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jueves, 24 de marzo de 2022

Jueves 28 abril 2022, Jueves de la II semana de Pascua, feria o san Pedro Chanel, presbítero y mártir, memoria libre o san Luis María Grignion de Montfort, presbítero, memoria libre.

SOBRE LITURGIA

PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL

Biblioteca del Palacio Apostólico. Miércoles, 21 de abril de 2021

Catequesis 30. La oración vocal

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

La oración es diálogo con Dios; y toda criatura, en un cierto sentido, “dialoga” con Dios. En el ser humano, la oración se convierte en palabra, invocación, canto, poesía… La Palabra divina se ha hecho carne, y en la carne de cada hombre la palabra vuelve a Dios en la oración.

Las palabras son nuestras criaturas, pero son también nuestras madres, y de alguna manera nos modelan. Las palabras de una oración nos hacen atravesar sin peligro un valle oscuro, nos dirigen hacia prados verdes y ricos de aguas, haciéndonos festejar bajo los ojos de un enemigo, como nos enseña a recitar el salmo (cfr. Sal 23). Las palabras esconden sentimientos, pero existe también el camino inverso: ese en el que las palabras modelan los sentimientos. La Biblia educa al hombre para que todo salga a la luz de la palabra, que nada humano sea excluido, censurado. Sobre todo, el dolor es peligroso si permanece cubierto, cerrado dentro de nosotros… Un dolor cerrado dentro de nosotros, que no puede expresarse o desahogarse, puede envenenar el alma; es mortal.

Por esta razón la Sagrada Escritura nos enseña a rezar también con palabras a veces audaces. Los escritores sagrados no quieren engañarnos sobre el hombre: saben que en su corazón albergan también sentimientos poco edificantes, incluso el odio. Ninguno de nosotros nace santo, y cuando estos sentimientos malos llaman a la puerta de nuestro corazón es necesario ser capaces de desactivarlos con la oración y con las palabras de Dios. En los salmos encontramos también expresiones muy duras contra los enemigos —expresiones que los maestros espirituales nos enseñan para referirnos al diablo y a nuestros pecados—; y también son palabras que pertenecen a la realidad humana y que han terminado en el cauce de las Sagradas Escrituras. Están ahí para testimoniarnos que, si delante de la violencia no existieran las palabras, para hacer inofensivos los malos sentimientos, para canalizarlos para que no dañen, el mundo estaría completamente hundido.

La primera oración humana es siempre una recitación vocal. En primer lugar, se mueven siempre los labios. Aunque como todos sabemos rezar no significa repetir palabras, sin embargo, la oración vocal es la más segura y siempre es posible ejercerla. Los sentimientos, sin embargo, aunque sean nobles, son siempre inciertos: van y vienen, nos abandonan y regresan. No solo eso, también las gracias de la oración son imprevisibles: en algún momento las consolaciones abundan, pero en los días más oscuros parecen evaporarse del todo. La oración del corazón es misteriosa y en ciertos momentos se ausenta. La oración de los labios, la que se susurra o se recita en coro, sin embargo, está siempre disponible, y es necesaria como el trabajo manual. El Catecismo afirma: «La oración vocal es un elemento indispensable de la vida cristiana. A los discípulos, atraídos por la oración silenciosa de su Maestro, éste les enseña una oración vocal: el “Padre Nuestro”» (n. 2701). “Enséñanos a rezar”, piden los discípulos a Jesús, y Jesús enseña una oración vocal: el Padre Nuestro. Y en esa oración está todo.

Todos deberíamos tener la humildad de ciertos ancianos que, en la iglesia, quizá porque su oído ya no está bien, recitan a media voz las oraciones que aprendieron de niños, llenando el pasillo de susurros. Esa oración no molesta el silencio, sino que testimonia la fidelidad al deber de la oración, practicada durante toda la vida, sin fallar nunca. Estos orantes de la oración humilde son a menudo los grandes intercesores de las parroquias: son los robles que cada año extienden sus ramas, para dar sombra al mayor número de personas. Solo Dios sabe cuánto y cuándo su corazón está unido a esas oraciones recitadas: seguramente también estas personas han tenido que afrontar noches y momentos de vacío. Pero a la oración vocal se puede permanecer siempre fiel. Es como un ancla: aferrarse a la cuerda para quedarse ahí, fiel, suceda lo que suceda.

Todos tenemos que aprender de la constancia de ese peregrino ruso, del que habla una célebre obra de espiritualidad, el cual aprendió el arte de la oración repitiendo infinitas veces la misma invocación: “¡Jesús, Cristo, Hijo de Dios, Señor, ten piedad de nosotros, pecadores!” (cfr. CIC, 2616; 2667). Repetía solo esto. Si llegan gracias en su vida, si la oración se hace un día suficientemente caliente como para percibir la presencia del Reino aquí en medio de nosotros, si su mirada se transforma hasta ser como la de un niño, es porque ha insistido en la recitación de una sencilla jaculatoria cristiana. Al final, esta se convierte en parte de su respiración. Es bonita la historia del peregrino ruso: es un libro para todos. Os aconsejo leerlo: os ayudará a entender qué es la oración vocal.

Por tanto, no debemos despreciar la oración vocal. Alguno dice: “Es cosa de niños, para la gente ignorante; yo estoy buscando la oración mental, la meditación, el vacío interior para que venga Dios”. Por favor, no es necesario caer en la soberbia de despreciar la oración vocal. Es la oración de los sencillos, la que nos ha enseñado Jesús: Padre nuestro, que está en los cielos… Las palabras que pronunciamos nos toman de la mano; en algunos momentos devuelven el sabor, despiertan hasta el corazón más adormecido; despiertan sentimientos de los que habíamos perdido la memoria, y nos llevan de la mano hacia la experiencia de Dios. Y sobre todo son las únicas, de forma segura, que dirigen a Dios las preguntas que Él quiere escuchar. Jesús no nos ha dejado en la niebla. Nos ha dicho: “¡Vosotros, cuando recéis, decid así!”. Y ha enseñado la oración del Padre Nuestro (cfr. Mt 6,9).

CALENDARIO

28 JUEVES DE LA II SEMANA DE PASCUA, feria o SAN PEDRO CHANEL, presbítero y mártir, m. libre o SAN LUIS MARÍA GRIGNION DE MONTFORT, presbítero, memoria libre

Misa
de feria o de la memoria san Luis María G. (blanco) o de la memoria de san Pedro Ch. (rojo).
MISAL: para la feria ants. y oracs. props. / para la memoria de san Pedro Ch. 1.ª orac. prop. y el resto del común de mártires (para un mártir en TP) o de pastores (para misioneros), o de la feria / para la memoria de san Luis Mª. 1.ª orac. prop. y el resto del común de pastores (para un pastor), o de la feria; Pf. Pasc. o de la memoria.
LECC.: vol. II.
- Hch 5, 27-33.
Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo.
- Sal 33. R. El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó.
- Jn 3, 31-36. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. 
o bien: cf. vol. IV.

Liturgia de las Horas: oficio de feria o de una de las memorias.

Martirologio: elogs. del 29 de abril, pág. 281.
CALENDARIOS: Tarazona y Vitoria: San Prudencio, obispo (S). Bilbao, Calahorra y La Calzada-Logroño y Osma-Soria: (MO).
Monfortianos: San Luis María Grignion de Monfort, presbítero (S). Heraldos del Evangelio: (MO).
Orihuela-Alicante, Alicante y arciprestazgo de Mutxamel: La Santa Faz de Nuestro Señor Jesucristo (F). Orihuela-Alicante, diócesis: (MO).
PP. Maristas: San Pedro Chanel, presbítero y mártir (F). HH. Maristas: (MO).
TOR y OFM: Beato Luquesio (MO).
Pamplona y Tudela y San Sebastián: San Prudencio de Armentia, obispo, o san Pedro Chanel, presbítero y mártir, o san Luis María Grignion de Montfort, presbítero (ML).
Segorbe-Castellón: San Cirino, mártir (ML).
Lleida: Aniversario de la ordenación episcopal de Mons. Juan Piris Frígola, obispo, emérito (2001).
Sevilla: Aniversario de la ordenación episcopal del cardenal Carlos Amigo Vallejo, arzobispo, emérito (1974).

TEXTOS MISA

Jueves de la II Semana de Pascua.

Antífona de entrada Cf. Sal 67, 8-9.
Oh, Dios, cuando salías al frente de tu pueblo, guiándolos y acampando con ellos, la tierra tembló, el cielo destiló. Aleluya.
Deus, dum egrederéris coram pópulo tuo, iter fáciens eis, hábitans in illis, terra mota est, caeli distillavérunt, allelúia.

Oración colecta
Oh, Dios, que estableciste el sacrificio pascual para la salvación del mundo, sé propicio a las súplicas de tu pueblo, para que Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote que intercede en favor nuestro, nos reconcilie por aquello que le asemeja a nosotros y nos absuelva en virtud de su igualdad contigo. Por nuestro Señor Jesucristo.
Deus, qui pro salúte mundi sacrifícium paschále effecísti, propitiáre supplicatiónibus pópuli tui, ut interpéllans pro nobis Christus Póntifex noster, nos per id quod nostri est símilis reconcíliet, per id quod tibi est aequális absólvat. Per Dóminum.

En la memoria de san Pedro Chanel:
28 de abril
San Pedro Chanel, presbítero y mártir

Oración colecta propia y el resto de la feria de Pascua.

Monición de entrada
Conmemoramos hoy a san Pedro Chanel, presbítero de la Sociedad de María (padres maristas) y mártir. Nació en Francia el año 1803. Dedicó su ministerio a atender a campesinos y niños. Fue enviado después con algunos compañeros a evangelizar Oceanía. Allí, a pesar de las muchas dificultades que encontró, con su singular mansedumbre convirtió a algunos a la fe, entre los cuales estaba el hijo del rey del lugar, el cual, furioso, lo mandó matar, convirtiéndolo en el primer mártir de Oceanía, el año 1841.

Oración colecta
Oh, Dios, que coronaste con el martirio a san Pedro Chanel para la extensión de tu Iglesia, concédenos, en medio de las alegrías pascuales, celebrar de tal modo los misterios de Cristo, muerto y resucitado, que merezcamos ser testigos de la vida nueva. Por nuestro Señor Jesucristo.
Collecta
Deus, qui ad dilatándam Ecclésiam tuam beátum Petrum martyrio coronásti, da nobis, in his paschálibus gáudiis, ita Christi mórtui et resurgéntis mystéria frequentáre, ut novitátis vitae testes esse mereámur. Per Dóminum.

En la memoria de san Luis Grignion:
28 de abril
San Luis María Grignion de Monfort, presbítero.

Oración colecta propia y el resto de la feria de Pascua.

Monición de entrada
Conmemoramos a san Luis María Grignion, presbítero, que nació en Monfort, Francia, en 1673. Evangelizó las regiones occidentales de Francia, anunciando el misterio de la sabiduría eterna y fundó dos congregaciones. Predicó y escribió acerca de la cruz de Cristo y de la verdadera devoción hacia la Virgen María, y, después de convertir a muchos, murió en Francia, en el año 1716.

Oración colecta
Oh, Dios, que has querido guiar los pasos del presbítero san Luis María Grignion de Montfort, acompañado de la Virgen bienaventurada, por el camino de la salvación y del amor a Cristo, concédenos que, a ejemplo suyo, trabajemos incansables en la edificación de tu Iglesia meditando los misterios de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo.
Deus, qui gressus beáti Ludovíci Maríae, presbyteri, in viam salútis et dilectiónis Christi, beáta Vírgine comitánte, dirígere voluísti, da ut, eius exémplo, tui amóris mystéria meditántes Ecclésiam tuam aedificáre indefésse studeámus. Per Dóminum.
Collecta
Dios todopoderoso y eterno, que hiciste de san Luis María Grignion de Montfort, presbítero, un destacado testigo y maestro de la plena entrega a Cristo, tu Hijo, de la mano de su santa Madre, haz que nosotros, siguiendo este camino espiritual, contribuyamos siempre a la extensión de tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo.
Omnípotens aetérne Deus, qui sanctum Ludovícum Maríam presbyterum plenae Christo Fílio tuo deditiónis per eius beátae Matris manus exímium testem et magístrum effecísti, concéde nobis, ut, eándem spiritálem viam sectántes, regnum tuum iúgiter exténdere valeámus. Per Dóminum.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Jueves de la II semana de Pascua (Lec. II).

PRIMERA LECTURA Hch 5, 27-33
Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles.

En aquellos días, los apóstoles fueron conducidos a comparecer ante el Sanedrín y el sumo sacerdote los interrogó, diciendo:
«¿No os habíamos ordenado formalmente no enseñar en ese Nombre? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre».
Pedro y los apóstoles replicaron:
«Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. Dios lo ha exaltado con su diestra, haciéndolo jefe y salvador, para otorgar a Israel la conversión y el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que lo obedecen».
Ellos, al oír esto, se consumían de rabia y trataban de matarlos.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 33, 2 y 9. 17-18. 19-20 (R.: 7ab)
R. El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó.
Pauper clamávit, et Dóminus exaudívit eum.
O bien: Aleluya.

V. Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él.
R. El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó.
Pauper clamávit, et Dóminus exaudívit eum.

V. El Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias.
R. El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó.
Pauper clamávit, et Dóminus exaudívit eum.

V. El Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.
Aunque el justo sufra muchos males,
de todos lo libra el Señor.
R. El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó.
Pauper clamávit, et Dóminus exaudívit eum.

Aleluya Jn 20, 29
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Porque me has visto, Tomás, has creído, -dice el Señor-; bienaventurados los que crean sin haber visto. R.
Quia vidísti me, Thoma, credidísti, dicit Dóminus: beáti qui non vidérunt et credidérunt.

EVANGELIO Jn 3, 31-36
El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano
 Lectura del santo Evangelio según san Juan.
R. Gloria a ti, Señor.

El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz. El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Papa Francisco Homilía en santa Marta 12-abril-2018
La palabra "obediencia” aparece también en el Evangelio de hoy (Jn 3, 31-36). Porque una vida de obediencia es la que caracteriza a los Apóstoles que han recibido al Espíritu Santo. Obediencia para seguir la senda de Jesús que "obedeció hasta el fin” como en el Huerto de los Olivos. Obediencia que consiste en hacer la voluntad de Dios. La obediencia es el camino que el Hijo nos abrió, y el cristiano, entonces, obedece a Dios. Los sacerdotes, en cambio, que querían mandar, reglamentaron todo, con una propina: la corrupción llegó hasta el Sepulcro. Así resuelve las cosas el mundo, o sea, con cosas mundanas. La primera es el dinero, cuyo señor es el diablo. Jesús mismo dijo que no se puede servir a dos señores.

Oración de los fieles
Por Jesucristo hemos renacido del agua y del Espíritu. El intercede por nosotros ante el Padre.
- Para que la Iglesia se mantenga firme en el convencimiento de que debe obedecer a Dios antes que a los hombres. Oremos.
- Para que los abatidos y todos cuantos sufren sientan la cercanía del Padre que los ama. Oremos.
- Para que los poderosos de la tierra tengan en cuenta al pobre y al marginado. Oremos.
- Para que todos nosotros, que celebramos con gozo la resurrección del Señor, seamos en la vida testigos de lo que aquí celebramos. Oremos.
Atiende, Padre, las oraciones de tu Iglesia. Te las presenta tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor.

Oración sobre las ofrendas
Suban hasta ti, Señor, nuestras súplicas con la ofrenda del sacrificio, para que, purificados por tu bondad, nos preparemos para el sacramento de tu inmenso amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Ascéndant ad te, Dómine, preces nostrae cum oblatiónibus hostiárum, ut, tua dignatióne mundáti, sacraméntis magnae pietátis aptémur. Per Christum.

PREFACIO PASCUAL II
LA NUEVA VIDA EN CRISTO
49. Este prefacio se dice durante el tiempo pascual.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor; pero más que nunca exaltarte en este tiempo glorioso en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Por él, los hijos de la luz amanecen a la vida eterna, y se abren a los fieles las puertas del reino de los cielos; porque en la muerte de Cristo nuestra muerte ha sido vencida, y en su gloriosa resurrección hemos resucitado todos.
Por eso, con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan el himno de tu gloria diciendo sin cesar:
Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre: Te quidem, Dómine, omni témpore confitéri, sed in hoc potíssimum gloriósius praedicáre, cum Pascha nostrum immolátus est Christus. Per quem in aetérnam vitam fílii lucis oriúntur, et regni caeléstis átria fidélibus reserántur.
Quia mors nostra est eius morte redémpta, et in eius resurrectióne vita ómnium resurréxit.
Quaprópter, profúsis paschálibus gáudiis, totus in orbe terrárum mundus exsúltat. Sed et supérnae virtútes atque angélicae potestátes hymnum glóriae tuae cóncinunt, sine fine dicéntes:
Santo, Santo, Santo...


Antífona de comunión Mt 28, 20
Sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos. Aleluya.
Ecce ego vobíscum sum ómnibus diébus, usque ad consummatiónem saeculi, allelúia.

Oración después de la comunión
Dios todopoderoso y eterno, que en la resurrección de Jesucristo nos has renovado para la vida eterna, multiplica en nosotros los frutos del Misterio pascual e infunde en nuestros corazones la fortaleza del alimento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Omnípotens sempitérne Deus, qui ad aetérnam vitam in Christi resurrectióne nos réparas, fructus in nobis paschális multíplica sacraménti, et fortitúdinem cibi salutáris nostris infúnde pectóribus. Per Christum.

MARTIROLOGIO

Elogios del día 29 de abril
M
emoria de santa Catalina de Siena, virgen y doctora de la Iglesia, que, habiendo entrado en las Hermanas de la Penitencia de Santo Domingo, deseosa de conocer a Dios en sí misma y a sí misma en Dios, se esforzó en asemejarse a Cristo crucificado. Trabajó también enérgica e incansablemente por la paz, por el retorno del Romano Pontífice a la Urbe y por la unidad de la Iglesia, y dejó espléndidos documentos llenos de doctrina espiritual. (1380)
2. Conmemoración de san Tíquico, discípulo del apóstol san Pablo, que en sus epístolas le llama hermano carísimo, ministro fiel y consiervo en el Señor. (s. I)
3. En Pisa, en la región italiana de Toscana, san Torpetes, mártir. (s. inc.)
4. En Nápoles, ciudad de Campania, también en la actual Italia, san Severo, obispo, a quien san Ambrosio amó como a un hermano y su Iglesia como a un padre. (c. 409)
5. En el monasterio de Cluny, en Borgoña, hoy Francia, san Hugo, abad, que gobernó santamente su cenobio durante sesenta y un años. Se mostró entregado a las limosnas y a la oración, mantuvo y promovió la disciplina monástica, estuvo atento a las necesidades de la Iglesia y fue un eximio propagador de la misma. (1109)
6*. En el monasterio de La Lucerne-d'Outremer, en Normandía, también en la actual Francia, san Acardo, obispo de Avranches, que, abad durante un tiempo de San Víctor de París, escribió varios tratados de vida espiritual a fin de conducir el alma cristiana a la perfección, y al fallecer fue enterrado en esta abadía de la Orden Premonstratense, que frecuentaba a menudo. (1172)
7. En Seúl, en Corea, san Antonio Kim Song-u, mártir, que solía reunir en su casa a varios fieles hasta que, encerrado en prisión, por su fe en Cristo fue ejecutado por estrangulación. (1841)
- Beata Itala Mela (1904- La Spezia, Liguria, Italia 1957). Conversa del ateísmo, se hizo oblata benedictina del Monasterio de San Pablo en Roma.
- Beata Hanna Chrzanowska (1902- Cracovia, Polonia 1973). Enfermera laica que dedicó su vida al servicio del prójimo, en especial de los más enfermos y abandonados († 1973).

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