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sábado, 26 de junio de 2021

Sábado 31 julio 2021, San Ignacio de Loyola, presbítero, memoria obligatoria. Lecturas Sábado XVII semana del Tiempo Ordinario, año impar.

TEXTOS MISA

31 de julio
San Ignacio de Loyola, presbítero
Memoria

Antífona de entrada Flp 2, 10-11
Al nombre de Jesús toda rodilla se doble, en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: «Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre».
In nómine Iesu omne genu flectátur, caeléstium, terréstrium et infernórum; et omnis lingua confiteátur quia Dóminus Iesus Christus in glória est Dei Patris.

Monición de entrada
Celebramos hoy la memoria de san Ignacio de Loyola, presbítero. Nació en el País Vasco el año 1491. Pasó la primera parte de su vida en la Corte, como paje, y en la milicia hasta que, herido gravemente, se convirtió a Dios. Completó los estudios teológicos en París y unió a él a sus primeros compañeros, con los que más tarde fundó en Roma la Orden de la Compañía de Jesús. En esa ciudad ejerció un fructuoso ministerio escribiendo varias obras y formando a sus discípulos, todo para mayor gloria de Dios. Murió en Roma el año 1556.

Oración colecta
Oh, Dios, que has suscitado en tu Iglesia a san Ignacio de Loyola para propagar la mayor gloria de tu nombre, concédenos que, combatiendo en la tierra con su protección y su ejemplo, merezcamos ser coronados con él en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.
Deus, qui ad maiórem tui nóminis glóriam propagándam beátum Ignátium in Ecclésia tua suscitásti, concéde, ut, eius auxílio et imitatióne certántes in terris, coronári cum ipso mereámur in caelis. Per Dóminum.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Sábado de la XVII semana del Tiempo Ordinario, año impar (Lec. III-impar).

PRIMERA LECTURA 25, 1. 8-17
El año jubilar cada uno recobrará su propiedad
Lectura del libro del Levítico.

El Señor habló a Moisés en el monte Sinaí:
«Haz el cómputo de siete semanas de años, siete veces siete, de modo que las sietes semanas de años sumarán cuarenta y nueve años.
El día diez del séptimo mes harás oír el son de la trompeta: el día de la expiación haréis resonar la trompeta por toda vuestra tierra.
Declararéis santo el año cincuenta y promulgaréis por el país liberación para todos sus habitantes.
Será para vosotros un jubileo: cada uno recobrará su propiedad y retornará a su familia.
El año cincuenta será para vosotros año jubilar: no sembraréis, ni segaréis los rebrotes, ni vendimiaréis las cepas no cultivadas.
Porque es el año jubilar, que será sagrado para vosotros. Comeréis lo que den vuestros campos por sí mismos.
En este año jubilar cada uno recobrará su propiedad. Si vendes o compras algo a tu prójimo, que nadie perjudique a su hermano.
Lo que compres a tu prójimo se tasará según el número de años transcurridos después del jubileo.
Él te lo cobrará según el número de cosechas restantes: cuantos más años falten, más alto será el precio; cuantos menos, tanto menor será el precio. Porque lo que él te vende es el número de cosechas. Que nadie perjudique a su prójimo. Y teme a tu Dios, porque yo soy el Señor, vuestro Dios».

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 66, 2-3. 5. 7-8 (R.: 4)
R. Oh, Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
Confitéantur tibi pópuli, Deus, confiteántur tibi pópuli omnes.

V. El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
R. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
Confitéantur tibi pópuli, Deus, confiteántur tibi pópuli omnes.

V. Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
y gobiernas las naciones de la tierra.
R. Oh, Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
Confitéantur tibi pópuli, Deus, confiteántur tibi pópuli omnes.

V. La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
todos los confines del orbe.
R. Oh, Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
Confitéantur tibi pópuli, Deus, confiteántur tibi pópuli omnes.

Aleluya Mt 5, 10
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. R.
Beáti qui persecutiónem patiúntur propter iustítiam quóniam ipsórum est regnum cælórum.

EVANGELIO Mt 14, 1-12
Herodes mandó decapitar a Juan, y sus discípulos fueron a contárselo a Jesús
 Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, oyó el tetrarca Herodes lo que se contaba de Jesús y dijo a sus cortesanos:
«Ese es Juan el Bautista, que ha resucitado de entre los muertos, y por eso las fuerzas milagrosas actúan en él». Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado, por motivo de Herodías, mujer de su hermano Filipo; porque Juan le decía que no le era lícito vivir con ella. Quería mandarlo matar, pero tuvo miedo de la gente, que lo tenía por profeta.
El día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos y le gustó tanto a Herodes, que juró darle lo que pidiera.
Ella, instigada por su madre, le dijo:
«Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista».
El rey lo sintió, pero, por el juramento y los invitados, ordenó que se la dieran, y mandó decapitar a Juan en la cárcel.
Trajeron la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven y ella se la llevó a su madre.
Sus discípulos recogieron el cadáver, lo enterraron, y fueron a contárselo a Jesús.

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

San Josemaría Escrivá, Camino 474 
Que eres... nadie. –Que otros han levantado y levantan ahora maravillas de organización, de prensa, de propaganda. –¿Que tienen todos los medios, mientras tú no tienes ninguno?... Bien: acuérdate de Ignacio:
Ignorante, entre los doctores de Alcalá. –Pobre, pobrísimo, entre los estudiantes de París. –Perseguido, calumniado...
Es el camino: ama y cree y ¡sufre!: tu Amor y tu Fe y tu Cruz son los medios infalibles para poner por obra y para eternizar las ansias de apostolado que llevas en tu corazón.

Oración sobre las ofrendas
Que te agraden, Señor Dios, las ofrendas que te presentamos en la fiesta de san Ignacio de Loyola; concédenos que estos divinos misterios, que estableciste como fuente de toda santificación, nos santifiquen también en la verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Pláceant, Dómine Deus, oblatiónes in celebratióne beáti Ignátii tibi delátae, et praesta, ut sacrosáncta mystéria, in quibus omnis sanctitátis fontem constituísti, nos quoque in veritáte sanctíficent. Per Christum.

PLEGARIA EUCARÍSTICA IV.

Antífona de comunión Cf. Lc 12, 49
He venido a prender fuego a la tierra, y cuánto deseo que ya esté ardiendo, dice el Señor.
Dicit Dóminus: Ignem veni míttere in terram, et quid volo, nisi ut accendátur?

Oración después de la comunión
Señor, que el sacrificio de alabanza que te hemos ofrecido para darte gracias en honor de san Ignacio de Loyola, nos conduzca a la eterna glorificación de tu majestad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Laudis hóstia, Dómine, quam pro beáto Ignátio grátias agéntes obtúlimus, ad perpétuam nos maiestátis tuae laudatiónem perdúcat. Per Christum.

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