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Domingo 4 diciembre 2022, II Domingo de Adviento, ciclo A.

Plegaria Eucarística IV.

PLEGARIA EUCARÍSTICA IV

137. No está permitido cambiar el prefacio de esta plegaria eucarística por razón de la estructura de la plegaria, que presenta un sumario de la historia de la salvación.
V. El Señor esté con vosotros.
Dóminus vobíscum.
R. Y con tu espíritu.
Et cum spíritu tuo.
V. Levantemos el corazón.
Sursum corda.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Habémus ad Dóminum.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Grátias agámus Dómino Deo nostro.
R. Es justo y necesario.
Dignum et iustum est.
En verdad es justo darte gracias, y deber nuestro glorificarte, Padre santo, porque tú eres el único Dios vivo y verdadero que existes desde siempre y vives para siempre; luz sobre toda luz.
Porque tú solo eres bueno y fuente de vida, hiciste todas las cosas para colmarlas de tus bendiciones y alegrar su multitud con la claridad de tu gloria.
Por eso, innumerables ángeles en tu presencia, contemplando la gloria de tu rostro, te sirven siempre y te glorifican sin cesar.
Y con ellos también nosotros, llenos de alegría, y por nuestra voz, las demás criaturas, aclamamos tu nombre cantando:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
Vere dignum est tibi grátias ágere, vere iustum est te glorificáre, Pater sancte, quia unus es Deus vivus et verus, qui es ante saecula et pérmanes in aetérnum, inaccessabilem lucem inhábitans;
sed et qui unus bonus atque fons vitae cuncta fecísti, ut creatúras tuas benedictiónibus adimpléres multásque laetificáres tui lúminis claritáte.
Et ídeo coram te innúmerae astant turbae angelórum, qui die ac nocte sérviunt tibi et, vultus tui glóriam contemplántes, te incessánter gloríficant.
Cum quibus et nos et, per nostram vocem, omnis quae sub caelo est creatúra nomen tuum in exsultatióne confitémur, canéntes:
Sanctus, Sanctus, Sanctus Dóminus Deus Sábaoth. Pleni sunt caeli et terra glória tua. Hosánna in excélsis. Benedíctus qui venit in nómine Dómini. Hosánna in excélsis.

138. El sacerdote, con las manos extendidas, dice:
Te alabamos, Padre santo, porque eres grande, porque hiciste todas las cosas con sabiduría y amor.
A imagen tuya creaste al hombre y le encomendaste el universo entero, para que, sirviéndote sólo a ti, su creador, dominara todo lo creado.
Confitémur tibi, Pater sancte, quia magnus es et ómnia ópera tua in sapiéntia et caritáte fecísti.
Hóminem ad tuam imáginem condidísti, eíque commisísti mundi curam univérsi, ut, tibi soli Creatóri sérviens, creatúris ómnibus imperáret.

Y cuando por desobediencia perdió tu amistad, no lo abandonaste al poder de la muerte, sino que, compadecido, tendiste la mano a todos, para que te encuentre el que te busca.
Et cum amicítiam tuam, non oboediens, amisísset, non eum dereliquísti in mortis império. Omnibus enim misericórditer subvenísti, ut te quaeréntes invenírent.

Reiteraste, además, tu alianza a los hombres; por los profetas los fuiste llevando con la esperanza de salvación.
Sed et foedera plúries homínibus obtulísti eósque per prophétas erudísti in exspectatióne salútis.

Y tanto amaste al mundo, Padre santo, que, al cumplirse la plenitud de los tiempos, nos enviaste como salvador a tu único Hijo.
Et sic, Pater sancte, mundum dilexísti, ut, compléta plenitúdine témporum, Unigénitum tuum nobis mítteres Salvatórem.

El cual se encarnó por obra del Espíritu Santo, nació de María la Virgen, y así compartió en todo nuestra condición humana menos en el pecado; anunció la salvación a los pobres, la liberación a los oprimidos y a los afligidos el consuelo.
Qui, incarnátus de Spíritu Sancto et natus ex María Vírgine, in nostra condiciónis forma est conversátus per ómnia absque peccáto; salútem evangelizávit paupéribus, redemptiónem captívis, maestis corde laetítiam.

Para cumplir tus designios, él mismo se entregó a la muerte, y, resucitando, destruyó la muerte y nos dio nueva vida.
Ut tuam vero dispensatiónem impléret, in mortem trádidit semetípsum ac, resúrgens a mórtuis, mortem destrúxit vitámque renovávit.

Y porque no vivamos ya para nosotros mismos, sino para él, que por nosotros murió y resucitó, envió, Padre, desde tu seno al Espíritu Santo como primicia para los creyentes, a fin de santificar todas las cosas, llevando a plenitud su obra en el mundo.
Et, ut non ámplius nobismetípsis viverémus, sed sibi qui pro nobis mórtuus est atque surréxit, a te, Pater, misit Spíritum Sanctum primítias credéntibus, qui, opus suum in mundo perfíciens, omnem sanctificatiónem compléret.

139. Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:
Por eso, Padre, te rogamos que este mismo Espíritu santifique, Señor, estas ofrendas,
Quaesumus ígitur, Dómine, ut idem Spíritus Sanctus haec múnera sanctificáre dignétur,
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:
para que se conviertan en el Cuerpo y + la Sangre de Jesucristo, nuestro Señor,
ut Corpus et + Sanguis fiant Dómini nostri Iesu Christi
Junta las manos.
Y así celebremos el gran misterio que nos dejó como alianza eterna.
ad hoc magnum mystérium celebrándum, quod ipse nobis relíquit in foedus aetérnum.

140. En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse claramente y con precisión, como lo requiere la naturaleza de las mismas palabras.
Porque él mismo, llegada la hora en que había de ser glorificado por ti, Padre santo, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.
Ipse enim, cum hora venísset ut glorificarétur a te, Pater sancte, ac dilexísset suos qui erant in mundo, in finem diléxit eos:
Y, mientras cenaba con sus discípulos,
et cenántibus illis
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó pan, te bendijo, lo partió y se lo dio, diciendo:
accépit panem, benedíxit ac fregit, dedítque discípulis suis, dicens:
Se inclina un poco.
TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.
ACCÍPITE ET MANDUCATE EX HOC OMNES: HOC ESTE ENIM CORPUS MEUM, QUOD PRO VOBIS TRADETUR.
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora, haciendo genuflexión.

141. Después prosigue:
Del mismo modo,
Símili modo
Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó el cáliz lleno del fruto de la vid, te dio gracias, y lo pasó a sus discípulos diciendo:
accípiens cálicem, ex genímine vitis replétum,grátias egit, dedítque discípulis suis, dicens:
Se inclina un poco.
TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR MUCHOS PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.
ACCÍPITE ET BÍBITE EX EO OMNES: HIC EST ENIM CALIX SÁNGUINIS MEI NOVI ET AETÉRNI TESTAMENTI, QUI PRO VOBIS ET PRO MULTIS EFFUNDETUR IN REMISSIONEM PECCATORUM.
HOC FÁCITE IN MEAM COMMEMORATIONEM.
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora, haciendo genuflexión.

142. Luego dice:
Éste es el Misterio de la fe.
Mystérium fídei.
O bien:
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!
Mortem tuam annuntiámus, Dómine, et tuam resurrectiónem confitémur, donec vénias.
O bien:
Aclamemos el Misterio de la fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas.
Quotiescúmque manducámus panem hunc et cálicem bíbimus, mortem tuam annuntiámus, Dómine, donec vénias.
O bien:
Proclamemos el Misterio de la fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Sálvanos, Salvador del mundo, que nos has liberado por tu cruz y resurrección.
Salvátor mundi, salva nos, qui per crucem et resurrectiónem tuam liberásti nos.

143. Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:
Por eso, Padre, al celebrar ahora el memorial de nuestra redención, recordamos la muerte de Cristo y su descenso al lugar de los muertos, proclamamos su resurrección y ascensión a tu derecha; y, mientras esperamos su venida gloriosa, te ofrecemos su Cuerpo y su Sangre, sacrificio agradable a ti y salvación para todo el mundo.
Unde et nos, Dómine, redemptiónis nostrae memoriále nunc celebrántes, mortem Christi eiúsque descénsum ad ínferos recólimus, eius resurrectiónem et ascensiónem ad tuam déxteram profitémur, et, exspectántes ipsíus advéntum in glória, offérimus tibi eius Corpus et Sánguinem, sacrifícium tibi acceptábile et toti mundo salutáre.

Dirige tu mirada sobre esta Víctima que tú mismo has preparado a tu Iglesia, y concede a cuantos compartimos este pan y este cáliz, que, congregados en un solo cuerpo por el Espíritu Santo, seamos en Cristo víctima viva para alabanza de tu gloria.
Réspice, Dómine, in Hóstiam, quam Ecclésiae tuae ipse parásti, et concéde benígnus ómnibus qui ex hoc uno pane participábunt et cálice, ut, in unum corpus a Sancto Spíritu congregáti, in Christo hóstia viva perficiántur, ad laudem glóriae tuae.

Y ahora, Señor, acuérdate de todos aquellos por quienes se ofrece este sacrificio: de tu servidor el Papa N., de nuestro obispo N.,
Nunc ergo, Dómine, ómnium recordáre, pro quibus tibi hanc oblatiónem offérimus: in primis fámuli tui, Papae nostri N., Epíscopi nostri N.,
[Aquí se puede hacer mención del obispo coadjutor o de los obispos auxiliares: del obispo coadjutor (auxiliar) N. o bien: y de sus obispos auxiliares. El obispo, cuando celebra en su diócesis, dice: de mí, indigno siervo tuyo, o bien, cuando celebra un obispo que no es el ordinario diocesano, dice: de mi hermano N., obispo de esta Iglesia de N., de mí, indigno siervo tuyo,]
del orden episcopal y de los presbíteros y diáconos, de los oferentes y de los aquí reunidos,
et Episcopórum órdinis univérsi, sed et totíus cleri, et offeréntium, et circumstántium,

Intercesiones particulares
En la misa de Pascua, de su octava y en el bautismo:
de los neófitos [N. y N.] que hoy has hecho renacer del agua del Espíritu Santo,*
En la misa de la confirmación:
de tus hijos [N. y N.], que hoy has confirmado marcándolos con el sello del Espíritu Santo,*
En la misa de primera comunión:
de tus hijos [N. y N.], que por vez primera invitas en este día a participar del Pan de vida y del Cáliz de salvación, en la mesa de tu familia,*
En la misa del matrimonio:
de tus hijos N. y N., que en Cristo hoy han fundado una nueva familia,*

*de todo tu pueblo santo y de aquellos que te buscan con sincero corazón.
et cuncti pópuli tui, et ómnium, qui te quaerunt corde sincéro.

Acuérdate también de los que murieron en la paz de Cristo y de todos los difuntos, cuya fe sólo tú conociste.
Meménto étiam illórum, qui obiérunt in pace Christi tui, et ómnium defunctórum, quorum fidem tu solus cognovísti.

Padre de bondad, que todos tus hijos nos reunamos en la heredad de tu reino, con María, la Virgen Madre de Dios, con su esposo san José, con los apóstoles y los santos; y allí, junto con toda la creación libre ya de pecado y de muerte, te glorifiquemos por Cristo, Señor nuestro,
Nobis ómnibus, fíliis tuis, clemens Pater, concéde, ut caeléstem hereditátem cónsequi valeámus cum beáta Vírgine, Dei Genetríce, María, cum beato Ioseph, eius Sponso, cum Apóstolis et Sanctis tuis in regno tuo, ubi cum univérsa creatúra, a corruptióne peccáti et mortis liberáta, te glorificémus per Christum Dóminum nostrum,
Junta las manos.
por quien concedes al mundo todos los bienes.
per quem mundo bona cuncta largíris.

144. Toma la patena, con el pan consagrado y el cáliz y, elevándolos, dice:
Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
Per ipsum, et cum ipso, et in ipso, est tibi Deo Patri omnipoténti, in unitáte Spíritus Sancti, omnis honor et glória per ómnia saecula saeculórum.
El pueblo aclama:
Amén.

Después sigue el rito de comunión.

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