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Domingo 4 diciembre 2022, II Domingo de Adviento, ciclo A.

sábado, 21 de mayo de 2022

Sábado 25 junio 2022, Inmaculado Corazón de la Bienaventurada Virgen María, memoria obligatoria.

SOBRE LITURGIA

DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA

El Corazón inmaculado de María

174. Al día siguiente de la solemnidad del sagrado Corazón de Jesús, la Iglesia celebra la memoria del Corazón inmaculado de María. La contigüidad de las dos celebraciones es ya, en sí misma, un signo litúrgico de su estrecha relación: el mysterium del Corazón del Salvador se proyecta y refleja en el Corazón de la Madre que es también compañera y discípula. Así como la solemnidad del sagrado Corazón celebra los misterios salvíficos de Cristo de una manera sintética y refiriéndolos a su fuente – precisamente el Corazón -, la memoria del Corazón inmaculado de María es celebración resumida de la asociación "cordial" de la Madre a la obra salvadora del Hijo: de la Encarnación a la Muerte y Resurrección, y al don del Espíritu.
La devoción al Corazón inmaculado de María se ha difundido mucho, después de las apariciones de la Virgen en Fátima, en el 1917. A los veinticinco años de las mismas, en el 1942, Pío XII consagraba la Iglesia y el género humano al Corazón inmaculado de María, y en el 1944 la fiesta del Corazón inmaculado de María se extendió a toda la Iglesia.
Las expresiones de la piedad popular hacia el Corazón de María imitan, aunque salvando la infranqueable distancia entre el Hijo, verdadero Dios, y la Madre, sólo criatura, las del Corazón de Cristo: la consagración de cada uno de los fieles, de las familias, de las comunidades religiosas, de las naciones; la reparación, realizada sobre todo mediante la oración, la mortificación y las obras de misericordia; la práctica de los cinco primeros sábados de mes.
Por lo que refiere a la devoción de la comunión sacramental durante cinco primeros sábados consecutivos, valen las observaciones hechas a propósito de los nueve primeros viernes: eliminada toda valoración excesiva del signo temporal y situada correctamente la comunión en el contexto celebrativo de la Eucaristía, la práctica de piedad debe ser aprovechada como ocasión propicia para vivir intensamente, con una actitud inspirada en la Virgen, el Misterio pascual que se celebra en la Eucaristía.

CALENDARIO

25 SÁBADO. Hasta la Hora Nona:
INMACULADO CORAZÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA, memoria obligatoria

Misa
de la memoria (blanco).
MISAL: ants. y oracs. props., Pf. I de la BVM: “en la fiesta”, o II-V de la BVM.
LECC.: vol. III-par para la primera lectura y vol. IV para el Evangelio.
- Lam 2, 2. 10-14. 18-19. Sus corazones claman al Señor sobre la muralla de la hija de Sion.
- Sal 73. R. No olvides sin remedio la vida de los pobres.
- Lc 2, 41-51. Conservaba todo esto en su corazón.
o bien:
cf. vol. IV.

Liturgia de las Horas: oficio de la memoria.

Martirologio: elogs. del 26 de junio, pág. 381.
CALENDARIOS: Jaca: Santa Orosia, virgen y mártir (S).
Claretianos, Congregación de los Sagrados Corazones y Misioneras del Corazón de María: Inmaculado Corazón de la bienaventurada Virgen María (S). Franciscanas de los Sagrados Corazones: (F).
Arzobispado Castrense: Dedicación de la iglesia-catedral (F).

25 SÁBADO. Después de la Hora Nona:
DECIMOTERCERA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
Primera semana del Salterio
Misa
vespertina del XIII Domingo del tiempo ordinario (verde).
Liturgia de las Horas: I Vísp. del oficio dominical. Comp. Dom. I.

TEXTOS MISA

Sábado posterior al segundo domingo después de Pentecostés
El Inmaculado Corazón de la Bienaventurada Virgen María.
Memoria

Antífona de entrada Sal 12, 6
Mi alma gozará con tu salvación y cantaré al Señor por el bien que me ha hecho.
Exsultábit cor meum in salutári tuo, cantábo Dómino, qui bona tríbuit mihi.

Monición de entrada
Conmemoramos hoy a la bienaventurada Virgen María. Su Corazón inmaculado es símbolo del amor filial a Dios Padre y del amor maternal a Jesucristo, su Hijo, y a todos nosotros.

Oración colecta
Oh, Dios, que has preparado una digna morada al Espíritu Santo en el Corazón de la Virgen María, concédenos en tu bondad, por su intercesión, que merezcamos ser templo de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo.
Deus, qui in Corde beátae Maríae Vírginis dignum Sancti Spíritus habitáculum praeparásti, concéde propítius, ut, eiúsdem Vírginis intercessióne, tuae glóriae templum inveníri mereámur. Per Dóminum.

LITURGIA DE LA PALABRA
1ª Lectura y Salmo del Sábado de la XII semana de Tiempo Ordinario, año par (Lec. III-par).

PRIMERA LECTURA 2, 2. 10-14. 18-19
Sus corazones claman al Señor sobre la muralla de la hija de Sion

Lectura del libro de las Lamentaciones.

Ha destruido el Señor, sin piedad,
todas las moradas de Jacob;
ha destrozado, lleno de cólera,
las fortalezas de la hija de Judá;
echó por tierra y profanó
el reino y a sus príncipes.
Se sientan silenciosos en el suelo
los ancianos de la hija de Sion;
cubren de polvo su cabeza
y se ciñen con saco;
humillan hasta el suelo su cabeza
las doncellas de Jerusalén.
Se consumen en lágrimas mis ojos,
se conmueven mis entrañas;
muy profundo es mi dolor
por la ruina de la hija de mi pueblo;
los niños y lactantes desfallecen
por las plazas de la ciudad.
Preguntan a sus madres:
«¿Dónde hay pan y vino?»,
mientras agonizan, como los heridos,
por las plazas de la ciudad,
exhalando su último aliento
en el regazo de sus madres.
¿A quién te compararé,
a quién te igualaré, hija de Jerusalén?;
¿con quién te equipararé para consolarte,
doncella, hija de Sion?;
pues es grande como el mar tu desgracia:
¿quién te podrá curar?
Tus profetas te ofrecieron
visiones falsas y vanas;
no denunciaron tu culpa
para que cambiara tu suerte,
sino que te anunciaron
oráculos falsos y seductores.
Sus corazones claman al Señor.
Muralla de la hija de Sion,
¡derrama como un torrente
tus lágrimas día y noche;
no te des tregua,
no descansen tus ojos!
Levántate, grita en la noche,
al relevo de la guardia;
derrama como agua tu corazón
en presencia del Señor;
levanta tus manos hacia él
por la vida de tus niños,
que desfallecen de hambre
por las esquinas de las calles.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 73, 1b-2. 3-4. 5-7. 20-21 (R.: 19b)
R. 
No olvides sin remedio la vida de los pobres.
Animas páuperum tuórum ne obliviscáris in finem.

V. ¿Por qué, oh, Dios, nos rechazas para siempre
y está ardiendo tu cólera contra las ovejas de tu rebaño?
Acuérdate de la comunidad que adquiriste desde antiguo,
de la tribu que rescataste para posesión tuya,
del monte Sion donde pusiste tu morada.
R. No olvides sin remedio la vida de los pobres.
Animas páuperum tuórum ne obliviscáris in finem.

V. Dirige tus pasos a estas ruinas sin remedio;
el enemigo ha arrasado del todo el santuario.
Rugían los agresores en medio de tu asamblea,
levantaron sus propios estandartes.
R. No olvides sin remedio la vida de los pobres.
Animas páuperum tuórum ne obliviscáris in finem.

V. Como quien se abre paso
entre la espesa arboleda,
todos juntos derribaron sus puertas,
las abatieron con hachas y mazas.
Prendieron fuego a tu santuario,
derribaron y profanaron
la morada de tu nombre.
R. No olvides sin remedio la vida de los pobres.
Animas páuperum tuórum ne obliviscáris in finem.

V. Piensa en tu alianza: que los rincones del país
están llenos de violencias.
Que el humilde no se marche defraudado,
que pobres y afligidos alaben tu nombre.
R. No olvides sin remedio la vida de tus pobres.
Animas páuperum tuórum ne obliviscáris in finem.

Lecturas propias de la Memoria (Lec. IV).

PRIMERA LECTURA Is 61, 9-11
Desbordo de gozo con el Señor

Lectura del libro de Isaías.

La estirpe de mi pueblo será célebre entre las naciones,
y sus vástagos entre los pueblos.
Los que los vean reconocerán
que son la estirpe que bendijo.
Desbordo de gozo en el Señor,
y me alegro con mi Dios:
porque me ha puesto un traje de salvación,
y me ha envuelto con un manto de justicia,
como novio que se pone la corona,
o novia que se adorna con sus joyas.
Como el suelo echa sus brotes,
como un jardín hace brotar sus semillas,
así el Señor hará brotar la justicia
y los himnos ante todos los pueblos.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial 1 Sam 2, 1. 4-5. 6-7. 8abcd (R.: cf. 1a)
R.
 Mi corazón se regocija en el Señor, mi Salvador.
Exsultávit cor meum in Dómino Salvatóre meo.

V. Mi corazón se regocija en el Señor, mi Salvador.
Mi corazón se regocija en el Señor,
mi poder se exalta por Dios.
Mi boca se ríe de mis enemigos,
porque gozo con tu salvación.
R. Mi corazón se regocija en el Señor, mi Salvador.
Exsultávit cor meum in Dómino Salvatóre meo.

V. Se rompen los arcos de los valientes,
mientras los cobardes se ciñen de valor.
Los hartos se contratan por el pan,
mientras los hambrientos engordan;
la mujer estéril da a luz siete hijos,
mientras la madre de muchos queda baldía.
R. Mi corazón se regocija en el Señor, mi Salvador.
Exsultávit cor meum in Dómino Salvatóre meo.

V. El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el abismo y levanta;
da la pobreza y la riqueza,
humilla y enaltece.
R. Mi corazón se regocija en el Señor, mi Salvador.
Exsultávit cor meum in Dómino Salvatóre meo.

V. Él levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre príncipes
y que herede un trono de gloria.
R. Mi corazón se regocija en el Señor, mi Salvador.
Exsultávit cor meum in Dómino Salvatóre meo.

Aleluya Lc 2, 19
R. 
Aleluya, aleluya, aleluya
V. Bienaventurada Virgen María, que conservaba la palabra de Dios, meditándola en su corazón. R.
Beáta Virgo María, quae conservábat verbum Dei, cónferens in corde suo.

EVANGELIO Lc 2, 41-51.
Conservaba todo esto en su corazón
╬ 
Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
R. Gloria a ti, Señor.

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua.
Cuando cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo.
Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
«Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados».
Él les contestó:
«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?».
Pero ellos no comprendieron lo que les dijo.
Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos.
Su madre conservaba todo esto en su corazón.

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

De San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa 174
A Cristo le interesa ese trabajo que debemos realizar -una y mil veces- en la oficina, en la fábrica, en el taller, en la escuela, en el campo, en el ejercicio de la profesión manual o intelectual: le interesa también el escondido sacrificio que supone el no derramar, en los demás, la hiel del propio mal humor.
Repasad en la oración esos argumentos, tomad ocasión precisamente de ahí para decirle a Jesús que lo adoráis, y estaréis siendo contemplativos en medio del mundo, en el ruido de la calle: en todas partes. Esa es la primera lección, en la escuela del trato con Jesucristo. De esa escuela, María es la mejor maestra, porque la Virgen mantuvo siempre esa actitud de fe, de visión sobrenatural, ante todo lo que sucedía a su alrededor: guardaba todas esas cosas en su corazón ponderándolas [Lc 2, 51].

Oración de los fieles
Dios, Padre de los pobres y de los humildes, ha elegido a María para templo de su gloria. A él dirigimos nuestra confiada oración.
- Por la santa Iglesia: para que acogiendo con humildad y fe el don de la salvación, sea, cada vez más, canal de gracia y de perdón para la humanidad. Roguemos al Señor.
- Por todos los pueblos de la tierra: para que al compartir los bienes materiales, culturales y espirituales descubran el camino seguro de fraternidad que Dios quiere de nosotros. Roguemos al Señor.
- Por los más necesitados de nuestra sociedad: para que reciban la ayuda y el calor por parte de quienes, como María, consagran su vida al servicio de los demás. Roguemos al Señor.
- Por todos nosotros, para que el espíritu de gratitud y de alabanza que brilló en la Virgen María nos haga fieles y agradecidos tanto en los momentos de prueba como en los de alegría. Roguemos al Señor.
Padre misericordioso, tú que conoces nuestro corazón, ven en ayuda de nuestra debilidad y, por intercesión de María, Virgen orante, escucha nuestras súplicas. Por Jesucristo nuestro Señor.

Oración sobre las ofrendas
Acoge, Señor, las súplicas y ofrendas de los fieles, que te presentamos en la memoria de santa María, Madre de Dios, para que te sean agradables y nos obtengan el auxilio de tu protección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Preces, Dómine, tuórum réspice oblationésque fidélium in beátae Maríae Dei Genetrícis commemoratióne delátas, ut tibi gratae sint, et nobis cónferant tuae propitiatiónis auxílium. Per Christum.

PLEGARIA EUCARÍSTICA IV

Antífona de comunión Lc 2, 19

María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
María conservábat ómnia verba haec, cónferens in corde suo.

Oración después de la comunión
Como partícipes de la redención eterna, quienes hacemos memoria de la Madre de tu Hijo te pedimos, Señor, que nos gloriemos en la plenitud de tu gracia y sintamos el aumento continuo de la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Redemptiónis aetérnae partícipes effécti, quaesumus, Dómine, ut, qui Genetrícis Fílii tui memóriam ágimus, et de grátiae tuae plenitúdine gloriémur, et salvatiónis contínuum sentiámus augméntum. Per Christum.

MARTIROLOGIO

Elogios del día 26 de junio
San Pelagio (o Pelayo), mártir, que en Córdoba, en la región hispánica de Andalucía, a los trece años, por querer conservar su fe en Cristo y su castidad ante las costumbres deshonestas de Abd al-Rahmán III, califa de los musulmanes, consumó su glorioso martirio al ser despedazado con tenazas. (925)
2. En Roma, conmemoración de los santos Juan y Pablo, a los que se dedicó una basílica en el monte Celio, en el Clivo de Scauro, en las propiedades del senador Pammaquio. (s. IV)
3. En Trento, en el territorio de Venecia, también en Italia, san Vigilio, obispo, que, habiendo recibido de san Ambrosio de Milán las insignias de su cometido y una instrucción pastoral, se esforzó por consolidar en su región la tarea de evangelización y por extirpar a fondo lo que quedaba de idolatría. Se asegura que consumó su martirio por el nombre de Cristo, golpeado por a muerte por hombres crueles. (405)
4*. En Nola, Lugar de la región también italiana de Campania, san Deodato, obispo, sucesor de san Paulino. (405)
5. En el territorio de Poitiers, en Aquitania, actual Francia, san Majencio, abad, insigne por su virtud. (c. 515)
6. En Tesalónica, en la región de Macedonia, hoy Grecia, san David, eremita, que pasó casi ochenta años recluido en una pequeña celda, fuera de los muros de la ciudad. (c. 540)
7. Cerca de Valenciennes, en Austrasia, actualmente Francia, santos Salvio, obispo, y su discípulo, que llegaron a esta región procedentes de Auvernia, y fueron asesinados bajo Winegardo, señor del lugar. (s. VIII)
8. En Gubbio, lugar de Umbria, actual región de Italia, san Radulfo, obispo, que se dedicó sin descanso a la predicación y distribuyó con gran prodigalidad entre los pobres todo cuanto pudo sustraer de sus expensas domésticas. (1064)
9. En Belley, en Saboya, actual Francia, san Antelmo, obispo, monje de la Gran Cartuja, que restauró los edificios destruidos por una gran nevada. Elegido después prior, convocó el Capítulo general, y designado más tarde obispo, se distinguió por su aplicación firme y decidida en la corrección de los clérigos y en la reforma de las costumbres. (1177)
10*. En una nave anclada frente al puerto de Rochefort, también en Francia, beato Raimundo Petiniaud de Jourgnac, presbítero y mártir, arcediano de Limoges, que en tiempo de la Revolución Francesa, por ser sacerdote, fue encarcelado en condiciones atroces y, víctima de las enfermedades, consumó su martirio. (1794)
11*. En Cambrai, de nuevo en Francia, beatas Magdalena Fontaine, Francisca Lanel, Teresa Fantou y Juana Gérard, vírgenes y mártires, de la Compañía de Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, que durante la Revolución Francesa fueron condenadas a muerte y conducidas al suplicio coronadas a modo de burla con el rosario. (1794)
12. En el territorio de Qianshengzhuang, cerca de la ciudad de Liushuitao, en la provincia de Hebei, en China, san José Ma Taishun, mártir, el cual, siendo médico y catequista, pese a que durante la persecución llevada a cabo por la secta de los Yihetuan todos los miembros de su familia renegaron de la fe, él prefirió dar testimonio de Cristo derramando su sangre. (1900)
13. En los alrededores de Guadalajara, en el estado de Jalisco, en México, san José María Robles, presbítero y mártir, que, durante la persecución contra la Iglesia en tiempo de la Revolución Mexicana, fue colgado de un árbol. (1927)
14. En Treviso, en Italia, beato Andrés Jacinto Longhin, obispo, que, en las dificultades de la guerra, acudió generoso a las necesidades de los prófugos y cautivos, y en medio de la agitación de su tiempo, con singular solicitud defendió los derechos de los obreros, de los agricultores y de todos los necesitados. (1936)
15*. En los bosques de Birok, cerca de Stradch, en la región de Lviv, en Ucrania, beatos Nicolás Konrad, presbítero, y Vladimiro Pryjma, que, bajo un régimen contrario a Dios, dieron testimonio de la esperanza en la resurrección de Cristo, sin ningún temor a la muerte. (1941)
16*. En la aldea de Sykhiv, también en la región de Lviv, en Ucrania, beato Andrés Iscak, presbítero y mártir, que en la misma persecución fue fusilado por su fe en Cristo. (1941)
17. En Roma, san Josémaría Escrivá de Balaguer, presbítero, fundador del Opus Dei y de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz. (1975)
Beato Jacques Ghazir Haddad (Beirut, Líbano 1875-1954). Sacerdote capuchino. Fundador de las Hermanas Franciscanas de la Santa Cruz

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