Entrada destacada

Domingo 4 diciembre 2022, II Domingo de Adviento, ciclo A.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Formularios para la Misa exequial, fuera de tiempo pascual.

Difuntos y exequias
MISAS DE DIFUNTOS

I. EN LAS EXEQUIAS

A. Fuera del tiempo pascual

Antífona de entrada Cf. 4 Esd 2, 34-35
Señor, dales el descanso eterno y brille sobre ellos la luz eterna.
Réquiem aetérnam dona eis, Dómine, et lux perpétua lúceat eis.

Oración colecta
Dios Padre omnipotente, nuestra fe confiesa que tu Hijo ha muerto y ha resucitado; por este misterio, concede bondadoso a tu siervo N., que se ha dormido en el Señor, alegrarse de resucitar por él. Él, que vive y reina contigo.
Deus, Pater omnípotens, cuius Fílium mórtuum fuísse et resurrexísse fides nostra fatétur, concéde propítius, ut hoc mystério fámulus tuus N., qui in illo dormívit, per illum resúrgere laetétur. Qui tecum.
O bien:
Oh, Dios, siempre dispuesto a la misericordia y al perdón, escucha nuestras súplicas por tu siervo N., a quien has llamado [hoy] a tu presencia, y, porque en ti creyó y esperó, condúcelo a la patria verdadera para que goce contigo de las alegrías eternas. Por nuestro Señor Jesucristo.
Deus, cui próprium est miseréri semper et párcere, te súpplices exorámus pro fámulo tuo N., quem (hódie) ad te migráre iussísti, ut, quia in te sperávit et crédidit, concédas eum ad veram pátriam perdúci, et gáudiis pérfrui sempitérnis. Per Dóminum.

Oración sobre las ofrendas
Te presentamos, Señor, estas ofrendas implorando de tu bondad la salvación de tu siervo N.; concédele que tu Hijo Jesucristo, del que no dudó fuese su Salvador, sea para él Juez misericordioso. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Pro fámuli tui N. salúte hóstias tibi, Dómine, supplíciter offérimus tuam cleméntiam deprecántes, ut, qui Fílium tuum pium Salvatórem esse non dubitávit, misericórdem Iúdicem invéniat. Qui vivit et regnat in saecula saeculórum.

PREFACIO I DE DIFUNTOS
La esperanza de la resurrección en Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
En él brilla la esperanza de nuestra feliz resurrección; y así, aunque la certeza de morir nos entristece, nos consuela la promesa de la futura inmortalidad.
Porque la vida de tus fieles, Señor, no termina, se transforma; y, al deshacerse nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo.
Por eso, con los ángeles y arcángeles, tronos y dominaciones, y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus: per Christum Dóminum nostrum.
In quo nobis spes beátae resurrectiónis effúlsit, ut, quos contrístat certa moriéndi condício, eósdem consolétur futúrae immortalitátis promíssio.
Tuis enim fidélibus, Dómine, vita mutátur, non tóllitur, et, dissolúta terréstris huius incolátus domo, aetérna in caelis habitátio comparátur.
Et ídeo cum Angelis et Archángelis, cum Thronis et Dominatiónibus, cumque omni milítia caeléstis exércitus, hymnum glóriae tuae cánimus, sine fine dicéntes:
R. Santo, Santo, Santo...

PLEGARIA EUCARÍSTICA III.

Antífona de la comunión Cf. 4 Esd 2, 35-34
Brille, Señor, sobre ellos la luz eterna; vivan con tus santos por siempre, porque tú eres compasivo. Señor, dales el descanso eterno y brille sobre ellos la luz eterna; vivan con tus santos por siempre, porque tú eres compasivo.
Lux aetérna lúceat eis, Dómine, cum Sanctis tuis in aetérnum, quia pius es. Réquiem aetérnam dona eis, Dómine, et lux perpétua lúceat eis, cum Sanctis tuis in aetérnum, quia pius es.

Oración después de la comunión
Señor y Dios, por el sacramento del Cuerpo de tu Hijo que nos dejó como viático, te pedimos en tu bondad que nuestro hermano N. llegue a la mesa eterna de Cristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Dómine Deus, cuius Fílius in sacraménto Córporis sui viáticum nobis relíquit, concéde propítius, ut per hoc frater noster N. ad ipsam Christi pervéniat mensam aetérnam. Qui vivit et regnat in saecula saeculórum.


B. Fuera del tiempo pascual

Antífona de entrada
El Señor le abra las puertas del paraíso para que pueda volver a aquella patria donde no hay muerte, donde permanece la alegría sin fin.
Apériat ei Dóminus paradísi iánuam, ut ad illam pátriam revertátur, ubi mors non est, ubi aetérnum gáudium persevérat.

Oración colecta
Oh, Dios, misericordia de los pecadores y felicidad de tus santos, al cumplir [hoy] el deber humano de dar sepultura al cuerpo de tu siervo N., te pedimos le des parte en el gozo de tus elegidos y que, libre de las ataduras de la muerte, pueda presentarse ante ti el día de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.
Deus, misericórdia peccatórum et tuórum beatitúdo Sanctórum, da, quaesumus, fámulo tuo N., cuius depositiónis (hódie) offícia humanitátis persólvimus, cum eléctis tuis beáti múneris portiónem, ut eum, a mortalitátis néxibus absolútum, in die resurrectiónis ante fáciem tuam praesentári concédas. Per Dóminum.
O bien:
Oh, Dios, que has puesto término a la vida presente para abrir las puertas de la eternidad, te suplicamos humildemente que, por la gracia de tu misericordia, escribas el nombre de tu siervo N. en el libro de la vida. Por nuestro Señor Jesucristo.
Deus, qui posuísti praeséntis vitae términum, ut aeternitátis réseres intróitum, te súpplices deprecámur, ut nomen fámuli tui N. in libro vitae miseratiónis tuae gratia iúbeas cónscribi. Per Dóminum.

Oración sobre las ofrendas
Muéstrate propicio, Señor, con tu siervo N., por quien te ofrecemos este sacrificio expiatorio en el día de su sepultura, y, si en algo quedó manchado por la culpa o por debilidad de su condición humana, que tu misericordia le perdone y purifique. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Adésto, Dómine, quaesumus, pro fámulo tuo N., cuius in die depositiónis hoc sacrifícium tibi placatiónis offérimus, ut, si qua ei peccáti mácula inhaesit aut vítium humánum infécit, dono tuae pietátis indúlgeas et abstérgeas. Per Christum.

PREFACIO II DE DIFUNTOS
Cristo ha muerto para nuestra vida
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque él aceptó la muerte, uno por todos, para librarnos del morir eterno; es más, quiso entregar su vida para que todos tuviéramos vida eterna.
Por eso, unidos a los coros angélicos, te alabamos proclamando llenos de alegría:
Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus: per Christum Dóminum nostrum.
Ipse enim mortem unus accépit, ne omnes nos morerémur; immo unus mori dignátus est, ut omnes tibi perpétuo viverémus.
Et ídeo, choris angélicis sociáti, te laudámus in gáudio confiténtes:
R. Santo, Santo, Santo...

PLEGARIA EUCARÍSTICA II.

Antífona de la comunión Flp 3, 20-21
Aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso.
Salvatórem exspectámus Dóminum nostrum Iesum Christum, qui reformábit corpus humilitátis nostrae configurátum córpori claritátis suae.

Oración después de la comunión
Dios todopoderoso, te pedimos por tu siervo N. que [hoy] ha partido de este mundo, para que, purificado por este sacrificio y libre de pecado, lo admitas a las alegrías eternas de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Praesta, quaesumus, omnípotens Deus, ut fámulus tuus N., qui (hódie) de hoc saeculo migrávit, his sacrifíciis purgátus et a peccátis expedítus, resurrectiónis suscípiat gáudia sempitérna. Per Christum.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Formularios para la Misa por varios o todos los difuntos en diversas conmemoraciones.

Difuntos y exequias
MISAS DE DIFUNTOS

III. EN DIVERSAS CONMEMORACIONES.

B. Por varios o por todos los difuntos 1

Antífona de entrada
Señor, dales el descanso eterno y llena sus almas de tu esplendor.
Dona eis, Dómine, réquiem sempitérnam et imple splendóribus ánimas eórum.

Oración colecta
Oh, Dios, que hiciste pasar a tu Unigénito al reino del cielo, una vez vencida la muerte, concede a tus siervos [N. y N.] que, superada su condición mortal, puedan contemplarte para siempre como su creador y redentor. Por nuestro Señor Jesucristo.
Deus, qui Unigénitum tuum, devícta morte, ad caeléstia transíre fecísti, concéde fámulis tuis, (N. et N.), ut, huius vitae mortalitáte devícta, te conditórem et redemptórem possint perpétuo contemplári. Per Dóminum.

Oración sobre las ofrendas
Te pedimos, Señor, que aceptes con bondad los dones que te ofrecemos en favor de las almas de tus siervos, y a quienes concediste el mérito de la fe cristiana dales también la recompensa. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Hóstias, quaesumus, Dómine, quas tibi pro animábus famulórum tuórum offérimus, propitiátus inténde, ut, quibus fídei christiánae méritum contulísti, dones et praemium. Per Christum.

PREFACIO I DE DIFUNTOS
La esperanza de la resurrección en Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
En él brilla la esperanza de nuestra feliz resurrección; y así, aunque la certeza de morir nos entristece, nos consuela la promesa de la futura inmortalidad. Porque la vida de tus fieles, Señor, no termina, se transforma; y, al deshacerse nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo.
Por eso, con los ángeles y arcángeles, tronos y dominaciones, y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus: per Christum Dóminum nostrum.
In quo nobis spes beátae resurrectiónis effúlsit, ut, quos contrístat certa moriéndi condício, eósdem consolétur futúrae immortalitátis promíssio.
Tuis enim fidélibus, Dómine, vita mutátur, non tóllitur, et, dissolúta terréstris huius incolátus domo, aetérna in caelis habitátio comparátur.
Et ídeo cum Angelis et Archángelis, cum Thronis et Dominatiónibus, cumque omni milítia caeléstis exércitus, hymnum glóriae tuae cánimus, sine fine dicéntes:
R. Santo, Santo, Santo...

PLEGARIA EUCARÍSTICA III.

Antífona de comunión 1 Jn 4, 9
Dios envió al mundo a su Unigénito, para que vivamos por medio de él.
Fílium suum Unigénitum misit Deus in mundum, ut vivámus per eum.

Oración después de la comunión
Por este sacrificio que hemos celebrado derrama, Señor, con largueza tu misericordia sobre tus siervos difuntos, y a quienes concediste la gracia del bautismo, dales también la plenitud de los gozos eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Multíplica, Dómine, his sacrifíciis suscéptis, super fámulos tuos defúnctos misericórdiam tuam, et, quibus donásti baptísmi grátiam, da eis aeternórum plenitúdinem gaudiórum. Per Christum.


B. Por varios o por todos los difuntos 2

Antífona de entrada Jn 3, 16
Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Sic Deus diléxit mundum, ut Fílium suum Unigénitum daret; ut omnis qui credit in ipsum, non péreat, sed hábeat vitam aetérnam.

Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, vida de los mortales y gozo de los santos, escucha nuestra oración en favor de tus siervos [N. y N.], para que, libres de las cadenas de la muerte, formen parte de tu reino en la gloria eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.
Omnípotens sempitérne Deus, vita mortálium et exsultátio Sanctórum, te súpplices exorámus pro fámulis tuis (N. et N.), ut, mortalitátis néxibus expedíti, regnum tuum in glória possídeant sempitérna. Per Dóminum.

Oración sobre las ofrendas
Recibe, Señor, en tu bondad, la ofrenda que te presentamos por tus siervos [N. y N.] y por todos los que descansan en Cristo, para que, rotos los lazos de la muerte por este sacrificio singular, merezcan alcanzar la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Pro fámulis tuis (N. et N.) et ómnibus in Christo dormiéntibus hóstiam, Dómine, súscipe benígnus oblátam, ut, per hoc sacrifícium singuláre vínculis mortis exúti, vitam mereántur aetérnam. Per Christum.

PREFACIO II DE DIFUNTOS
Cristo ha muerto para nuestra vida
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque él aceptó la muerte, uno por todos, para librarnos del morir eterno; es más, quiso entregar su vida para que todos tuviéramos vida eterna.
Por eso, unidos a los coros angélicos, te alabamos proclamando llenos de alegría:
Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus: per Christum Dóminum nostrum.
Ipse enim mortem unus accépit, ne omnes nos morerémur; immo unus mori dignátus est, ut omnes tibi perpétuo viverémus.
Et ídeo, choris angélicis sociáti, te laudámus in gáudio confiténtes:
R. Santo, Santo, Santo...

PLEGARIA EUCARÍSTICA I o CANON ROMANO.

Antífona de comunión Flp 3, 20-21
Aguardamos un Salvador: nuestro Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso.
Salvatórem exspectámus Dóminum nostrum Iesum Christum, qui reformábit corpus humilitátis nostrae configurátum córpori claritátis suae.

Oración después de la comunión
Te pedimos, Dios todopoderoso, que la participación en los divinos misterios nos sirva a nosotros de salvación y a las almas de tus siervos, por las que imploramos tu clemencia, les alcance tu perdón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Divína participántes mystéria, quaesumus, omnípotens Deus, ut haec éadem nobis profíciant ad salútem, et animábus famulórum tuórum, pro quibus tuam deprecámur cleméntiam, prosint ad véniam. Per Christum.


B. Por varios o por todos los difuntos 3

Antífona de entrada Ap 14, 13
Bienaventurados los que mueren en el Señor. Que descansen de sus fatigas, porque sus obras los acompañan.
Beáti mórtui, qui in Dómino moriúntur. Amodo requiéscant a labóribus suis: ópera enim illórum sequúntur illos.

Oración colecta
Oh, Dios, en cuya misericordia descansan la almas de los fieles, concede benigno a tus siervos [N. y N.] y a todos los que murieron en Cristo, el perdón de sus pecados, para que, libres de toda culpa, tengan parte en la resurrección de Cristo. Él, que vive y reina contigo.
Deus, cuius miseratióne ánimae fidélium requiéscunt, fámulis tuis (N. et N.) et ómnibus in Christo quiescéntibus da propítius véniam peccatórum, ut, a cunctis reátibus absolúti, Christi tui resurrectióni sociéntur. Qui tecum.

Oración sobre las ofrendas
Mira, Señor, con bondad los dones que te ofrecemos por el eterno descanso de las almas de tus siervos; concédeles, por estos auxilios salvíficos, ser contados para siempre en el número de tus redimidos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Múnera, Dómine, quaesumus, quae pro ánimarum famulórum tuórum réquie offérimus, placátus inténde, ut, per haec salútis humánae subsídia, tuórum número redemptórum sorte perpétua censeántur. Per Christum.

PREFACIO III DE DIFUNTOS
Cristo, salvación y vida
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque él es la salvación del mundo, la vida de los hombres, la resurrección de los muertos.
Por él, los coros de los ángeles adoran tu gloria eternamente, gozosos en tu presencia. Permítenos asociarnos a sus voces cantando con ellos tu alabanza:
Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus: per Christum Dóminum nostrum:
Qui est salus mundi, vita hóminum, resurréctio mortuórum.
Per quem maiestátem tuam adórat exércitus Angelórum, ante conspéctum tuum in aeternitáte laetántium. Cum quibus et nostras voces ut admítti iúbeas, deprecámur, sócia exsultatióne dicéntes:
R. Santo, Santo, Santo...

PLEGARIA EUCARÍSTICA II.

Antífona de comunión
Concede, Señor, el descanso eterno a aquellos en cuyo recuerdo comulgamos el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Pro quorum memória Corpus et Sanguis Christi súmitur, dona eis, Dómine, réquiem sempitérnam.

Oración después de la comunión
Hemos recibido, Señor, los sacramentos de la redención implorando tu clemencia; que, por tu misericordia, nos ayuden a quienes aún vivimos y obtengan el perdón eterno a nuestros difuntos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Súmpsimus, Dómine, redemptiónis sacraménta, tuam cleméntiam obsecrántes, ut, te miseránte, nobis vivéntibus tutélam, et nostris defúnctis véniam sempitérnam obtíneant. Per Christum.


B. Por varios o por todos los difuntos 4

Antífona de entrada Sal 30, 2
A ti, Señor, me acojo: no quede yo nunca defraudado; tú, que eres justo, ponme a salvo.
In te, Dómine, sperávi, non confúndar in aetérnum; in iustítia tua líbera me.

Oración colecta
Oh, Dios, Creador y Redentor de todos los fieles, concede a tus siervos el perdón de todos sus pecados, para que consigan, por estas piadosas súplicas, la misericordia que siempre desearon. Por nuestro Señor Jesucristo.
Fidélium, Deus, ómnium cónditor et redémptor, fámulis tuis remissiónem cunctórum tríbue peccatórum, ut indulgéntiam, quam semper optavérunt, piis supplicatiónibus consequántur. Per Dóminum.

Oración sobre las ofrendas
Ten misericordia, Señor, de tus siervos [N. y N.] por quienes te ofrecemos este sacrificio de reconciliación; y, ya que permanecieron fieles a la fe católica en este mundo, obtengan la recompensa en la vida futura. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Propitiáre, quaesumus, Dómine, fámulis tuis (N. et N.) pro quibus tibi hóstias placatiónis offérimus, et, quia in fide cathólica in hac luce permansérunt, in futúra vita eis retribútio condonétur. Per Christum.

PREFACIO IV DE DIFUNTOS
La vida terrena y la gloria celeste
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Bajo tu poder hemos nacido, con tu libertad nos gobernamos, y por un mandato tuyo a causa del pecado, somos devueltos a la tierra de la que habíamos sido sacados. Y los redimidos por la muerte de tu Hijo, por una señal tuya, seremos despertados a la gloria de su misma resurrección.
Por eso, con los ángeles y con la multitud de los santos, te cantamos el himno de alabanza diciendo sin cesar:
Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus:
Cuius império náscimur, cuius arbítrio régimur, cuius praecépto in terra, de qua sumpti sumus, peccáti lege absólvimur. Et, qui per mortem Fílii tui redémpti sumus, ad ipsíus resurrectiónis glóriam tuo nutu excitámur.
Et ídeo, cum Angelórum atque Sanctórum turba, hymnum laudis tibi cánimus, sine fine dicéntes:
R. Santo, Santo, Santo...

PLEGARIA EUCARÍSTICA II.

Antífona de comunión Cf. Jn 8, 12
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor. El que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
Ego sum lux mundi, dicit Dóminus; qui séquitur me, non ámbulat in ténebris, sed habébit lumen vitae.

Oración después de la comunión
Señor, que nuestras súplicas ayuden a tus siervos, para que les purifiques de toda culpa por este sacrificio, y les hagas partícipes de la salvación eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.
Animábus famulórum tuórum, quaesumus, Dómine, orátio profíciat supplicántium, ut eos, his sacrifíciis, et a peccátis ómnibus éxuas, et aetérnae salvatiónis fácias esse partícipes. Per Christum.


B. Por varios o por todos los difuntos 5

Antífona de entrada Sal 104, 3-4
Que se alegren los que buscan al Señor. Recurrid al Señor y a su poder, buscad continuamente su rostro.
Laetétur cor quaeréntium Dóminum; quaeritis Dóminum et confirmámini, quaerite fáciem eius semper.

Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, Señor de vivos y muertos, que derramas sobre todos tu misericordia, humildemente te suplicamos que aquellos por quienes oramos, consigan, en tu bondadosa clemencia, el perdón de sus pecados, y, felices, gocen contigo alabándote siempre. Por nuestro Señor Jesucristo.
Omnípotens sempitérne Deus, qui vivórum domináris simul et mortuórum, omniúmque miseréris, te supplíciter exorámus, ut, pro quibus effúndimus preces, pietátis tuae cleméntia delictórum suórum véniam consequántur, et de te beáti congáudeant ac te sine fine colláudent. Per Dóminum.

Oración sobre las ofrendas
Oh, Dios, aceptada la ofrenda de este sacrificio, concede a tus siervos [N. y N.] participar en las abundantes riquezas de tu Hijo Jesucristo, para que puedan resucitar con él y ser colocados a su derecha. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Huius sacrifícii, Deus, oblatióne suscépta, da fámulis tuis (N. et N.) abundántiae Christi divitiárum esse partícipes, ut cum eódem Fílio tuo resuscitári váleant et ad eius déxteram collocári. Per Christum.

PREFACIO V DE DIFUNTOS
Nuestra resurrección por medio de la victoria de Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque el ser llamados de nuevo a la vida es obra de tu amor y gracia, ya que, habiendo muerto a causa del pecado, los redimidos por la victoria de Cristo hemos sido llamados con él a la vida.
Por eso, con las virtudes del cielo te aclamamos continuamente en la tierra alabando tu gloria sin cesar:
Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus:
Quia, etsi nostri est mériti quod perímus, tuae tamen est pietátis et grátiae quod, pro peccáto morte consúmpti, per Christi victóriam redémpti, cum ipso revocámur ad vitam.
Et ídeo, cum caelórum Virtútibus, in terris te iúgiter celebrámus, maiestáti tuae sine fine clamántes:
R. Santo, Santo, Santo...

PLEGARIA EUCARÍSTICA III.

Antífona de comunión Sal 30, 17-18
Haz brillar tu rostro sobre tu siervo, sálvame por tu misericordia, Señor, no quede yo defraudado tras haber acudido a ti.
Illúmina fáciem tuam super servum tuum, et salvum me fac in tua misericórdia. Dómine, non confúndar, quóniam invocávi te.

Oración después de la comunión
Escucha, oh, Dios, a tus hijos que han sido alimentados con el sacramento de salvación y, ya que has resucitado de entre los muertos a Cristo tu Unigénito por el Espíritu Santo, concede a tus fieles [N. y N.] la alegría de la vida inmortal. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Exáudi, Deus, tuos sacraménto salútis fílios enutrítos, et, qui Christum Unigénitum tuum per Sanctum Spíritum e mórtuis suscitásti, fidélibus tuis (N. et N.) immortalitátis et vitae concéde laetítiam. Per Christum.


B. Por varios o por todos los difuntos 6

Antífona de entrada Sal 83, 10-11
Fíjate, oh, Dios, escudo nuestro; mira el rostro de tu Ungido. Vale más un día en tus atrios que mil en mi casa.
Réspice, Deus, in fáciem Christi tui, quia mélior est dies una in átriis tuis super míllia.

Oración colecta
Te pedimos, Señor, que concedas la misericordia perpetua a tus siervos difuntos, para que les aproveche eternamente lo que en ti esperaron y creyeron. Por nuestro Señor Jesucristo.
Quǽsumus, Dómine, fámulis tuis defúnctis misericórdiam concéde perpétuam, ut eis profíciat in ætérnum quod in te speravérunt et credidérunt. Per Dóminum.

Oración sobre las ofrendas
Que este sacrificio, Señor, con el que tu Hijo inocente, inmolado por nosotros, quitó todos los pecados del mundo, libre a tus siervos [N. y N.] de todas las culpas propias de la condición humana. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Fámulos tuos (N. et N.) Dómine, ab ómnibus vítiis condiciónis humánæ sacrifícium hoc absólvat, quo peccáta mundi ábstulit univérsa Fílius tuus pro nobis ínnocens immolátus. Qui vivit et regnat in sǽcula sæculórum.

PREFACIO I DE DIFUNTOS
La esperanza de la resurrección en Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
En él brilla la esperanza de nuestra feliz resurrección; y así, aunque la certeza de morir nos entristece, nos consuela la promesa de la futura inmortalidad.
Porque la vida de tus fieles, Señor, no termina, se transforma; y, al deshacerse nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo.
Por eso, con los ángeles y arcángeles, tronos y dominaciones, y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus: per Christum Dóminum nostrum.
In quo nobis spes beátae resurrectiónis effúlsit, ut, quos contrístat certa moriéndi condício, eósdem consolétur futúrae immortalitátis promíssio.
Tuis enim fidélibus, Dómine, vita mutátur, non tóllitur, et, dissolúta terréstris huius incolátus domo, aetérna in caelis habitátio comparátur.
Et ídeo cum Angelis et Archángelis, cum Thronis et Dominatiónibus, cumque omni milítia caeléstis exércitus, hymnum glóriae tuae cánimus, sine fine dicéntes:
R. Santo, Santo, Santo...

PLEGARIA EUCARÍSTICA I o CANON ROMANO

Antífona de comunión Cf. Sal 41, 2-3
Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío; mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo.
Quemádmodum desíderat cervus ad fontes aquárum, ita desíderat ánima mea ad te, Deus: sitívit ánima mea ad Deum fortem vivum.

Oración después de la comunión
Te pedimos, Señor, que tus siervos y cuantos descansan en Cristo participen en la luz eterna, ya que, mientras vivieron en este mundo, recibieron tu sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Invéniant, quǽsumus, Dómine, fámuli tui, omnésque in Christo quiescéntes, lucis ætérnæ consórtium, qui, in hac luce pósiti, tuum consecúti sunt sacraméntum. Per Christum.


B. Por varios o por todos los difuntos 7. Otras oraciones

Antífona de entrada
Señor, dales el descanso eterno y llena sus almas de tu esplendor.
Dona eis, Dómine, réquiem sempitérnam et imple splendóribus ánimas eórum.

Oración colecta
Muéstrate propicio, Señor, con tus siervos [N. y N.], a quienes purificaste en la fuente de la regeneración, y concédeles alcanzar la bienaventuranza de la vida celestial. Por nuestro Señor Jesucristo.
Propitiáre, Dómine, fámulis tuis (N. et N.) ut, quos regeneratiónis fonte mundásti, ad cæléstis vitæ beatitúdinem fácias perveníre. Per Dóminum.

Oración sobre las ofrendas
Al ofrecerte, Señor, este sacrificio por tus siervos [N. y N.], te suplicamos humildemente que te dignes atender nuestros ruegos, para que les concedas tu misericordia eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Pro fámulis tuis (N. et N.) Dómine, tibi sacrifícium offeréntes, súpplices exorámus, ut ad tuam misericórdiam illis conferéndam perpétuam dignánter vota nostra perfícias. Per Christum.

PREFACIO II DE DIFUNTOS
Cristo ha muerto para nuestra vida
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque él aceptó la muerte, uno por todos, para librarnos del morir eterno; es más, quiso entregar su vida para que todos tuviéramos vida eterna.
Por eso, unidos a los coros angélicos, te alabamos proclamando llenos de alegría:
Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus: per Christum Dóminum nostrum.
Ipse enim mortem unus accépit, ne omnes nos morerémur; immo unus mori dignátus est, ut omnes tibi perpétuo viverémus.
Et ídeo, choris angélicis sociáti, te laudámus in gáudio confiténtes:
R. Santo, Santo, Santo...

PLEGARIA EUCARÍSTICA II.

Antífona de la comunión 1 Jn 4, 9
Dios envió al mundo a su Unigénito, para que vivamos por medio de él.
Fílium suum Unigénitum misit Deus in mundum, ut vivámus per eum.

Oración después de la comunión
Después de recibir los sacramentos del cielo, Señor, invocamos humildemente tu clemencia, para que, por este don, tus siervos obtengan el perdón de sus pecados, entren en tu reino y merezcan alabarte eternamente. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Sumptis, Dómine, cæléstibus sacraméntis, tuam cleméntiam humíliter deprecámur, ut fámuli tui, percipiéntes hoc múnere véniam peccatórum, regnum tuum introíre, teque in ætérnum mereántur collaudáre. Per Christum.


B. Por varios o por todos los difuntos 8. Otras oraciones

Antífona de entrada Jn 3, 16
Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Sic Deus diléxit mundum, ut Fílium suum Unigénitum daret; ut omnis qui credit in ipsum, non péreat, sed hábeat vitam ætérnam.

Oración colecta
Te encomendamos, Señor, a tus siervos [N. y N.], para que, muertos en este mundo, vivan para ti, y que tu inmenso amor misericordioso perdone los pecados que cometieron, por fragilidad humana, en su peregrinar sobre la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo.
Tibi, Dómine, commendámus fámulos tuos (N. et N.) ut defúncti sǽculo tibi vivant, et quæ, per fragilitátem carnis, peccáta in mundi conversatióne commisérunt, tu vénia misericordíssimæ pietátis abstérge. Per Dóminum.

Oración sobre las ofrendas
Ten misericordia, Señor, de tus siervos [N. y N.] por quienes te ofrecemos este sacrificio de reconciliación; y ya que en esta vida fueron fieles a ti, reciban contigo una piadosa recompensa. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Propitiáre, quǽsumus, Dómine, fámulis tuis (N. et N.) pro quibus tibi hóstias placatiónis offérimus, et quia in hac vita tibi mansérunt fidéles, apud te pia illis retribútio donétur. Per Christum.

PREFACIO III DE DIFUNTOS
Cristo, salvación y vida
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque él es la salvación del mundo, la vida de los hombres, la resurrección de los muertos.
Por él, los coros de los ángeles adoran tu gloria eternamente, gozosos en tu presencia. Permítenos asociarnos a sus voces cantando con ellos tu alabanza:
Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus: per Christum Dóminum nostrum:
Qui est salus mundi, vita hóminum, resurréctio mortuórum.
Per quem maiestátem tuam adórat exércitus Angelórum, ante conspéctum tuum in aeternitáte laetántium. Cum quibus et nostras voces ut admítti iúbeas, deprecámur, sócia exsultatióne dicéntes:
R. Santo, Santo, Santo...

Antífona de la comunión Flp 3, 20-21
Aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso.
Salvatórem exspectámus Dóminum nostrum Iesum Christum, qui reformábit corpus humilitátis nostræ configurátum córpori claritátis suæ.

Oración después de la comunión
Te pedimos, Dios todopoderoso, que, por la eficacia de este sacramento, concedas a tus siervos difuntos participar de la eterna bienaventuranza en la asamblea de los justos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Præsta, quǽsumus, omnípotens Deus, ut fámulos tuos, per huius sacraménti virtútem, in congregatióne iustórum ætérnæ beatitúdinis iúbeas esse consórtes. Per Christum.


B. Por varios o por todos los difuntos 9. Otras oraciones

Antífona de entrada Ap 14, 13
Bienaventurados los que mueren en el Señor. Que descansen de sus fatigas, porque sus obras los acompañan.
Beáti mórtui, qui in Dómino moriúntur. Amodo requiéscant a labóribus suis: ópera enim illórum sequúntur illos.

Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, a quien suplicamos siempre con esperanza de alcanzar misericordia, muéstrate compasivo con tus siervos [N. y N.], que dejaron este mundo confesando tu nombre, y admítelos en la asamblea de tus santos. Por nuestro Señor Jesucristo.
Omnípotens sempitérne Deus, cui numquam sine spe misericórdiæ supplicátur, propitiáre fámulis tuis (N. et N.) ut, qui de hac vita in tui nóminis confessióne discessérunt, Sanctórum tuórum número fácias aggregári. Per Dóminum.

Oración sobre las ofrendas
Señor Dios, tu Hijo se ofreció a ti como víctima viva; acepta el sacrificio de tu Iglesia, para que tus siervos [N. y N.], absueltos de todos los pecados, merezcan alcanzar el premio de la inmortalidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Dómine Deus, cuius Fílius se tibi óbtulit hóstiam vivam, áccipe, quǽsumus, Ecclésiæ tuæ sacrifícium, ut fámuli tui (N. et N.) a peccátis ómnibus absolúti, ad prǽmium immortalitátis mereántur pertíngere. Per Christum.

PREFACIO IV DE DIFUNTOS
La vida terrena y la gloria celeste
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Bajo tu poder hemos nacido, con tu libertad nos gobernamos, y por un mandato tuyo a causa del pecado, somos devueltos a la tierra de la que habíamos sido sacados. Y los redimidos por la muerte de tu Hijo, por una señal tuya, seremos despertados a la gloria de su misma resurrección.
Por eso, con los ángeles y con la multitud de los santos, te cantamos el himno de alabanza diciendo sin cesar:
Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus:
Cuius império náscimur, cuius arbítrio régimur, cuius praecépto in terra, de qua sumpti sumus, peccáti lege absólvimur. Et, qui per mortem Fílii tui redémpti sumus, ad ipsíus resurrectiónis glóriam tuo nutu excitámur.
Et ídeo, cum Angelórum atque Sanctórum turba, hymnum laudis tibi cánimus, sine fine dicéntes:
R. Santo, Santo, Santo...

PLEGARIA EUCARÍSTICA II.

Antífona de la comunión
Concede, Señor, el descanso eterno a aquellos en cuyo recuerdo comulgamos el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Pro quorum memória Corpus et Sanguis Christi súmitur, dona eis, Dómine, réquiem sempitérnam.

Oración después de la comunión
Dios omnipotente y misericordioso, haz que los sacramentos recibidos nos purifiquen, y concede que este sacrificio sea fuente de perdón para nosotros, fortaleza de los débiles, auxilio en los peligros, remisión de los pecados para vivos y difuntos, y prenda de la redención eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puríficent nos, quǽsumus, omnípotens et miséricors Deus, sacraménta quæ súmpsimus, et præsta, ut hoc sacrifícium sit nobis intercéssio ad véniam, sit fortitúdo fragílium, sit in perículis firmaméntum, sit vivis atque defúnctis remíssio ómnium peccatórum, et pignus redemptiónis ætérnæ. Per Christum.

Difuntos. Preces para antes de las Exequias.

Difuntos y exequias

PRECES PARA ANTES DE LAS EXEQUIAS

1. EN EL MOMENTO DE EXPIRAR

Terminadas las preces de la recomendación del alma, mientras el moribundo lucha con la muerte, puede trazarse el signo de la cruz sobre su frente u ofrecerle un crucifijo para que lo bese, diciendo:

El Señor guarde tu salida de este mundo y tu entrada en su reino, en su paz y en su amor.
O bien:
Que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo estén contigo, te infundan esperanza y te conduzcan a la paz de su reino.

Cuando el moribundo ha entregado su alma a Dios, al cerrarle los ojos. uno de los familiares puede decir:
Concede, Señor, a nuestro hermano (nuestra hermana) N., cuyos ojos no verán más la luz de este mundo, contemplar eternamente tu belleza y gozar de tu presencia por los siglos de los siglos.
R. Amén.

A continuación, puede trazarse sobre su frente la señal de la cruz.

Los familiares y amigos que se encuentren allí presentes pueden entonces orar junto al cadáver, diciendo:
Este primer mundo ha pasado definitivamente para nuestro hermano (nuestra hermana) N. Pidamos, pues, al Señor que le conceda gozar ahora del cielo nuevo y de la tierra nueva que él ha dispuesto para sus elegidos.
V. Venid en su ayuda, santos de Dios; salid a su encuentro, ángeles del Señor.
R. Recibid su alma y presentadla ante el Altísimo.
V. Cristo, que te llamó, te reciba, y los ángeles te conduzcan al regazo de Abrahán.
R. Recibid su alma y presentadla ante el Altísimo.
V. Dale, Señor, el descanso eterno, y brille para él (ella) la luz perpetua.
R. Recibid su alma y presentadla ante el Altísimo.
Luego, puede añadirse:
Hacia ti, Señor, levantamos nuestros ojos; contempla, Señor, nuestra tristeza, fortalece nuestra fe en este momento de prueba y concede a nuestro hermano (nuestra hermana) el descanso eterno.
A esta súplica, se añaden las siguientes preces:
Que Cristo, que sufrió la muerte de cruz por él (ella), le conceda la felicidad verdadera.
R. Te lo pedimos, Señor
Que Cristo, el Hijo de Dios vivo, lo (la) reciba en su paraíso.
R. Te lo pedimos, Señor
Que Cristo, el buen Pastor, lo (la) cuente entre sus ovejas.
R. Te lo pedimos, Señor
Que le perdone todos sus pecados y lo (la) agregue al número de los elegidos.
R. Te lo pedimos, Señor
Que pueda contemplar cara a cara a su Redentor y gozar de la visión de su Señor por los siglos de los siglos.
R. Te lo pedimos, Señor
A continuación, se dice la siguiente oración:
Te pedimos, Señor, que tu siervo (sierva) N., que ha muerto ya para este mundo, viva ahora para ti y que tu amor misericordioso borre los pecados que cometió por fragilidad humana. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.

2. COLOCACION DEL CADAVER EN EL ATAUD

Cuando el cadáver es puesto en el ataúd, uno de los familiares o amigos presentes puede orar con estas palabras, a las que todos se suman en las súplicas finales:
Señor, tú que has dicho:
«Si el grano de trigo muere, da mucho fruto», haz que este cuerpo, humillado ahora por la muerte, descanse de sus fatigas y, como semilla de resurrección, espere tu venida, mientras su alma goza entre los santos por los siglos de los siglos.
R. Amén.
Por el amor y la alegría que irradió su mirada.
R. Concédele, Señor, contemplar tu rostro.
Por el dolor y las lágrimas que oscurecieron sus ojos.
R. Concédele, Señor, contemplar tu rostro.
Por haber creído en ti sin haber visto.
R. Concédele, Señor, contemplar tu rostro.

En el momento en que es cerrado el ataúd, los allí presentes pueden orar por el difunto con estas palabras:
Señor, en este momento en que va a desaparecer para siempre de nuestros ojos este rostro que nos ha sido tan querido, levantamos hacia ti nuestra mirada; haz que este hermano nuestro (esta hermana nuestra) pueda contemplarte cara a cara en tu reino, y aviva en nosotros la esperanza de que volveremos a ver este mismo rostro junto a ti y gozaremos de él en tu presencia por los siglos de los siglos.
R. Amén.
Señor, escucha nuestra oración por tu fiel N.
R. Señor, ten piedad.
Ilumina sus ojos con la luz de tu gloria.
R. Señor, ten piedad.
Perdónale sus pecados, concédele la vida eterna.
R. Señor, ten piedad.'
Atiende a los que te suplican y escucha la voz de los que lloran.
R. Señor, ten piedad.
Consuélanos en nuestra tribulación.
R. Señor, ten piedad.

3. FORMULARIOS PARA ORAR EN LA CAPILLA ARDIENTE

Cuando los familiares y amigos acuden donde se encuentra el cadáver en las horas que preceden al sepelio, será bueno que expresen su caridad cristiana para con el difunto orando allí por él, así como también para dar muestras del consuelo cristiano que ofrecen a los más allegados del que ha expirado. Esta oración se puede hacer de manera comunitaria o bien individualmente.

Si la oración se realiza de manera comunitaria, puede hacerse con uno de los cuatro primeros formularios que siguen a continuación:

FORMULARIO I

Antífona
A ti levantamos nuestros ojos; Señor, tu amor es mas fuerte que la muerte; por eso esperamos en ti.

Preces
Ya que este primer mundo ha pasado definitivamente para nuestro hermano (nuestra hermana) N., pidamos ahora al Señor que le conceda gozar del cielo nuevo y de la tierra nueva que él ha dispuesto para sus elegidos.

Que Cristo, que por él (ella) sufrió muerte de cruz, le conceda la felicidad verdadera.
R. Te lo pedimos, Señor.
Que Cristo, el Hijo de Dios vivo, lo (la) acoja en su paraíso.
R. Te lo pedimos, Señor.
Que Cristo, el buen Pastor, lo (la) cuente entre sus ovejas.
R. Te lo pedimos, Señor.
Que Cristo perdone todos sus pecados y lo (la) agregue al número de sus elegidos.
R. Te lo pedimos, Señor.
Que pueda contemplar cara a cara a su Redentor y gozar de la visión de su Señor por los siglos de los siglos.
R. Te lo pedimos, Señor.

Oración
Señor Dios, que has querido que nuestro hermano (nuestra hermana) N., a través de la muerte, fuera configurado (configurada) a Cristo, que por nosotros murió en la cruz, por la gracia renovadora de la Pascua de tu Hijo, aleja de tu siervo (sierva) todo vestigio de corrupción terrena, y, pues quisiste marcarlo (marcarla) ya en su vida mortal con el sello de tu Espíritu Santo, dígnate también resucitarlo (resucitarla) un día a la vida eterna de la gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.

FORMULARIO II

Antífona
El Señor abra a nuestro hermano (nuestra hermana) las puertas del paraíso, para que pueda gozar ya de aquella patria donde no existe ni el dolor ni la muerte, sino sólo la paz y la alegría sin fin.

Preces
Recordemos, con afecto piadoso, a nuestro hermano (nuestra hermana) N., a quien Dios ha llamado de este mundo, y oremos confiados a aquel que venció la muerte y resucitó glorioso del sepulcro.

Que Cristo, el Hijo de Dios, le dé posesión del paraíso y, como buen Pastor, lo (la) reconozca entre sus ovejas, roguemos al Señor.
R. Te lo pedimos, Señor.
Que, perdonados sus pecados, lo (la) coloque a su derecha en el reino de los elegidos, roguemos al Señor.
R. Te lo pedimos, Señor.
Que participe con él de la felicidad eterna de los santos, roguemos al Señor.
R. Te lo pedimos, Señor.
Que nosotros, los que ahora lloramos su muerte, podamos salir al encuentro de Cristo cuando él vuelva, acompañados de nuestro hermano (nuestra hermana) que hoy nos ha dejado, roguemos al Señor.
R. Te lo pedimos, Señor.

Oración
Te encomendarnos, Señor, a nuestro hermano (nuestra hermana) N., a quien en esta vida mortal rodeaste siempre con tu amor; concédele ahora que, libre de todos sus males, participe en tu descanso eterno, y, pues para él (ella) acabó ya este primer mundo, admítelo (admítela) ahora en tu paraíso, donde no hay llanto ni luto ni dolor, sino paz y alegría sin fin, con tu Hijo y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
R. Amén.

FORMULARIO III

Antífona
¡Dichoso el que ha muerto en el Señor! Que descanse ya de sus fatigas y que sus obras lo acompañen.

Preces
Pidamos por nuestro hermano (nuestra hermana) a Jesucristo, que ha dicho: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mi, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí no morirá para siempre».

Tú que resucitaste a los muertos, concede la vida eterna a nuestro hermano (nuestra hermana).
R. Te lo pedimos, Señor.
Tú que desde la cruz prometiste el paraíso al buen ladrón, acoge a nuestro hermano (nuestra hermana) N., en tu reino.
R. Te lo pedimos, Señor.
Tú que experimentaste el dolor de la muerte y resucitaste gloriosamente del sepulcro, concede a nuestro hermano (nuestra hermana) la vida feliz de la resurrección.
R. Te lo pedimos, Señor.
Tú que lloraste ante la tumba de tu amigo Lázaro, dígnate enjugar las lágrimas de quienes lloramos la muerte de nuestro hermano (nuestra hermana).
R. Te lo pedimos, Señor.

Oración
Señor, nuestra vida es corta y frágil; la muerte que contemplamos hoy nos lo recuerda. Pero tú vives eternamente, y tu amor es más fuerte que la muerte. Llenos, pues, de confianza, ponemos en tus manos a nuestro hermano (nuestra hermana) N., que acaba de dejarnos. Perdónale sus faltas y acógelo (acógela) en tu reino, para que viva feliz en tu presencia por los siglos de los siglos.
R. Amén.

FORMULARIO IV

Antífona
El coro de los ángeles te reciba, y Cristo, tu Señor, te coloque en el seno de Abrahán, para que junto a Lázaro, pobre en esta vida, tengas descanso eterno.

Preces
Señor, a ti elevamos nuestros ojos en este momento en que va a desaparecer para siempre de nuestra mirada el rostro amigo a nuestro hermano (nuestra hermana) a quien tanto hemos amado en este mundo.

Después de esta vida, donde sólo tuvo la visión de la fe.
R. Concédele, Señor, contemplar eternamente tu rostro.
Después del amor y de las alegrías que en este mundo iluminaron su vida.
R. Concédele, Señor, contemplar eternamente tu rostro.
Después de los trabajos y sufrimientos que, en su peregrinar terreno, lo (la) hicieron llorar.
R. Concédele, Señor, contemplar eternamente tu rostro.
Después de su sed de conocer la verdad y gozar del bien.
R. Concédele, Señor, contemplar eternamente tu rostro.
Y porque él (ella) creyó en ti sin haberte visto.
R. Concédele, Señor, contemplar eternamente tu rostro.

Oración
Señor Dios, que has querido que nuestro hermano (nuestra hermana) N., a través de la muerte, fuera configurado (configurada) a Cristo, que por nosotros murió en la cruz, por la gracia renovadora de la Pascua de tu Hijo, aleja a tu siervo (sierva) todo vestigio de corrupción terrena, y, pues quisiste marcarlo (marcarla) ya en su vida mortal con el sello de tu Espíritu Santo, dígnate resucitarlo (resucitarla) un día a la vida eterna de la gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.

FORMULARIO V

Cuando la oración ante un difunto se lleva a cabo individualmente, puede hacerse con el formulario siguiente:

Antífona
Tú, Señor, que eres el descanso después del trabajo y la vida después de la muerte, concede a nuestro hermano (nuestra hermana) el descanso eterno.

Preces
A ti, Señor, grito, respóndeme; haz caso de las súplicas que te dirijo en este momento de dolor por la muerte de tu siervo (sierva) N.
Señor Jesucristo, acógelo (acógela) en compañía de todos los elegidos que nos han precedido.
Concédele gozar siempre de su paz.
Que encuentre en ti el perdón de sus pecados.
Que goce eternamente de la felicidad de los santos.
Que te contemple a ti, luz verdadera, y goce de tu presencia.
Conforta a sus familiares y a cuantos lloran su muerte.

Oración
Concede, oh Padre, a tu siervo (sierva) N., que se ha separado de nosotros, la herencia prometida; da cumplimiento a su esperanza de felicidad y de paz; infunde serenidad y fortaleza en quienes ahora lloran su ausencia y fortalécelos con la certeza de la vida eterna que, en tu gran amor, has dispuesto para toda la familia humana, por la fuerza de la muerte y de la resurrección de Cristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.