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Domingo 4 diciembre 2022, II Domingo de Adviento, ciclo A.

viernes, 1 de julio de 2022

Viernes 5 agosto 2022, Viernes de la XVIII semana del Tiempo Ordinario, feria o Dedicación de la Basílica de Santa María, memoria libre.

SOBRE LITURGIA

CARTA APOSTÓLICA DESIDERIO DESIDERAVI
DEL SANTO PADRE FRANCISCO

SOBRE LA FORMACIÓN LITÚRGICA DEL PUEBLO DE DIOS

La Liturgia: lugar del encuentro con Cristo

10. Aquí está toda la poderosa belleza de la Liturgia. Si la Resurrección fuera para nosotros un concepto, una idea, un pensamiento; si el Resucitado fuera para nosotros el recuerdo del recuerdo de otros, tan autorizados como los Apóstoles, si no se nos diera también la posibilidad de un verdadero encuentro con Él, sería como declarar concluida la novedad del Verbo hecho carne. En cambio, la Encarnación, además de ser el único y novedoso acontecimiento que la historia conozca, es también el método que la Santísima Trinidad ha elegido para abrirnos el camino de la comunión. La fe cristiana, o es un encuentro vivo con Él, o no es.

11. La Liturgia nos garantiza la posibilidad de tal encuentro. No nos sirve un vago recuerdo de la última Cena, necesitamos estar presentes en aquella Cena, poder escuchar su voz, comer su Cuerpo y beber su Sangre: le necesitamos a Él. En la Eucaristía y en todos los Sacramentos se nos garantiza la posibilidad de encontrarnos con el Señor Jesús y de ser alcanzados por el poder de su Pascua. El poder salvífico del sacrificio de Jesús, de cada una de sus palabras, de cada uno de sus gestos, mirada, sentimiento, nos alcanza en la celebración de los Sacramentos. Yo soy Nicodemo y la Samaritana, el endemoniado de Cafarnaún y el paralítico en casa de Pedro, la pecadora perdonada y la hemorroísa, la hija de Jairo y el ciego de Jericó, Zaqueo y Lázaro; el ladrón y Pedro, perdonados. El Señor Jesús que inmolado, ya no vuelve a morir; y sacrificado, vive para siempre [2], continúa perdonándonos, curándonos y salvándonos con el poder de los Sacramentos. A través de la encarnación, es el modo concreto por el que nos ama; es el modo con el que sacia esa sed de nosotros que ha declarado en la cruz( Jn 19,28).

12. Nuestro primer encuentro con su Pascua es el acontecimiento que marca la vida de todos nosotros, los creyentes en Cristo: nuestro bautismo. No es una adhesión mental a su pensamiento o la sumisión a un código de comportamiento impuesto por Él: es la inmersión en su pasión, muerte, resurrección y ascensión. No es un gesto mágico: la magia es lo contrario a la lógica de los Sacramentos porque pretende tener poder sobre Dios y, por esa razón, viene del tentador. En perfecta continuidad con la Encarnación, se nos da la posibilidad, en virtud de la presencia y la acción del Espíritu, de morir y resucitar en Cristo.

13. El modo en que acontece es conmovedor. La plegaria de bendición del agua bautismal [3] nos revela que Dios creó el agua precisamente en vista del bautismo. Quiere decir que mientras Dios creaba el agua pensaba en el bautismo de cada uno de nosotros, y este pensamiento le ha acompañado en su actuar a lo largo de la historia de la salvación cada vez que, con un designio concreto, ha querido servirse del agua. Es como si, después de crearla, hubiera querido perfeccionarla para llegar a ser el agua del bautismo. Y por eso la ha querido colmar del movimiento de su Espíritu que se cernía sobre ella (cfr. Gén 1,2) para que contuviera en germen el poder de santificar; la ha utilizado para regenerar a la humanidad en el diluvio (cfr. Gén 6,1-9,29); la ha dominado separándola para abrir una vía de liberación en el Mar Rojo (cfr. Ex 14); la ha consagrado en el Jordán sumergiendo la carne del Verbo, impregnada del Espíritu (cfr. Mt 3,13-17; Mc 1,9-11; Lc 3,21-22). Finalmente, la ha mezclado con la sangre de su Hijo, don del Espíritu inseparablemente unido al don de la vida y la muerte del Cordero inmolado por nosotros, y desde el costado traspasado la ha derramado sobre nosotros ( Jn 19,34). En esta agua fuimos sumergidos para que, por su poder, pudiéramos ser injertados en el Cuerpo de Cristo y, con Él, resucitar a la vida inmortal (cfr. Rom 6,1-11).

La Iglesia: sacramento del Cuerpo de Cristo

14. Como nos ha recordado el Concilio Vaticano II (cfr. Sacrosanctum Concilium, n. 5) citando la Escritura, los Padres y la Liturgia –columnas de la verdadera Tradición– del costado de Cristo dormido en la cruz brotó el admirable sacramento de toda la Iglesia [4]. El paralelismo entre el primer y el nuevo Adán es sorprendente: así como del costado del primer Adán, tras haber dejado caer un letargo sobre él, Dios formó a Eva, así del costado del nuevo Adán, dormido en el sueño de la muerte, nace la nueva Eva, la Iglesia. El estupor está en las palabras que, podríamos imaginar, el nuevo Adán hace suyas mirando a la Iglesia: “Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne” ( Gén 2,23). Por haber creído en la Palabra y haber descendido en el agua del bautismo, nos hemos convertido en hueso de sus huesos, en carne de su carne.

15. Sin esta incorporación, no hay posibilidad de experimentar la plenitud del culto a Dios. De hecho, uno sólo es el acto de culto perfecto y agradable al Padre, la obediencia del Hijo cuya medida es su muerte en cruz. La única posibilidad de participar en su ofrenda es ser hijos en el Hijo. Este es el don que hemos recibido. El sujeto que actúa en la Liturgia es siempre y solo Cristo-Iglesia, el Cuerpo Místico de Cristo.

[2] Præfatio paschalis III, Missale Romanum (2008) p.367: «Qui immolátus iam non móritur, sed semper vivit occísus».
[3] Cfr. Missale Romanum (2008) p. 532.
[4] Cfr. Augustinus, Enarrationes in psalmos. Ps. 138,2; Oratio post septimam lectionem, Vigilia Paschalis, Missale Romanum (2008) p. 359; Super oblata, Pro Ecclesia (B), Missale Romanum (2008) p. 1076.

CALENDARIO

5 VIERNES DE LA XVIII SEMANA DEL T. ORDINARIO, feria o DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA DE SANTA MARÍA, memoria libre

Misa
de feria (verde) o de la memoria (blanco).
MISAL: para la feria cualquier formulario permitido (véase pág. 67, n. 5) / para la memoria 1.ª orac. prop. y el resto del común de la BVM, o de un domingo del T.O., Pf. común o de la memoria. 
LECC.: vol. III-par.
- Nah 2, 1. 3; 3, 1-3. 6-7.
Ay de la ciudad sanguinaria.
- Salmo: Dt 32, 35-41. R. Yo doy la muerte y la vida.
- Mt 16, 24-28. ¿Qué podrá dar un hombre para recobrar su alma?
o bien:
cf. vol. IV.

Liturgia de las Horas: oficio de feria o de la memoria.

Martirologio: elogs. del 6 de agosto, pág. 469.
CALENDARIOS: Ceuta-ciudad: Nuestra Señora de África (S).
Ibiza: Santa María de Ibiza (S).
Orihuela-Alicante, en la ciudad de Alicante: Nuestra Señora del Remedio (S). En el resto de la diócesis: San Emigdio, obispo y mártir (ML).
Vitoria-ciudad: Dedicación de la basílica de santa María bajo la advocación de la «Virgen Blanca» (S).
Cartujos: Beato Guillermo Mom, mártir (ML).

TEXTOS MISA

Misa de la feria: del XVIII Domingo del T. Ordinario (o de otro Domingo del T. Ordinario).

Misa de la memoria:
5 de agosto
La Dedicación de la basílica de Santa María

Oración colecta propia, resto del común de la Bienaventurada Virgen María, Tiempo ordinario 1.

Antífona de entrada

Salve, Madre Santa, Virgen, Madre del Rey que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos.
Salve, sancta parens, eníxa puérpera Regem, qui caelum terrámque regit in saecula saeculórum.

Monición de entrada
Recordamos en esta celebración el aniversario de la Dedicación de la basílica de Santa María, en Roma, construida en el monte Esquilino hacia el año 434 y ofrecida por el papa Sixto III al pueblo de Dios como recuerdo del Concilio de Efeso, en el que la Virgen María fue proclamada Madre de Dios.

Oración colecta
Perdona, Señor, los pecados de tus siervos y, ya que no podemos complacerte con nuestras obras, concédenos la salvación por intercesión de la Madre de tu Hijo, nuestro Señor. Él, que vive y reina contigo.
Famulórum tuórum, quaesumus, Dómine, delíctis ignósce, ut, qui tibi placére de nostris áctibus non valémus, Genetrícis Fílii tui intercessióne salvémur. Per Dóminum.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Viernes de la XVIII semana del Tiempo Ordinario, año par (Lec. III-par).

PRIMERA LECTURA Nah 2, 1, 3; 3, 1-3, 6-7
Ay de la ciudad sanguinaria

Lectura de la profecía de Nahúm.

He aquí sobre los montes
los pies del mensajero
que proclama la paz.
Celebra tus fiestas, Judá,
cumple tus votos,
que no pasará más por ti el perverso;
se acabó la destrucción.
Pues restaura el Señor
la dignidad de Jacob y de Israel:
los desoladores los habían asolado
habían destrozado sus sarmientos.
¡Ay de la ciudad sanguinaria,
toda ella mentira,
llena de rapiña,
insaciable de botín!
Ruido de látigo,
estrépito de ruedas,
galope de caballos,
brincos de carros,
asalto de caballería,
brillo de espadas,
fulgor de lanzas,
heridos sin cuento,
montones de muertos,
cadáveres sin fin,
tropiezan en cadáveres.
Echaré sobre ti inmundicias,
te deshonraré públicamente.
Todo el que te vea
huirá de ti diciendo:
«¡Nínive está devastada!
¿Quién se compadecerá?
¿Dónde encontraré quien te consuele?».

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Dt 32, 35cd-36ab. 39Abcd. 41 (R.: 39c)
R. 
Yo doy la muerte y la vida.
Ego occídam et ego vívere fáciam.

V. El día de su ruina se acerca,
y se precipita su destino.
El Señor hará justicia a su pueblo,
y tendrá piedad de sus siervos.
R. Yo doy la muerte y la vida.
Ego occídam et ego vívere fáciam.

V. Pero ahora mirad: soy yo, solo yo,
y no hay dios fuera de mí.
Yo doy la muerte y la vida,
yo hiero y yo curo.
R. Yo doy la muerte y la vida.
Ego occídam et ego vívere fáciam.

V. Cuando afile el rayo de mi espada,
y empuñe en mi mano el juicio,
tomaré venganza de mis enemigos
y daré su paga a los que me aborrecen.
R. Yo doy la muerte y la vida.
Ego occídam et ego vívere fáciam.

Aleluya Mt 5, 10
R. 
Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. R.
Beáti qui persecutiónem patiúntur propter iustítiam, quóniam ipsórum est regnum cælorum.

EVANGELIO Mt 16, 24-28
¿Qué podrá dar un hombre para recobrar su alma?
 Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga.
Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará.
¿Pues de qué le servirá a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma? ¿O qué podrá dar para recobrarla?
Porque el Hijo del hombre vendrá, con la gloria de su Padre, entre sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta.
En verdad os digo que algunos de los aquí presentes no gustarán la muerte hasta que vean al Hijo del hombre en su reino».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

San Josemaría Escrivá, Camino 194
Yo te voy a decir cuáles son los tesoros del hombre en la tierra para que no los desperdicies: hambre, sed, calor, frío, dolor, deshonra, pobreza, soledad, traición, calumnia, cárcel.

Oración de los fieles
Ferias del Tiempo Ordinario VI

Elevemos, hermanos, fervientes oraciones a Dios nuestro Padre.
- Para que proteja y guíe a su Iglesia santa. Roguemos al Señor.
- Para que el Señor llene de su gracia a los obispos, sacerdotes y ministros. Roguemos al Señor.
- Para que conceda a todo el mundo la justicia y la paz. Roguemos al Señor.
- Para que socorra a los que están en algún peligro. Roguemos al Señor.
- Para que a nosotros mismos nos conforte y conserve en su servicio. Roguemos al Señor.
Te pedimos, Dios de bondad, que te muestres favorable a las oraciones de los que te suplican. Por Jesucristo nuestro Señor.

Misa de la memoria:
Oración sobre las ofrendas
Recibe, Señor, las oraciones de tu pueblo junto con la ofrenda de este sacrificio, para que, por la intercesión de santa María, Madre de tu Hijo, no quede frustrado ningún buen deseo ni petición alguna sin respuesta. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Súscipe, quaesumus, Dómine, preces pópuli tui cum oblatiónibus hostiárum, ut, intercedénte beáta María, Fílii tui Genetríce, nullíus sit írritum votum, nullíus sit vácua postulátio. Per Christum.
O bien:
Que la humanidad de tu Unigénito sea nuestro socorro, Señor, y el que al nacer de la Virgen no menoscabó la integridad de su Madre, sino que la santificó, nos libre del peso de nuestros pecados y vuelva nuestra ofrenda aceptable para ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PLEGARIA EUCARÍSTICA IV

Antífona de la comunión Cf. Lc 11, 27

Bienaventurado el vientre de María, la Virgen, que llevó al Hijo del eterno Padre.
Beáta víscera Maríae Vírginis, quae portavérunt aetérni Patris Fílium.

Oración después de la comunión
Al recibir estos sacramentos del cielo, imploramos de tu misericordia, Señor, que cuantos nos alegramos en la memoria de la bienaventurada Virgen María, consigamos colaborar, a imitación suya, en el misterio de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Suméntes, Dómine, caeléstia sacraménta, quaesumus cleméntiam tuam, ut, qui de beátae Vírginis Mariae commemoratióne laetámur, eiúsdem Vírginis imitatióne, redemptiónis nostrae mystério digne valeámus famulári. Per Christum.

MARTIROLOGIO

Elogios del 6 de agosto
F
iesta de la Transfiguración de Señor, en la que Jesucristo, el Unigénito, el amado del Eterno Padre, manifestó su gloria ante los santos apóstoles Pedro, Santiago y Juan, con el testimonio de la Ley y los Profetas, para mostrar nuestra admirable transformación por la gracia en la humildad de nuestra naturaleza asumida por Él, dando a conocer la imagen de Dios, conforme a la cual fue creado el hombre, que, corrompida en Adán, fue renovada por Cristo.
2. En la vía Apia de Roma, en el cementerio de Calixto, pasión de san Sixto II, papa, y de sus compañeros, cuya memoria se celebra mañana. (258)
3. En Compluto, actual Alcalá de Henares, en la Hispania Cartaginense, santos mártires Justo y Pastor, los cuales, todavía niños, abandonando en la escuela sus tablillas de escritura, corrieron voluntariamente al encuentro del martirio, y detenidos y azotados de inmediato, por orden del juez fueron degollados por su amor a Cristo, mientras se confortaban mutuamente con recíprocas exhortaciones. (304)
4. En Roma, en la basílica de San Pedro, sepultura de san Hormisda, papa, que, abanderado de la paz, consiguió acabar con el cisma de Acacio en Oriente, y en Occidente hizo respetar por los nuevas poblacion los derechos de la Iglesia. (523)
5*. En Savona, en la región italiana de Liguria, beato Octaviano, obispo y hermano del papa Calixto II, que tanto en el claustro como en la cátedra buscó con ahínco servir a Dios y a los hermanos. (1132)
6*. En el territorio de Luxemburgo, beato Escelino, eremita, que vivió en un bosque sin techo ni vestidos, confiado sólo en Dios, que en la intemperie puede ofrecer también refugio. (c. 1138)
7. En Bolonia, población de Emilia-Romaña, en la actual Italia, muerte de santo Domingo, presbítero, cuya memoria se celebra el día 8 de agosto. (1221)
8*. En Montevideo, de Uruguay, beata María Francisca de Jesús (Ana María) Rubatto, virgen, que en la ciudad de Loano, cerca de Savona, en Italia, fundó el Instituto de Hermanas Terciarias Capuchinas, y después, habiéndose trasladado a América Latina, puso todo su empeño en el servicio a los pobres. (1904)
9*. En las cercanías de Gandía, población de Valencia, en España, beato Carlos López Vidal, mártir, que en tiempo de persecución contra la fe alcanzó la gloria celestial. (1936)
10*. Cerca de Munich, en la región alemana de Baviera, beato Tadeo Dulny, mártir, el cual, al ser ocupada militarmente Polonia, su patria, por su fe en Cristo fue llevado al campo de concentración de Dachau, donde, víctima de crueles tormentos, emigró a la gloria celestial. (1942)

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