VII. EN LA CONSAGRACIÓN DE VÍRGENES
Esta misa puede decirse, con vestiduras de color blanco o festivo, en los días en que se pueden celebrar misas rituales.
Las oraciones han de ser adaptadas, cambiando el números se trata de la consagración de una sola virgen.
Antifona de entrada
Recurrid al Señor y a su poder, buscad continuamente su rostro. Recordad las maravillas que hizo [T. P. Aleluya].
Se dice Gloria.
Oración colecta
Concede, Señor, a estas siervas tuyas,
a quienes has infundido el propósito de la virginidad,
llevar a término la obra comenzada,
para que, consagrándose enteramente,
merezcan alcanzar la plenitud de lo que comienzan
Por nuestro Señor Jesucristo.
Se dice Credo, si lo exigen las rúbricas; se omite la oración universal.
Oración sobre las ofrendas
Por este sacrificio, Señor,
concede a tus siervas
la perseverancia en su propósito,
para que, cuando venga el Rey supremo,
merezcan entrar gozosas, con las puertas abiertas, en el reino celestial
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Se puede utilizar el prefacio La vida religiosa como servicio a Dios por la imitación de Cristo.
Prefacio
LA VIDA RELIGIOSA COMO SERVICIO A DIOS POR LA IMITACIÓN DE CRISTO
V. El Señor esté con vosotros. R.
V. Levantemos el corazón. R.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
El cual,
retoño inmaculado de la raíz de una Virgen,
proclamó dichosos a los limpios de corazón,
y, con el ejemplo de su vida,
reveló la grandeza de la castidad.
retoño inmaculado de la raíz de una Virgen,
proclamó dichosos a los limpios de corazón,
y, con el ejemplo de su vida,
reveló la grandeza de la castidad.
Él quiso hacer siempre tu voluntad
y, obediente hasta la muerte por nosotros,
quiso ofrecerse como sacrificio perfecto agradable a ti.
Él dedicó al servicio exclusivo de tu majestad
a quienes dejan por ti todas las cosas,
y les aseguró que encontrarían su tesoro en los cielos.
Por eso,
con los ángeles y con la multitud de los santos,
te cantamos el himno de alabanza diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
En las plegarias eucarísticas se hace mención de las vírgenes recién consagradas a Dios.
Cuando se utiliza el Canon romano se dice Acepta, Señor, en tu bondad propio.
Acepta, Señor, en tu bondad
y santifica esta ofrenda de tus siervos
y de estas hijas tuyas
que te ofrecemos en el día de su consagración,
para que, por tu gracia,
las que hoy se han unido más estrechamente a tu Hijo,
salgan a su encuentro con gozo
cuando venga glorioso al final de los tiempos.
[Por Cristo, nuestro Señor. Amén.]
II. Cuando se utiliza la plegaria eucarística II, se añade la siguiente intercesión:
y todos los pastores que cuidan de tu pueblo,
llévala a su perfección por la caridad.
Acuérdate también, Señor, de estas hermanas,
que hoy has consagrado con la unción espiritual,
para que, encendida la lámpara de la fe y de la caridad,
te sirvan sin desfallecer a ti y a tu pueblo,
anhelando la llegada de Jesucristo, el Esposo.
Acuérdate también de nuestros hermanos
que durmieron en la esperanza de la resurrección...
III. Cuando se utiliza la plegaria eucarística III, se añade la siguiente intercesión:
... al orden episcopal, a los presbíteros y diáconos,
ya todo el pueblo redimido por ti.
Dígnate, Señor,
fortalecer en su santo propósito
a estas siervas tuyas,
que quieren seguir ardientemente a Jesucristo,
dando testimonio de vida evangélica
y de amor fraterno.
Atiende los deseos y súplicas de esta familia...
IV. Cuando no se utiliza el prefacio propio se puede emplear la Plegaria eucarística IV. La mención se intercala en la intercesión Y ahora, Señor, acuérdate.
Y ahora, Señor, acuérdate
de todos aquellos por quienes te ofrecemos este sacrificio:
de tu servidor el papa N., de nuestro obispo N.,
del orden episcopal y de los presbíteros y diáconos,
y de estas hermanas nuestras,
que hoy has consagrado para siempre
al culto divino y servicio de los hombres,
de los oferentes y de los aquí reunidos,
de todo tu pueblo santo
y de aquellos que te buscan con sincero corazón.
Antifona de comunión Sal 41,2
Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío [T. P. Aleluya].
Oración después de la comunión
Saciados con tus dones santos,
te pedimos, Señor,
que la vida consagrada de estas siervas tuyas N. y N.,
contribuya constantemente al progreso de la sociedad humana
y al crecimiento continuo de tu Iglesia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Bendición solemne al final de la misa
El obispo, con las manos extendidas sobre las vírgenes recién consagradas a Dios, dice:
Dios, Padre todopoderoso,
que ha hecho germinar en vuestros corazones
el propósito de la virginidad,
os lo conserve íntegro con su protección.
R. Amén.
Jesucristo, el Señor,
que une consigo en alianza nupcial
el corazón de las vírgenes consagradas,
fecunde vuestra vida con la semilla divina de la palabra.
R. Amén.
El Espíritu Santo,
que descendió sobre la Virgen,
y que hoy, con su efusión,
ha consagrado vuestros corazones,
os estimule al servicio de Dios y de la Iglesia.
R. Amén.
y bendice a todo el pueblo añadiendo:
Y a todos vosotros, que estáis aquí presentes,
os bendiga Dios todopoderoso,
Padre +, Hijo +, y Espíritu + Santo.
R. Amén.
O bien:
Dios, que os ha inspirado
y ha hecho realidad el santo propósito,
os defienda constantemente con su gracia,
para que podáis cumplir con fidelidad los deberes de vuestra vocación.
R. Amén.
Él mismo os haga partícipes de su amor divino,
y testigos y signo de este amor ante el mundo.
R. Amén.
Y los vínculos con que os unió a Cristo en la tierra,
por su bondad, se perpetúen en el cielo.
R. Amén.
Y bendice a todo el pueblo añadiendo:
Y a todos vosotros, que estáis aquí presentes,
os bendiga Dios todopoderoso,
Padre +, Hijo +, y Espíritu + Santo.
R. Amén.
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