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sábado, 3 de julio de 2021

Sábado 7 agosto 2021, Santos Sixto II, papa, y compañeros, mártires, memoria libre o san Cayetano, presbítero, memoria libre. Lecturas Sábado XVIII semana del Tiempo Ordinario, año impar.

Memoria de san Sixto II y compañeros:
7 de agosto
San Sixto II, papa, y compañeros, mártires

Oración colecta propia, resto del común de mártires: I. Fuera del tiempo pascual, A. para varios mártires 1.

Antífona de entrada
Las almas de los santos, que siguieron las huellas de Cristo, viven gozosas en el cielo. Derramaron la sangre por su amor, por eso se alegran con Cristo para siempre.
Gaudent in caelis ánimae Sanctórum, qui Christi vestígia sunt secúti; et quia pro eius amóre sánguinem suum fudérunt, ídeo cum Christo exsúltant sine fine.
O bien:
Los santos derramaron su gloriosa sangre por el Señor, amaron a Cristo en su vida, lo imitaron en su muerte: por eso merecieron la corona triunfal.
Viri sancti gloriósum sánguinem fudérunt pro Dómino, amavérunt Christum in vita sua, imitáti sunt eum in morte sua: et ídeo corónas triumpháles meruérunt.

Monición de entrada
Celebramos hoy la memoria de los santos mártires Sixto II, papa, y sus cuatro diáconos. El año 258, durante la persecución del emperador Valeriano, fueron apresados en la catacumbas de san Calixto de Roma y allí mismo se los ejecutó. Consumaron así la ofrenda de sus vidas en comunión con Cristo, cuyo sacrificio celebraban en el momento de su muerte.

Oración colecta
Dios todopoderoso, que concediste a san Sixto y a sus compañeros entregar sus vidas por tu palabra y por el testimonio de Jesús, te pedimos que, con la fuerza del Espíritu Santo, nos hagas dóciles para creer y fuertes para confesar la fe. Por nuestro Señor Jesucristo.
Quaesumus, omnípotens Deus, ut nos, virtúte Spíritus Sancti, et ad credéndum dóciles et ad confiténdum fortes effícias, qui beáto Xysto eiúsque sóciis propter verbum tuum et testimónium Iesu ánimas suas pónere tribuísti. Per Dóminum.

Memoria de san Cayetano:
7 de agosto
San Cayetano, presbítero

Oración colecta propia. El resto del común de pastores: III. Pastores, B. Para un pastor 2.

Antífona de entrada Cf. Lc 4, 18
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres y curar a los contritos de corazón.
Spíritus Dómini super me: propter quod unxit me, evangelizáre paupéribus misit me, sanáre contrítos corde.

Monición de entrada
Hacemos memoria en esta celebración de san Cayetano, presbítero italiano nacido el año 1480. En Nápoles se entregó a las obras de caridad, especialmente en favor de los enfermos incurables, promovió asociaciones para la formación religiosa de los laicos e instituyó los Clérigos Regulares para la renovación de la Iglesia, recomendando sus discípulos el deber de observar la primitiva forma de vida apostólica. Murió en aquella ciudad italiana el año 1547.

Oración colecta
Oh, Dios, que concediste al presbítero san Cayetano imitar la forma de vida apostólica, concédenos, por su ejemplo e intercesión, poner en ti nuestra confianza y buscar incansablemente tu reino. Por nuestro Señor Jesucristo.
Deus, qui beáto Caietáno presbytero apostólicam vivéndi formam imitári tribuísti, eius nobis exémplo et intercessióne concéde in te semper confídere, et regnum tuum indesinénter quaerere. Per Dóminum.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Sábado de la XVIII semana del Tiempo Ordinario, año impar (Lec. III-impar).

PRIMERA LECTURA Dt 6, 4-13
Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón

Lectura del libro del Deuteronomio.

Moisés dijo al pueblo:
«Escucha, Israel: El Señor es nuestro Dios, el Señor es uno solo. Amarás, pues, al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.
Estas palabras que yo te mando hoy estarán en tu corazón, se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado; las atarás a tu muñeca como un signo, serán en tu frente una señal; las escribirás en las jambas de tu casa y en tus portales.
Cuando el Señor, tu Dios, te introduzca en la tierra que había de darte, según juró a tus padres, Abrahán, Isaac y Jacob, con ciudades grandes y ricas que tú no has construido, casas rebosantes de riquezas que tú no has llenado, pozos ya excavados que tú no has excavado, viñas y olivares que tú no has plantado, y comas hasta saciarte, guárdate de olvidar al Señor que te sacó de Egipto, de la casa de esclavitud.
Al Señor, tu Dios, temerás, a él servirás yen su nombre jurarás».

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 17, 2-3a. 3bc-4. 47 y 51ab (R.: 2)
R.
 Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.
Díligam te, Dómine, fortitúdo mea.

V. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;
Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador.
R. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.
Díligam te, Dómine, fortitúdo mea.

V. Dios mío, peña mía, refugio mío,
escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos.
R. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.
Díligam te, Dómine, fortitúdo mea.

V. 
Viva el Señor, bendita sea mi Roca,
sea ensalzado mi Dios y Salvador.
Tú diste gran victoria a tu rey,
tuviste misericordia de tu Ungido.
R. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.
Díligam te, Dómine, fortitúdo mea.

Aleluya Cf. 2 Tim 1, 10
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Nuestro Salvador, Cristo Jesús, destruyó la muerte, e hizo brillar la vida por medio del Evangelio. R.
Salvátor noster Iesus Christus destrúxit mortem, et illuminávit vitam per Evangelium.

EVANGELIO Mt 17, 14-20
Si tuvierais fe, nada os sería imposible
 Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un hombre que, de rodillas, le dijo:
«Señor, ten compasión de mi hijo que es lunático y sufre mucho: muchas veces se cae en el fuego o en el agua. Se lo he traído a tus discípulos y no han sido capaces de curarlo». Jesús tomó la palabra y dijo:
«Generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros, hasta cuándo tendré que soportaros? Traédmelo».
Jesús increpó al demonio y salió; en aquel momento se curó el niño.
Los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron aparte:
«¿Y por qué no pudimos echarlo nosotros?».
Les contestó:
«Por vuestra poca fe. En verdad os digo que, si tuvierais fe como un grano de mostaza, le diríais a aquel monte: “Trasládate desde ahí hasta aquí”, y se trasladaría. Nada os sería imposible».

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Del Papa Francisco, Audiencia, 14-mayo-2016
Muchas veces en los Evangelios se habla del grito espontáneo que personas enfermas, endemoniadas, pobres o afligidas dirigían a Jesús: «Ten piedad» (cf. Mc 10, 47-48; Mt 15, 22; Mt 17, 15).
A todos Jesús respondía con la mirada de la misericordia y el consuelo de su presencia. En estas invocaciones de ayuda y petición de piedad, cada uno expresaba también su fe en Jesús, llamándolo «Maestro», «Hijo de David» y «Señor». Intuían que en Él había algo extraordinario, que les podía ayudar a salir de la condición de tristeza en la que se encontraban. Percibían en Él el amor de Dios mismo. Y también cuando la multitud se congregaba, Jesús se daba cuenta de esas invocaciones de piedad y se apiadaba, sobre todo cuando veía personas sufridas y heridas en su dignidad.

Memoria de santa María:
Oración de los fieles

Dirijamos confiados nuestra oración a Dios Padre, que ha prometido habitar en los corazones de aquellos que, como María, guardan su Palabra.
R. Danos, Padre, tu Espíritu Santo.
- Por los pastores de la Iglesia, para que, formados en la escuela de María, reina de los Apóstoles, sean fieles mensajeros de la Palabra de Dios y dispensadores incansables de su misericordia. Oremos. R.
- Por los pueblos afligidos a causa de la guerra y las discordias, para que todos se convenzan de que la paz tiene su raíz en la conversión del corazón, que hace pasar del egoísmo a la generosidad y de la violencia al respeto del prójimo. Oremos. R.
- Por todos los cristianos, para que, participando en la alegría de María, vivan con autenticidad su propia vocación, dando testimonio de fidelidad radical al mandamiento nuevo del amor. Oremos. R.
- Por los enfermos, para que hallen en María ayuda y consuelo, y en los hermanos solidaridad generosa que aliente su esperanza. Oremos. R.
- Por nosotros, aquí reunidos, para que, guardando la Palabra que hemos escuchado, seamos servidores fieles y testigos del reino entre los hombres. Oremos. R.
Oh, Dios, por intercesión de María, que nos precede en la peregrinación de la fe, fortalece en nosotros el deseo del bien, refuerza nuestra esperanza y confírmanos en la caridad,. Por Jesucristo nuestro Señor.

Oración sobre las ofrendas
Acoge, Señor, las súplicas y ofrendas de los fieles, que te presentamos en la memoria de santa María, Madre de Dios, para que te sean agradables y nos obtengan el auxilio de tu protección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Preces, Dómine, tuórum réspice oblationésque fidélium, in beátae Maríae Dei Genetrícis commemoratióne delátas, ut et tibi gratae sint, et nobis cónferant tuae propitiatiónis auxílium. Per Christum.

PREFACIO IV DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA
MARÍA, SIGNO DE CONSUELO Y DE ESPERANZA
En verdad es justo darte gracias, es bueno cantar tu gloria, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Te alabamos y te bendecimos, por Jesucristo, tu Hijo, en esta celebración de la bienaventurada Virgen María. Ella, como humilde sierva, escuchó tu palabra y la conservó en su corazón; admirablemente unida al misterio de la redención, perseveró con los apóstoles en la plegaria, mientras esperaban al Espíritu Santo, y ahora brilla en nuestro camino como signo de consuelo y de firme esperanza.
Por este don de tu benevolencia, unidos a los ángeles y a los santos, te entonamos nuestro canto y proclamamos tu alabanza:

Santo, Santo Santo…

PLEGARIA EUCARÍSTICA III.

Antífona de comunión Cf. Lc 1, 48
El Señor ha mirado la humildad de su esclava, desde ahora me felicitarán todas las generaciones.
Respéxit Dóminus humilitátem ancíllae suae, ecce enim beátam me dicent omnes generatiónes.

Oración después de la comunión
Alimentados con los sacramentos de la salvación te pedimos con humildad, Señor, que, al celebrar piadosamente la memoria de la bienaventurada Virgen María, Madre de Dios, merezcamos gozar siempre del fruto de tu redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Salutáribus refécti sacraméntis, súpplices te, Dómine, deprecámur, ut, qui memóriam beátae Vírginis Dei Genetrícis Maríae venerándo égimus, redemptiónis tuae fructum perpétuo experíri mereámur. Per Christum.

Memoria de san Sixto II y compañeros:
Oración sobre las ofrendas
Recibe, Padre santo, las ofrendas que te presentamos en la fiesta de tus santos mártires y concédenos a nosotros, siervos tuyos, permanecer siempre firmes en la confesión de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Súscipe, sancte Pater, múnera quae in sanctórum mártyrum commemoratióne deférimus, et nobis fámulis tuis concéde, ut in confessióne tui nóminis inveníri stábiles mereámur. Per Christum.

PREFACIO II DE LOS SANTOS MÁRTIRES
LAS MARAVILLAS DE DIOS EN LA VICTORIA DE LOS MÁRTIRES
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque tú eres ensalzado en la alabanza de tus santos y, cuanto pertenece a su pasión, es obra admirable de tu poder: tú, bondadosamente, otorgas el ardor de su fe, das firmeza en la perseverancia y concedes la victoria en el combate, por Cristo, Señor nuestro.
Por eso, Señor, tus criaturas del cielo y de la tierra te adoran, cantando un cántico nuevo, y también nosotros, con todo el ejército de los ángeles, te aclamamos por siempre diciendo:

Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus:
Quóniam tu magnificáris in tuórum laude Sanctórum, et quidquid ad eórum pértinet passiónem, tuae sunt ópera miránda poténtiae: qui huius fídei tríbuis cleménter ardórem, qui súggeris perseverántiae firmitátem, qui largíris in agóne victóriam, per Christum Dóminum nostrum.
Propter quod caeléstia tibi atque terréstria cánticum novum cóncinunt adorándo, et nos cum omni exércitu Angelórum proclamámus, sine fine dicéntes:

Santo, Santo, Santo....

Antífona de la comunión Cf. Lc 22, 28-30
Vosotros sois los que habéis perseverado conmigo en mis pruebas, y yo preparo para vosotros el reino, dice el Señor, para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino.
Vos estis qui permansístis mecum in tentatiónibus meis, et ego dispóno vobis regnum, dicit Dóminus, ut edátis et bibátis super mensam meam in regno meo.
O bien:
Esta es la gran recompensa de los santos junto a Dios: en verdad murieron por Cristo y viven eternamente
Ecce merces Sanctórum copiósa est apud Deum: ipsi vero mórtui sunt pro Christo, et vivent in aetérnum.

Oración después de la comunión
Oh, Dios, que iluminaste de modo admirable el misterio de la cruz en tus santos mártires, concédenos, por tu bondad, que, fortalecidos por este sacrificio, permanezcamos siempre fieles a Cristo y trabajemos en la Iglesia por la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Deus, qui crucis mystérium in sanctis martyribus tuis mirabíliter illustrásti, concéde propítius, ut, ex hoc sacrifício roboráti, Christo fidéliter haereámus, et in Ecclésia ad salútem ómnium operémur. Per Christum.

Misa de san Cayetano:
Oración sobre las ofrendas
Dios todopoderoso, humildemente imploramos de tu divina Majestad que, así como estos dones ofrecidos en honor de san N. manifiestan la gloria de tu poder divino, del mismo modo nos alcancen el fruto de tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Maiestátem tuam supplíciter implorámus, omnípotens Deus, ut, sicut glóriam divínae poténtiae múnera pro beáto N. obláta testántur, sic nobis efféctum tuae salvatiónis impéndant. Per Christum.

PREFACIO DE LOS SANTOS PASTORES
LA PRESENCIA DE LOS SANTOS PASTORES EN LA IGLESIA
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque nos concedes la alegría de celebrar hoy la fiesta de san N., fortaleciendo a tu Iglesia con el ejemplo de su vida santa, instruyéndola con su palabra y protegiéndola con su intercesión.
Por eso, con los ángeles y la multitud de los santos, te cantamos el himno de alabanza diciendo sin cesar:

Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus: per Christum Dóminum nostrum.
Quia sic tríbuis Ecclésiam tuam sancti N. festivitáte gaudére, ut eam exémplo piae conversatiónis corróbores, verbo praedicatiónis erúdias, gratáque tibi supplicatióne tueáris.
Et ídeo, cum Angelórum atque Sanctórum turba, hymnum laudis tibi cánimus, sine fine dicéntes:

Santo, Santo, Santo...


Antífona de la comunión Mt 28, 20
Sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos, dice el Señor.
Ecce ego vobíscum sum ómnibus diébus usque ad consummatiónem saeculi, dicit Dóminus.

Oración después de la comunión
Señor, que los sacramentos que hemos recibido nos preparen a los gozos eternos que mereció san N., tu servidor fiel. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Sumpta mystéria, quaesumus, Dómine, aetérnis nos praeparent gáudiis, quae beátus N. fidéli dispensatióne proméruit. Per Christum.
O bien:
Fortalecidos con el alimento santo, te rogamos, Dios todopoderoso, que, siguiendo siempre el ejemplo de san N., nos concedas servirte con entrega constante y progresar en el amor incansable hacia todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Refectióne sacra enutrítos, fac nos, omnípotens Deus, exémpla beáti N. iúgiter sequéntes, te pérpeti devotióne cólere, et indeféssa ómnibus caritáte profícere. Per Christum.

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