APÉNDICE
INVOCACIONES PIADOSAS
Por lo que se refiere a cualquier invocación piadosa, hay que tener en cuenta lo siguiente:
1. La invocación, en cuanto a la indulgencia, ya no se considera una obra distinta o completa, sino como un complemento de la obra, con el cual el fiel cristiano, en el cumplimiento de sus obligaciones y en el sufrimiento de las dificultades de la vida, eleva su alma a Dios con humilde confianza. Por tanto, la invocación piadosa complementa la elevación del alma; y ambas son como una piedra preciosa que se engasta en las actividades corrientes y las embellece, como la sal que condimenta adecuadamente estas actividades.
2. Es preferible aquella invocación que mejor corresponde a las circunstancias y estado de ánimo del momento; y ésta, o bien sale espontáneamente del corazón, o bien se elige entre aquellas que ya hace tiempo han sido admitidas por la práctica de los fieles cristianos, y de las cuales se añade más adelante una breve lista.
3. La invocación puede ser muy breve, expresada en una o pocas palabras, o concebida solo mentalmente.
Podemos aducir algunos ejemplos: Dios mío; Padre (1); Alabado sea Jesucristo (u otro saludo cristiano en uso); Creo en ti, Señor; Te adoro; Espero en ti; Gracias (o bien: Demos gracias a Dios); Bendito sea Dios (o bien: Bendigamos al Señor); Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad; Como quiera el Señor; Ayúdame, Dios mío; Dame fuerzas; Escúchame (o bien: Escucha mi oración); Sálvame; Ten piedad de mí; Perdóname, Señor; No permitas que me aparte de ti; No me abandones; Dios te salve María; Gloria a Dios en el cielo; Señor, tú eres grande (2); Todo tuyo.
(1) Cf. Rm 8,15 y Ga 4,6.
(2) Cf. Jdt 16, 16 y Sal 85, 10.
Invocaciones introducidas por la costumbre, presentadas a modo de ejemplo (3):
1. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque con tu cruz has redimido al mundo.
2. Bendita sea la santa Trinidad.
3. Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera.
4. Corazón de Jesús, ardiente de amor a nosotros, inflama nuestro corazón en el amor a ti.
5. Corazón de Jesús, en ti confío.
6. Corazón de Jesús, todo por ti.
7. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros.
8. Dios mío y todo mi bien.
9. ¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador (4).
10. Permite que te alabe, Virgen sagrada; dame fuerza contra tus enemigos.
11. Enséñame a cumplir tu voluntad ya que tú eres mi Dios (5).
12. Señor, auméntanos la fe (6).
13. Señor, que se realice la unidad de las mentes en la verdad y la unidad de los corazones en la caridad.
14. ¡Señor, sálvanos que nos hundimos! (7).
15. ¡Señor mío y Dios mío! (8).
16. Dulce corazón de María, sé mi salvación.
17. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
18. Jesús, María, José.
19. Jesús, José y María os doy el corazón y el alma mía; Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía; Jesús, José y María, descanse en paz con vos el alma mía.
20. Jesús, manso y humilde de corazón, haz nuestro corazón semejante al tuyo.
21. Sea alabado y adorado por siempre el santísimo Sacramento.
22. Quédate con nosotros, Señor (9).
23. Madre dolorosa, ruega por nosotros.
24. Madre mía, confianza mía.
25. Envía, Señor, obreros a tu mies (10).
26. Que nos bendiga la Virgen María, junto con su santísimo Hijo.
27. Dios te salve, cruz, única esperanza.
28. Santos y santas de Dios, interceded por nosotros.
29. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.
30. Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu (11).
31. Jesús, Señor compasivo, dales el descanso eterno.
32. Reina concebida sin pecado original, ruega por nosotros.
33. Santa Madre de Dios, siempre Virgen María, intercede por nosotros.
34. Santa María, Madre de Dios, ruega por mí.
35. Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo (12).
(3) Otras invocaciones, en lengua vulgar, pueden encontrarse en los comunes libros de piedad.
(4) Lc 18, 13.
(5) Sal 143 (Vulgata 142), 10.
(6) Lc 17, 5.
(7) Mt 8, 25.
(8) Jn 20, 28.
(9) Cf. Lc 24, 29.
(10) Cf. Mt 9,38
(11) Lc 23,46; cf. Sal 31 (Vulgata 30), 6.
(12) Mt 16, 16.
(4) Lc 18, 13.
(5) Sal 143 (Vulgata 142), 10.
(6) Lc 17, 5.
(7) Mt 8, 25.
(8) Jn 20, 28.
(9) Cf. Lc 24, 29.
(10) Cf. Mt 9,38
(11) Lc 23,46; cf. Sal 31 (Vulgata 30), 6.
(12) Mt 16, 16.
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