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jueves, 11 de agosto de 2022

Jueves 15 septiembre 2022, Bienaventurada Virgen María de los Dolores, memoria obligatoria.

SOBRE LITURGIA

MISA CRISMAL
HOMILÍA DE SU SANTIDAD JUAN PABLO II

Jueves Santo 31 de marzo de 1983

1. Esta tarde iremos con Cristo al Cenáculo a través de la liturgia in Cena Domini.

En cambio esta mañana, el Evangelio según Lucas nos lleva a Nazaret donde Jesús "se había criado" (Lc 4, 16). Nos recuerda el día en que Jesús se presentó por vez primera ante los de su tierra cuando estaban reunidos en la sinagoga y les leyó el texto mesiánico del libro del Profeta Isaías. Conocemos bien este texto. Después de leerlo, Jesús se sentó y comenzó a hablar a los allí presentes que tenían la vista fija en El. Entonces les dijo: "Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír" (Lc 4, 21).

2. Amados y venerados hermanos: Quizá sea necesario que vayamos cada uno con el pensamiento al lugar en que hace. Tiempo se cumplió en nosotros la palabra dé la llamada de Dios. Acaso convenga que volvamos a la catedral o iglesia en que años atrás el obispo nos impuso las manos y. nos transmitió la dignidad y poder vinculados al sacramento del presbiterado. Y tal, vez sea preciso que volvamos a nuestra parroquia natal en la que celebramos solemnemente, por vez primera después de la ordenación, el Santo Sacrificio. Esta fue nuestra "Nazaret" donde se manifestó ante los hombres —los vecinos y los paisanos—, un nuevo, sacerdote elegido de entre los’ hombres y constituido para los hombres (cf. Heb 5, 1). Y cada uno de’ nosotros se puso a hablar delante: de aquellos hombres —vecinos y paisanos nuestros— con un lenguaje que antes no poseía: el lenguaje del siervo y del ministro de la Eucaristía.

3. Es necesario, queridos y venerados hermanos, que volvamos con el pensamiento y el corazón a aquellos lugares y aquellos días. Se aúnan todos en este único "Hoy" litúrgico: el Jueves Santo es el día de nuestro nuevo nacimiento en Cristo por el sacramento del orden. "Encontré a David, mi siervo, / y lo he ungido con óleo sagrado; / pava que mi mano esté siempre con el / y mi brazo lo haga valeroso" (Sal 88 [89], 21-22). Es preciso que confrontemos todos los días, meses y años de nuestra vida sacerdotal con este único "Hoy" litúrgico del Jueves Santo. Es necesario que proclamemos con el Salmista: "Cantaré eternamente las misericordias del Señor" (Sal 88 [89], 2a). He aquí, pues, que a toda nuestra existencia junto con el sacramento del presbiterado se da una dimensión particular ¡que es la dimensión de la eternidad!

4. Y por esto hoy precisamente en este "Hoy" litúrgico del Jueves Santo, deseamos renovar en nosotros la gracia del sacramento del orden. Y queremos también renovar las promesas con que nos vinculamos a Cristo el día de nuestra ordenación mediante éste sacramento. Deseamos repetírselas a El solo: a Cristo, Sacerdote de la Alianza Nueva y Eterna: "Aquel que nos amó, nos ha librado de nuestros pecados por su sangre, nos ha convertido en un reino, y hecho sacerdotes de Dios, su Padre. A El la gloria y el poder por los siglos de los siglos" (Ap 1, 5-6).

CALENDARIO

15 JUEVES. BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA DE LOS DOLORES, memoria obligatoria

Misa
de la memoria (blanco).
MISAL: ants. y oracs. props., Pf. I de la BVM (en la fiesta) o II-V.
LECC.: vol. III-par para la primera lectura y vol. IV para el Evangelio.
- 1 Cor 15, 1-11. Predicamos así, y así lo creísteis vosotros.
- Sal 117. R. Dad gracias al Señor porque es bueno.
- Secuencia (opcional): La Madre piadosa.
- Jn 19, 25-27. Triste contemplaba y dolorosa miraba del Hijo amado la pena (Stabat Mater).
o bien: Lc 2, 33-35. A ti misma una espada te traspasará el alma.
o bien:
cf. vol. IV.

Liturgia de las Horas: oficio de la memoria.

Martirologio: elogs. del 16 de septiembre, pág. 555.
CALENDARIOS: Cuenca-ciudad, Guadix, ciudad de Guadix y Granada-ciudad: Nuestra Señora de las Angustias (S). Cuenca-diócesis y Granada-diócesis: (F).
León: Bienaventurada Virgen María de los Dolores bajo la advocación del Camino, patrona de la región leonesa (S).
Mérida-Badajoz, en la ciudad de Badajoz: Nuestra Señora de la Soledad (S).
Servitas, Adoratrices Perpetuas del Santísimo Sacramento, Esclavas de la Virgen Dolorosa, Terciarios Capuchinos y Legionarios de Cristo: Bienaventurada Virgen María de los Dolores (S). Pasionistas y Misioneras Eucarísticas de Nazaret: (F).
Santander: Bienaventurada Virgen María «Bien Aparecida» (F).
Zamora: Dedicación de la iglesia-catedral (F).
Jaén: Aniversario de la ordenación episcopal de Mons. Ramón del Hoyo López, obispo, emérito (1996).
Albacete: Aniversario de la ordenación episcopal de Mons. Ángel Fernández Collado, obispo (2013).

TEXTOS MISA

15 de septiembre
Bienaventurada Virgen María de los Dolores
Memoria

Antífona de entrada Cf. Lc 2, 34-35
Simeón dijo a María: «Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten, y será como un signo de contradicción: y a ti misma una espada te traspasará el alma».
Dixit Símeon ad Maríam: Ecce, pósitus est hic in ruínam et in resurrectiónem multórum in Israel, et in signum cui contradicétur; et tuam ipsíus ánimam pertransíbit gládius.

Monición de entrada
Celebramos hoy la memoria de la bienaventurada Virgen María. Que de pie junto a la cruz de Jesús en las horas amargas de la pasión de su Hijo sufrió la «espada de dolor» que le había profetizado el anciano Simeón. De este modo y para siempre, María está íntima y fielmente asociada a su pasión salvadora.

Acto penitencial
- Por tu pasión y tu gloria: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
- Por tu muerte y resurrección: Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten piedad.
- Por tu descenso al lugar de los muertos y tu exaltación a la derecha del Padre: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.

Oración colecta
Oh, Dios, junto a tu Hijo elevado en la cruz quisiste que estuviese la Madre dolorosa; concede a tu Iglesia, que, asociándose con María a la pasión de Cristo, merezca participar en su resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.
Deus, qui Fílio tuo in cruce exaltáto compatiéntem Matrem astáre voluísti, da Ecclésiae tuae, ut, Christi passiónis cum ipsa consors effécta, eiúsdem resurrectiónis párticeps esse mereátur. Qui tecum.

LITURGIA DE LA PALABRA
1ª Lectura y salmo del Jueves de la XXIV semana del Tiempo Ordinario, año par (Lec. III-par).

PRIMERA LECTURA 1 Cor 15, 1-11
Predicamos ésto, y así lo creísteis vosotros

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios.

Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os anuncié y que vosotros aceptasteis, en el que además estáis fundados,
y que os está salvando, si os mantenéis en la palabra que os anunciamos; de lo contrario, creísteis en vano.
Porque yo os transmití en primer lugar, lo que también yo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras; y que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; y que se apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales vive todavía, otros han muerto; después se apareció a Santiago, más tarde a todos los apóstoles; por último, como a un aborto, se me apareció también a mí.
Porque yo soy el menor de los apóstoles y no soy digno de ser llamado apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios.
Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no se ha frustrado en mí. Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios conmigo. Pues bien; tanto yo como ellos predicamos así, y así lo creísteis vosotros.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 117, 1-2. 16-17. 28 (R.: 1)
R. 
Dad gracias al Señor porque es bueno.
Confitémini Dómino, quóniam bonus.
O bien:
 Aleluya.

V. Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
R. Dad gracias al Señor porque es bueno.
Confitémini Dómino, quóniam bonus.

V. «La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa».
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
R. Dad gracias al Señor porque es bueno.
Confitémini Dómino, quóniam bonus.

V. Tú eres mi Dios, te doy gracias;
Dios mío, yo te ensalzo.
R. Dad gracias al Señor porque es bueno.
Confitémini Dómino, quóniam bonus.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas propias de la Memoria (Lec. IV).

PRIMERA LECTURA Heb 5, 7-9
Aprendió a obedecer y se convirtió en autor de salvación eterna

Lectura de la carta a los Hebreos.

Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, siendo escuchado por su piedad filial. Y, aun siendo Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se convirtió, para todos los que lo obedecen, en autor de salvación eterna.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 30, 2-3a. 3b-4. 5-6. 15-16. 20 (R.: 17b)
R. 
Sálvame, Señor, por tu misericordia.
Salvum me fac, Dómine, in misericórdia tua.

V. A ti, Señor, me acojo:
no quede yo nunca defraudado;
tú, que eres justo, ponme a salvo,
inclina tu oído hacia mí.
R. Sálvame, Señor, por tu misericordia.
Salvum me fac, Dómine, in misericórdia tua.

V. Sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú que eres mi roca y mi baluarte;
por tu nombre dirígeme y guíame.
R. Sálvame, Señor, por tu misericordia.
Salvum me fac, Dómine, in misericórdia tua.

V. Sácame de la red que me han tendido,
porque tú eres mi amparo.
A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás.
R. Sálvame, Señor, por tu misericordia.
Salvum me fac, Dómine, in misericórdia tua.

V. Pero yo confío en ti, Señor,
te digo: «Tú eres mi Dios».
En tu mano están mis azares:
líbrame de los enemigos que me persiguen.
R. Sálvame, Señor, por tu misericordia.
Salvum me fac, Dómine, in misericórdia tua.

V. Qué bondad tan grande, Señor,
reservas para los que te temen,
y concedes a los que a ti se acogen
a la vista de todos.
R. Sálvame, Señor, por tu misericordia.
Salvum me fac, Dómine, in misericórdia tua.

Secuencia
Esta secuencia es potestativa, y puede decirse entera o en forma abreviada, desde las palabras: Y, porque a amarle me anime.

La Madre piadosa estaba
junto a la cruz, y lloraba
mientras el Hijo pendía;

cuya alma triste y llorosa,
traspasada y dolorosa,
fiero cuchillo tenía.

¡Oh cuán triste y cuán aflicta
se vio la Madre bendita
de tantos tormentos llena!

Cuando triste contemplaba
y dolorosa miraba
del Hijo amado la pena.

Y ¿cuál hombre no llorara
si a la Madre contemplara
de Cristo, en tanto dolor?

¿Y quién no se entristeciera,
Madre piadosa, si os viera
sujeta a tanto rigor?

Por los pecados del mundo,
vio a Jesús en tan profundo
tormento la dulce Madre.

Vio morir al Hijo amado
que rindió desamparado
el espíritu a su Padre.

¡Oh dulce fuente de amor!,
hazme sentir tu dolor
para que llore contigo.

Y que, por mi Cristo amado,
mi corazón abrasado
más viva en él que conmigo.

*Y, porque a amarle me anime,
en mi corazón imprime
las llagas que tuvo en sí.

Y de tu Hijo, Señora,
divide conmigo ahora
las que padeció por mí.

Hazme contigo llorar
y de veras lastimar
de sus penas mientras vivo;

porque acompañar deseo
en la cruz, donde le veo,
tu corazón compasivo.

¡Virgen de vírgenes santas!
Llore yo con ansias tantas
que el llanto tan dulce me sea;

porque su pasión y muerte
tenga en mi alma, de suerte
que siempre sus penas vea.

Haz que su cruz me enamore
y que en ella viva y more
de mi fe y amor indicio;

porque me inflame y encienda,
y contigo me defienda
en el día del juicio.

Haz que me ampare la muerte
de Cristo, cuando en tan fuerte
trance vida y alma estén;

porque, cuando quede en calma
el cuerpo, vaya mi alma
a su eterna gloria. Amén


Sequentia
Hæc sequentia ad libitum dicitur vel integra vel forma breviore, inde a verbis:
 * Sancta Mater.

Stabat Mater dolorosa
Iuxta crucem lacrimosa,
dum pendebat Filius.

Cuius animam gementem,
contristatam et dolentem
pertransivit gladius.

O quam tristis et afflicta
fuit illa benedicta
mater Unigeniti!

Quæ mærebat et dolebat
pia Mater, dum videbat
Nati poenas incliti.

Quis est homo qui non fleret,
Matrem Christi si videret
tanto supplicio?

Quis non posset contristari,
piam Matrem contemplari
dolentem cum Filio?

Pro peccatis suæ gentis
vidit Iesum in tormentis,
et flagellis subditum.

Vidit suum dulcem Natum
morientem desolatum,
dum emisit spiritum.

Eia, Mater, fons amoris,
me sentire vim doloris
fac, ut tecum lugeam.

Fac ut ardeat cor meum
in amando Christum Deum,
ut sibi complaceam.

* Sancta Mater, istud agas
Crucifixi fige plagas
cordi meo valide.

Tui Nati vulnerati,
tam dignati pro me pati,
poenas mecum divide.

Fac me tecum pie flere,
Crucifixo condolere,
donec ego vixero.

Iuxtacrucem tecum stare,
ac me tibi sociare
in planctu desidero.

Virgo virginum præclara,
mihi iam non sis amara:
fac me tecum plangere.

Fac ut portem Christi mortem,
passionis fac me sortem,
et plagas recolere.

Fac me plagis vulnerari,
cruce hac inebriari,
et cruore Filii.

Flammis urar ne succensus,
per te, Virgo, sim defensus
in die iudicii.

Fac me cruce custodiri,
morte Christi præmuniri,
confoveri gratia.

Quando corpus morietur,
fac ut animæ donetur
Paradisi gloria.


Aleluya
R. 
Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Dichosa es la bienaventurada Virgen María, que, sin morir, mereció la palma del martirio junto a la cruz del Señor. R.
Felix est beáta Maria Virgo, quae sine morte méruit martyrii palmam sub cruce Dómini.

EVANGELIO (opción 1) Jn 19, 25-27
Triste contemplaba y dolorosa miraba de Hijo amado la pena (Stabat Mater)
╬ 
Lectura del santo Evangelio según san Juan.
R. Gloria a ti, Señor.

Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre:
«Mujer, ahí tienes a tu hijo».
Luego, dijo al discípulo:
«Ahí tienes a tu madre».
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio.

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

EVANGELIO (opción 2) Lc 2, 33-35
A ti misma, una espada te traspasará el alma
╬ 
Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, el padre y la madre de Jesús estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo y dijo a María, su madre:
«Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción —y a ti misma una espada te traspasará el alma—, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Del Catecismo de la Iglesia Católica
964 Totalmente unida a su Hijo…
El papel de María con relación a la Iglesia es inseparable de su unión con Cristo, deriva directamente de ella. "Esta unión de la Madre con el Hijo en la obra de la salvación se manifiesta desde el momento de la concepción virginal de Cristo hasta su muerte" (LG 57). Se manifiesta particularmente en la hora de su pasión:
"La Bienaventurada Virgen avanzó en la peregrinación de la fe y mantuvo fielmente la unión con su Hijo hasta la cruz. Allí, por voluntad de Dios, estuvo de pie, sufrió intensamente con su Hijo y se unió a su sacrificio con corazón de Madre que, llena de amor, daba su consentimiento a la inmolación de su Hijo como víctima. Finalmente, Jesucristo, agonizando en la cruz, la dio como madre al discípulo con estas palabras: 'Mujer, ahí tienes a tu hijo' (Jn 19, 26-27)" (LG 58).
2618 El Evangelio nos revela cómo María ora e intercede en la fe: en Caná (cf Jn 2, 1-12) la madre de Jesús ruega a su hijo por las necesidades de un banquete de bodas, signo de otro banquete, el de las bodas del Cordero que da su Cuerpo y su Sangre a petición de la Iglesia, su Esposa. Y en la hora de la nueva Alianza, al pie de la Cruz (cf Jn 19, 25-27), María es escuchada como la Mujer, la nueva Eva, la verdadera "madre de los que viven".
2679 María es la orante perfecta, figura de la Iglesia. Cuando le rezamos, nos adherimos con ella al designio del Padre, que envía a su Hijo para salvar a todos los hombres. Como el discípulo amado, acogemos (cf Jn 19, 27) a la madre de Jesús, hecha madre de todos los vivientes. Podemos orar con ella y a ella. La oración de la Iglesia está sostenida por la oración de María. Le está unida en la esperanza (cf LG 68-69).

Oración de los fieles
Elevemos nuestra oración a Dios, fuente de la sabiduría, que revela sus misterios a los pobres y sencillos. Lo hacemos animados por la mediación de María, la humilde hija de Sion.
R. Danos, Señor, la sabiduría del corazón.
- Por los pastores del pueblo de Dios, para que sean fieles dispensadores de la palabra de verdad y no se dejen contagiar por la mentalidad engañosa del mundo. Oremos. R.
- Por los pobres y los que sufren, para que, experimentando el misterio de la cruz, sientan también la presencia cercana y maternal de María, madre nuestra. Oremos. R.
- Por las familias, para que guarden íntegro el sentido cristiano de la vida y resuelvan en el amor los problemas que surgen entre padres e hijos. Oremos. R.
- Por los jóvenes, para que busquen la verdad con corazón libre y puro, asumiendo las dificultades que conlleva la fidelidad al Evangelio. Oremos. R.
Acoge, Padre, nuestras súplicas y derrama sobre nosotros la luz de tu Espíritu para que, como María, sepamos glorificar tu nombre con la santidad de la vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración sobre las ofrendas
Dios misericordioso, recibe las plegarias y los dones que presentamos para alabanza de tu nombre, al venerar a santa María Virgen, a quien tú nos entregaste generosamente, como piadosísima Madre, Cuando estaba de pie junto a la cruz de Jesús. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Súscipe, miséricors Deus, ad tui nóminis laudem preces hostiásque in veneratióne beátae Maríae Vírginis exhíbitas, quam, stantem iuxta crucem Iesu, cleménter nobis Matrem piíssimam providísti. Per Christum.

PREFACIO I DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA
LA MATERNIDAD DE MARÍA
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la fiesta de santa María, siempre virgen.
Porque ella concibió a tu único Hijo por obra del Espíritu Santo, y, sin perder la gloria de su virginidad, derramó sobre el mundo la luz eterna, Jesucristo, Señor nuestro.
Por él, los ángeles alaban tu gloria, te adoran las dominaciones, tiemblan las potestades, los cielos, sus virtudes y los santos serafines te celebran unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:

Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus:
Et te in festivitate beátae Maríae semper Vírginis collaudáre, benedícere et praedicáre.
Quae et Unigénitum tuum Sancti Spíritus obumbratióne concépit, et, virginitátis glória permanénte, lumen aetérnum mundo effúdit, Iesum Christum Dóminum nostrum.
Per quem maiestátem tuam laudant Angeli, adórant Dominatiónes, tremunt Potestátes. Caeli caelorúmque Virtútes, ac beáta Séraphim, sócia exsultatióne concélebrant. Cum quibus et nostras voces ut admítti iúbeas, deprecámur, súpplici confessióne dicéntes:

Santo, Santo, Santo...

PLEGARIA EUCARÍSTICA II

Antífona de la comunión Cf. 1P 4, 13

Estad alegres en la medida que compartís los sufrimientos de Cristo, de modo que, cuando se revele su gloria, gocéis de alegría desbordante.
Communicántes Christi passiónibus, gaudéte, ut et in revelatióne glóriae eius gaudeátis exsultántes.

Oración después de la comunión
Después de recibir los sacramentos de la redención eterna, te pedimos, Señor, que, al recordar los dolores de santa María Virgen, completemos en nosotros, en favor de la Iglesia, lo que falta a la pasión de Cristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Sumptis, Dómine, sacraméntis redemptiónis aetérnae, súpplices deprecámur, ut, compassiónem beátae Maríae Vírginis recoléntes, ea in nobis pro Ecclésia adimpleámus, quae desunt Christi passiónum. Qui vivit et regnat in saecula saeculórum.

MARTIROLOGIO

Elogios del 16 de septiembre
M
emoria de san Cornelio, papa, y san Cipriano, obispo, mártires, acerca de los cuales el catorce de septiembre se relata la sepultura del primero y la pasión del segundo. Juntos son celebrados en esta memoria por el orbe cristiano, porque, en días de persecución, ambos testimoniaron su amor por la verdad indefectible ante Dios y el mundo. (252, 258)
2. En Calcedonia, en Bitinia, hoy Turquía, santa Eufemia, mártir; que, según tradición, después de sufrir bajo el emperador Diocleciano y el procónsul Prisco numerosas torturas por Cristo, al final de su combate alcanzó la corona de la gloria. (c. 303)
3. En el monte Soratte, cerca de la vía Flaminia, en el Lacio, actualmente región de Italia, santos Abundio y compañeros, mártires. (304)
4. En Roma, en la vía Nomentana ad Capream, en el cementerio mayor, santos Víctor, Félix, Alejandro y Papías, mártires. (s. inc.)
5. En Nocera, lugar de Campania, también en la Italia actual, san Prisco, obispo y mártir, a quien san Paulino de Nola dedicó loas poéticas. (c. s. IV)
6. En Cándida Casa, actual Whitehorn, en la región de Galloway, en Escocia, conmemoración de san Niniano, obispo, bretón de nacimiento, que llevó el pueblo de los pictos a la verdad de la fe, y fundó allí una sede episcopal. (c. 432)
7. En Córdoba, en la región hispánica de Andalucía, santos Rogelio, monje anciano, y el joven Servideo (‘Abdallah), que, procedentes de Oriente, predicaron con audacia a Cristo entre los sarracenos, por lo cual, condenados a muerte, sin ápice de tristeza, amputadas piernas y manos, fueron finalmente decapitados. (852)
8*. En Praga, en el territorio de Bohemia, en la actual Chequia, santa Ludmila, mártir, duquesa de Bohemia, que, como responsable de la educación de su nieto san Wenceslao, procuró infundir en su ánimo el amor de Cristo, y perseveró hasta morir estrangulada por la conjuración de su nuera Drahomira y otros nobles paganos. (921)
9. En Wilton, en Inglaterra, santa Edita, virgen, hija del rey de los anglos, que desde su más temprana edad se consagró a Dios en un monasterio, ignorando, más que abandonando, el mundo. (c. 984)
10*. En Montecasino, en Italia, tránsito del beato Víctor III, papa, el cual, después de regir sabiamente durante treinta años el célebre monasterio y enriquecerlo magníficamente, fue elegido para gobernar la Iglesia romana. (1087)
11*. En Savigny, de la región de Normandía, en la Galia, hoy Francia, san Vital, abad, que, dejadas las ocupaciones seculares, se entregó en la soledad al cultivo de la observancia rigurosa, y ganó muchos seguidores para el monasterio que él mismo había fundado. (1122)
12*. En el monasterio de Santa María de Huerta, en el reino de Castilla, tránsito de san Martínde finojosa, llamado "el Sacerdote", que, siendo abad cisterciense, fue ordenado obispo de Sigüenza, sede desde la cual se esforzó por reformar el clero. Finalmente se retiró a su propio monasterio. (1213)
13*. En Salon, lugar de la región de Provenza, en Francia, tránsito del beato Ludovico Alemán, obispo de Arlés, que vivió una vida de eximia piedad y penitencia. (1450)
14*. En Nagasaki, en Japón, beatos Domingo Shobioye, Miguel Timonoya y su hijo Pablo, decapitados por su confesión de fe. (1628)
15. En Lima, en el Perú, san Juan Macías, religioso dominico, que, dedicado por mucho tiempo a oficios humildes, atendió con diligencia a pobres y enfermos y rezó asiduamente el Rosario por las almas de los difuntos. (1645)
16. Cerca de Sai-Nam-Hte, en Corea, pasión de san Andrés Kim Taegòn, presbítero y mártir, que entregado con gran celo durante dos años a la labor sacerdotal, fue decapitado con glorioso martirio. Su memoria se celebra el veinte de septiembre. (1846)
17*. Cerca de la localidad de Ódena, en la provincia de Barcelona, en España, beato Ignacio Casanovas, presbítero de la Orden de Clérigos Regulares de las Escuelas Pías, mártir por Cristo en la persecución religiosa durante la contienda española. (1936)
18*. En Turis, en la provincia de Valencia, también en España, beatos mártires Laureano (Salvador) Ferrer Cardet, presbítero, Benito (Manuel) Ferrer Jordá y Bernardino (Pablo) Martínez Robles, religiosos de los Terciarios Capuchinos de Nuestra Señora de los Dolores, todos los cuales murieron a manos de los hombres en la misma persecución religiosa, pero recibieron de Dios el reino celestial. (1936)

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