya, en la región también italiana de Toscana, san Atón, obispo, que había sido abad en la Orden de Vallumbrosa y luego fue puesto al frente de esta Iglesia. (c. 1153)
11*. En Florencia, de nuevo en Toscana, beata Humildad (Rosana), que, con el consentimiento de su esposo, vivió recluida durante doce años, y después, con permiso del obispo, edificó un monasterio, del que fue abadesa y asoció a la Congregación benedictina de Vallumbrosa. (1310)
12*. En Londres, en Inglaterra, beato Juan Forest, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores y mártir, que en tiempo del rey Enrique VIII, por defender la unidad católica consumó el martirio en la plaza de Smithfield, en Londres, donde fue quemado vivo junto con imágenes sagradas de madera. (1538)
13*. En la ciudad de Kori, en Japón, beatos Pedro de la Asunción, de la Orden de los Hermanos Menores, y Juan Bautista Machado, presbíteros y mártires, que, por ejercer su ministerio de forma clandestina, fueron decapitados por quienes odiaban la fe cristiana. (1617)
14*. En Omura, también en Japón, beato Matías de Arima, mártir y catequista, que fue torturado hasta la muerte por no querer delatar a ningún misionero. (1620)
15. En Annam, en el actual Vietnam, san Miguel Ho Dihn Hy, mártir, que siendo mandarín, alto funcionario del emperador y catequista, al ser delatado como cristiano murió decapitado después de atroces tormentos. (1857)
16. En la ciudad de An-Xá, en Tonkín, hoy también Vietnam, santo Domingo Ngon, mártir, padre de familia y labrador, que al exigirle los soldados que pisotease una cruz, se postró y la adoró, y así profesó valientemente ante el juez que era cristiano, por lo que fue decapitado de inmediato. (1862)
17*. En Luca, en la región de Toscana, en Italia, beata María Dominica Bruna Barbantini, religiosa, fundadora de la Congregación de las Hermanas Ministras de los Enfermos de San Camilo. (1868)

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