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Domingo 4 diciembre 2022, II Domingo de Adviento, ciclo A.

viernes, 15 de julio de 2022

Viernes 19 agosto 2022, Viernes de la XX semana del Tiempo Ordinario, feria o san Juan Eudes, presbítero, memoria libre o san Ezequiel Moreno Díaz, obispo, memoria libre.

SOBRE LITURGIA

CARTA APOSTÓLICA SPIRITUS ET SPONSA
DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II

EN EL XL ANIVERSARIO DE LA CONSTITUCIÓN SACROSANCTUM CONCILIUM SOBRE LA SAGRADA LITURGIA (4-Diciembre-2003).

Perspectivas

11. Mirando al futuro, son múltiples los desafíos a los que la liturgia debe responder. En efecto, a lo largo de estos cuarenta años, la sociedad ha sufrido cambios profundos, algunos de los cuales ponen fuertemente a prueba el compromiso eclesial. Tenemos ante nosotros un mundo en el que, incluso en las regiones de antigua tradición cristiana, los signos del Evangelio se van atenuando. Es tiempo de nueva evangelización. La liturgia se ve interpelada directamente por este desafío.

A primera vista, parece quedar marginada por una sociedad ampliamente secularizada. Pero es un hecho indiscutible que, a pesar de la secularización, en nuestro tiempo está emergiendo, de diversas formas, una renovada necesidad de espiritualidad. Esto demuestra que en lo más íntimo del hombre no se puede apagar la sed de Dios. Existen interrogantes que únicamente encuentran respuesta en un contacto personal con Cristo. Sólo en la intimidad con él cada existencia cobra sentido, y puede llegar a experimentar la alegría que hizo exclamar a Pedro en el monte de la Transfiguración: "Maestro, ¡qué bien se está aquí!" (Lc 9, 33).

12. Ante este anhelo de encuentro con Dios, la liturgia ofrece la respuesta más profunda y eficaz. Lo hace especialmente en la Eucaristía, en la que se nos permite unirnos al sacrificio de Cristo y alimentarnos de su cuerpo y su sangre. Sin embargo, los pastores deben procurar que el sentido del misterio penetre en las conciencias, redescubriendo y practicando el arte "mistagógico", tan apreciado por los Padres de la Iglesia (cf. Vicesimus quintus, 21). En particular, deben promover celebraciones dignas, prestando la debida atención a las diversas clases de personas: niños, jóvenes, adultos, ancianos, discapacitados. Todos han de sentirse acogidos en nuestras asambleas, de forma que puedan respirar el clima de la primera comunidad creyente: "Eran asiduos a la enseñanza de los Apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones" (Hch 2, 42).

13. Un aspecto que es preciso cultivar con más esmero en nuestras comunidades es la experiencia del silencio. Resulta necesario "para lograr la plena resonancia de la voz del Espíritu Santo en los corazones y para unir más estrechamente la oración personal con la palabra de Dios y la voz pública de la Iglesia" (Institutio generalis Liturgiae Horarum, 202). En una sociedad que vive de manera cada vez más frenética, a menudo aturdida por ruidos y dispersa en lo efímero, es vital redescubrir el valor del silencio. No es casualidad que, también más allá del culto cristiano, se difunden prácticas de meditación que dan importancia al recogimiento. ¿Por qué no emprender, con audacia pedagógica, una educación específica en el silencio dentro de las coordenadas propias de la experiencia cristiana? Debemos tener ante nuestros ojos el ejemplo de Jesús, el cual "salió de casa y se fue a un lugar desierto, y allí oraba" (Mc 1, 35). La liturgia, entre sus diversos momentos y signos, no puede descuidar el del silencio.

14. La pastoral litúrgica, a través de la introducción en las diversas celebraciones, debe suscitar el gusto por la oración. Ciertamente, ha de hacerlo teniendo en cuenta las capacidades de los creyentes, en sus diferentes condiciones de edad y cultura; pero tiene que hacerlo tratando de no contentarse con lo "mínimo". La pedagogía de la Iglesia debe "ser audaz". Es importante introducir a los fieles en la celebración de la Liturgia de las Horas, que, "como oración pública de la Iglesia, es fuente de piedad y alimento de la oración personal" (Sacrosanctum Concilium, 90). No es una acción individual o "privada, sino que pertenece a todo el cuerpo de la Iglesia. (...) Por tanto, cuando los fieles son convocados y se reúnen para la Liturgia de las Horas, uniendo sus corazones y sus voces, visibilizan a la Iglesia, que celebra el misterio de Cristo" (Institutio generalis Liturgiae Horarum, 20. 22). Esta atención privilegiada a la oración litúrgica no está en contraposición con la oración personal; al contrario, la supone y exige (cf. Sacrosanctum Concilium, 12), y se armoniza muy bien con otras formas de oración comunitaria, sobre todo si han sido reconocidas y recomendadas por la autoridad eclesial (cf. ib., 13).

15. Para educar en la oración, y especialmente para promover la vida litúrgica, es indispensable el compromiso de los pastores. Implica un deber de discernimiento y guía. Esto no se ha de ver como un principio de rigidez, en contraste con la necesidad del espíritu cristiano de abandonarse a la acción del Espíritu de Dios, que intercede en nosotros y "por nosotros, con gemidos inenarrables" (Rm 8, 26). A través de la guía de los pastores se realiza más bien un principio de "garantía", previsto en el plan de Dios sobre la Iglesia y gobernado por la asistencia del Espíritu Santo. La renovación litúrgica llevada a cabo en estas décadas ha demostrado que es posible conjugar unas normas que aseguren a la liturgia su identidad y su decoro, con espacios de creatividad y adaptación, que la hagan cercana a las exigencias expresivas de las diversas regiones, situaciones y culturas. Si no se respetan las normas litúrgicas, a veces se cae en abusos incluso graves, que oscurecen la verdad del misterio y crean desconcierto y tensiones en el pueblo de Dios (cf. Ecclesia de Eucharistia, 52; Vicesimus quintus, 13). Esos abusos no tienen nada que ver con el auténtico espíritu del Concilio y deben ser corregidos por los pastores con una actitud de prudente firmeza.

Conclusión

16. La promulgación de la constitución Sacrosanctum Concilium ha marcado, en la vida de la Iglesia, una etapa de fundamental importancia para la promoción y el desarrollo de la liturgia. La Iglesia, que, animada por el soplo del Espíritu Santo, vive su misión de "sacramento, o signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano" (Lumen gentium, 1), encuentra en la liturgia la expresión más alta de su realidad mistérica.

En el Señor Jesús y en su Espíritu, toda la existencia cristiana se transforma en "sacrificio vivo, santo y agradable a Dios", auténtico "culto espiritual" (Rm 12, 1). Es realmente grande el misterio que se realiza en la liturgia. En él se abre en la tierra un resquicio de cielo, y de la comunidad de los creyentes se eleva, en sintonía con el canto de la Jerusalén celestial, el himno perenne de alabanza: "Sanctus, sanctus, sanctus, Dominus Deus Sabaoth. Pleni sunt caeli et terra gloria tua. Hosanna in excelsis!".

Es preciso que en este inicio de milenio se desarrolle una "espiritualidad litúrgica", que lleve a tomar conciencia de Cristo como primer "liturgo", el cual actúa sin cesar en la Iglesia y en el mundo en virtud del misterio pascual continuamente celebrado, y asocia a sí a la Iglesia, para alabanza del Padre, en la unidad del Espíritu Santo.

Con este deseo, de corazón imparto a todos mi bendición.

Vaticano, 4 de diciembre del año 2003, vigésimo sexto de mi pontificado.

IOANNES PAULUS II 

CALENDARIO

19 VIERNES DE LA XX SEMANA DEL T. ORDINARIO, feria o SAN JUAN EUDES, presbítero, memoria libre o SAN EZEQUIEL MORENO DÍAZ, obispo, memoria libre

Misa
de feria (verde) o de una de las memorias (blanco).
MISAL: para la feria cualquier formulario permitido (véase pág. 67, n. 5) / para la memoria de san Juan E. 1.ª orac. prop. y el resto del común de pastores (para un pastor) o de santos (para religiosos), o de un domingo del T.O. / para la memoria de san Ezequiel M. ants. y oracs. props.; Pf. común o de la memoria.
LECC.: vol. III-par.
- Ez 37, 1-14.
Huesos secos, escuchad la palabra del Señor. Os sacaré de vuestros sepulcros, casa de Israel.
- Sal 106. R. Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
- Mt 22, 34-40. Amarás al Señor tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo.
o bien:
cf. vol. IV.

Liturgia de las Horas: oficio de feria o de una de las memorias.

Martirologio: elogs. del 20 de agosto, pág. 501.
CALENDARIOS: Religiosas del Buen Pastor y Unión de Nuestra Señora de la Caridad: San Juan Eudes, presbítero (S). Reparadores: (MO).
Calahorra y La Calzada-Logroño y Agustinos: San Ezequiel Moreno, obispo (MO).
O. Cist. y OCSO: Beato Guerrico de Igny, abad cisterciense (MO).
Tarragona-ciudad: San Magín, mártir (MO). Tarragona-diócesis: (ML).
Valencia y Familia Franciscana: San Luis de Tolosa, obispo (ML).
Benedictinos: San Bernardo Tolomei, abad (ML).
Dominicos: Beato Jordán de Pisa, presbítero (ML).

TEXTOS MISA

Misa de la feria: del XX Domingo del T. Ordinario (o de otro Domingo del T. Ordinario).

Memoria de san Juan Eudes:
19 de agosto
San Juan Eudes, presbítero.

Oración colecta propia. Resto del común de pastores: III. Pastores, Para un Pastor 2.

Antífona de entrada Cf. Lc 4, 18

El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres y curar a los contritos de corazón.
Spíritus Dómini super me: propter quod unxit me, evangelizáre paupéribus misit me, sanáre contrítos corde.
O bien: Cf. Eclo 45, 16
El Señor lo eligió como su sacerdote, para ofrecer el sacrificio de alabanza.
Elégit eum Dóminus sacerdótem sibi, ad sacrificándum ei hóstiam laudis.

Monición de entrada
Celebramos la memoria de san Juan Eudes, presbítero. Nació en Francia el año 1601. Se dedicó durante muchos años a la predicación en las parroquias y fundó después la Congregación de Jesús y María, para la formación de los sacerdotes, y la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad, de religiosas, para fortalecer la vida cristiana de las mujeres arrepentidas. Fomentó de una manera especial la devoción a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, hasta que murió piadosamente en el Señor el año 1680.

Oración colecta
Oh, Dios, que, para anunciar las insondables riquezas de Cristo, elegiste al presbítero san Juan Eudes, concédenos, por su palabra y ejemplo, crecer en tu conocimiento y vivir fielmente a la luz del Evangelio. Por nuestro Señor Jesucristo.
Deus, qui beátum Ioánnem presbyterum ad annuntiándum investigábiles Christi divítias mirabíliter elegísti, da nobis, eius exémplis et mónitis, ut, in tua sciéntia crescéntes, secúndum Evangélii lumen fidéliter conversémur. Per Dóminum.

Memoria de san Ezequiel Moreno:
19 de agosto
San Ezequiel Moreno Díaz, obispo

Antífona de entrada Sal 104, 1
Dad gracias al Señor, invocad su nombre, dad a conocer sus hazañas a los pueblos.

Monición de entrada
Conmemoramos en esta celebración a san Ezequiel Moreno Díaz, obispo de Pasto (Colombia), de la Orden de Agustinos Recoletos. Nació en Alfaro, La Rioja, el año 1848. Dedicó toda su vida a anunciar el Evangelio, tanto en las islas Filipinas como en América del Sur, y falleció en Monteagudo, Navarra, el año 1906.

Oración colecta
Oh, Dios, que nos ofreces en san Ezequiel, obispo, un modelo de fidelidad al Evangelio y un pastor según el Corazón de tu Hijo, concédenos, por su intercesión, que, viviendo con alegría nuestro testimonio cristiano, estemos plenamente dirigidos hacia ti y nos consagremos al servicio de tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Viernes de la XX semana del Tiempo Ordinario, año par (Lec. III-par).

PRIMERA LECTURA Ez 37, 1-14
Huesos secos, escuchad la palabra del Señor. Os sacaré de vuestros sepulcros, casa de Israel

Lectura de la profecía de Ezequiel.

En aquellos días, la mano del Señor se posó sobre mí.
El Señor me saco en espíritu y me coloco en medio de un valle todo lleno de huesos. Me hizo dar vueltas y vueltas en torno a ellos: eran muchísimos en el valle y estaban completamente secos.
Me preguntó:
«Hijo de hombre: ¿podrán revivir estos huesos?».
Yo respondí:
«Señor, Dios mío, tú lo sabes».
Él me dijo:
«Pronuncia un oráculo sobre estos huesos y diles: “¡Huesos secos, escuchad la palabra del Señor! Esto dice el Señor Dios a estos huesos: Yo mismo infundiré espíritu sobre vosotros y viviréis. Pondré sobre vosotros los tendones, haré crecer la carne, extenderé sobre ella la piel, os infundiré espíritu y viviréis. Y comprenderéis que yo soy el Señor”».
Yo profeticé como me había ordenado, y mientras hablaba se oyó un estruendo y los huesos se unieron entre sí. Vi sobre ellos los tendones, la carne había crecido y la piel la recubría; pero no tenían espíritu.
Entonces me dijo:
«Conjura al espíritu, conjúralo, hijo de hombre, y di al espíritu: “Esto dice el Señor Dios: ven de los cuatro vientos, espíritu, y sopla sobre estos muertos para que vivan”».
Yo profeticé como me había ordenado; vino sobre ellos el espíritu y revivieron y se pusieron en pie. Era una multitud innumerable.
Y me dijo:
«Hijo de hombre, estos huesos son la entera casa de Israel, que dice: “Se han secado nuestros huesos, se ha desvanecido nuestra esperanza, ha perecido, estamos perdidos”. Por eso profetiza y diles: “Esto dice el Señor Dios: Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os sacaré de ellos, pueblo mío, y os llevaré a la tierra de Israel. Y cuando abra vuestros sepulcros y os saque de ellos, pueblo mío, comprenderéis que soy el Señor. Pondré mi espíritu en vosotros y viviréis; os estableceré en vuestra tierra y comprenderéis que yo, el Señor, lo digo y lo hago” —oráculo del Señor—».

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 106, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9 (R.: 1)
R. 
Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
Confitémini Dómino, quóniam in sæculum misericórdia eius.

V. Que lo confiesen los redimidos por el Señor,
los que él rescató de la mano del enemigo,
los que reunió de todos los países:
oriente y occidente, norte y sur.
R. Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
Confitémini Dómino, quóniam in sæculum misericórdia eius.

V. Erraban por un desierto solitario,
no encontraban el camino de ciudad habitada;
pasaban hambre y sed,
se les iba agotando la vida.
R. Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
Confitémini Dómino, quóniam in sæculum misericórdia eius.

V. Pero gritaron al Señor en su angustia,
y los arrancó de la tribulación.
Los guió por un camino derecho,
para que llegaran a una ciudad habitada.
R. Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
Confitémini Dómino, quóniam in sæculum misericórdia eius.

V. Den gracias al Señor por su misericordia,
por las maravillas que hace con los hombres.
Calmó el ansia de los sedientos,
y a los hambrientos los colmó de bienes.
R. Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
Confitémini Dómino, quóniam in sæculum misericórdia eius.

Aleluya Sal 24, 4bc
R. 
Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Dios mío, instrúyeme en tus sendas, haz que camine con lealtad. R.
Sémitas tuas, Dómine, édoce me, dírige me in veritáte tua.

EVANGELIO Mt 22, 34-40
Amarás al Señor tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo
╬ 
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en un lugar y uno de ellos, un doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a prueba:
«Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la ley?».
Él le dijo:
«“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente”.
Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él:
“Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
En estos dos mandamientos se sostienen toda la Ley y los Profetas».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Papa Francisco, Ángelus 27-octubre-2017
Aquello que Jesús propone en esta página evangélica es un ideal estupendo, que corresponde al deseo más auténtico de nuestro corazón. De hecho, hemos sido creados para amar y ser amados. Dios, que es amor, nos ha creado para hacernos partícipes de su vida, para ser amados por Él y para amarlo y para amar con Él a todas las demás personas. Este es el «sueño» de Dios para el hombre. Y para realizarlo necesitamos de su gracia, necesitamos recibir en nosotros la capacidad de amar que proviene de Dios mismo. Jesús se ofrece a nosotros en la Eucaristía precisamente por esto. En ella nosotros recibimos a Jesús en la expresión máxima de su amor, cuando Él se ofreció a sí mismo al Padre para nuestra salvación. 

Oración de los fieles
Ferias del Tiempo Ordinario XVIII

Oremos a Dios Padre.
- Por la Iglesia, signo de Cristo en medio del mundo. Roguemos al Señor.
- Por los que tienen alguna responsabilidad sobre los demás. Roguemos al Señor.
- Por los que mueren de muerte violenta. Roguemos al Señor.
- Por los que matan, secuestran, destruyen. Roguemos al Señor.
- Por nosotros. llamados a trabajar por la paz y la reconciliación. Roguemos al Señor.
Que tu bondad nos conceda, Señor, lo que nuestras acciones no merecen. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.

Memoria de san Juan Eudes:
Oración sobre las ofrendas
Dios todopoderoso, humildemente imploramos de tu divina Majestad que, así como estos dones ofrecidos en honor de san N. manifiestan la gloria de tu poder divino, del mismo modo nos alcancen el fruto de tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Maiestátem tuam supplíciter implorámus, omnípotens Deus, ut, sicut glóriam divínae poténtiae múnera pro beáto N. obláta testántur, sic nobis efféctum tuae salvatiónis impéndant. Per Christum.

PREFACIO COMÚN II
LA SALVACIÓN POR CRISTO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, que por amor creaste al hombre, y, aunque condenado justamente, con tu misericordia lo redimiste, por Cristo, Señor nuestro.
Por él, los ángeles alaban tu gloria, te adoran las dominaciones y tiemblan las potestades, los cielos, sus virtudes y los santos serafines te celebran unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:

Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus:
Qui bonitáte hóminem condidísti, ac iustítia damnátum misericórdia redemísti: per Christum Dóminum nostrum.
Per quem maiestátem tuam laudant Angeli, adórant Dominatiónes, tremunt Potestátes. Caeli caelorúmque Virtútes, ac beáta Séraphim, sócia exsultatióne concélebrant. Cum quibus et nostras voces ut admítti iúbeas, deprecámur, súpplici confessióne dicéntes:

Santo, Santo, Santo...

PLEGARIA EUCARÍSTICA II

Antífona de la comunión Mt 28, 20

Sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos, dice el Señor.
Ecce ego vobíscum sum ómnibus diébus usque ad consummatiónem saeculi, dicit Dóminus.

Oración después de la comunión
Señor, que los sacramentos que hemos recibido nos preparen a los gozos eternos que mereció san N., tu servidor fiel. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Sumpta mystéria, quaesumus, Dómine, aetérnis nos praeparent gáudiis, quae beátus N. fidéli dispensatióne proméruit. Per Christum.
O bien:
Fortalecidos con el alimento santo, te rogamos, Dios todopoderoso, que, siguiendo siempre el ejemplo de san N., nos concedas servirte con entrega constante y progresar en el amor incansable hacia todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Refectióne sacra enutrítos, fac nos, omnípotens Deus, exémpla beáti N. iúgiter sequéntes, te pérpeti devotióne cólere, et indeféssa ómnibus caritáte profícere. Per Christum.

Memoria de san Ezequiel Moreno:
Oración sobre las ofrendas

Derrama, Señor, tu bendición sobre los dones que te presentamos en la fiesta de san Ezequiel para que, al recibirlos, alcancemos de tu misericordia el perdón de nuestras culpas y la abundancia de los bienes del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor.

PREFACIO COMÚN II
LA SALVACIÓN POR CRISTO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, que por amor creaste al hombre, y, aunque condenado justamente, con tu misericordia lo redimiste, por Cristo, Señor nuestro.
Por él, los ángeles alaban tu gloria, te adoran las dominaciones y tiemblan las potestades, los cielos, sus virtudes y los santos serafines te celebran unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:

Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus:
Qui bonitáte hóminem condidísti, ac iustítia damnátum misericórdia redemísti: per Christum Dóminum nostrum.
Per quem maiestátem tuam laudant Angeli, adórant Dominatiónes, tremunt Potestátes. Caeli caelorúmque Virtútes, ac beáta Séraphim, sócia exsultatióne concélebrant. Cum quibus et nostras voces ut admítti iúbeas, deprecámur, súpplici confessióne dicéntes:

Santo, Santo, Santo...

PLEGARIA EUCARÍSTICA II

Antífona de la comunión

El Señor mandó a los discípulos que anunciasen a las ciudades: está cerca de vosotros el Reino de Dios.

Oración después de la comunión
Vivifícanos, Señor, por estos sacramentos que hemos recibido; y, al celebrar con gozo la fiesta de san Ezequiel, obispo, concédenos que el ejemplo de su celo apostólico nos impulse a crecer cada día en gracia y santidad. Por Jesucristo nuestro Señor.

MARTIROLOGIO

Elogios del 20 de agosto
M
emoria de san Bernardo, abad y doctor de la Iglesia, el cual, habiendo ingresado junto con treinta compañeros en el nuevo monasterio del Cister, fue después fundador y primer abad del monasterio de Clairvaux (Claraval), donde dirigió sabiamente a los monjes por el camino de los mandamientos del Señor. Recorrió una y otra vez Europa para restablecer la paz y la unidad e iluminó a toda la Iglesia con sus escritos y sus sabias exhortaciones, hasta que descansó en el Señor cerca de Langres, en Francia. (1153)
2. Conmemoración de san Samuel, profeta, quien, llamado por Dios cuando aún era niño, fue después juez en Israel y por mandato divino ungió a Saúl como rey de su pueblo, pero después de que fue repudiado por Dios por su falta de fidelidad, confirió también la unción real a David, de cuya estirpe había de nacer Cristo.
3. Cerca de la fortaleza de Chinon, en el territorio de Tours, en Aquitania, actual Francia, san Máximo, discípulo de san Martín, que primero fue monje en el lugar de Île-Barbe, cerca de Lyon, y después fundó un monasterio a la orilla del río Vigenne, donde murió en edad muy avanzada. (s. V)
4. En el monasterio de Noirmoutier, en la isla de Hero, nuevamente en la costa de Aquitania, san Filiberto, abad, que, educado en la corte del rey Dagoberto, todavía adolescente, se hizo monje, y fundó y dirigió primeramente el cenobio de Jumièges y después aquel de Hero. (c. 684)
5. En Córdoba, en la región hispánica de Andalucía, santos mártires Leovigildo y Cristóbal, monjes, los cuales, durante la persecución llevada a cabo por los musulmanes, profesaron espontáneamente la fe en Cristo ante del juez, y por esto cual fueron decapitados, obteniendo así la palma del martirio. (852)
6*. En Siena, ciudad de Toscana, en Italia, muerte del beato Bernardo Tolomeo, abad y fundador de la Congregación Olivetana según la Regla de san Benito, que se aplicó con empeño a ña observancia por la disciplina monástica y, durante una epidemia de peste que asolaba Italia, murió junto a los monjes de Siena, que habían estado contagiados. (1348)
7*. En una nave anclada frente a Rochefort, en la costa francesa, beatos Luis Francisco Le Brun y Gervasio Brunel, presbíteros y mártires, monje de la Congregación Benedictina de san Mauro el primero y prior de la abadía cisterciense de la Trapa el segundo, que, encarcelados ambos de manera inhumana durante la Revolución Francesa, consumaron el martirio agotados por la enfermedad. (1794)
8. En Roma, santa María de Mattias, virgen, fundadora de la congregación de Adoratrices de la Sangre de Cristo. (1866)
9. En Roma, muerte del papa san Pío X, cuya memoria se celebra mañana. (1914)
10*. En Vallibona, cerca de Castellón, en la región levantina de España, beato Matías Cardona Meseguer, presbítero de la Orden de los Clérigos Regulares de las Escuelas Pías, mártir durante la persecución religiosa. (1936)
11*. En Játiva, en la provincia de Valencia, igualmente en España, beata María Climent Mateu, virgen y mártir, que en el tiempo de la misma persecución mereció ser configurada con Cristo por su muerte en la fe. (1936)
12*. En el campo de concentración de Dachau, cerca de Munich, en Alemania, beato Ladislao Maczkowski, presbítero y mártir, el cual, de nacionalidad polaca, fue deportado en tiempo de guerra y, ante los perseguidores de la dignidad humana y del cristianismo, entre crueles torturas, defendió su fe hasta la muerte. (1942)
- Beato Georg Häfner (1900, Dachau† 1942). Sacerdote alemán, mártir, víctima del odio a la fe, en el campo de concentración de Dachau, Alemania.
- Beato Teófilo Matulionis (1873- Seduva, Lituania 1962). Arzobispo - Obispo de Kaisiadorys, asesinado mediante envenenamiento por odio a la fe.

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