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viernes, 11 de junio de 2021

Viernes 16 julio 2021, Lecturas Viernes XV semana del Tiempo Ordinario, año impar.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Viernes de la XV semana del Tiempo Ordinario, año impar (Lec. III-impar).

PRIMERA LECTURA Éx 11, 10-12, 14
Mataréis al cordero al atardecer; cuando yo vea la sangre, pasaré de largo ante vosotros
Lectura del libro del Éxodo.

En aquellos días, Moisés y Aarón hicieron muchos prodigios en presencia del faraón; pero el Señor hizo que el faraón se obstinara en no dejar marchar a los hijos de Israel de su tierra.
Dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto:
«Este mes será para vosotros el principal de los meses; será para vosotros el primer mes del año. Decid a toda la asamblea de los hijos de Israel: “El diez de este mes cada uno procurará un animal para su familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con el vecino más próximo a su casa, hasta completar el número de personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo.
Será un animal sin defecto, macho, de un año; lo escogeréis entre los corderos o los cabritos.
Lo guardaréis hasta el día catorce del mes y toda la asamblea de los hijos de Israel lo matará al atardecer”. Tomaréis la sangre y rociaréis la dos jambas y el dintel de la casa donde lo comáis.
Esa noche comeréis la carne, asada a fuego, y comeréis panes sin fermentar y hierbas amargas.
No comeréis de ella nada crudo, ni cocido en agua, sino asado a fuego: con cabeza, patas y vísceras. No dejaréis restos para la mañana siguiente; y si sobra algo, lo quemaréis.
Y lo comeréis así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano; y os lo comeréis a toda prisa, porque es la Pascua, el Paso del Señor. Yo pasaré esta noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los primogénitos de la tierra de Egipto, desde los hombres hasta los ganados, y me tomaré justicia de todos los dioses de Egipto. Yo, el Señor.
La sangre será vuestra señal en las casas donde habitáis. Cuando yo vea la sangre, pasaré de largo ante vosotros, y no habrá entre vosotros plaga exterminadora, cuando yo hiera a la tierra de Egipto.
Este será un día memorable para vosotros; en él celebraréis fiesta en honor del Señor. De generación en generación, como ley perpetua lo festejaréis.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 115, 12-13. 15 y 16bc. 17-18 (R.: 13)
R. Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor.
Cálicem salutaris accípiam, et nomen Dómini invocábo.
O bien: Aleluya.

V. ¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
R. Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor.
Cálicem salutaris accípiam, et nomen Dómini invocábo.

V. Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Siervo tuyo soy,
hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
R. Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor.
Cálicem salutaris accípiam, et nomen Dómini invocábo.

V. Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando el nombre del Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
R. Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor.
Cálicem salutaris accípiam, et nomen Dómini invocábo.

Aleluya Jn 10, 27
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Mis ovejas escuchan mi voz -dice el Señor-, y yo las conozco, y ellas me siguen. R.
Oves meae vocem meam áudiunt dicit Dóminus; et ego cognósco esa, et sequúntur me.

EVANGELIO Mt 12, 1-8
El Hijo del hombre es señor del sábado
 Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, atravesó Jesús en sábado un sembrado; los discípulos, que tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas.
Los fariseos, al verlo, le dijeron:
«Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está permitida en sábado».
Les replicó:
«¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y comieron de los panes de la proposición, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino solo a los sacerdotes.
¿Y no habéis leído en la ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa?
Pues os digo que aquí hay uno que es más que el templo.
Si comprendierais lo que significa “quiero misericordia y no sacrificio”, no condenaríais a los inocentes. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Catecismo de la Iglesia Católica 2100 
El sacrificio exterior, para ser auténtico, debe ser expresión del sacrificio espiritual. "Mi sacrificio es un espíritu contrito… " (Sal 51, 19). Los profetas de la Antigua Alianza denunciaron con frecuencia los sacrificios hechos sin participación interior (cf Am 5, 21-25) o sin amor al prójimo (cf Is 1, 10-20). Jesús recuerda las palabras del profeta Oseas: "Misericordia quiero, que no sacrificio" (Mt 9, 13; Mt 12, 7; cf Os 6, 6). El único sacrificio perfecto es el que ofreció Cristo en la cruz en ofrenda total al amor del Padre y por nuestra salvación (cf Hb 9, 13-14). Uniéndonos a su sacrificio, podemos hacer de nuestra vida un sacrificio para Dios.

Oración de los fieles
Ferias del Tiempo Ordinario XVI

Hermanos: En esta oración pública y comunitaria que vamos a hacer, no se limite cada uno a orar por sí mismo o por sus necesidades, sino oremos a Cristo el Señor por todo el pueblo.
R. Cristo óyenos.
- Pidamos para todo el pueblo cristiano la abundancia de la bondad divina. R.
- Imploremos la largueza de los dones espirituales para todos los no creyentes. R.
- Supliquemos la fortaleza del Señor para todos los que gobiernan las naciones. R.
- Pidamos al Señor, que gobierna el mundo, tiempo bueno y maduración de los frutos. R.
- Roguemos al Señor por todos nuestros hermanos que no han podido venir a esta celebración. R.
- Oremos al juez de todos los hombres por el descanso eterno de los fieles difuntos. R.
- Pidamos la clemencia del Salvador para todos nosotros, que imploramos con fe la misericordia del Señor. R.
- Imploremos la misericordia de Cristo, el Señor, en favor nuestro y de nuestros familiares, confiando en la bondad del Señor. R.
Atiende benignamente nuestras súplicas, Señor, y escucha las oraciones de tus fieles. Por Jesucristo nuestro Señor.

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