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Domingo 4 diciembre 2022, II Domingo de Adviento, ciclo A.

lunes, 4 de julio de 2022

Lunes 8 agosto 2022, Santo Domingo de Guzmán, presbítero, memoria obligatoria.

SOBRE LITURGIA

CARTA APOSTÓLICA DESIDERIO DESIDERAVI
DEL SANTO PADRE FRANCISCO

SOBRE LA FORMACIÓN LITÚRGICA DEL PUEBLO DE DIOS

30. Concluyendo la segunda sesión del Concilio (4 de diciembre de 1963) san Pablo VI se expresaba así [7]:

«Por lo demás, no ha quedado sin fruto la ardua e intrincada discusión, puestos que uno de los temas, el primero que fue examinado, y en un cierto sentido el primero también por la excelencia intrínseca y por su importancia para la vida de la Iglesia, el de la sagrada Liturgia, ha sido terminado y es hoy promulgado por Nos solemnemente. Nuestro espíritu exulta de gozo ante este resultado. Nos rendimos en esto el homenaje conforme a la escala de valores y deberes: Dios en el primer puesto; la oración, nuestra primera obligación; la Liturgia, la primera fuente de la vida divina que se nos comunica, la primera escuela de nuestra vida espiritual, el primer don que podemos hacer al pueblo cristiano, que con nosotros que cree y ora, y la primera invitación al mundo para que desate en oración dichosa y veraz su lengua muda y sienta el inefable poder regenerador de cantar con nosotros las alabanzas divinas y las esperanzas humanas, por Cristo Señor en el Espíritu Santo».

31. En esta carta no puedo detenerme en la riqueza de cada una de las expresiones, que dejo a vuestra meditación. Si la Liturgia es “la cumbre a la cual tiende la acción de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de donde mana toda su fuerza” (Sacrosanctum Concilium, n. 10), comprendemos bien lo que está en juego en la cuestión litúrgica. Sería banal leer las tensiones, desgraciadamente presentes en torno a la celebración, como una simple divergencia entre diferentes sensibilidades sobre una forma ritual. La problemática es, ante todo, eclesiológica. No veo cómo se puede decir que se reconoce la validez del Concilio – aunque me sorprende un poco que un católico pueda presumir de no hacerlo – y no aceptar la reforma litúrgica nacida de la Sacrosanctum Concilium, que expresa la realidad de la Liturgia en íntima conexión con la visión de la Iglesia descrita admirablemente por la Lumen Gentium. Por ello – como expliqué en la carta enviada a todos los Obispos – me sentí en el deber de afirmar que “los libros litúrgicos promulgados por los Santos Pontífices Pablo VI y Juan Pablo II, en conformidad con los decretos del Concilio Vaticano II, como única expresión de la lex orandi del Rito Romano” (Motu Proprio Traditionis custodes, art. 1).

La no aceptación de la reforma, así como una comprensión superficial de la misma, nos distrae de la tarea de encontrar las respuestas a la pregunta que repito: ¿cómo podemos crecer en la capacidad de vivir plenamente la acción litúrgica? ¿Cómo podemos seguir asombrándonos de lo que ocurre ante nuestros ojos en la celebración? Necesitamos una formación litúrgica seria y vital.

32. Volvamos de nuevo al Cenáculo de Jerusalén: en la mañana de Pentecostés nació la Iglesia, célula inicial de la nueva humanidad. Sólo la comunidad de hombres y mujeres reconciliados, porque han sido perdonados; vivos, porque Él está vivo; verdaderos, porque están habitados por el Espíritu de la verdad, puede abrir el angosto espacio del individualismo espiritual.

33. Es la comunidad de Pentecostés la que puede partir el Pan con la certeza de que el Señor está vivo, resucitado de entre los muertos, presente con su palabra, con sus gestos, con la ofrenda de su Cuerpo y de su Sangre. Desde aquel momento, la celebración se convierte en el lugar privilegiado, no el único, del encuentro con Él. Sabemos que, sólo gracias a este encuentro, el hombre llega a ser plenamente hombre. Sólo la Iglesia de Pentecostés puede concebir al hombre como persona, abierto a una relación plena con Dios, con la creación y con los hermanos.

34. Aquí se plantea la cuestión decisiva de la formación litúrgica. Dice Guardini: “Así se perfila también la primera tarea práctica: sostenidos por esta transformación interior de nuestro tiempo, debemos aprender nuevamente a situarnos ante la relación religiosa como hombres en sentido pleno [8]. Esto es lo que hace posible la Liturgia, en esto es en lo que nos debemos formar. El propio Guardini no duda en afirmar que, sin formación litúrgica, “las reformas en el rito y en el texto no sirven de mucho” [9]. No pretendo ahora tratar exhaustivamente el riquísimo tema de la formación litúrgica: sólo quiero ofrecer algunos puntos de reflexión. Creo que podemos distinguir dos aspectos: la formación para la Liturgia y la formación desde la Liturgia. El primero está en función del segundo, que es esencial.

35. Es necesario encontrar cauces para una formación como estudio de la Liturgia: a partir del movimiento litúrgico, se ha hecho mucho en este sentido, con valiosas aportaciones de muchos estudiosos e instituciones académicas. Sin embargo, es necesario difundir este conocimiento fuera del ámbito académico, de forma accesible, para que todo creyente crezca en el conocimiento del sentido teológico de la Liturgia –ésta es la cuestión decisiva y fundante de todo conocimiento y de toda práctica litúrgica–, así como en el desarrollo de la celebración cristiana, adquiriendo la capacidad de comprender los textos eucológicos, los dinamismos rituales y su valor antropológico.

36. Pienso en la normalidad de nuestras asambleas que se reúnen para celebrar la Eucaristía el día del Señor, domingo tras domingo, Pascua tras Pascua, en momentos concretos de la vida de las personas y de las comunidades, en diferentes edades de la vida: los ministros ordenados realizan una acción pastoral de primera importancia cuando llevan de la mano a los fieles bautizados para conducirlos a la repetida experiencia de la Pascua. Recordemos siempre que es la Iglesia, Cuerpo de Cristo, el sujeto celebrante, no sólo el sacerdote. El conocimiento que proviene del estudio es sólo el primer paso para poder entrar en el misterio celebrado. Es evidente que, para poder guiar a los hermanos y a las hermanas, los ministros que presiden la asamblea deben conocer el camino, tanto por haberlo estudiado en el mapa de la ciencia teológica, como por haberlo frecuentado en la práctica de una experiencia de fe viva, alimentada por la oración, ciertamente no sólo como un compromiso que cumplir. En el día de la ordenación, todo presbítero siente decir a su obispo: «Considera lo que realizas e imita lo que conmemoras, y conforma tu vida con el misterio de la cruz del Señor» [10].

37. La configuración del estudio de la Liturgia en los seminarios debe tener en cuenta también la extraordinaria capacidad que la celebración tiene en sí misma para ofrecer una visión orgánica del conocimiento teológico. Cada disciplina de la teología, desde su propia perspectiva, debe mostrar su íntima conexión con la Liturgia, en virtud de la cual se revela y realiza la unidad de la formación sacerdotal (cfr. Sacrosanctum Concilium, n. 16). Una configuración litúrgico-sapiencial de la formación teológica en los seminarios tendría ciertamente efectos positivos, también en la acción pastoral. No hay ningún aspecto de la vida eclesial que no encuentre su culmen y su fuente en ella. La pastoral de conjunto, orgánica, integrada, más que ser el resultado de la elaboración de complicados programas, es la consecuencia de situar la celebración eucarística dominical, fundamento de la comunión, en el centro de la vida de la comunidad. La comprensión teológica de la Liturgia no permite, de ninguna manera, entender estas palabras como si todo se redujera al aspecto cultual. Una celebración que no evangeliza, no es auténtica, como no lo es un anuncio que no lleva al encuentro con el Resucitado en la celebración: ambos, pues, sin el testimonio de la caridad, son como un metal que resuena o un címbalo que aturde (cfr. 1Cor 13,1).

38. Para los ministros y para todos los bautizados, la formación litúrgica, en su primera acepción, no es algo que se pueda conquistar de una vez para siempre: puesto que el don del misterio celebrado supera nuestra capacidad de conocimiento, este compromiso deberá ciertamente acompañar la formación permanente de cada uno, con la humildad de los pequeños, actitud que abre al asombro.

39. Una última observación sobre los seminarios: además del estudio, deben ofrecer también la oportunidad de experimentar una celebración, no sólo ejemplar desde el punto de vista ritual, sino auténtica, vital, que permita vivir esa verdadera comunión con Dios, a la cual debe tender también el conocimiento teológico. Sólo la acción del Espíritu puede perfeccionar nuestro conocimiento del misterio de Dios, que no es cuestión de comprensión mental, sino de una relación que toca la vida. Esta experiencia es fundamental para que, una vez sean ministros ordenados, puedan acompañar a las comunidades en el mismo camino de conocimiento del misterio de Dios, que es misterio de amor.

[7] AAS 56 (1964) 34.
[8] R. Guardini, Liturgische Bildung (1923) en Liturgie und liturgische Bildung (Mainz 1992) p. 43.
[9] R. Guardini, Der Kultakt und die gegenwärtige Aufgabe der Liturgischen Bildung (1964) en Liturgie und liturgische Bildung (Mainz 1992) p. 14.
[10] De Ordinatione Episcopi, Presbyterorum et Diaconorum (1990) p. 95: «Agnosce quod ages, imitare quod tractabis, et vitam tuam mysterio dominicæ crucis conforma».

CALENDARIO

8 LUNES. SANTO DOMINGO DE GUZMÁN, presbítero, memoria obligatoria

Misa
de la memoria (blanco).
MISAL: ants. y oracs. props., Pf. común o de la memoria.
LECC.: vol. III-par.
- Ez 1, 2-5. 24-28c.
Era la apariencia visible de la Gloria del Señor.
- Sal 148. R. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
- Mt 17, 22-27. Lo matarán, pero resucitará. Los hijos están exentos del impuesto.
o bien:
cf. vol. IV.

Liturgia de las Horas: oficio de la memoria.

Martirologio: elogs. del 9 de agosto, pág. 476.
CALENDARIOS: Dominicos: Santo Domingo de Guzmán, presbítero (S). Burgos y Osma-Soria: (F).

TEXTOS MISA

Dia 8 de agosto
Santo Domingo de Guzmán, presbítero
Memoria.

Antífona de entrada Cf. Eclo 15, 5
En medio de la asamblea le abrirá la boca, y el Señor lo llena del espíritu de sabiduría y de inteligencia, lo revestirá con un vestido de gloria.
In médio Ecclésiae apéruit os eius, et implévit eum Dóminus spíritu sapiéntiae et intelléctus: stolam glóriae índuit eum.

Monición de entrada
Hoy es la memoria de santo Domingo, presbítero, que nació en Caleruega, hacia el año 1170. Siendo canónigo de Osma, se hizo humilde ministro de la predicación en los países agitados por la herejía albigense y vivió en voluntaria pobreza, hablando siempre con Dios o acerca de Dios. Deseoso de una nueva forma de propagar la fe, fundó la Orden de Predicadores, para renovar en la Iglesia la manera apostólica de vida, y mandó a sus hermanos que se entregaran al servicio del prójimo con la oración, el estudio y el ministerio de la Palabra. Su muerte tuvo lugar en Bolonia, en Italia, tal día como hoy, el año 1221.

Oración colecta
Te pedimos, Señor, que santo Domingo de Guzmán, insigne predicador de tu verdad, ayude a tu Iglesia con sus enseñanzas y sus méritos, e interceda piadosamente por nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo.
Adiuvet Ecclésiam tuam, Dómine, beátus Domínicus méritis et doctrínis, atque pro nobis efficiátur piíssimus intervéntor, qui tuae veritátis éxstitit praedicátor exímius. Per Dóminum.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Lunes de la XIX semana del Tiempo Ordinario, año par (Lec. III-par).

PRIMERA LECTURA Ez 1, 2-5. 24-28c
Era la apariencia visible de la Gloria del Señor
Lectura del libro del profeta Ezequiel.

El cinco del mes —era el año quinto de la deportación del rey Jeconias— vino la palabra del Senor sobre Ezequiel,
hijo de Buzi, sacerdote, en tierra de los caldeos, a orillas del río Quebar. Allí se posó sobre él la mano del Señor.
Vi un viento huracanado que venía del norte: una gran nube y un fuego zigzagueante con un resplandor en torno, y desde el centro del fuego como un resplandor de ámbar, y en el centro de todo la figura de cuatro seres vivientes.
Este era su aspecto: tenían forma humana.
Y oí el rumor de sus alas cuando se movían, como estruendo de aguas caudalosas, como la voz del Todopoderoso, como griterío de multitudes, como estruendo de tropas. Cuando se detenían, replegaban sus alas. También se oyó un estruendo sobre la bóveda que estaba encima de sus cabezas; cuando se detenían, replegaban sus alas.
Y por encima de la bóveda, que estaba sobre sus cabezas, había una especie de zafiro en forma de trono; sobre esta especie de trono sobresalía una figura que parecía un hombre.
Y vi un brillo como de ámbar (algo así como fuego lo enmarcaba) de lo que parecían sus caderas para arriba, y de lo que parecían sus caderas para abajo vi algo así como fuego, rodeado de resplandor, como el arco que aparece en las nubes cuando llueve. Tal era la apariencia del resplandor en torno.
Era la apariencia visible de la Gloria del Señor.
Al contemplarla, caí rostro en tierra.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 148, 1bc-2. 11-12. 13. 14 (R.: cf. Is 6, 3c)
R. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Pleni sunt cæli et terra glória tua.
O bien: Aleluya.

V. Alabad al Señor en el cielo,
alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo, todos sus ángeles;
alabadlo, todos sus ejércitos. 
R. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Pleni sunt cæli et terra glória tua.

V. Reyes del orbe y todos los pueblos,
príncipes y jueces del mundo,
los jóvenes y también las doncellas,
los ancianos junto con los niños.
R. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Pleni sunt cæli et terra glória tua.

V. Alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime.
Su majestad sobre el cielo y la tierra. 
R. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Pleni sunt cæli et terra glória tua.

V. Él acrece el vigor de su pueblo.
Alabanza de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo escogido. 
R. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Pleni sunt cæli et terra glória tua.

Aleluya Cf. 2 Ts 2, 14
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Dios nos llamó por medio del Evangelio, para que lleguemos a adquirir la gloria de nuestro Señor Jesucristo. R.
Deus vocávit nos per Evangélium, in acquisitiónem glóriæ Dómini nostri Iesu Christi.

EVANGELIO Mt 17, 22-27
Lo matarán, pero resucitará. Los hijos están exentos del impuesto
 Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, mientras Jesús y los discípulos recorrían juntos Galilea, les dijo:
«El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres, lo matarán, pero resucitará al tercer día».
Ellos se pusieron muy tristes.
Cuando llegaron a Cafarnaún, los que cobraban el impuesto de las dos dracmas se acercaron a Pedro y le preguntaron:
«¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas?».
Contestó:
«Sí».
Cuando llegó a casa, Jesús se adelantó a preguntarle:
«¿Qué te parece, Simón? Los reyes del mundo, ¿a quién le cobran impuestos y tasas, a sus hijos o a los extraños?».
Contestó:
«A los extraños».
Jesús le dijo:
«Entonces, los hijos están exentos. Sin embargo, para no darles mal ejemplo, ve al mar, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Orígenes, homilia 4 in Matthaeum
Cuando viereis algún hombre avaro, corregido por algún Pedro, que le ha quitado de su boca las palabras del interés, decid que ese hombre ha subido del fondo del mar, es decir, de en medio de las olas de los cuidados propios de la avaricia, pendiente del anzuelo de la razón y que ha sido cogido y salvado por algún Pedro, que le ha enseñado la verdad y le ha dado, en lugar de un estáter, la imagen de Dios, es decir, su palabra.

Oración de los fieles
Ferias del Tiempo Ordinario VIII

Al celebrar estos sagrados misterios, pidamos al Dios de la salvación que escuche misericordiosamente nuestras plegarias.
- Para que conceda a la Iglesia la libertad y la paz. Roguemos al Señor.
- Para que se digne establecer y conservar la justicia en todas las naciones. Roguemos al Señor.
- Para que descubra a los poderosos que mandar es servir. Roguemos al Señor.
- Para que dé a los súbditos una obediencia sin servilismo. Roguemos al Señor.
- Para que perdone a los pecadores, proteja a los justos, consuele a los que sufren y dé la salud a los enfermos. Roguemos al Señor.
- Para que despierte en nosotros el amor a los pobres y el deseo del cielo. Roguemos al Señor.
Oh, Dios, que derramas sobre los corazones de tus fieles el don de la caridad; concede a tus siervos la salud del alma y del cuerpo para que vivan en tu amor, cumpliendo tus mandatos. Por Jesucristo nuestro Señor.

Oración sobre las ofrendas
Atiende, Señor, en tu bondad, por intercesión de santo Domingo, las súplicas que te dirigimos, y, por la eficacia poderosa de este sacrificio, fortalece con la ayuda de tu gracia a los defensores de la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Preces, quas tibi, Dómine, offérimus, intercedénte beáto Domínico, cleménter inténde, et, huius sacrifícii virtúte poténti, propugnatóres fídei grátiae tuae protectióne confírma. Per Christum.

PREFACIO COMÚN IX
LA GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Tú eres el Dios vivo y verdadero; el universo está lleno de tu presencia, pero, sobre todo, has dejado la huella de tu gloria en el hombre, creado a tu imagen.
Tú lo llamas a cooperar con el trabajo cotidiano en el proyecto de la creación y le das tu Espíritu para que sea artífice de justicia y de paz, en Cristo, el hombre nuevo.
Por eso, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos con alegría el himno de tu alabanza:
Santo, Santo Santo…


PLEGARIA EUCARÍSTICA II

Antífona de la comunión Cf. Lc 12, 42
Este es el siervo fiel y prudente a quien el Señor puso al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimento a sus horas.
Fidélis servus et prudens, quem constítuit Dóminus super famíliam suam, ut det illis in témpore trítici mensúram.

Oración después de la comunión
Que tu Iglesia, Señor, reciba con espíritu de total entrega la eficacia del sacramento celestial con que nos has alimentado en la fiesta de santo Domingo de Guzmán, y el que resplandeció por su palabra nos ayude con su intercesión. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Caeléstis, Dómine, virtútem sacraménti, quo in beáti commemoratióne Domínici pasti sumus, percípiat Ecclésia tua plenae devotiónis afféctu, et cuius praedicatióne flóruit, eius intercessióne iuvétur. Per Christum.

MARTIROLOGIO

Elogios del 9 de agosto
F
iesta de santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith) Stein, virgen de la Orden de Carmelitas Descalzas y mártir, la cual, nacida y educada en la religión judía, después de haber enseñado filosofía durante algunos años entre grandes dificultades, recibió por el bautismo la nueva vida en Cristo, prosiguiéndola bajo el velo de las vírgenes consagradas hasta que, en tiempo de un régimen hostil a la dignidad del hombre y de la fe, fue encarcelada lejos de su patria, y en el campo de exterminio de Auschwitz, cercano a Cracovia, en Polonia, murió en la cámara de gas. (1942)
2. En Roma, en el cementerio de san Lorenzo, en la vía Tiburtina, san Román, mártir. (c. 258)
3*. En el monasterio de Anchonry, en Hibernia, hoy Irlanda, san Nateo, obispo y abad. (s. VI)
4*. En Kilmore, también de Hibernia, san Fedlimino, obispo. (c. s. VI)
5. En Constantinopla, actual Estambul, en Turquía, conmemoración de los santos mártires, que fueron muertos por defender la antigua imagen del Salvador colocada en la Puerta de Bronce, que iba a ser derribada por orden del emperador León el Isáurico. (c. 729)
6*. En Palena, lugar de la Calabria, en la Italia actual, beato Falco, eremita(s. X/XI)
7*. En Florencia, en la región de Toscana, de nuevo en Italia, beato Juan de Salerno, presbítero de la Orden de Predicadores, que fundó el convento de Santa María Novella y luchó intrépidamente contra los herejes patarenos. (c. 1242)
8*. En el monte de Verna, también en la Toscana, beato Juan de Fermo, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que vivió en soledad, dominando su cuerpo con el ayuno y un admirable espíritu de penitencia. (1322)
9*. En Londres, en Inglaterra, beato Ricardo Bere, presbítero y mártir, que, debido a su fidelidad al Romano Pontífice y por su defensa del matrimonio cristiano, fue encarcelado por orden del rey Enrique VIII y, en unión con sus hermanos de la Cartuja de esta ciudad, murió extenuado por las inhumanas condiciones de la prisión y por hambre, sufridas durante largo tiempo. (1537)
10*. En un viejo navío situado en el mar frente a la costa de Rochefort, en Francia, beato Claudio Richard, presbítero de la Orden de San Benito y mártir, que, sacado de su monasterio durante la Revolución Francesa por su condición de sacerdote, fue confinado en una nave habilitada como prisión, donde murió contagiado de peste mientras ayudaba a los cautivos enfermos. (1794)
11*. En Salamanca, en España, beata Cándida María de Jesús (Juana Josefa) Cipitria, fundadora de la Congregación de Hijas de Jesús, para colaborar en la formación cristiana de los niños. (1912)
12*. En Barbastro, también en España, beato Florentino Asensio Barroso, obispo y mártir, que fusilado por los milicianos durante el furor de la persecución contra la Iglesia, con su propia sangre dio testimonio de la fe que había predicado constantemente al pueblo que tuvo encomendado. (1936)
13*. En Barcelona, igualmente en España, beatos Rubén de Jesús López Aguilar y sus seis compañeros*, religiosos de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios y mártires, que, en la misma persecución, sufrieron la muerte por quienes odiaban la vida religiosa, y así pasaron a presencia del Señor. (1936)
*Sus nombres son: Beatos Arturo (Luis) Ayala Niño, Juan Bautista (José) Velázquez Peláez, Eugenio (Alfonso Antonio) Ramírez Salazar, Esteban (Gabriel) Maya Gutiérrez, Melquíades (Raimundo) Ramírez Zuluaga y Gaspar (Luis Modesto) Páez Perdono.
14*. En la aldea de Azanuy, en la provincia de Huesca, de nuevo en España, beatos Faustino Oteiza, presbítero, y Florentino Felipe, religioso de la orden de Clérigos Regulares de las Escuelas Pías, ambos mártires, que en la misma persecución entregaron su vida por Cristo. (1936)
15*. En el lugar de Argés, cerca de Toledo, igualmente en España, beato Guillermo Plaza Hernández, presbítero de la Sociedad de Sacerdotes Operarios Diocesanos y mártir, que el mismo día y en la misma prueba entregó su espíritu. (1936)
16*. En el pueblo de Carcaixent, en la región de Valencia, otra vez en España, beato Germán (José María) Garrigues Hernández, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos y mártir, que, en la misma persecución contra la fe, venció el suplicio del cuerpo con su preciosa muerte. (1936)
Beata Mariana Cope, (1838-1918), religiosa profesa de las Hermana de la Tercera Orden de san Francisco de Siracusa, conocida como madre Marianne de Molokai, en las islas Hawai.
Beato Franz Jägerstätter (Brandeburgo, 1907-1943). Laico, esposo y padre de tres hijas. Guillotinado por el régimen nazi, por objección de conciencia a alistarse al ejército.
- Beatos Michał Tomaszek, Zbigniew Strzałkowski (Pariacoto, Perú 1991). Sacerdotes misioneros polacos pertenecientes a la Orden de los Hermanos Menores Conventuales, asesinados por odio a la fe por la guerrilla comunista peruana.

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