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viernes, 22 de julio de 2022

Viernes 26 agosto 2022, Santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars, memoria obligatoria.

SOBRE LITURGIA

SANTA MISA DEL "CORPUS CHRISTI"
HOMILÍA DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II

Atrio de la Basílica de San Juan de Letrán
Jueves 10 de junio de 1982

1. «Después de cantar el Salmo, salieron para el monte de los Olivos» (Mc 14, 261.

Con esta frase termina la lectura de hoy del Evangelio de San Marcos. Contiene la descripción de la última Cena, en primer lugar los preparativos y luego la institución de la Eucaristía.

«Mientras comían, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio diciendo: «Tomad, esto es mi cuerpo». Cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias, se la dio y todos bebieron» (Mc 14, 22-23).

Todo se desenvuelve en grandísimo recogimiento y silencio. En el Sacramento que instituye Jesús en la última Cena, se da a Sí mismo a los discípulos, da su Cuerpo y su Sangre bajo las especies de pan y vino. Realiza lo que había anunciado un día junto a Cafarnaúm y que entonces había provocado la defección de muchos. Tan difíciles de aceptar eran las palabras «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que come de este pan vivirá para siempre» (Jn 6, 51).

Hoy lo realiza. Y los Apóstoles reciben, comen el pan-Cuerpo y beben el vino-Sangre.

Sobre el cáliz Jesús dice: «Esta es mi sangre, sangre de la Alianza derramada por todos» (Mc 14, 24).

Reciben el Cuerpo y la Sangre como el alimento y bebida de esta última Cena. Y pasan a participar de la Alianza, de la Alianza nueva y eterna que se concluye mediante este Cuerpo entregado a la muerte en la cruz y la Sangre derramada durante la pasión.

Cristo añade todavía: «Os aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios» (Mc 14, 251.

Por tanto esta es verbalmente la última Cena.

El reino de Dios, reino del tiempo futuro, comenzó en la Eucaristía y, a partir de Ella, se desarrollará hasta el fin del mundo.

2. Cuando salen los Apóstoles hacia el monte de los Olivos después de la última Cena, todos llevan en sí este gran misterio verificado en el Cenáculo.

Les acompaña Cristo: el Cristo vivo en la tierra. Y al mismo tiempo ellos llevan en sí a Cristo, a Cristo Eucaristía.

Son los primeros de aquellos que más tarde serán llamados «christoforoi» (Theo-foroi).

Precisamente así se llamaba a los que participaban en la Eucaristía. Salían de la participación en este Sacramento llevando en sí al Dios encarnado. Con El en el corazón iban hacia los hombres, hacia la vida diaria.

La Eucaristía es el Sacramento de la ocultación más profunda de Dios: se esconde bajo las especies de la comida y la bebida, y así se esconde en el hombre. Y al mismo tiempo y por este hecho de la ocultación en el hombre, la misma Eucaristía es el Sacramento de una particular salida al mundo y entrada entre los hombres y entre todo cuanto constituye la vida diaria.

Esta es la génesis de la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo.

Sabemos que esta fiesta surgió en su forma histórica en el siglo XIII y se desarrolló profusamente en las comunidades católicas de todo el mundo. Sin embargo, puede verse ya el comienzo de esta fiesta en aquella primera «procesión» formada por los Apóstoles que salieron del Cenáculo hacia el monte de los Olivos, rodeando a Cristo y llevándolo al mismo tiempo en su corazón como Eucaristía.

Hoy corroboramos nosotros la misma tradición antigua. Celebramos la Eucaristía sobre el altar, la acogemos en nuestro corazón para llevarla como «Christo-foroi» por las calles de Roma en procesión hacia cuanto nos rodea, a fin de testimoniar la Alianza Nueva y Antigua ante todo y ante todos.

3. «¿Qué podré yo dar a Yavé / por todos los beneficios que me ha hecho? / Levantaré el cáliz de la salvación / e invocaré el nombre de Yavé (Sal 115 (116), 12, 13). Son palabras del Salmista. Deseamos poner en práctica lo que expresan. Deseamos todos nosotros que llevamos a Cristo en nuestro corazón, incluso diariamente a lo mejor, nosotros todos: «Christo-foroi» deseamos pagar al Señor todo cuanto nos ha hecho y nos hace siempre a cada uno y a todos.

Deseamos alzar el cáliz de la salvación, el cáliz de la Eucaristía, e invocar públicamente el nombre del Señor ante todos los hombres, ante toda la ciudad y ante el mundo.

¿Acaso no se cumplen en esta ciudad de Roma precisamente de manera particularmente textual, las palabras siguientes del Salmo «es cosa preciosa a los ojos de Yavé / la muerte de sus piadosos» (Sal 115 (116), 15)?

La Roma de los apóstoles, de los mártires y de los santos rinde honor a la Eucaristía que se ha hecho para todos el Pan de la vida y la Sangre de la libertad espiritual:

«Yo soy tu siervo, hijo de tu esclava, rompiste mis cadenas» (Sal 115 (116), 16).

Así dice de sí el Salmista. Y así piensa cada «Christo-foros», sabedor de que por la Penitencia y la Eucaristía el camino lleva desde el pecado y la esclavitud del diablo y del mundo a la libertad en el Espíritu.

Caminando en la procesión del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, deseamos dar testimonio de esto a la Urbe y al mundo. Es ésta nuestra liturgia de alabanza y acción de gracias que no podemos omitir ante Dios y los hombres.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza, / invocando tu nombre, Señor. / Cumpliré al Señor mis votos, / en presencia de todo el pueblo» (Sal 115 (116), 17-18).

¡Cristo!, ¡Dios escondido! ¡Acoge este nuestro sacrificio de alabanza! ¡Acoge la acción de gracias y el gozo de este pueblo que al cabo de tantos siglos y generaciones lleva en su corazón el misterio de la Alianza Nueva y Eterna!
 
CALENDARIO

26 VIERNES. SANTA TERESA DE JESÚS JORNET E IBARS, virgen, memoria obligatoria

Misa
de la memoria (blanco).
MISAL: ants. y oracs. props., Pf. común o de la memoria.
LECC.: vol. III-par.
- 1 Cor 1, 17-25.
Predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los hombres; pero para los llamados es sabiduría de Dios.
- Sal 32. R. La misericordia del Señor llena la tierra.
- Mt 25, 1-13. ¡Que llega el esposo, salid a su encuentro!
o bien:
cf. vol. IV.

Liturgia de las Horas: oficio de la memoria.

Martirologio: elogs. del 27 de agosto, pág. 515.
CALENDARIOS: Hermanitas de los Ancianos Desamparados: Santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars, virgen (S).
Hijas de la Cruz: Santa Juana Isabel Bichier des Ages, religiosa (S).
Albarracín: Santos Clemente y compañeros, mártires (MO).
Mallorca: San Junípero Serra, presbítero (MO). Menorca y Capuchinos: (ML).
Sevilla: San Geroncio de Itálica, obispo y mártir (MO).
Betharramitas: Santa Juana Isabel Bichier, virgen (MO).
Carmelitas Descalzos: Transverberación del corazón de Santa Teresa de Jesús (MO).
Pasionistas: Beato Domingo de la Madre de Dios Barberi, presbítero (MO).
Huesca: San Orencio, obispo y mártir (ML).
Agustinos: Santos Liberato, Bonifacio y compañeros, mártires (ML).
Carmelitas: Beato Jaime Retouret, presbítero y mártir (ML).
Dominicos: Beato Santiago de Bevagna, presbítero (ML).
Familia Salesiana: Beato Ceferino Namuncurá, laico (ML).

TEXTOS MISA

26 de agosto
Santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars, virgen, patrona de la ancianidad
Memoria.

Antífona de Entrada
Ven, esposa de Cristo, recibe la corona que el Señor te ha preparado desde la eternidad.
Veni, sponsa Christi, áccipe corónam, quam tibi Dóminus praeparávit in aetérnum.

Monición de entrada
Conmemoramos en esta celebración a santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars, nacida en Aitona (Lérida) en 1843, fundadora de la Congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados para el cuidado de los ancianos enfermos y abandonados. Murió en Liria (Valencia) en 1897.

Oración Colecta
Oh, Dios, que has guiado a la virgen santa Teresa de Jesús Jornet a la perfecta caridad en el cuidado de los ancianos, concédenos, a ejemplo suyo, servir a Cristo en el prójimo para ser testigos de su amor. Por nuestro Señor Jesucristo.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Viernes de la XXI semana del Tiempo Ordinario, año par (Lec. III-par).

PRIMERA LECTURA 1 Cor 1, 17-25
Predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los hombres; pero para los llamados es sabiduría de Dios.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios.

Hermanos:
No me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo.
Pues el mensaje de la cruz es necedad para los que se pierden; pero para los que se salvan, para nosotros, es fuerza de Dios.
Pues está escrito:
«Destruiré la sabiduría de los sabios, frustraré la sagacidad de los sagaces».
¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el docto? ¿Dónde está el sofista de este tiempo? ¿No ha convertido Dios en necedad la sabiduría del mundo?
Y puesto que, en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios por el camino de la sabiduría, quiso Dios valerse de la necedad de la predicación para salvar a los que creen.
Pues los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; pero para los llamados —judíos o griegos—, un Cristo que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios.
Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 32, 1-2. 4-5. 10-11 (R.: cf. 5b)
R. 
La misericordia del Señor llena la tierra.
Misericordia Dómini plena est terra.

V. Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas.
R. La misericordia del Señor llena la tierra.
Misericordia Dómini plena est terra.

V. La palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra.
R. La misericordia del Señor llena la tierra.
Misericordia Dómini plena est terra.

V. El Señor deshace los planes de las naciones,
frustra los proyectos de los pueblos;
pero el plan del Señor subsiste por siempre;
los proyectos de su corazón, de edad en edad.
R. La misericordia del Señor llena la tierra.
Misericordia Dómini plena est terra.

Aleluya Lc 21, 36
R.
 Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Estad despiertos en todo tiempo, pidiendo manteneros en pie ante el Hijo del hombre. R.
Vigiláte, omni témpore orántes, ut digni habeámini stare ante Filium hóminis.

EVANGELIO Mt 25, 1-13
¡Que llega el esposo, salid a su encuentro!
╬ 
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
«El reino de los cielos se parece a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron al encuentro del esposo.
Cinco de ellas eran necias y cinco eran prudentes.
Las necias, al tomar las lámparas, no se proveyeron de aceite; en cambio, las prudentes se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas.
El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz:
“¡Que llega el esposo, salid a su encuentro!”.
Entonces se despertaron todas aquellas vírgenes y se pusieron a preparar sus lámparas.
Y las necias dijeron a las prudentes:
“Dadnos de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas”.
Pero las prudentes contestaron:
“Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis”.
Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta.
Más tarde llegaron también las otras vírgenes, diciendo:
Señor, señor, ábrenos.
Pero él respondió:
“En verdad os digo que no os conozco”.
Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios 41
Al cabo llegaron también las otras vírgenes, clamando: ¡Señor, Señor, ábrenos! (Mt 25, 10-11). No es que hayan permanecido inactivas: han intentado algo... Pero escucharon la voz que les responde con dureza: no os conozco (Mt 25, 12). No supieron o no quisieron prepararse con la solicitud debida, y se olvidaron de tomar la razonable precaución de adquirir a su hora el aceite. Les faltó generosidad para cumplir acabadamente lo poco que tenían encomendado. Quedaban en efecto muchas horas, pero las desaprovecharon.
Pensemos valientemente en nuestra vida. ¿Por qué no encontramos a veces esos minutos, para terminar amorosamente el trabajo que nos atañe y que es el medio de nuestra santificación? ¿Por qué descuidamos las obligaciones familiares? ¿Por qué se mete la precipitación en el momento de rezar, de asistir al Santo Sacrificio de la Misa? ¿Por qué nos faltan la serenidad y la calma, para cumplir los deberes del propio estado, y nos entretenemos sin ninguna prisa en ir detrás de los caprichos personales? Me podéis responder: son pequeñeces. Sí, verdaderamente: pero esas pequeñeces son el aceite, nuestro aceite, que mantiene viva la llama y encendida la luz.

Oración de los fieles
Ferias del Tiempo Ordinario XXIV

Presentemos a Dios nuestras plegarias.
- Por la santa Iglesia de Dios, para que el poder de la cruz salvadora y la fuerza de la resurrección de Jesucristo la purifique de todas sus faltas y le conceda el don de la unidad y la alegría de la fe. Roguemos al Señor.
- Por los hombres y mujeres que se han consagrado a Dios en la vida monástica, para que el Señor los bendiga y los llene con su gracia. Roguemos al Señor.
- Por los gobernantes y los políticos de todos los países, para que Dios mueva sus corazones y les inspire sentimientos de fraternidad, y todo lo que se gasta en armas e instrumentos de destrucción pueda emplearse en combatir el hambre y la pobreza. Roguemos al Señor.
- Por nuestro país, para que mejore la situación económica y tengamos prosperidad en la agricultura, la industria y los demás trabajos. Roguemos al Señor.
- Por todos los presentes, para que Dios nos conceda su perdón y haga de nosotros fieles seguidores de Jesucristo. Roguemos al Señor.
Escucha, Padre, las oraciones que te dirigimos, míranos bondadoso, y no rechaces a los que en ti confían. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración sobre las Ofrendas
Recibe, Señor, los dones de tu pueblo y concédenos que, al recordar las maravillas que el amor de tu Hijo realizó en nosotros, nos reafirmemos, a ejemplo de los santos, en el amor a ti y al prójimo. Por Jesucristo.

PREFACIO DE SANTAS VÍRGENES Y RELIGIOSOS
SIGNIFICADO DE LA VIDA DE CONSAGRACIÓN EXCLUSIVA A DIOS
En verdad es justo y necesario que te alaben, es nuestro deber y salvación darte gracia siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque celebramos tu providencia admirable en los santos que se entregaron a Cristo por el reino de los cielos. Por ella llamas de nuevo a la humanidad a la santidad primera que de ti había recibido, y la conduces a gustar los dones que espera recibir en el cielo.
Por eso, con los santos y todos ángeles, te alabamos proclamando sin cesar:

Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus:
In Sanctis enim, qui Christo se dedicavérunt propter regnum caelórum, tuam decet providéntiam celebráre mirábilem, qua humánam substántiam et ad primae oríginis révocas sanctitátem, et perdúcis ad experiénda dona, quae in novo saeculo sunt habénda.
Et ídeo, cum Sanctis et Angelis univérsis, te collaudámus, sine fine dicéntes:

Santo, Santo, Santo...

PLEGARIA EUCARÍSTICA I o CANON ROMANO

Antífona de la comunión Mt. 25, 6
Que llega el esposo, salid a recibir a Cristo, el Señor.
Média nocte clamor factus est: Ecce sponsus venit, exíte óbviam ei.

Oración después de la comunión
Alimentados con el sacramento de salvación, te rogamos, Dios de misericordia, que, imitando la caridad de santa Teresa de Jesús Jornet, seamos un día partícipes de su gloria. Por Jesucristo nuestro Señor.

MARTIROLOGIO

Elogios del 27 de agosto
M
emoria de santa Mónica, que, aún jovencísima, fue dada en matrimonio a Patricio, con quien tuvo hijos, entre ellos a Agustín, por cuya conversión derramó abundantes lágrimas y oró mucho a Dios, y,  anhelante de la vida celestial, abandonó la terrenal en Ostia del Tiberina, en Italia, cuando regresaba de África. (387)
2. En Capua, en la región también italiana de Campania, san Rufo, mártir. (s. III/IV)
3. En Costanza, lugar de Escitia, hoy Rumanía, santos mártires Marcelino, tribuno, su esposa Mannea, Juan, el hijo de ambos, y Serapio, clérigo, y Pedro, soldado. (c. s. IV)
4. En Bérgamo, en la región italiana de Liguria, san Narno, que es considerado primer obispo de la ciudad. (s. IV)
5. En el territorio de Tebaida, en Egipto, san Poemeno, abad, tenido en suma consideración entre los anacoretas y de quien se refieren múñtiples máximas llenas de sabiduría. (s. IV/V)
6. En Couserans, en Aquitania, hoy Francia, san Licerio, obispo, el cual, oriundo de Hispania, fue discípulo de san Fausto de Riez y con sus oraciones protegió a la ciudad de las invasiones visigodas. (c. 540)
7. En Arlés, en Provenza, también en la actual Francia, san Cesáreo, obispo, que, después de haber llevado vida monástica en la isla de Lérins, recibió este episcopado en contra de sus deseos. Preparó y reunió sermones apropiados para las festividades, que los presbíteros debían leer con objeto de instruir al pueblo, y escribió también reglas de vida, tanto para hombres como para religiosas, para dirigir la vida monástica. (542)
8. En Pavía, ciudad de Lombardía, actual región de Italia, san Juan, obispo(c. 825)
9*. En el monasterio de Petershausen, que él mismo había fundado en Suabia, actualmente Suiza, sepultura de san Gebardo, obispo de Constanza. (995)
10*. En el monasterio de Aulps, en Saboya, en la actual Francia, muerte de san Guarino, obispo de Sión, el cual, monje de Molesmes en tiempo de san Roberto, fundó este cenobio, que dirigió santamente y agregó a la Orden del Císter. (1150)
11*. En Lausana, en el territorio de Helvecia, hoy Suiza, san Amadeo, obispo, que, siendo monje de Claraval, fue designado abad del cenobio de Hautecombe y, más tarde, elegido para la sede episcopal, desde donde educó con dedicación a los jóvenes, formó un clero piadoso y casto, y cantó en su predicación a la Bienaventurada Virgen María. (1159)
12*. En Foligno, ciudad de Umbría, en la Italia actual, beato Ángel Conti, presbítero de la Orden de Ermitaños de San Agustín, insigne por la penitencia y la humildad, y paciente ante las ofensas. (1312)
13*. En Leominster, lugar de Inglaterra, beato Rogerio Cadwalador, presbítero y mártir, que, ordenado en Valladolid, en España, e insigne por su doctrina, ejerció su ministerio clandestinamente durante dieciséis años en su patria y, finalmente, condenado por el hecho de ser sacerdote, en tiempo del rey Jacobo I fue llevado al patíbulo después de crueles torturas. (1610)
14*. En Nagasaki, en Japón, beatos Francisco de Santa María, presbítero de la orden de los Hermanos Menores, y sus catorce compañeros*, mártires, que, por orden del gobernador de la ciudad, sufrieron el martirio por odio al nombre de Cristo. (1627)
*Sus nombres: Beatos Bartolomé Laurel y Antonio de San Francisco, religiosos de la Orden de Hermanos Menores; Gaspar Vaz y María, esposos; Magdalena Kiyota, viuda; Cayo Jiyemon, Francisca, Francisco Kurobioye, Luis Matsuo Soyemon, Martín Gómez, Tomás Wo Jinyemon, Lucas Kiyemon y Miguel Kizayemon.
15. En la ciudad de Usk, en Gales, actual Reino Unido, san David Lewis, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús y mártir, que, ordenado sacerdote en Roma, celebró clandestinamente los sacramentos en su patria durante más de treinta años y prestó ayuda a los pobres, hasta que, reinando Carlos II, fue ahorcado por ser sacerdote. (1679)
16*. En el mar frente a Rochefort, en Francia, en una vieja nave, beatos mártires Juan Bautista de Souzy, presbítero, y Udalrico (Juan Bautista) Guillaume, hermano de las Escuelas Cristianas, ambos mártires, que, en el furor de la persecución contra la Iglesia, fueron encarcelados de forma inhumana y, por Cristo, murieron de hambre y aquejados de grave enfermedad. (1794)
17*. En Reading, en Inglaterra, beato Domingo de la Madre de Dios Barberi, presbítero de la Congregación de la Pasión, el cual, buscando con empeño restablecer la unidad de los cristianos, llevó a muchos al seno de la Iglesia católica. (1849)
18*. En la localidad de Picasent, en la región de Valencia, en España, beato Fernando González Añón, presbítero y mártir, que en tiempo de persecución mereció pasar a la bienaventuranza eterna. (1936)
19*. En el camino entre las aldeas de Godella y Bétera, en el mismo territorio valenciano, beato Raimundo Martí Soriano, presbítero y mártir, que en el furor de la misma persecución contra la fe derramó su sangre por Cristo. (1936)
20*. En San Sebastián, de nuevo en España, beata María del Pilar Izquierdo Albero, virgen, que, muy probada por la pobreza y por graves enfermedades, sirvió a Dios mostrado una caridad singular en favor de los pobres y afligidos, para cuyo servicio fundó la Obra Misionera de Jesús y María. (1945)

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