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Domingo 4 diciembre 2022, II Domingo de Adviento, ciclo A.

lunes, 28 de enero de 2019

Lunes 4 marzo 2019, Lecturas Lunes VIII semana del Tiempo Ordinario, año impar.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Lunes de la VIII semana del Tiempo Ordinario, año impar (Lec. III-impar).

PRIMERA LECTURA Eclo 17, 24-29
Vuélvete al Altísimo y reconoce los juicios de Dios
Lectura del libro del Eclesiástico

A los que se arrepienten Dios les permite volver,
y consuela a los que han perdido la esperanza,
y los hace partícipes de la suerte de los justos.
Retorna al Señor y abandona el pecado,
reza ante su rostro y elimina los obstáculos.
Vuélvete al Altísimo y apártate de la injusticia
y detesta con toda el alma la abominación.
Reconoce los justos juicios de Dios,
permanece en la suerte que te ha asignado
y en la oración al Dios altísimo.
En el abismo ¿quién alabará al Altísimo
como lo hacen los vivos y quienes le dan gracias?
Para el muerto, como quien no existe, desaparece la alabanza,
solo el que está vivo y sano alaba al Señor.
¡Qué grande es la misericordia del Señor
y su perdón para los que retornan a él!

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 31, 1b-2. 5. 6. 7 (R.: 1a)
R.
Alegraos, justos, y gozad con el Señor.
Laetámini in Dómino et exultáte, iusti.

V. Dichoso el que está absuelto de su culpa,
a quien le han sepultado su pecado;
dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito
y en cuyo espíritu no hay engaño. R.
Alegraos, justos, y gozad con el Señor.
Laetámini in Dómino et exultáte, iusti.

V. Había pecado, lo reconocí,
no te encubrí mi delito;
propuse: «Confesaré al Señor mi culpa»,
y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. R.
Alegraos, justos, y gozad con el Señor.
Laetámini in Dómino et exultáte, iusti.

V. Por eso, que todo fiel te suplique
en el momento de la desgracia:
la crecida de las aguas caudalosas
no lo alcanzará. R.
Alegraos, justos, y gozad con el Señor.
Laetámini in Dómino et exultáte, iusti.

V. Tú eres mi refugio,
me libras del peligro,
me rodeas de cantos de liberación. R.
Alegraos, justos, y gozad con el Señor.
Laetámini in Dómino et exultáte, iusti.

Aleluya 2 Co 8, 9
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre para enriqueceros con su pobreza. R.
Iesus Christus egénus factus est, cum esset dives, ut illíus inópia vos dívites essétis.

EVANGELIO Mc 10, 17-27
Vende lo que tienes y sígueme
Lectura del santo Evangelio según san Marcos.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó:
«Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?».
Jesús le contestó:
«Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre».
Él replicó:
«Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud».
Jesús se quedó mirándolo, lo amó y le dijo:
«Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme».
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó triste porque era muy rico.
Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos:
«¿Qué difícil les será entrar en el reino de Dios a los que tienen riquezas!».
Los discípulos quedaron sorprendidos de estas palabras. Pero Jesús añadió:
«Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios».
Ellos se espantaron y comentaban:
«Entonces, ¿quién puede salvarse?».
Jesús se les quedó mirando y les dijo:
«Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Papa Francisco, Homilía 14-octubre-2018
La tristeza es la prueba del amor inacabado. Es el signo de un corazón tibio. En cambio, un corazón desprendido de los bienes, que ama libremente al Señor, difunde siempre la alegría, esa alegría tan necesaria hoy. El santo Papa Pablo VI escribió: «Es precisamente en medio de sus dificultades cuando nuestros contemporáneos tienen necesidad de conocer la alegría, de escuchar su canto» (Exhort. ap. Gaudete in Domino, 9). Jesús nos invita hoy a regresar a las fuentes de la alegría, que son el encuentro con él, la valiente decisión de arriesgarnos a seguirlo, el placer de dejar algo para abrazar su camino. Los santos han recorrido este camino.

sábado, 26 de enero de 2019

Sábado 2 marzo 2019, Lecturas Sábado VII semana del Tiempo Ordinario, año impar.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Sábado de la VII semana del Tiempo Ordinario, año impar (Lec. III-impar).

PRIMERA LECTURA Eclo 17, 1-15
Dios hizo al hombre a su propia imagen
Lectura del libro del Eclesiástico.

EL Señor creó al ser humano de la tierra,
y a ella lo hará volver de nuevo.
Concedió a los humanos días contados y un tiempo fijo,
y les dio autoridad sobre cuanto hay en la tierra.
Los revistió de una fuerza como la suya
y los hizo a su propia imagen.
Hizo que todo ser viviente los temiese,
para que dominaran sobre fieras y aves.
Discernimiento, lengua y ojos,
oídos y corazón les dio para pensar.
Los llenó de ciencia y entendimiento,
y les enseñó el bien y el mal.
Puso su mirada en sus corazones,
para mostrarles la grandeza de sus obras,
y les concedió gloriarse por siempre de sus maravillas.
Por eso alabarán su santo nombre,
para contár la grandeza de sus obras.
Puso delante de ellos la ciencia,
y les dejó en herencia una ley de vida.
Estableció con ellos una alianza eterna,
y les enseñó sus decretos.
Sus ojos vieron la grandeza de su gloria
y sus oídos oyeron su voz gloriosa.
Les dijo: «Guardaos de toda iniquidad»,
y les dio a cada uno preceptos acerca del prójimo.
La conducta humana está siempre ante Dios,
no puede ocultarse a sus ojos.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 102, 13-14. 15-16. 17-18a (R.: cf. 17)
R.
La misericordia del Señor dura por siempre, para aquellos que lo temen.
Misericórdia Dómini ab aetérno super timéntes eum.

V. Como un padre siente ternura por sus hijos,
siente el Señor ternura por los que lo temen;
porque él conoce nuestra masa,
se acuerda de que somos barro. R.
La misericordia del Señor dura por siempre, para aquellos que lo temen.
Misericórdia Dómini ab aetérno super timéntes eum.

V. Los días del hombre duran lo que la hierba,
florecen como flor del campo,
que el viento la roza, y ya no existe,
su terreno no volverá a verla. R.
La misericordia del Señor dura por siempre, para aquellos que lo temen.
Misericórdia Dómini ab aetérno super timéntes eum.

V. Pero la misericordia del Señor
dura desde siempre y por siempre,
para aquellos que lo temen;
su justicia pasa de hijos a nietos:
para los que guardan la alianza. R.
La misericordia del Señor dura por siempre, para aquellos que lo temen.
Misericórdia Dómini ab aetérno super timéntes eum.

Aleluya Cf. Mt 11, 25
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Bendito seas, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del reino a los pequeños. R.
Benedíctus es, Pater, Dómine cæli et terræ, quia mystéria regni párvulis revelásti.

EVANGELIO Mc 10, 13-16
Quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él
Lectura del santo Evangelio según san Marcos.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, le acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos los regañaban.
Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo:
«Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el reino de Dios. En verdad os digo que quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él».
Y tomándolos en brazos los bendecía imponiéndoles las manos.

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Papa Benedicto XVI, Ángelus 23-septiembre-2012
¿Qué nos dice todo esto? Nos recuerda que la lógica de Dios es siempre "otra" respecto a la nuestra, como reveló Dios mismo por boca del profeta Isaías: "Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos" (Is 55, 8). Por esto seguir al Señor requiere siempre al hombre una profunda conversión –de todos nosotros–, un cambio en el modo de pensar y de vivir; requiere abrir el corazón a la escucha para dejarse iluminar y transformar interiormente. Un punto clave en el que Dios y el hombre se diferencian es el orgullo: en Dios no hay orgullo porque Él es toda la plenitud y tiende todo a amar y donar vida; en nosotros los hombres, en cambio, el orgullo está enraizado en lo íntimo y requiere constante vigilancia y purificación. Nosotros, que somos pequeños, aspiramos a parecer grandes, a ser los primeros; mientras que Dios, que es realmente grande, no teme abajarse y hacerse el último. Y la Virgen María está perfectamente "sintonizada" con Dios. Invoquémosla con confianza para que nos enseñe a seguir fielmente a Jesús en el camino del amor y de la humildad.

viernes, 25 de enero de 2019

Viernes 1 marzo 2019, Lecturas Viernes VII semana del Tiempo Ordinario, año impar.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Viernes de la VII semana del Tiempo Ordinario, año impar (Lec. III-impar).

PRIMERA LECTURA Eclo 6, 5-17
Un amigo fiel no tiene precio
Lectura del libro del Eclesiástico.

Una palabra amable multiplica los amigos
y aleja a los enemigos,
y la lengua afable multiplica los saludos.
Sean muchos los que estén en paz contigo,
pero tus confidentes, solo uno entre mil.
Si haces un amigo, ponlo a prueba,
y no tengas prisa en confiarte a él.
Porque hay amigos de ocasión,
que no resisten en el día de la desgracia.
Hay amigos que se convierten en enemigo,
y te avergüenzan descubriendo tus litigios.
Hay amigos que comparten tu mesa
y no resisten en el día de la desgracia.
Cuando las cosas van bien, es como otro tú,
e incluso habla libremente con tus familiares.
Pero si eres humillado, se pone contra ti
y se esconde de tu presencia.
Apártate de tus enemigos
y sé cauto incluso con tus amigos.
Un amigo fiel es un refugio seguro,
y quien lo encuentra ha encontrado un tesoro.
Un amigo fiel no tiene precio
y su valor es incalculable.
Un amigo fiel es medicina de vida,
y los que temen al Señor lo encontrarán.
El que teme al Señor afianza su amistad,
porque, según sea él, así será su amigo.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 118, 12. 16. 18. 27. 34. 35 (R.: 35a)
R.
Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos. Deduc me, Dómine, in sémitam praeceptórum tuórum.

V. Bendito eres, Señor,
enséñame tus decretos. R.
Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos. Deduc me, Dómine, in sémitam praeceptórum tuórum.

V. Tus decretos son mi delicia,
no olvidaré tus palabras. R.
Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos. Deduc me, Dómine, in sémitam praeceptórum tuórum.

V. Ábreme los ojos, y contemplaré
las maravillas de tu ley. R.
Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos. Deduc me, Dómine, in sémitam praeceptórum tuórum.

V. Instrúyeme en el camino de tus mandatos,
y meditaré tus maravillas. R.
Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos. Deduc me, Dómine, in sémitam praeceptórum tuórum.

V. Enséñame a cumplir tu ley
y a guardarla de todo corazón. R.
Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos. Deduc me, Dómine, in sémitam praeceptórum tuórum.

V. Guíame por la senda de tus mandatos,
porque ella es mi gozo. R.
Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos. Deduc me, Dómine, in sémitam praeceptórum tuórum.

Aleluya Cf. Jn 17, 17b. A
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Tu palabra, Señor, es verdad; santifícanos en la verdad. R. Sermo tuus, Dómine, véritas est; sanctífica nos in veritáte.

EVANGELIO Mc 10, 1-12
Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre
Lectura del santo Evangelio según san Marcos.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús se marchó a Judea y a Transjordania; otra vez se le fue reuniendo gente por el camino y según su costumbre les enseñaba.
Acercándose unos fariseos, le preguntaban para ponerlo a prueba:
«¿Le es lícito al hombre repudiar a su mujer?».
Él les replicó:
«¿Qué os ha mandado Moisés?».
Contestaron:
«Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla».
Jesús les dijo:
«Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.
De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.
Él les dijo:
«Si uno repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera, Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Del Papa Francisco, Ángelus 7-octubre- 2018
El modo de actuar de Dios mismo con su pueblo infiel –es decir, con nosotros– nos enseña que el amor herido puede ser sanado por Dios a través de la misericordia y el perdón. Por eso a la Iglesia, en estas situaciones, no se le pide inmediatamente y solo la condena. Al contrario, ante tantos dolorosos fracasos conyugales, esta se siente llamada a vivir su presencia de amor, de caridad y de misericordia para reconducir a Dios los corazones heridos y extraviados.

jueves, 24 de enero de 2019

Jueves 28 febrero 2019, Lectura Jueves VII semana del Tiempo Ordinario, año impar.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Jueves de la VII semana de Tiempo Ordinario, año impar (Lec. III-impar)

PRIMERA LECTURA Eclo 5, 1-8
No tardes en convertirte al Señor
Lectura del libro del Eclesiástico.

No confíes en tus riquezas,
ni digas: «Con esto me basta».
No sigas tu instinto y tu fuerza,
secundando las pasiones de tu corazón.
Y no digas: «Quién puede dominarme?»,
o bien: «Quién logrará someterme por lo que he hecho?»,
porque el Señor ciertamente te castigará.
No digas: «He pecado, y ¿qué me ha pasado?»,
porque el Señor sabe esperar.
Del perdón no te sientas tan seguro,
mientras acumulas pecado tras pecado.
Y no digas: «Es grande su compasión,
me perdonará mis muchos pecados»,
porque él tiene compasión y cólera,
y su ira recae sobre los malvados.
No tardes en convertirte al Señor,
ni lo dejes de un día para otro,
porque de repente la ira del Señor se enciende,
y el día del castigo perecerás.
No confíes en riquezas injustas,
porque de nada te servirán el día de la desgracia.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6 (R.: Sal 39, 5ab)
R.
Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Beatus vir qui pósuit Dóminum spem suam.

V. Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los Cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche. R.
Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Beatus vir qui pósuit Dóminum spem suam.

V. Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R.
Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Beatus vir qui pósuit Dóminum spem suam.

V. No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal. R.
Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Beatus vir qui pósuit Dóminum spem suam.

Aleluya Cf. 1 Ts 2, 13
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Acoged la palabra de Dios, no como palabra humana, sino, cual es en verdad, como palabra de Dios. R.
Accipite verbum Dei, non ut verbum hóminum, sed, sicut est vere, verbum Dei

EVANGELIO Mc 9, 41-50
Más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos a la “gehenna”
Lectura del santo Evangelio según san Marcos.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«El que os dé a beber un vaso de agua porque sois de Cristo, en verdad os digo que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te induce a pecar, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manosa la ugehennan al fuego que no se apaga.
Y, si tu pie te induce a pecar, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies a la “gehenna”.
Y, si tu ojo te induce a pecar, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos a la “gehenna”, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.
Todos serán salados a fuego. Buena es la sal; pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salaréis? Tened sal entre vosotros y vivid en paz unos con otros».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Papa Francisco, Homilía 27-septiembre-2015
La fe abre la «ventana» a la presencia actuante del Espíritu y nos muestra que, como la felicidad, la santidad está siempre ligada a los pequeños gestos. «El que les dé a beber un vaso de agua en mi nombre -dice Jesús, pequeño gesto- no se quedará sin recompensa» (Mc 9, 41). Son gestos mínimos que uno aprende en el hogar; gestos de familia que se pierden en el anonimato de la cotidianidad pero que hacen diferente cada jornada. Son gestos de madre, de abuela, de padre, de abuelo, de hijo, de hermanos. Son gestos de ternura, de cariño, de compasión. Son gestos del plato caliente de quien espera a cenar, del desayuno temprano del que sabe acompañar a madrugar. Son gestos de hogar. Es la bendición antes de dormir y el abrazo al regresar de una larga jornada de trabajo. El amor se manifiesta en pequeñas cosas, en la atención mínima a lo cotidiano que hace que la vida siempre tenga sabor a hogar. La fe crece con la práctica y es plasmada por el amor. Por eso, nuestras familias, nuestros hogares, son verdaderas Iglesias domésticas. Es el lugar propio donde la fe se hace vida y la vida crece en la fe.

miércoles, 23 de enero de 2019

Miércoles 27 febrero 2019, Lecturas Miércoles VII semana del Tiempo Ordinario, año impar.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Miércoles de la VII semana del Tiempo Ordinario, año impar (Lec. III-impar).

PRIMERA LECTURA Eclo 4, 11-19
A los que aman la sabiduría, los ama
Lectura del libro del Eclesiástico.

La sabiduría educa a sus hijos
y se cuida de los que la buscan.
El que la ama, ama la vida,
y los que madrugan por ella se llenarán de gozo. .
El que la adquiere heredara la gloria
y dondequiera que vaya, el Señor lo bendecirá.
Los que la sirven, sirven al Santo, .
y a los que la aman, los ama el Señor.
El que la escucha, juzgará a las naciones,,
y el que a ella se aplica, vivirá seguro.
Si confía en ella la recibirá en herencia
y sus descendientes la tendrán en posesión.
Porque al principio lo lleva por caminos tortuosos
y lo escrutará con cuidado;
le infunde miedo y temblor,
lo atormenta con su disciplina,
hasta que pueda confiar en él,
y lo pone a prueba con sus exigencias.
Pero luego vuelve a él por el camino recto,
lo colma de alegría y le revela sus secretos,
y lo enriquecerá de ciencia y de conocimiento recto.
Si él se desvía, lo abandonará
y lo dejará a merced de su propia ruina.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 118, 165. 168. 171. 172. 174. 175 (R.: 165a)
R.
Mucha paz tienen los que aman tu ley, Señor. Pax multa diligéntibus legem tuam, Dómine.

V. Mucha paz tienen los que aman tu ley,
y nada los hace tropezar.
Guardo tus preceptos y tus mandatos,
y tu tienes presentes mis caminos.
R.
Mucha paz tienen los que aman tu ley, Señor. Pax multa diligéntibus legem tuam, Dómine.

V. De mis labios brota alabanza,
porque me enseñaste tus decretos
Mi lengua canta tu promesa,
porque todos tus preceptos son justos.
R.
Mucha paz tienen los que aman tu ley, Señor. Pax multa diligéntibus legem tuam, Dómine.

V. Ansío tu salvación, Señor;.
tu ley es mi delicia.
Que mi alma viva para alabarte,
que tus mandamientos me auxilien.
R.
Mucha paz tienen los que aman tu ley, Señor. Pax multa diligéntibus legem tuam, Dómine.

Aleluya Jn 14, 6
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Yo soy el camino y la verdad y la vida -dice el Señor-; nadie va al Padre, sino por mí. R. Ego sum via, véritas et vita, dicit Dóminus; nemo veni ad Patrem, nisi per me.

EVANGELIO Mc 9, 38-40
El que no está contra nosotros está a favor nuestro
Lectura del santo Evangelio según san Marcos.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús:
«Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no viene con nosotros».
Jesús respondió:
«No se lo impidáis, porque quien hace un milagro en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Papa Francisco, Ángelus 30-septiembre-2018
La gran libertad de Dios al donarse a nosotros constituye un desafío y una exhortación a modificar nuestras actitudes y nuestras relaciones. Es la invitación que nos dirige Jesús hoy. Él nos llama a no pensar según las categorías de «amigo/enemigo», «nosotros/ellos», «quien está dentro/quien está fuera», «mío/tuyo», sino para ir más allá, a abrir el corazón para poder reconocer su presencia y la acción de Dios también en ambientes insólitos e imprevisibles y en personas que forman parte de nuestro círculo. Se trata de estar atentos más a la autenticidad del bien, de lo bonito y de lo verdadero que es realizado, que no al nombre y a la procedencia de quien lo cumple.

martes, 22 de enero de 2019

Martes 26 febrero 2019, Lecturas Martes VII semana del Tiempo Ordinario, año impar.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Martes de la VII semana del Tiempo Ordinario, año impar (Lec. III-impar).

PRIMERA LECTURA Eclo 2, 1-11
Prepárate para la prueba
Lectura del libro del Eclesiástico.

Hijo, si te acercas a servir al Señor,
permanece firme en la justicia y en el temor,
y prepárate para la prueba.
Endereza tu corazón, mantente firme
y no te angusties en tiempo de adversidad.
Pégate a él y no te separes,
para que al final seas enaltecido.
Todo lo que te sobrevenga, acéptalo,
y sé paciente en la adversidad y en la humillación.
Porque en el fuego se prueba el oro,
y los que agradan a Dios en el horno de la humillación.
Confía en él y él te ayudará,
endereza tus caminos y espera en él.
Los que teméis al Señor, aguardad su misericordia
y no os desviéis, no sea que caigáis.
Los que teméis al Señor, confiad en él,
y no se retrasará vuestra recompensa.
Los que teméis al Señor, esperad bienes,
gozo eterno y misericordia.
Los que teméis al Señor, amadlo
y vuestros corazones se llenarán de luz.
Fijaos en las generaciones antiguas y ved:
¿Quién confió en el Señor y quedó defraudado?,
o ¿quién perseveró en su temor y fue abandonado?,
o ¿quién lo invocó y fue desatendido?
Porque el Señor es compasivo y misericordioso,
perdona los pecados y salva en tiempo de desgracia,
y protege a aquellos que lo buscan sinceramente.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 36, 3-4. 18-19. 27-28. 39-40 (R.: cf. 5)
R.
Encomienda tu camino al Señor, y él actuará.
Commítte Dómino viam tuam, et ipse aget.

V. Confía en el Señor y haz el bien,
habitarás tu tierra y reposarás en ella en fidelidad;
sea el Señor tu delicia,
y él te dará lo que pide tu corazón. R.
Encomienda tu camino al Señor, y él actuará.
Commítte Dómino viam tuam, et ipse aget.

V. El Señor vela por los días de los buenos,
y su herencia durará siempre;
no se agostarán en tiempo de sequía,
en tiempo de hambre se saciarán. R.
Encomienda tu camino al Señor, y él actuará.
Commítte Dómino viam tuam, et ipse aget.

V. Apártate del mal y haz el bien,
y siempre tendrás una casa;
porque el Señor ama la justicia
y no abandona a sus fieles.
Los inicuos son exterminados,
la estirpe de los malvados se extinguirá. R.
Encomienda tu camino al Señor, y él actuará.
Commítte Dómino viam tuam, et ipse aget.

V. El Señor es quien salva a los justos,
él es su alcázar en el peligro;
el Señor los protege y los libra,
los libra de los malvados y los salva
porque se acogen a él. R.
Encomienda tu camino al Señor, y él actuará.
Commítte Dómino viam tuam, et ipse aget.

Aleluya Ga 6, 14
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz del Señor, por la cual el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo. R.
Mihi absit gloriári nisi in cruce Dómine, per quem mihi mundus crucifíxus est, et ego mundo.

EVANGELIO Mc 9, 30-37
El Hijo del hombre va a ser entregado. Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos
Lectura del santo Evangelio según san Marcos.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos.
Les decía:
«El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará».
Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaún, y una vez en casa, les preguntó:
«¿De qué discutíais por el camino?».
Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.
Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:
«Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos».
Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:
«El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Papa Francisco, Homilía 23-septiembre-2018
Estamos hoy acá, ansiosos de recibir a Jesús: en su palabra, en la eucaristía, en los pequeños. Recibirlo para que él reconcilie nuestra memoria y nos acompañe en un presente que nos sigue apasionando por sus desafíos, por los signos que nos deja, para que lo sigamos como discípulos, porque no hay nada verdaderamente humano que no tenga resonancia en el corazón de los discípulos de Cristo, y así sentimos como nuestros los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y afligidos (cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. ap. Gaudium et spes, 1). Por eso, y porque como comunidad nos sentimos verdadera e íntimamente solidarios del género humano (...) y de su historia (cf. ibíd.), queremos entregar la vida en el servicio y en la alegría, y así hacer saber a todos que Cristo Jesús es nuestra única esperanza.

lunes, 21 de enero de 2019

Lunes 25 febrero 2019, Lecturas Lunes VII semana del Tiempo Ordinario, año impar.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Lunes de la VII semana del Tiempo Ordinario, año impar (Lec. III-impar).

PRIMERA LECTURA Eclo 1, 1-10b
Antes que todo fue creada la sabiduría
Comienzo del libro del Eclesiástico.

Toda sabiduría viene del Señor
y está con él por siempre.
La arena de los mares, las gotas de la lluvia
y los días del mundo, ¿quién los contará?
La altura de los cielos, la anchura de la tierra
y la profundidad del abismo, ¿quién las escrutará?
¿Quién ha escrutado la sabiduría de Dios, que es anterior a todo?
Antes que todo fue creada la sabiduría,
y la inteligencia prudente desde la eternidad.
La fuente de la sabiduría es la palabra de Dios en las alturas
y sus canales son mandamientos eternos.
La raíz de la sabiduría, ¿a quién fue revelada?
y sus recursos, ¿quién los conoció?
La ciencia de la sabiduría, ¿a quién fue revelada?
y su mucha experiencia, ¿quién la conoció?
Uno es el Altísimo, creador todopoderoso.
Uno solo es sabio, temible en extremo:
el que está sentado en su trono.
El Señor mismo creó la sabiduría, la vio, la midió
y la derramó sobre todas sus obras.
Se la concedió a todos los vivientes
y se la regaló a quienes lo aman.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 92, 1ab. 1c-2. 5 (R.: 1a)
R.
El Señor reina, vestido de majestad Dóminus regnávit, decórem indútus est.

V. El Señor reina, vestido de majestad;
el Señor, vestido y ceñido de poder. R.
El Señor reina, vestido de majestad Dóminus regnávit, decórem indútus est.

V. Así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno. R.
El Señor reina, vestido de majestad Dóminus regnávit, decórem indútus est.

Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término. R.
El Señor reina, vestido de majestad Dóminus regnávit, decórem indútus est.

Aleluya Cf. 2 Tm 1, 10
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Nuestro Salvador, Cristo Jesús, destruyó la muerte, e hizo brillar la vida por medio del Evangelio. R. Salvátor noster Iesus Christus destrúxit mortem, et illúminavit vita per Evangélium.

EVANGELIO Mc 9, 14-29
Creo, pero ayuda mi falta de fe
Lectura del santo Evangelio según san Marcos.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús y los tres discípulos bajaron del monte y volvieron a donde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor y a unos escribas discutiendo con ellos.
Al ver a Jesús, la gente se sorprendió y corrió a saludarlo. El les preguntó:
«¡De qué discutís?».
Uno de la gente le contestó:
«Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no lo deja hablar; y cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda rígido. He pedido a tus discípulos que lo echen y no han sido capaces».
Él, tomando la palabra, les dice:
«Generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo».
Se lo llevaron.
El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; este cayó por tierra y se revolcaba echando espumarajos.
Jesús preguntó al padre:
«Cuánto tiempo hace que le pasa esto?».
Contestó él:
«Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua para acabar con él. Si algo puedes, ten compasión de nosotros y ayúdanos».
Jesús replicó:
«Si puedo? Todo es posible al que tiene fe».
Entonces el padre del muchacho se puso a gritar:
«Creo, pero ayuda mi falta de fe».
Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo:
«Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: sal de él y no vuelvas a entrar en él».
Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió.
El niño se quedó como un cadáver, de modo que muchos decían que estaba muerto.
Pero Jesús lo levantó cogiéndolo de la mano y el niño se puso en pie.
Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas:
«¿Por qué no pudimos echarlo nosotros?».
El les respondió:
«Esta especie solo puede salir con oración».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Beda, in Marcum, 3, 38
Enseñando el Señor a los Apóstoles de qué modo debe ser lanzado este cruelísimo demonio, nos enseña a todos cómo hemos de vivir y que el ayuno y la oración son los medios de que hemos de valernos para salir triunfantes hasta de las mayores pruebas que nos ofrezcan los espíritus inmundos o los hombres. Este ayuno es general y no comprende sólo la abstinencia de los alimentos, sino de todo gusto carnal y principalmente de toda pasión viciosa. La oración general igualmente no consiste sólo en las palabras con que invocamos la clemencia divina, sino en todo lo que hacemos en obsequio de nuestro creador movidos por la fe: testigo es el Apóstol que dice: "Orad sin cesar" ( 1Tes 5, 7).

sábado, 19 de enero de 2019

Sábado 23 febrero 2019, Lecturas Sábado VI semana del Tiempo Ordinario, año impar.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Sábado de la VI semana del Tiempo Ordinario, año impar (Lec. III-impar).


PRIMERA LECTURA Heb 11, 1-7
Por la fe sabemos que el universo fue configurado por la palabra de Dios
Lectura de la carta a los Hebreos.

Hermanos:
La fe es fundamento de lo que se espera, y garantía de lo que no se ve.
Por ella son recordados los antiguos.
Por la fe sabemos que el universo fue configurado por la palabra de Dios, de manera que lo visible procede de lo invisible.
Por la fe, Abel ofreció a Dios un sacrificio mejor que Caín; por ella, Dios mismo, al recibir sus dones, lo acreditó como justo; por ella sigue hablando después de muerto.
Por la fe fue arrebatado Henoc, sin pasar por la muerte; no lo encontraron, porque Dios lo había arrebatado; en efecto, antes de ser arrebatado se le acreditó que había complacido a Dios, y sin fe es imposible complacerlo, pues el que se acerca a Dios debe creer que existe y que recompensa a quienes lo buscan.
Por la fe, advertido Noé de lo que aún no se veía, tomó precauciones y construyó un arca para salvar a su familia; por ella condenó al mundo y heredó la justicia que viene de la fe.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 144, 2-3. 4-5. 10-11 (R.: cf. 1b)
R.
Bendeciré tu nombre por siempre, Señor.
Benedícam nómini tuo, Dómine, in æternum.

V. Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza. R.
Bendeciré tu nombre por siempre, Señor.
Benedícam nómini tuo, Dómine, in æternum.

V. Una generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta tus hazañas.
Alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas. R.
Bendeciré tu nombre por siempre, Señor.
Benedícam nómini tuo, Dómine, in æternum.

V. Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles.
Que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R.
Bendeciré tu nombre por siempre, Señor.
Benedícam nómini tuo, Dómine, in æternum.

Aleluya Cf. Mc 9, 7
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Se abrieron los cielos y se oyó la voz del Padre: «Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo». R.
Caeli aperti sunt et vox Patris intonuit:"Hic est Filius meus carissimus; audite illum".

EVANGELIO Mc 9, 2-13
Se transfiguró delante de ellos
Lectura del santo Evangelio según san Marcos.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, subió aparte con ellos solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo.
Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús:
«Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías».
No sabía qué decir, pues estaban asustados.
Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube:
«Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo».
De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando bajaban del monte, les ordenó que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.
Esto se les quedó grabado y discutían qué quería decir aquello de resucitar de entre los muertos.
Le preguntaron:
«¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?».
Les contestó él:
«Elías vendrá primero y lo renovará todo. Ahora, ¿por qué está escrito que el Hijo del hombre tiene que padecer mucho y ser despreciado? Os digo que Elías ya ha venido y han hecho con él lo que han querido, como estaba escrito acerca de él».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Papa Francisco, Ángelus 1-marzo-2015
Escuchad a Jesús. Él es el Salvador: seguidlo. Escuchar a Cristo, en efecto, lleva a asumir la lógica de su misterio pascual, ponerse en camino con Él para hacer de la propia vida un don de amor para los demás, en dócil obediencia a la voluntad de Dios, con una actitud de desapego de las cosas mundanas y de libertad interior. Es necesario, en otras palabras, estar dispuestos a "perder la propia vida" (cf. Mc 8, 35), entregándola a fin de que todos los hombres se salven: así, nos encontraremos en la felicidad eterna. El camino de Jesús nos lleva siempre a la felicidad, ¡no lo olvidéis! El camino de Jesús nos lleva siempre a la felicidad. Habrá siempre una cruz en medio, pruebas, pero al final nos lleva siempre a la felicidad. Jesús no nos engaña, nos prometió la felicidad y nos la dará si vamos por sus caminos.

jueves, 17 de enero de 2019

Jueves 21 febrero 2019, Lecturas Jueves VI semana del Tiempo Ordinario, año impar.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Jueves de la VI semana de Tiempo Ordinario, año impar (Lec. III-impar)

PRIMERA LECTURA Gén 9,1-13
Pondré mi arco en el cielo, como señal de mi alianza con la tierra
Lectura del libro del Génesis.

Dios bendijo a Noé y a sus hijos diciéndoles:
«Sed fecundos, multiplicaos y llenad la tierra. Todos los animales de la tierra y todas las aves del cielo os temerán y os respetarán; todos los reptiles del suelo y todos los peces del mar están a vuestra disposición. Todo lo que vive y se mueve os servirá de alimento: os lo entrego todo, lo mismo que los vegetales.
Pero no comáis carne con sangre, que es su vida. Pediré cuentas de vuestra sangre, que es vuestra vida; se las pediré a cualquier animal. Y al hombre le pediré cuentas de la vida de su hermano.
Quien derrame la sangre de un hombre,
por otro hombre será su sangre derramada;
porque a imagen de Dios hizo él al hombre.
Vosotros sed fecundos y multiplicaos, moveos por la tierra y dominadla».
Dios dijo a Noé y a sus hijos:
«Yo establezco mi alianza con vosotros y con vuestros descendientes, con todos los animales que os acompañan, aves, ganados y fieras, con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra. Establezco, pues, mi alianza con vosotros:
el diluvio no volverá a destruir criatura alguna ni habrá otro diluvio que devaste la tierra».
Y Dios añadió:
«Esta es la señal de la alianza que establezco con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, para todas las generaciones: pondré mi arco en el cielo, como señal de mi alianza con la tierra».

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 101, 16-18. 19-21.29 y 22-23 (R.: 20b)
R.
El Señor desde el cielo se ha fijado en la tierra.
El Señor, desde el cielo, se ha fijado en la tierra.

V. Los gentiles temerán tu nombre;
los reyes del mundo, tu gloria.
Cuando el Señor reconstruya Sion,
y aparezca en su gloria,
y se vuelva a las súplicas de los indefensos,
y no desprecie sus peticiones. R.
El Señor desde el cielo se ha fijado en la tierra.
El Señor, desde el cielo, se ha fijado en la tierra.

V. Quede esto escrito para la generación futura,
y el pueblo que será creado alabará al Señor.
Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario,
desde el cielo se ha fijado en la tierra,
para escuchar los gemidos de los cautivos
y librar a los condenados a muerte. R.
El Señor desde el cielo se ha fijado en la tierra.
El Señor, desde el cielo, se ha fijado en la tierra.

V. Los hijos de tus siervos vivirán seguros,
su linaje durará en tu presencia.
Para anunciar en Sion el nombre del Señor,
y su alabanza en Jerusalén,
cuando se reúnan unánimes los pueblos
y los reyes para dar culto al Señor. R.
El Señor desde el cielo se ha fijado en la tierra.
El Señor, desde el cielo, se ha fijado en la tierra.

Aleluya Cf. Jn 6, 63c. 68C
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida; tú tienes palabras de vida eterna. R.
Verba tua, Dómine, spíritus et vita sunt; verba vita ætérnæ habes.

EVANGELIO Mc 8, 27-33
Tú eres el Mesías. El hijo del hombre tiene que padecer mucho
Lectura del santo Evangelio según san Marcos.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Filipo; por el camino preguntó a sus discípulos:
«¿Quién dice la gente que soy yo?».
Ellos le contestaron:
«Unos, Juan el Bautista; otros, Elías, y otros, uno de los profetas».
Él les preguntó:
«Y vosotros, ¿quién decís que soy?».
Tomando la palabra Pedro le dijo:
«Tú eres el Mesías».
Y les conminó a que no hablaran a nadie acerca de esto.
Y empezó a instruirlos:
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días».
Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Pero él se volvió y, mirando a los discípulos, increpó a Pedro:
«Ponte detrás de mí, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Papa Francisco, Ángelus 16-septiembre-2018
Hermanos y hermanas, la profesión de fe en Jesucristo no puede quedarse en palabras, sino que exige una auténtica elección y gestos concretos, de una vida marcada por el amor de Dios, de una vida grande, de una vida con tanto amor al prójimo. Jesús nos dice que, para seguirle, para ser sus discípulos, se necesita negarse a uno mismo (cf. Mc 8, 34), es decir, los pretextos del propio orgullo egoísta y cargar con la cruz. Después da a todos una regla fundamental. ¿Y cuál es esta regla? «Quien quiera salvar su vida, la perderá». A menudo, en la vida, por muchos motivos, nos equivocamos de camino, buscando la felicidad solo en las cosas o en las personas a las que tratamos como cosas. Pero la felicidad la encontramos solamente cuando el amor, el verdadero, nos encuentra, nos sorprende, nos cambia. ¡El amor cambia todo! Y el amor puede cambiarnos también a nosotros, a cada uno de nosotros. Lo demuestran los testimonios de los santos.

miércoles, 16 de enero de 2019

Miércoles 20 febrero 2019, Lecturas Miércoles VI semana del Tiempo Ordinario, año impar.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Miércoles de la VI semana del Tiempo Ordinario, año impar (Lec. III-impar)

PRIMERA LECTURA Gén 8, 6-13. 20-22
Miró y vio que la superficie del suelo estaba seca
Lectura del libro del Génesis.

Pasados cuarenta días, Noé abrió la claraboya que había hecho en el arca y soltó el cuervo, que estuvo saliendo y retornando hasta que se secó el agua en la tierra.
Después soltó la paloma, para ver si había menguado el agua sobre la superficie del suelo. Pero la paloma no encontró donde posarse y volvió al arca, porque todavía había agua sobre la superficie de toda la tierra. Él alargó su mano, la agarró y la metió consigo en el arca.
Esperó otros siete días y de nuevo soltó la paloma desde el arca. Al atardecer, la paloma volvió con una hoja verde de olivo en el pico.
Noé comprendió que el agua había menguado sobre la tierra. Esperó todavía otros siete días y soltó la paloma, que ya no volvió.
El año seiscientos uno, el día primero del mes primero se secó el agua en la tierra. Noé abrió la claraboya del arca, miró y vio que la superficie del suelo estaba seca.
Noé construyó un altar al Señor, tomó animales y aves de toda especie pura y los ofreció en holocausto sobre el altar.
El Señor olió el aroma que aplaca y se dijo:
«No volveré a maldecir el suelo a causa del hombre, porque la tendencia del corazón humano es mala desde la juventud. No volveré a destruir a los vivientes como acabo de hacerlo. Mientras dure la tierra no han de faltar siembra y cosecha, frío y calor, verano e invierno, día y noche».

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 115, 12-13. 14-15. 18-19 (R.: 17a)
R.
Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
Tibi, Dómine, sacrificábo hóstiam laudis.
O bien: Aleluya.

V. ¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando el nombre del Señor. R.
Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
Tibi, Dómine, sacrificábo hóstiam laudis.

V. Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles. R.
Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
Tibi, Dómine, sacrificábo hóstiam laudis.

V. Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.
R.
Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.
Tibi, Dómine, sacrificábo hóstiam laudis.

Aleluya Cf. Ef 1, 17-18
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. El Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine los ojos de nuestro corazón, para que comprendamos cuál es la esperanza a la que nos llama. R. Pater Dómini nostri Iesu Christi illúminet óculos cordis nostri, ut sciámus quæ sit spes vocatiónis nostræ.

EVANGELIO 8, 22-26
El ciego estaba curado y veía todo con claridad
Lectura del santo Evangelio según san Marcos.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a Betsaida.
Y le trajeron a un ciego pidiéndole que lo tocase.
Él lo sacó de la aldea, llevándolo de la mano, le untó saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó:
«Ves algo?».
Levantando los ojos dijo:
«Veo hombres, me parecen árboles, pero andan».
Le puso otra vez las manos en los ojos; el hombre miró: estaba curado y veía todo con claridad.
Jesús lo mandó a casa diciéndole que no entrase en la aldea.

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

San Jerónimo, Comentario al Evangelio de san Marcos V
La saliva de Cristo es medicina. Poniéndole saliva en los ojos y habiéndole impuesto las manos, le preguntó si veía algo. En la ciencia siempre hay progresos. No puede uno en una hora alcanzar la perfecta sabiduría, por capaz que sea. Nadie puede llegar a la perfecta ciencia, sino después de mucho tiempo y de un largo periodo de instrucción. Primero se quitan las manchas, se quita también la ceguera, y de este modo llega la luz. La saliva del Señor es la perfecta doctrina, la que, para enseñar perfectamente, procede de la boca del Señor. La saliva del Señor, por así decir, es ciencia que procede de la sustancia del Señor. Así como la palabra, que procede de la boca, es medicina, del mismo modo la saliva parece que sale como de algo de Dios, es decir, de su misma sustancia. Aquí, por tanto, lo que dice el Evangelio es esto: que el Señor, con una doctrina más secreta, lava el error de los ojos del ciego.

Misas de Difuntos: Aleluya y versículos antes del Evangelio.

Difuntos y Exequias

MISAS DE DIFUNTOS

1. EN LAS EXEQUIAS

ALELUYA Y VERSÍCULOS ANTES DEL EVANGELIO
Leccionario V, págs. 504-505.

1
 Cf. Mt 11, 25
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra,
porque has revelado los misterios del reino a los pequeños. R.

2
II   Mt 25, 34
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Venid vosotros, benditos de mi Padre —dice el Señor—;
heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. R.

3
III   Cf. Jn 3, 16
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Tanto amó Dios al mundo.
que entregó a su Unigénito;
todo el que cree en él tiene vida eterna. R.

4
IV   Cf. Jn 6, 39
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Ésta es la voluntad de mi Padre —dice el Señor—:
que no pierda nada de lo que me dio,
sino que lo resucite en el ultimo día. R.

5
V   Jn 6, 40
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Ésta es la voluntad de mi Padre —dice el Señor—:
que todo el que cree en el Hijo tenga vida eterna,
y yo lo resucitaré en el ultimo día. R.

6
VI   Jn 6, 51
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo —dice el Señor—;
el que coma de este pan vivirá para siempre. R.

7
VII   Jn 11, 25a. 26
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Yo soy la resurrección y la vida —dice el Señor—;
el que cree en mi no morirá para siempre. R.

8
VIII   Cf. Flp 3, 20
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Nosotros somos ciudadanos del cielo,
de donde aguardamos un Salvador:
nuestro Señor Jesucristo. R.

9
IX   Cf. 2 Tim 2, 11-12a
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Si morimos con Cristo, también viviremos con él;
si perseveramos, también reinaremos con él. R.

10
X   Ap 1, 5a. 6b
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Jesucristo es el primogénito de entre los muertos;
a él, la gloria y el poder por los siglos de los siglos. R.

11
XI   Ap 14, 13
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. ¡Bienaventurados los muertos, los que mueren en el Señor!
Que descansen de sus fatigas, porque sus obras los acompañan. R.