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miércoles, 12 de octubre de 2022

Miércoles 16 noviembre 2022, Miércoles de la XXXIII semana del Tiempo Ordinario o santa Margarita de Escocia, memoria libre o santa Gertrudis, virgen, memoria libre.

SOBRE LITURGIA

EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POST-SINODAL RECONCILIATIO ET PAENITENTIA (2-Diciembre-1984)
DE JUAN PABLO II

CAPÍTULO PRIMERO. EL MISTERIO DEL PECADO


14. Si leemos la página bíblica de la ciudad y de la torre de Babel a la nueva luz del Evangelio, y la comparamos con aquella otra página sobre la caída de nuestros primeros padres, podemos sacar valiosos elementos para una toma de conciencia del misterio del pecado. Esta expresión, en la que resuena el eco de lo que escribe San Pablo sobre el misterio de la iniquidad [66], se orienta a hacernos percibir lo que de oscuro e inaprensible se oculta en el pecado. Este es sin duda, obra de la libertad del hombre; mas dentro de su mismo peso humano obran factores por razón de los cuales el pecado se sitúa mas allá de lo humano, en aquella zona límite donde la conciencia, la voluntad y la sensibilidad del hombre están en contacto con las oscuras fuerzas que, según San Pablo, obran en el mundo hasta enseñorearse de él [67].

La desobediencia a Dios

De la narración bíblica referente a la construcción de la torre de Babel emerge un primer elemento que nos ayuda a comprender el pecado: los hombres han pretendido edificar una ciudad, reunirse en un conjunto social, ser fuertes y poderosos sin Dios, o incluso contra Dios [68]. En este sentido, la narración del primer pecado en el Edén y la narración de Babel, a pesar de las notables diferencias de contenido y de forma entre ellas, tienen un punto de convergencia: en ambas nos encontramos ante una exclusión de Dios, por la oposición frontal a un mandamiento suyo, por un gesto de rivalidad hacia él, por la engañosa pretensión de ser «como él» [69]. En la narración de Babel la exclusión de Dios no aparece en clave de contraste con él, sino como olvido e indiferencia ante él; como si Dios no mereciese ningún interés en el ámbito del proyecto operativo y asociativo del hombre. Pero en ambos casos la relación con Dios es rota con violencia. En el caso del Edén aparece en toda su gravedad y dramaticidad lo que constituye la esencia más íntima y más oscura del pecado: la desobediencia a Dios, a su ley, a la norma moral que él dio al hombre, escribiéndola en el corazón y confirmándola y perfeccionándola con la revelación.

Exclusión de Dios, ruptura con Dios, desobediencia a Dios; a lo largo de toda la historia humana esto ha sido y es bajo formas diversas el pecado, que puede llegar hasta la negación de Dios y de su existencia; es el fenómeno llamado ateísmo. Desobediencia del hombre que no reconoce mediante un acto de su libertad el dominio de Dios sobre la vida, al menos en aquel determinado momento en que viola su ley.

[66] Cf. 2 Tes 2, 7.
[67] Cf. Rm 7, 7-25, Ef 2, 2; 6, 12.
[68] Es significativa la terminología usada en la traducción griega de los LXX y en el Nuevo Testamento sobre el pecado. La designación más común es la de hamartía y vocablos de la misma raíz. Esta expresa el concepto de faltar más o menos gravemente a una norma o ley, a una persona o incluso a una divinidad. Pero el pecado es también designado adikía y su significación aquí es practicar la injusticia. Se hablará también de parábasis o transgresión, de asébeia, impiedad, y de otros conceptos. Todos juntos ofrecen la imagen del pecado.
[69] Gén 3, 5: «... seréis como Dios, conocedores del bien y del mal»; cf. también v. 22.


La división entre hermanos

15. En las narraciones bíblicas antes recordadas, la ruptura con Dios desemboca dramáticamente en la división entre los hermanos.

En la descripción del «primer pecado», la ruptura con Yavé rompe al mismo tiempo el hilo de la amistad que unía a la familia humana, de tal manera que las páginas siguientes del Génesis nos muestran al hombre y a la mujer como si apuntaran su dedo acusando el uno hacia el otro [70]; y más adelante el hermano que, hostil a su hermano, termina quitándole la vida [71].

Según la narración de los hechos de Babel la consecuencia del pecado es la desunión de la familia humana, ya iniciada con el primer pecado, y que llega ahora al extremo en su forma social.

Quien desee indagar el misterio del pecado no podrá dejar de considerar esta concatenación de causa y efecto. En cuanto ruptura con Dios el pecado es el acto de desobediencia de una criatura que, al menos implícitamente, rechaza a aquel de quien salió y que la mantiene en vida; es, por consiguiente, un acto suicida. Puesto que con el pecado el hombre se niega a someterse a Dios, también su equilibrio interior se rompe y se desatan dentro de sí contradicciones y conflictos. Desgarrado de esta forma el hombre provoca casi inevitablemente una ruptura en sus relaciones con los otros hombres y con el mundo creado. Es una ley y un hecho objetivo que pueden comprobarse en tantos momentos de la psicología humana y de la vida espiritual, así como en la realidad de la vida social, en la que fácilmente pueden observarse repercusiones y señales del desorden interior.

El misterio del pecado se compone de esta doble herida, que el pecador abre en su propio costado y en relación con el prójimo. Por consiguiente, se puede hablar de pecado personal y social. Todo pecado es personal bajo un aspecto; bajo otro aspecto, todo pecado es social, en cuanto y debido a que tiene también consecuencias sociales.

[70] Cf. Gén 3, 12.
[71] Cf. Gén 4, 2-16.


CALENDARIO

16 MIÉRCOLES DE LA XXXIII SEMANA DEL T. ORDINARIO, feria o SANTA MARGARITA DE ESCOCIA, memoria libre o SANTA GERTRUDIS, virgen, memoria libre 

Misa de feria (verde) o de una de las memorias (blanco). 
MISAL: para la feria cualquier formulario permitido (véase pág. 67, n. 5) / para la memoria de santa Margarita 1.ª orac. prop. y el resto del común de santos (santos que practicaron obras de misericordia), o de un domingo del T.O. / para la memoria de santa Gertrudis 1.ª orac. prop. y el resto del común de vírgenes (para una virgen) o de santos (para una monja), o de un domingo del T.O.; Pf. común o de la memoria. 
LECC.: vol. III-par. 
- Ap 4, 1-11. Santo es el Señor Dios, el todopoderoso; el que era y es y ha de venir. 
- Sal 150. R. Santo, Santo, Santo es el Señor Dios, el todopoderoso. 
- Lc 19, 11-28. ¿Por qué no pusiste mi dinero en el banco? 
o bien: cf. vol. IV. 

Liturgia de las Horas: oficio de feria o de una de las memorias. 

Martirologio: elogs. del 17 de noviembre, pág. 672. 
CALENDARIOS: O. Cist., monjas: Santa Gertrudis, virgen y monja cisterciense (F). Benedictinos, monjes de la O. Cist. y OCSO: (MO). 
Religiosos Camilos: Virgen María, Salud de los enfermos (F). 
Servitas: Todos los santos de la Orden (F). 
Zamora: San Alfonso Rodríguez, presbítero y mártir (MO). 
Cuenca y HH. de las Escuelas Cristianas: Beatos Aurelio María, religioso, y compañeros, mártires (ML). 
Valladolid: Beato Edmija (Isidoro) Primo Rodríguez, mártir (ML). 
Jesuitas: Santos Roque González, Alfonso Rodríguez y Juan del Castillo, presbíteros y mártires (ML). 
Cartagena: Aniversario de la muerte de Mons. Javier Azagra Labiano, obispo, emérito (2014).

TEXTOS MISA

Misa de la feria: del XXXIII Domingo del T. Ordinario (o de otro Domingo del T. Ordinario).

Memoria de santa Margarita:

16 de noviembre
Santa Margarita de Escocia

La oración colecta es propia; el resto está tomado del común de santos: III. Para santos que practicaron obras de misericordia.

Antífona de entrada Cf. Mt 25, 34. 36. 40
Venid vosotros, benditos de mi Padre, dice el Señor. Estaba enfermo y me visitasteis. En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis.
Antiphona ad introitum Cf. Mt 25, 34.36.40
Veníte, benedícti Patris mei, dicit Dóminus: infírmus eram, et visitástis me. Amen dico vobis, quámdiu fecístis uni ex his frátribus meis mínimis, mihi fecístis.
O bien: Sal 111, 9
Reparte limosna a los pobres, su caridad dura por siempre, y alzará la frente con dignidad.
Vel: Ps 111, 9
Dispérsit, dedit paupéribus: iustítia eius manet in saeculum saeculi, cornu eius exaltábitur in glória.

Monición de entrada
Hacemos memoria en esta celebración de santa Margarita, nacida en Hungría hacia el año 1046. Casada con el rey de Escocia, dio a luz ocho hijos y fue sumamente solícita por el bien del reino y de la Iglesia; a la oración y a los ayunos añadía la generosidad para con los pobres, siendo ejemplo de esposa, madre y reina. Murió en Edimburgo el año 1093.

Oración colecta
Oh, Dios, que hiciste a santa Margarita de Escocia admirable por su caridad con los pobres, concédenos, por su intercesión y ejemplo, manifestar entre los hombres la imagen de tu bondad. Por nuestro Señor Jesucristo.
Collecta
Deus, qui beátam Margarítam exímia in páuperes caritáte mirábilem effecísti, da, ut, eius intercessióne et exémplo, imáginem bonitátis tuae inter hómines referámus. Per Dóminum.

Memoria de santa Gertrudis:
16 de noviembre
Santa Gertrudis, virgen

La oración colecta es propia. El resto está tomado del común de vírgenes: II. Para una virgen 2.

Antífona de entrada
Alegrémonos, exultemos, porque el Señor ha amado a esta virgen santa y gloriosa.
Gaudeámus et exsultémus, quia Dóminus ómnium diléxit vírginem sanctam atque gloriósam.
O bien:
Esta es la virgen sabia que el Señor encontró vigilante, con el aceite de su lámpara preparado y, al llegar el Señor, entró con él en el banquete de bodas.
Haec est virgo sápiens, quam Dóminus vigilántem invénit, quae accéptis lampádibus sumpsit secum óleum et, veniénte Dómino, introívit cum eo ad núptias.

Monición de entrada
Conmemoramos en esta celebración a santa Gertrudis, virgen, monja cisterciense alemana del siglo XIII, famosa por sus escritos espirituales. Con amor eterno la amó el Señor, la llevó a la soledad y le habló al corazón; así ella se consagró a la oración y contemplación de Cristo crucificado, el Señor se desposó con ella en matrimonio perpetuo en fidelidad y misericordia. Falleció el año 1301 o 1302.

Oración colecta
Oh, Dios, que preparaste una gozosa morada para ti en el corazón de la virgen santa Gertrudis, ilumina bondadosamente, por su intercesión, las tinieblas de nuestro espíritu para que percibamos con alegría tu presencia y tu acción en nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo.
Deus, qui iucúndam tibi mansiónem in corde beátae Gertrúdis vírginis praeparásti, ipsíus intercessióne, cordis nostri ténebras cleménter illústra, ut te in nobis praeséntem et operántem laetánter experiámur. Per Dóminum.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Miércoles de la XXXIII semana del Tiempo Ordinario, año par (Lec. III-par)

PRIMERA LECTURA Ap 4, 1-11
Santo es el Señor Dios, el todopoderoso de todo; el que era y es y ha de venir

Lectura del libro del Apocalipsis.

Yo, Juan, miré y vi una puerta abierta en el cielo; y aquella primera voz, como de trompeta, que oí hablando conmigo, decía:
«Sube aquí y te mostraré lo que tiene que suceder después de esto».
Enseguida fui arrebatado en espíritu. Vi un trono puesto en el cielo, y sobre el trono uno sentado. El que estaba sentado en el trono era de aspecto semejante a una piedra de diamante y cornalina, y había un arco iris alrededor del trono de aspecto semejante a una esmeralda.
Y alrededor del trono había otros veinticuatro tronos, y sobre los tronos veinticuatro ancianos sentados, vestidos con vestiduras blancas y con coronas de oro sobre sus cabezas. Y del trono salen relámpagos, voces y truenos; y siete lámparas de fuego están ardiendo delante del trono, que son los siete espíritus de Dios, y delante del trono como un mar transparente, semejante al cristal.
Y en medio del trono y a su alrededor, había cuatro vivientes, llenos de ojos por delante y por detrás. El primer viviente era semejante a un león, el segundo a un toro, el tercero tenía cara como de hombre, y el cuarto viviente era semejante a un águila en vuelo. Los cuatro vivientes, cada uno con seis alas, estaban llenos de ojos por fuera y por dentro. Día y noche cantan sin pausa:
«Santo, Santo, Santo es el Señor Dios, el todopoderoso; el que era y es y ha de venir».
Cada vez que los vivientes dan gloria y honor y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran ante el que está sentado en el trono, adoran al que vive por los siglos de los siglos y arrojan sus coronas ante el trono diciendo:
«Eres digno, Señor, Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque tú has creado el universo; porque por tu voluntad lo que no existía fue creado».

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 150, 1b-2. 3-4. 5-6a (R.: Ap 4, 8b)
R. 
Santo, Santo, Santo es el Señor Dios, el todopoderoso.
Sanctus, sanctus, sanctus Dóminus Deus omnípotens.

V. Alabad al Señor en su templo,
alabadlo en su fuerte firmamento.
Alabadlo por sus obras magníficas,
alabadlo por su inmensa grandeza.
R. Santo, Santo, Santo es el Señor Dios, el todopoderoso.
Sanctus, sanctus, sanctus Dóminus Deus omnípotens.

V. Alabadlo tocando trompetas,
alabadlo con arpas y cítaras;
alabadlo con tambores y danzas,
alabadlo con trompas y flautas.
R. Santo, Santo, Santo es el Señor Dios, el todopoderoso.
Sanctus, sanctus, sanctus Dóminus Deus omnípotens.

V. Alabadlo con platillos sonoros,
alabadlo con platillos vibrantes.
Todo ser que alienta alabe al Señor.
R. Santo, Santo, Santo es el Señor Dios, el todopoderoso.
Sanctus, sanctus, sanctus Dóminus Deus omnípotens.

Aleluya Cf. Jn 15, 16
R. 
Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Yo os he elegido del mundo -dice el Señor-, para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca. R.
Ego vos elégi de mundo, ut eátis et fructum afferátis, et fructus vester máneat, dicit Dóminus.

EVANGELIO Lc 19, 11-28
¿Por qué no pusiste mi dinero en el banco?
╬ 
Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo una parábola, porque estaba él cerca de Jerusalén y pensaban que el reino de Dios iba a manifestarse enseguida.
Dijo, pues:
«Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de rey, y volver después.
Llamó a diez siervos suyos y les repartió diez minas de oro, diciéndoles:
“Negociad mientras vuelvo”.
Pero sus conciudadanos lo aborrecían y enviaron tras de él una embajada diciendo:
“No queremos que este llegue a reinar sobre nosotros”.
Cuando regresó de conseguir el título real, mandó llamar a su presencia a los siervos a quienes había dado el dinero, para enterarse de lo que había ganado cada uno.
El primero se presentó y dijo:
“Señor, tu mina ha producido diez”.
Él le dijo:
“Muy bien, siervo bueno; ya que has sido fiel en lo pequeño, recibe el gobierno de diez ciudades”.
El segundo llegó y dijo:
“Tu mina, señor, ha rendido cinco”.
A ese le dijo también:
“Pues toma tú el mando de cinco ciudades”.
El otro llegó y dijo:
“Señor, aquí está tu mina; la he tenido guardada en un pañuelo, porque tenía miedo, pues eres un hombre exigente que retiras lo que no has depositado y siegas lo que no has sembrado”.
Él le dijo:
“Por tu boca te juzgo, siervo malo. ¿Conque sabías que soy exigente, que retiro lo que no he depositado y siego lo que no he sembrado? Pues ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco? Al volver yo, lo habría cobrado con los intereses”. Entonces dijo a los presentes:
“Quitadle a este la mina y dádsela al que tiene diez minas”. Le dijeron:
“Señor, ya tiene diez minas”.
“Os digo: al que tiene se le dará, pero al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Y en cuanto a esos enemigos míos, que no querían que llegase a reinar sobre ellos, traedlos acá y degolladlos en mi presencia”».
Dicho esto, caminaba delante de ellos, subiendo hacia Jerusalén.

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa 121
Tenemos una gran tarea por delante. No cabe la actitud de permanecer pasivos, porque el Señor nos declaró expresamente: negociad, mientras vengo (Lc 19, 13). Mientras esperamos el retorno del Señor, que volverá a tomar posesión plena de su Reino, no podemos estar cruzados de brazos. La extensión del Reino de Dios no es sólo tarea oficial de los miembros de la Iglesia que representan a Cristo, porque han recibido de Él los poderes sagrados. Vos autem estis corpus Christi (1Co 12, 27), vosotros también sois cuerpo de Cristo, nos señala el Apóstol, con el mandato concreto de negociar hasta el fin.

Oración de los fieles
Ferias del Tiempo Ordinario XLIV

Elevemos, hermanos, fervientes oraciones a Dios, nuestro Padre.
- Para que proteja y guíe a su Iglesia santa. Roguemos al Señor.
- Para que el Señor llene de su gracia a los obispos, sacerdotes y ministros. Roguemos al Señor.
- Para que conceda a todo el mundo la justicia y la paz. Roguemos al Señor.
- Para que socorra a los que están en algún peligro. Roguemos al Señor.
- Para que a nosotros mismos nos conforte y conserve en su servicio. Roguemos al Señor.
Te pedimos, Dios de bondad, que te muestres favorable a las oraciones de los que te suplican. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Memoria de santa Margarita:
Oración sobre las ofrendas
Recibe, Señor, los dones de tu pueblo y concede a quienes celebramos las maravillas del inmenso amor de tu Hijo, reafirmamos, a ejemplo de san N., en el amor a ti y al prójimo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Súscipe, Dómine, múnera pópuli tui, et praesta, ut, qui Fílii tui imménsae caritátis opus recólimus, in tui et próximi dilectióne, beátae N. exémplo, confirmémur. Per Christum.

PREFACIO DE SANTAS VÍRGENES Y RELIGIOSOS
SIGNIFICADO DE LA VIDA DE CONSAGRACIÓN EXCLUSIVA A DIOS
En verdad es justo y necesario que te alaben, es nuestro deber y salvación darte gracia siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque celebramos tu providencia admirable en los santos que se entregaron a Cristo por el reino de los cielos. Por ella llamas de nuevo a la humanidad a la santidad primera que de ti había recibido, y la conduces a gustar los dones que espera recibir en el cielo.
Por eso, con los santos y todos ángeles, te alabamos proclamando sin cesar:

Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus:
In Sanctis enim, qui Christo se dedicavérunt propter regnum caelórum, tuam decet providéntiam celebráre mirábilem, qua humánam substántiam et ad primae oríginis révocas sanctitátem, et perdúcis ad experiénda dona, quae in novo saeculo sunt habénda.
Et ídeo, cum Sanctis et Angelis univérsis, te collaudámus, sine fine dicéntes:

Santo, Santo, Santo...

PLEGARIA EUCARÍSTICA III

Antífona de la comunión Jn 15, 13
Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
Maiórem hac dilectiónem nemo habet, ut ánimam suam ponat quis pro amícis suis.
O bien: Cf. Jn 13, 35
En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros, dice el Señor.
In hoc cognóscent omnes quia discípuli mei estis: si dilectiónem habuéritis ad ínvicem, dicit Dóminus.

Oración después de la comunión
Alimentados con estos sagrados misterios, concédenos, Señor, seguir los ejemplos de san N., que te dio culto con devoción constante y enriqueció a tu pueblo con un amor sin medida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Sacris mystériis reféctos, da nos, quaesumus, Dómine, beátae N. exémpla sectári, qui te indeféssa pietáte cóluit, et pópulo tuo imménsa prófuit caritáte. Per Christum.
O bien:
Después de gustar el sacramento de salvación, invocamos tu misericordia, Señor, para que, imitando la caridad de san N., participemos también de su gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Sacraménti salutáris, Dómine, pasti delíciis, tuam súpplices deprecámur pietátem, ut, beáti N. caritátis imitatóres effécti, consórtes simus et glóriae. Per Christum.

Memoria de santa Gertrudis:
Oración sobre las ofrendas
Señor, concédenos recibir el fruto de estas ofrendas que te presentamos, para que, a ejemplo de santa N., limpios de la antigua condición pecadora, nos renovemos con la prenda de la vida celestial. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Dicátae, quaesumus, Dómine, capiámus oblatiónis efféctum, ut, beátae N. exémplo, terrénae vetustátis conversatióne mundáti, caeléstis vitae proféctibus innovémur. Per Christum.

PREFACIO DE SANTAS VÍRGENES Y RELIGIOSOS
SIGNIFICADO DE LA VIDA DE CONSAGRACIÓN EXCLUSIVA A DIOS
En verdad es justo y necesario que te alaben, es nuestro deber y salvación darte gracia siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque celebramos tu providencia admirable en los santos que se entregaron a Cristo por el reino de los cielos. Por ella llamas de nuevo a la humanidad a la santidad primera que de ti había recibido, y la conduces a gustar los dones que espera recibir en el cielo.
Por eso, con los santos y todos ángeles, te alabamos proclamando sin cesar:

Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus:
In Sanctis enim, qui Christo se dedicavérunt propter regnum caelórum, tuam decet providéntiam celebráre mirábilem, qua humánam substántiam et ad primae oríginis révocas sanctitátem, et perdúcis ad experiénda dona, quae in novo saeculo sunt habénda.
Et ídeo, cum Sanctis et Angelis univérsis, te collaudámus, sine fine dicéntes:

Santo, Santo, Santo...

PLEGARIA EUCARÍSTICA III

Antífona de la comunión Cf. Mt 25, 4. 6
Las cinco vírgenes prudentes se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. A media noche se oyó una voz: «Que llega el esposo, salid al encuentro de Cristo, el Señor».
Quinque prudéntes vírgines accepérunt óleum in vasis suis cum lampádibus. Média autem nocte clamor factus est: Ecce sponsus venit, exíte óbviam Christo Dómino.

Oración después de la comunión
Señor, que la santa comunión del Cuerpo y de la Sangre de tu Unigénito nos aparte de todas las cosas perecederas, para que, a ejemplo de santa N., podamos servirte en la tierra con amor sincero y gozar eternamente de tu contemplación en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Córporis et Sánguinis Unigéniti tui sacra percéptio, Dómine, ab ómnibus nos cadúcis rebus avértat, ut exémplo beátae N. valeámus tui et sincéra in terris caritáte profícere, et perpétua in caelis visióne gaudére. Per Christum.

MARTIROLOGIO

Elogios del día 17 de noviembre
M
emoria de santa Isabel de Hungría, que, siendo casi niña, se casó con Luis, langradve de Turingia, a quien dio tres hijos, y al quedar viuda, después de sufrir muchas calamidades y siempre inclinada a la meditación de las cosas celestiales, se retiró a Marburgo, en la actual Alemania, en un hospital que ella misma había fundado, donde, abrazándose a la pobreza, se dedicó al cuidado de los enfermos y de los pobres hasta el último suspiro de su vida, que fue a los veinticinco años de edad. (1231)
2. En Neocesarea, en el Ponto, hoy Turquía, san Gregorio, obispo, que siendo aun adolescente abrazó la fe cristiana, fue progresando en las ciencias divinas y humanas, y, ordenado obispo, brilló por su doctrina, virtudes y trabajos apostólicos. Por los incontables milagros que realizó, se le llamó “Taumaturgo”. (270)
3. En Cesarea de Palestina, en el actual Israel, santos Alfeo y Zaqueo, mártires, que por confesar con todas sus fuerzas a Dios y a Jesucristo Rey, después de muchos tormentos fueron condenados a muerte, en el primer año de la persecución ordenada por el emperador Diocleciano. (303)
4. En Córdoba, en la provincia hispánica de la Bética, san Acisclo, mártir. (s. IV)
5. En Orleáns, de la Galia Lugdunense, actual Francia, san Aniano, obispo, que, confiando sólo en Dios, cuyo auxilio no cesaba de pedir con oraciones y lágrimas, liberó a su ciudad, asediada por los hunos. (c. 453)
6*. En Vienne, en la región de Burgundia, también en Francia, san Namacio, obispo, que desempeñó rectamente los mimos oficios civiles, y que rigió y honró la sede episcopal. (599)
7. En Tours, en el territorio de Neustria, de nuevo en Francia, san Gregorio, obispo, sucesor de san Eufronio, que escribió en lenguaje claro y sencillo la historia de los francos. (594)
8*. En Whitby, en Nortumbría, actualmente en el Reino Unido, santa Hilda, abadesa, la cual, después de abrazar la fe y recibir los sacramentos de Cristo, puesta al frente de su monasterio, tanto se entregó a la formación de los monjes y monjas en la vida regular, al mantenimiento de la paz y la armonía, al trabajo y a la lectura de las divinas Escrituras, que parecía realizar en la tierra tareas celestiales. (680)
9*. En Rëmus, lugar de Recia, en la actual Suiza, san Florino, presbítero, fielmente dedicado a la labor parroquial. (856)
10. En Constantinopla, hoy Estambul, en Turquía, san Lázaro, monje, nacido en Armenia, el cual, insigne en la pintura artística de imágenes sagradas, fue atormentado con crueles suplicios al negarse a destruir sus obras por orden del emperador iconoclasta Teófilo,, aunque después, apaciguadas las controversias sobre el debido culto a las imágenes, el emperador Miguel III le envió a Roma para afianzar la concordia y unidad de toda la Iglesia. (c. 867)
11. En Novara, en la región italiana de Sicilia, san Hugo, abad, que, enviado por san Bernardo de Claraval estableció la Orden cisterciense allí mismo y en Calabria. (1172)
12. En Lincoln, en Inglaterra, san Hugo, obispo, que era monje cartujo al verse llamado a regir la iglesia de esta ciudad, donde realizó un trabajo excelente, lo mismo en la defensa de las libertades de la Iglesia que en arrancar a los judíos de las manos de sus enemigos. (1200)
13*. Cerca de Cracovia, en Polonia, beata Salomé, reina de Halicz (Galizia), que, fallecido su esposo, el rey Colomano, profesó la Regla de las Clarisas y desempeñó santamente el cargo de abadesa en un monasterio fundado por ella misma. (1268)
14. En Helfta, en las cercanías de Eisleben, en Sajonia, actual Alemania, aniversario de la muerte de santa Gertrudis, virgen, cuya memoria se celebra el día de ayer. (1301/1302)
15. En Asunción, en Paraguay, san Juan del Castillo, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús y mártir, que, en el poblado de las reducciones fundado aquel mismo año por san Roque González y encomendado a sus cuidados, por instigación de un individuo aficionado a artes mágicas, fue maltratado con crueles suplicios y finalmente apedreado, lo que le llevó a la muerte dando testimonio de Cristo. (1628)
16. En Nagasaki, del Japón, santos Jordán (Jacinto) Ansalone y Tomás Hioji Rokuzayemon Nishi, presbíteros dominicos y mártires. El primero trabajó denodadamente por el Evangelio en las islas Filipinas antes de pasar al Japón, y el segundo, primero en la isla de Formosa, y después, en sus últimos años y en su misma patria, fue un incansable propagador de la fe en la región de Nagasaki, hasta que ambos, con ánimo invicto, por orden del gobernador Tokugawa Yemitsu, fueron sometidos durante siete días a los crueles tormentos de la horca y del encierro en una hoya, hasta entregar su vida. (1634)
17*. En el mar, ante Rochefort, en Francia, beato Lope Sebastián Hunot, presbítero de Sens y mártir, que, por su condición de sacerdote, durante la Revolución Francesa fue encarcelado en una vieja nave allí anclada, donde padeció toda la dureza de la cautividad y completó el martirio víctima de las fiebres. (1794)
18*. En la localidad de Capaivca, en el territorio de Kiev, en Ucrania, beato Josafat Kocylovskyj, obispo de Przemysl y mártir, que, durante la opresión a su patria por un régimen enemigo de Dios, entregó su alma como fiel discípulo de Cristo. (1947)

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