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Domingo 4 diciembre 2022, II Domingo de Adviento, ciclo A.

miércoles, 19 de agosto de 2015

Otras Oraciones para la Exposición y Bendición con el Santísimo Sacramento.

Ritual de la Sagrada Comunión y del culto a la Eucaristía fuera de la Misa, 21-junio-1973

6. ORACIONES PARA LA BENDICIÓN CON EL SANTÍSIMO SACRAMENTO

193. Concédenos, Señor y Dios nuestro, a los que creemos y proclamamos que Jesucristo, el mismo que por nosotros nació de la Virgen María y murió en la cruz, está presente en el Sacramento, bebamos de esta divina fuente el don de la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

194. Concédenos, te rogamos, Señor y Dios nuestro, celebrar con dignas alabanzas al Cordero que fue inmolado por nosotros y que está oculto en el Sacramento, para que merezcamos verle patente en la gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.

195. Oh Dios, que nos diste el verdadero pan del cielo, concédenos, te rogamos, que, con la fuerza de este alimento espiritual, siempre vivamos en ti y resucitemos gloriosos en el último día. Por Jesucristo, nuestro Señor.

196, Ilumina, Señor, con la luz de la fe nuestros corazones y abrásalos con el fuego de la caridad, para que adoremos confiadamente en espíritu y en verdad a quien reconocemos en este Sacramento como nuestro Dios y señor. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

197. Que los sacramentos con los que te has dignado restaurarnos, Señor, llenen de la dulzura de tu amor nuestros corazones y nos impulsen a desear las riquezas inefables de tu reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.

198. Oh Dios, que redimiste a todos los hombres con el misterio pascual de Cristo, conserva en nosotros la obra de tu misericordia, para que, venerando constantemente el misterio de nuestra salvación, merezcamos conseguir su fruto. Por Jesucristo, nuestro Señor.

martes, 18 de agosto de 2015

Textos Eucarísticos: Himnos, Antífonas y Responsorios.

Ritual de la Sagrada Comunión y del culto a la Eucaristía fuera de la Misa, 21-junio-1973

CAPÍTULO IV. TEXTOS VARIOS PARA LA DISTRIBUCIÓN DE LA SAGRADA COMUNIÓN FUERA DE LA MISA Y PARA LA ADORACIÓN Y PROCESIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO.


2 . HIMNOS

PANGE, LINGUA

152. Para la bendición con que se acaba la adoración, especialmente cuando ésta es breve, se puede cantar solamente la última parte de este himno, es decir, desde las palabras: *Tantum ergo.

Pange, lingua, gloriósi
córporis mystérium,
sanguinísque pretiósi,
quem in mundi prétium
fructus ventris generósi
Rex effúdit géntium.



Nobis datus, nobis natus
ex intácta Vírgine,
et in mundo conversátus,
sparso verbi sémine,
sui moras incolátus
miro clausit órdine.



In suprémre nocte cenae
recúmbens cum frátribus,
observáta lege plene
cibis in legálibus,
cibum turbre duodénae
se dat suis mánibus.



Verbum caro panem verum
verbo carnem éfficit,
fitque sanguis Christi merum,
et, si sensus déficit,
ad firmándum cor sincérum
sola fides súfficit.



*Tantum ergo sacraméntum
venerémur cérnui,
et antíquum documéntum
novo cedat rítui;
prestet fides suppleméntum
sénsuum deféctui.



Genitóri Genitóque
laus et iubilátio,
salus, honor, virtus quoque
sit et benedíctio;
procedénti ab utróque
compar sit laudátio. Amen.
160. Que la lengua humana
cante este misterio:
la preciosa sangre
y el precioso cuerpo.
Quien nació de Virgen
Rey del universo,
por salvar al mundo,
dio su sangre en precio.

Se entregó a nosotros,
se nos dio naciendo
de una casta Virgen;
y, acabado el tiempo,
tras haber sembrado
la palabra al pueblo,
coronó su obra
con prodigio excelso.

Fue en la última cena
-ágape fraterno-,
tras comer la Pascua
según mandamiento,
con sus propias manos
repartió su cuerpo,
lo entregó a los Doce
para su alimento.

La Palabra es carne
y hace carne y cuerpo
con palabra suya
lo que fue pan nuestro.
Hace sangre el vino,
y, aunque no entendemos,
basta fe si existe
corazón sincero.

*Adorad postrados
este Sacramento.
Cesa el viejo rito;
se establece el nuevo.
Dudan los sentidos
y el entendimiento:
que la fe lo supla
con asentimiento.

Himnos de alabanza,
bendición y obsequio;
por igual la gloria
y el poder y el reino
al eterno Padre
con el Hijo eterno
y el divino Espíritu
que procede de ellos. Amén.

SACRIS SOLLEMNIIS

153. Sacris sollémniis iuncta sint gáudia,
et ex praecórdiis sonent praecónia;
recédant vétera, nova sint ómnia,
corda, voces et ópera.

Noctis recólitur cena novíssima,
qua Christus créditur agnum et ázyma
dedísse frátribus iuxta legítima
priscis indúlta pátribus.

Dedit fragílibus córporis férculum,
dedit et trístibus sánguinis póculum,
dicens: “Accípite quod trado vásculum;
omnes ex eo bíbite.”

Sic sacrifícium istud instítuit,
cuius offícium commítti vóluit
solis presbfteris, quibus sic cóngruit,
ut sumant et dent céteris.

Panis angélicus fit panis hóminum;
dat panis caélicus figúris términum.
O res mirábilis: mandúcat Dóminum
servus pauper et húmilis.

Te, trina Déitas únaque, póscimus;
sic nos tu vísitas sicut te cólimus:
per tuas sémitas duc nos quo téndimus
ad lucem quam inhábitas. Amen.
161. Sumando nuestro gozo al de esta fiesta elevemos cordiales alabanzas,
y que todo lo viejo se renueve:
corazones, acciones y palabras.

Hoy se recuerda Ia postrera cena
en que Jesús, conforme al viejo rito,
se dignó repartir a sus hermanos
el cordero y los ázimos prescritos.

Una vez acabado aquel banquete
y después de comido aquel Cordero,
creemos que fue el mismo Jesucristo
quien se dio a todos, igualmente entero.

Como a flacos les dio a comer su cuerpo, como a tristes les dio a beber su sangre, cuando les dijo: "Recibid, amigos, lo que os doy a beber en este cáliz."

Así dejó instituido el sacrificio y encomendó tan sólo al sacerdote celebrar el oficio respectivo y distribuir el pan que él mismo come.

El angélico pan se vuelve humano
y las figuras llegan a su término.
¡Oh maravilla! El pobre y el esclavo
comen el cuerpo de su propio dueño.

Oh Deidad trina y una: te rogamos
que te dignes bajar a nuestra vida,
y que nos lleves por tus derroteros
hasta la misma claridad que habitas.

VERBUM SUPERNUM

154. Verbum supérnum pródiens
nec Patris linquens déxteram,
ad opus suum éxiens
venit ad vitae vésperam.

In mortem a discípulo
suis tradéndus aémulis,
prius in vitae férculo
se trádidit discípulis.

Quibus sub bina spécie
carnem dedit et sánguinem,
ut dúplicis substántiae
totum cibáret hóminem.

Se nascens dedit sócium,
convéscens in edúlium,
se móriens in prétium,
se regnans dat in praémium.

O salutáris hóstia,
que caeli pandis óstium,
bella premunt hostília:
da robut fer auxílium.

Uni trinóque Dómino
sit sempitérna glória,
qui vitam sine término
nobis donet in pátria. Amen.
162. Sin dejar la derecha de su Padre y para consumar su obra divina, el sumo Verbo, que ha venido al mundo, llega al fin a la tarde de su vida.

Antes de ser (por uno de los suyos)
dado a quienes la muerte le darían,
en el vital banquete del cenáculo
se dio a los suyos como vianda viva.

Se dio a los suyos, bajo dos especies,
en su carne y su sangre sacratísimas,
a fin de alimentar en cuerpo y alma
a cuantos hombres este mundo habitan.

Se dio, naciendo, como compañero;
comiendo se entregó como comida;
muriendo se empeñó como rescate;
reinando, como premio se nos brinda.

Hostia de salvación, que abres las puertas celestes de la gloria prometida: fortalece y socorre a nuestras almas asediadas por fuerzas enemigas.

Glorificada eternamente sea
la perpetua Deidad, que es una y trina,
y que ella finalmente nos conceda
en la patria sin fin vida infinita.

IESU, NOSTRA REDEMPTIO

155. Iesu, nostra redémptio,
amor et desidérium,
Deus creátor ómnium,
homo in fine témporum,

Que te vicit cleméntia,
ut ferres nostra crímina,
crudélem mortem pátiens,
ut nos a morte tólleres;

Inférni claustra pénetrans,
tuos captívos rédimens;
victor triúmpho nóbili
ad dextram Patris résidens!

Ipsa te cogat píetas,
ut mala nostra súperes
parcéndo, et voti cómpotes
nos tuo vultu sáties.

Tu esto nostrum gáudium,
qui es futúrus praémium;
sit nostra in te glória
per cuncta semper saécula.

AETERNE REX ALTISSIME

156. AEtérne rex altíssime,
redémptor et fidélium,
quo mors solúta déperit,
datur triúmphus grátiae,

Scandis tribúnal déxtera e
Patris tibíque caélitus
fertur potéstas ómnium,
quae non erat humánitus,

Ut trina rerum máchina
celéstium, terréstrium
et inferórum cóndita;
flectat genu iam súbdita.

Tremunt vidéntes ángeli
versam vicem mortálium:
culpat caro, purgat caro,
regnat caro Verbum Dei.

Tu, Christe, nostrum gáudium,
manens perénne praémium,
mundi regis qui fábricam,
mundána vincens gáudia.

Hinc te precántes quaésumus,
ignósce culpis ómnibus
et corda sursum súbleva
ad te supérna grátia,

Ut, cum rubénte coéperis
clarére nube iúdicis,
poenas repéllas débitas,
reddas corónas pérditas.

Iesu, tibi sit glória,
qui scandis ad caeléstia,
cum Patre et almo Spíritu,
in sempitérna saécula. Amen.

LAUDA, SION

157. Esta secuencia puede cantarse íntegramente o en forma más breve, desde las palabras: *Ecce panis.

Lauda, Sion, Salvatórem, lauda ducem et pastórem
in hymnis et cánticis.

Quantum potes, tantum aude: quia maior omni laude,
nec laudáre súfficis.

Laudis thema speciális, panis vivus et vitális hódie propónitur.

Quem, in sacrae mensa cenae, turbe fratrum duodénae
datum non ambígitur.

Sit laus plena, sit sonóra, sit iucúnda, sit decóra
mentis iubilátio.

Dies enim sollémnis ágitur, in qua mensae prima recólitur
huius institútio.

In hac mensa novi Regis, novum Pascha novae legis
Phase vetus términat.

Vetustátem nóvitas, umbram fugat véritas,
noctem lux elíminat.

Quod in cena Christus gessit, faciéndum hoc expréssit
in sui memóriam.

Docti sacris institútis, panem, vinum in salútis
consecrámus hóstiam.

Dogma datur christiánis, quod in carnem transit panis,
et vinum in sánguinem.

Quod non capis, quod non vides, animósa firmat fides,
preter rerum órdinem.

Sub divérsis speciébus, signis tantum, et non rebus,
latent res exímiae.

Cara cibus, sanguis potus: manet tamen Christus totus,
sub utráque spécie.

A suménte non concísus, non confráctus, non divísus:
ínteger accípitur.

Sumit unus, sumunt mille: quantum isti, tantum ille:
nec sumptus consúmitur.

Sumunt boni, sumunt mali: sorte tamen inaequáli,
vitae vel intéritus.

Mors est malis, vita bonis: vide paris sumptiónis
quam sit dispar éxitus.

Fracto demum sacraménto, ne vacílles, sed meménto,
tantum esse sub fragménto, quantum toto tégitur.

Nulla rei fit scissúra: signi tantum fit fractúra:
qua nec status nec statúra signáti minúitur.

*Ecce panis angelórum, factus cibus viatórum:
vere panis filiórum, non mitténdus cánibus.

In figúris praesignátur cum Isaac immolátur:
agnus pasche deputátur: datur manna pátribus.

Bone Pastor panis vere, Iesu, nostri miserére:
tu nos pasce, nos tuére: tu nos bona fac vidére in terra vivéntium.

Tu, qui cuncta scis et vales: qui nos pascis hic mortáles:
tuos ibi commensáles, coherédes et sodáles
fac sanctórum cívium.
163. Alaba, alma mía, a tu Salvador;
alaba a tu guía y pastor
con himnos y cánticos.

Pregona su gloria cuanto puedas,
porque él está sobre toda alabanza,
y jamás podrás alabarle lo bastante.

El tema especial de nuestros loores
es hoy el pan vivo y que da vida.

El cual se dio en la mesa de la sagrada cena al grupo de los doce apóstoles sin género de duda.

Sea, pues, llena, sea sonora, sea alegre, sea pura
la alabanza de nuestra alma.

Pues celebramos el solemne día
en que fue instituido
este divino banquete.

En esta mesa del nuevo rey,
la pascua nueva de la nueva ley
pone fin a la pascua antigua.

Lo viejo cede ante lo nuevo, la sombra ante la realidad, y la luz ahuyenta la noche.

Lo que Jesucristo hizo en la cena,
mandó que se haga
en memoria suya.

Instruidos con sus santos mandatos, consagramos el pan y el vino, en sacrificio de salvación.

Es dogna que se da a los cristianos,
que el pan se convierte en carne,
y el vino en sangre.

Lo que no comprendes y no ves, una fe viva lo atestigua, fuera de todo el orden de la naturaleza.

Bajo diversas especies, que son accidentes y no sustancia, están ocultos los dones más preciados.

Su carne es alimento y su sangre bebida; mas Cristo está todo entero bajo cada especie.

Quien lo recibe no lo rompe,
no lo quebranta ni lo desmembra;
recíbese todo entero.

Recíbelo uno, recíbenlo mil;
y aquél lo toma tanto como éstos,
pues no se consume al ser tomado.

Recíbenlo buenos y malos;
mas con suerte desigual
de vida o de muerte.

Es muerte para los malos, y vida para los buenos; mira cómo un mismo alimento produce efectos tan diversos.

Cuando se divida el Sacramento, no vaciles, sino recuerda que Jesucristo tan entero está en cada parte como antes en el todo.

No se parte la sustancia, se rompe sólo la señal;
ni el ser ni el tamaño se reducen de Cristo presente.

*He aquí el pan de los ángeles, hecho viático nuestro;
verdadero pan de los hijos, no lo echemos a los perros.

Figuras lo representaron: Isaac fue sacrificado;
el cordero pascual, inmolado; el maná nutrió a nuestros padres.

Buen pastor, pan verdadero, ¡oh Jesús!, ten piedad. Apaciéntanos y protégenos; haz que veamos los bienes en la tierra de los vivientes.

Tú, que todo lo sabes y puedes, que nos apacientas aquí siendo aún mortales, haznos allí tus comensales, coherederos y compañeros de los santos ciudadanos.

ADORO TE DEVOTE

158. Adóro te devóte, latens véritas,
te qui sub his figuris vere látitas:
tibi se cor meum totum súbicit,
quia te contémplans totum déficit.

Visus, gustus, tactus, in te fállitur;
sed solus audítus tute créditur.
Credo quicquid dixit Dei Fílius:
nihil Veritátis verbo vérius.

In cruce latébat sola Déitas;
sed hic latet simul et humánitas.
Ambo tamen credens atque cónfitens
peto quod petívit latro paénitens.

Plagas, sicut Thomas, non intúeor;
meum tamen Deum te confíteor.
Fac me tibi semper magis crédere,
in te spem habére, te dilígere.

O memoriále mortis Dómini,
Panis veram vitam praestans hómini,
praesta mere menti de te vívere,
et te semper illi dulce sápere.

Pie pelicáne, Iesu Dómine,
me immúndum munda tuo sánguine,
cuius una stilla salvum f.ácere
totum mundum posset omni scélere.

Iesu, quem velátum nunc aspício,
quando fiet illud quod tam cúpio
ut, te reveláta cernens fácie,
visu sim beátus tue glóriae? Amen.
164. Adórote devotamente, oculta Deidad, que bajo estas sagradas Especies te ocultas verdaderamente. A ti mi corazón se somete totalmente, pues al contemplarte, se siente desfallecer por completo.

La vista, el tacto, el gusto, son aquí falaces; sólo con el oído se llega a tener fe segura. Creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios, nada más verdadero que esta palabra de la Verdad.

En la cruz se ocultaba sólo la Divinidad, mas aquí se oculta hasta la humanidad. Pero yo, creyendo y confesando entrambas cosas, pido lo que pidió el ladrón arrepentido.

Tus llagas no las veo, como las vio Tomás; pero te confieso por Dios mío. Haz que crea yo en ti más y más, que espere en ti y te ame.

Oh recordatorio de la muerte del Señor; pan vivo, que das vida al hombre, da a mi alma que de ti viva y disfrute siempre de tu dulce sabor.

Piadoso pelícano, Jesús Señor límpiame a mí, inmundo, con tu sangre; una de cuyas gotas puede limpiar al mundo entero de todo pecado.

Oh Jesús, a quien ahora veo velado, te pido que se cumpla lo que yo tanto anhelo: que viéndote finalmente cara a cara, sea yo dichoso con la vista de tu gloria. Amén.

UBI CARITAS

159. Ant. Ubi cáritas est vera, Deus ibi est.
V. Congregávit nos in unum Christi amor.
V. Exsultémus et in ipso iucundémur.
V. Timeámus et amémus Deum vivum.
V. Et ex corde diligámus nos sincéro.
Ant. Ubi cáritas est vera, Deus ibi est.
V. Simul ergo cum in unum congregámur:
V. Ne nos mente dividámur:, caveámus.
V. Cessent iúrgia malígna, cessent lites.
V. Et in médio nostri sit Christus Deus.

Ant. Ubi cáritas est vera, Deus ibi est.
V. Simul quoque cum beátis videámus
V. Gloriánter vultum tuum, Christe Deus:
V. Gáudium, quod est imménsum atque probum,
V. Saécula per infiníta seculórum. Amen.
165. Ant. Donde hay caridad y amor, allí está Dios.
V. Nos congregó y unió el amor de Cristo.
V. Regocijémonos y alegrémonos en él.
V. Temamos y amemos al Dios vivo.
V. Y amémonos con corazón sincero.
Ant. Donde hay caridad y amor, allí está Dios.
V. Pues estamos en un cuerpo congregados.
V. Cuidemos que no se divida nuestro afecto.
V. Cesen las contiendas malignas, cesen los litigios.
V. Y en medio de nosotros esté Cristo Dios.
Ant. Donde hay caridad y amor, allí está Dios.
V. Veamos juntamente con los santos
V. tu glorioso rostro, ¡oh Cristo Dios!
V. Éste será gozo inmenso y puro.
V. Por los siglos de los siglos infinitos. Amén.

OTROS CANTOS

Pueden emplearse “ad libitum” otros cantos de la Liturgia de las Horas que celebran el misterio pascual de Cristo, como, por ejemplo:

I
166. Nuestra Pascua inmolada, aleluya,
es Cristo el Señor aleluya, aleluya.

Pascua sagrada, ¡oh fiesta de la luz!,
despierta, tú que duermes,
y el Señor te alumbrará.

Pascua sagrada, ¡oh fiesta universal!,
el mundo renovado
canta un himno a su Señor.

Pascua sagrada, ¡victoria de la cruz!
La muerte, derrotada,
ha perdido su aguijón.

Pascua sagrada, ¡oh noche bautismal!
Del seno de las aguas
renacemos al Señor.

Pascua sagrada, ¡eterna novedad!
Dejad al hombre viejo,
revestíos del Señor.

Pascua sagrada. La sala del festín
se llena de invitados
que celebran al Señor.

Pascua sagrada. ¡Cantemos al Señor!
Vivamos la alegría
dada a luz en el dolor.

II
167. Quédate con nosotros,
la tarde está cayendo.

¿Cómo te encontraremos
al declinar el día,
si tu camino no es nuestro camino?

Detente con nosotros;
la mesa está servida,
caliente el pan y envejecido el vino.

¿Cómo sabremos que eres
un hombre entre los hombres,
si no compartes nuestra mesa humilde?

Repártenos tu cuerpo,
y el gozo irá alejando
la oscuridad que pesa sobre el hombre.

III
168. Oveja perdida, ven
sobre mis hombros, que hoy
no sólo tu pastor soy,
sino tu pasto también.

Por descubrirte mejor
cuando balabas perdida,
dejé en un árbol la vida
donde me subió el amor;
si prenda quieres mayor,
mis obras hoy te la den.

Oveja perdida, ven
sobre mis hombros, que hoy
no sólo tu pastor soy,
sino tu pasto también.

Pasto, al fin, hoy tuyo hecho,
¿cuál dará mayor asombro,
o el traerte yo en el hombro
o el traerme tú en el pecho?
Prendas son de amor estrecho
que aun los más ciegos las ven.

Oveja perdida, ven
sobre mis hombros, que hoy
no sólo tu pastor soy,
sino tu pasto también.

3 . ANTÍFONAS

169. ¡Oh sagrado banquete, en que Cristo es nuestra comida,
se celebra el memorial de su pasión,
el alma se llena de gracia
y se nos da la prenda de la gloria futura!

170. ¡Qué bueno es, Señor, tu espíritu!
Para demostrar a tus hijos tu ternura,
les has dado un pan delicioso bajado del cielo,
que colma de bienes a los hambrientos,
y deja vacíos a los ricos hastiados.

171. Salve, Cuerpo verdadero, nacido de María Virgen,
verdaderamente atormentado,
inmolado en la cruz por el hombre,
de cuyo costado traspasado manó agua y sangre.
Seas saboreado por nosotros en el trance de la muerte,
oh Jesús dulce, oh Jesús piadoso, oh Jesús hijo de María.

172. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo;
el que coma de este pan vivirá para siempre;
y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.

4 . RESPONSORIOS

173. Durante la cena, Jesús cogió pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a los discípulos diciendo: * “Tomad, comed: esto es mi cuerpo.”
V. Los hombres de mi campamento dijeron: “¡Ojalá nos dejen saciarnos de su carne!” * “Tomad, comed: esto es mi cuerpo.”

174. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron: *Éste es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera.
V. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que coma de este pan vivirá para siempre: *Éste es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera.

175. Reconoced en el pan lo que estuvo colgado en la cruz; en el cáliz, lo que manó del costado. Tomad, pues, y comed el Cuerpo de Cristo; tomad y bebed la Sangre de Cristo. *Ya estáis hechos, vosotros, miembros de Cristo.
V. Para que no viváis separados,.comed al que es vínculo de vuestra unión; para que no os estiméis en poco, bebed vuestro precio. *Ya estáis hechos, vosotros, miembros de Cristo.

176. El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo. *Todos
participamos del mismo pan y del mismo cáliz.
V. Tu bondad, oh Dios, lo preparó para los pobres, a los que haces habitar unánimes en tu casa. *Todos participamos del mismo pan y del mismo cáIiz.

177. Un hombre daba un gran banquete , y a la hora del banquete mandó a un criado a avisar a los convidados: Venid, *Que ya está preparado.
V. Venid a comer de mi pan y a beber el vino que he mezclado. *Que ya está preparado.

178. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre. *Y el que me come vivirá por mí.
V. El Señor lo alimentó con pan de vida y de sensaIez. *Y el que me come vivirá por mí.

domingo, 9 de agosto de 2015

Textos Eucarísticos, Lecturas Bíblicas: Salmos y Aleluyas.

Ritual de la Sagrada Comunión y del culto a la Eucaristía fuera de la Misa, 21-junio-1973

CAPÍTULO IV. TEXTOS VARIOS PARA LA DISTRIBUCIÓN DE LA SAGRADA COMUNIÓN FUERA DE LA MISA Y PARA LA ADORACIÓN Y PROCESIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO.

1. LECTURAS BÍBLICAS

SALMOS RESPONSORIALES
130.
1. Sal 22, 1-3. 4. 5. 6 (R.: 1)
R. El Señor es mi pastor, nada me falta.
O bien:
Aleluya.

El Señor es mi pastor,
nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre. R.

Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R.

Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R.

131.
2. Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9. 10-11 (R.: 9a)
R. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
O bien:
Aleluya.

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará,
Si el afligido invoca al Señor; él lo escucha
y lo salva de sus angustias. R.

El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R.

Todos sus santos, temed al Señor,
porque nada les falta a los que le temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor no carecen de nada. R.

132.
3. Sal 39, 2 y 4ab. 7-8a.8b-9. 10 (R.: 8a y 9a)
R. Aquí estoy, Señor para hacer tu voluntad.

Yo esperaba con ansia al Señor;
él se inclinó y escuchó mi grito;
me puso en la boca un cántico nuevo,
un himno a nuestro Dios. R.

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio,
entonces yo digo: "Aquí estoy." R.

Como está escrito en mi libro:
"Para hacer tu voluntad."
Dios mío, lo quiero,
y llevo tu ley en las entrañas. R.

He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes. R.

133.
4. Sal 77, 3 y 4a y 7ab. 23-24. 25 y 54 (R.: 2 b)
R. El Señor les dio un trigo celeste.

Lo que oímos y aprendimos,
lo que nuestros padres nos contaron,
no lo ocultaremos a sus hijos,
para que pongan en Dios su confianza
y no olviden las acciones de Dios. R.

Dio orden a las altas nubes,
abrió las compuertas del cielo:
hizo llover sobre ellos maná,
les dio un trigo celeste. R.

Y el hombre comió pan de ángeles,
les mandó provisiones hasta la hartura.
Los hizo entrar por las santas fronteras,
hasta el monte que su diestra había adquirido. R.

134.
5. Sal 109, 1.2.3.4 (R.: 4bc)
R. Cristo, el Señor, sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec, ofreció pan y vino.
O bien:
Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.

Oráculo del Señor a mi Señor:
"Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies." R.

Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos. R.

"Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora." R.

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
"Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec." R.

135.
6. Sal 115, 12-13. 15 y 16bc. 17-18 (R.: cf. 1Co 10, 16)
R. El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo.
O bien:
Aleluya.

¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre. R.

Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
hijo de tu esclava;
rompiste mis cadenas. R.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo. R.

136.
7. Sal 144, 10-11. 15-16. 17-18 (R.: cf. 16)
R. Abres tú la mano, Señor, y nos sacias.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R.

Los ojos de todos te están aguardando,
tú les das la comida a su tiempo;
abres tú la mano,
y sacias de favores a todo viviente. R.

El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R.

137.
8. Sal 147, 12-13. 14-15. 19-20 (R.: Jn 6, 58c)
R. El que come este pan vivirá para siempre.
O bien:
Aleluya.

Glorifica al Señon Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R.

Ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz. R.

Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos. R.


ALELUYAS Y VERSÍCULOS ANTES DEL EVANGELIO

138.
1. Jn 6, 51
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo
-dice el Señor-;
el que coma de este pan
vivirá para siempre.

139.
2. Jn 6, 56
El que come mi carne y bebe mi sangre
habita en mí y yo en él
-dice el Señor-.

140.
3. Jn 6, 57
El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre;
del mismo modo, el que me come vivirá por mí
-dice el Señor-.

141.
4. Cf. Ap 1, 5ab
Jesucristo, tú eres el testigo fiel,
el primogénito de entre los muertos;
tú nos amaste
y nos has librado de nuestros pecados por tu sangre.

142.
5. Ap 5, 9
Eres digno, Señor, de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y con tu sangre nos compraste para Dios.