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Domingo 4 diciembre 2022, II Domingo de Adviento, ciclo A.

viernes, 11 de febrero de 2022

Viernes 18 marzo 2022, Viernes de la II semana de Cuaresma, feria o san Cirilo de Jerusalén, obispo y doctor de la Iglesia, conmemoración.

SOBRE LITURGIA

PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL

Biblioteca del Palacio Apostólico. Miércoles, 6 de mayo de 2020

Catequesis: 1. El misterio de la oración

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Hoy comenzamos un nuevo ciclo de catequesis sobre el tema de la oración. La oración es el aliento de la fe, es su expresión más adecuada. Como un grito que sale del corazón de los que creen y se confían a Dios.

Pensemos en la historia de Bartimeo, un personaje del Evangelio (cf. Mc 10,46-52 y par.) y, os lo confieso, para mí el más simpático de todos. Era ciego y se sentaba a mendigar al borde del camino en las afueras de su ciudad, Jericó. No es un personaje anónimo, tiene un rostro, un nombre: Bartimeo, es decir, “hijo de Timeo”. Un día oye que Jesús pasaría por allí. Efectivamente, Jericó era una cruce de caminos de personas, continuamente atravesada por peregrinos y mercaderes. Entonces Bartimeo se pone a la espera: hará todo lo posible para encontrar a Jesús. Mucha gente hacía lo mismo, recordemos a Zaqueo, que se subió a un árbol. Muchos querían ver a Jesús, él también.

Este hombre entra, pues, en los Evangelios como una voz que grita a pleno pulmón. No ve; no sabe si Jesús está cerca o lejos, pero lo siente, lo percibe por la multitud, que en un momento dado aumenta y se avecina... Pero está completamente solo, y a nadie le importa. ¿Y qué hace Bartimeo? Grita. Y sigue gritando. Utiliza la única arma que tiene: su voz. Empieza a gritar: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!» (v. 47). Y sigue así, gritando.

Sus gritos repetidos molestan, no resultan educados, y muchos le reprenden, le dicen que se calle. “Pero sé educado, ¡no hagas eso!”. Pero Bartimeo no se calla, al contrario, grita todavía más fuerte: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!» (v. 47). Esa testarudez tan hermosa de los que buscan una gracia y llaman, llaman a la puerta del corazón de Dios. Él grita, llama. Esa frase: “Hijo de David”, es muy importante, significa “el Mesías” —confiesa al Mesías—, es una profesión de fe que sale de la boca de ese hombre despreciado por todos.

Y Jesús escucha su grito. La plegaria de Bartimeo toca su corazón, el corazón de Dios, y las puertas de la salvación se abren para él. Jesús lo manda a llamar. Él se levanta de un brinco y los que antes le decían que se callara ahora lo conducen al Maestro. Jesús le habla, le pide que exprese su deseo —esto es importante— y entonces el grito se convierte en una petición: “¡Haz que recobre la vista!”. (cf. v. 51).

Jesús le dice: «Vete, tu fe te ha salvado» (v. 52). Le reconoce a ese hombre pobre, inerme y despreciado todo el poder de su fe, que atrae la misericordia y el poder de Dios. La fe es tener las dos manos levantadas, una voz que clama para implorar el don de la salvación. El Catecismo afirma que «la humildad es la base de la oración» (Catecismo de la Iglesia Católica, 2559). La oración nace de la tierra, del humus —del que deriva “humilde”, “humildad”—; viene de nuestro estado de precariedad, de nuestra constante sed de Dios (cf. ibid., 2560-2561).

La fe, como hemos visto en Bartimeo, es un grito; la no fe es sofocar ese grito. Esa actitud que tenía la gente para que se callara: no era gente de fe, en cambio, él si. Sofocar ese grito es una especie de “ley del silencio”. La fe es una protesta contra una condición dolorosa de la cual no entendemos la razón; la no fe es limitarse a sufrir una situación a la cual nos hemos adaptado. La fe es la esperanza de ser salvado; la no fe es acostumbrarse al mal que nos oprime y seguir así.

Queridos hermanos y hermanas, empezamos esta serie de catequesis con el grito de Bartimeo, porque quizás en una figura como la suya ya está escrito todo. Bartimeo es un hombre perseverante. Alrededor de él había gente que explicaba que implorar era inútil, que era un vocear sin respuesta, que era ruido que molestaba y basta, que por favor dejase de gritar: pero él no se quedó callado. Y al final consiguió lo que quería.

Más fuerte que cualquier argumento en contra, en el corazón de un hombre hay una voz que invoca. Todos tenemos esta voz dentro. Una voz que brota espontáneamente, sin que nadie la mande, una voz que se interroga sobre el sentido de nuestro camino aquí abajo, especialmente cuando nos encontramos en la oscuridad: “¡Jesús, ten compasión de mí! ¡Jesús, ten compasión mi!”. Hermosa oración, ésta.

Pero ¿acaso estas palabras no están esculpidas en la creación entera? Todo invoca y suplica para que el misterio de la misericordia encuentre su cumplimiento definitivo. No rezan sólo los cristianos: comparten el grito de la oración con todos los hombres y las mujeres. Pero el horizonte todavía puede ampliarse: Pablo dice que toda la creación «gime y sufre los dolores del parto» (Rom 8,22). Los artistas se hacen a menudo intérpretes de este grito silencioso de la creación, que pulsa en toda criatura y emerge sobre todo en el corazón del hombre, porque el hombre es un “mendigo de Dios” (cf. CIC, 2559). Hermosa definición del hombre: “mendigo de Dios”. Gracias.

CALENDARIO

18 VIERNES. Hasta la Hora Nona: 
VIERNES DE LA II SEMANA DE CUARESMA, feria o SAN CIRILO DE JERUSALÉN, obispo y doctor de la Iglesia, conmemoración Abstinencia

Misa
de feria (morado).
MISAL: ants. y oracs. props. [para la conm.: 1.ª orac. prop. y el resto de la feria], Pf. Cuaresma.
LECC.: vol. II.
La Cuaresma: Acoger el reino y no rechazar al enviado.
- Gén 37, 3-4. 12-13a. 17b-28. Ahí viene el soñador; vamos a matarlo.
- Sal 104. R. Recordad las maravillas que hizo el Señor.
- Mt 21, 33-43. 45-46. Este es el heredero: venid, lo matamos.

Liturgia de las Horas: oficio de feria. Se puede hacer conmemoración del santo.

Martirologio: elogs. del 19 de marzo, pág. 212.
CALENDARIOS: Girona, Tortosa y Familia Franciscana: San Salvador de Horta, religioso (conm.).
Escolapios: Beata Celestina Donati, virgen (conm.). 

18 VIERNES. Después de la Hora Nona:
Misa
vespertina de la solemnidad de san José, esposo de la BVM (blanco).
Liturgia de las Horas: I Vísp. del oficio de la solemnidad. Comp. Dom. I.

TEXTOS MISA

Viernes de la II Semana de Cuaresma.

Antífona de entrada Cf. Sal 30, 2. 5
A ti, Señor, me acojo, no quede yo nunca defraudado; sácame de la red que me han tendido, porque tú eres mi protector.
In te, Dómine, sperávi, non confúndar in aetérnum; edúces me de láqueo quem abscondérunt mihi, quóniam tu es protéctor meus.

Oración colecta
Concédenos, Dios todopoderoso, llegar a lo que está por venir con los corazones limpios, por el santo esfuerzo purificador de la penitencia. Por nuestro Señor Jesucristo.
Da, quaesumus, omnípotens Deus, ut, sacro nos purificánte paeniténtiae stúdio, sincéris méntibus ad sancta ventúra fácias perveníre. Per Dóminum.

En la conmemoración:
18 de marzo
San Cirilo de Jerusalén, obispo y doctor de la Iglesia

Oración colecta propia. El resto de la feria de Cuaresma.

Monición de entrada

Conmemoramos a san Cirilo, obispo de Jerusalén y doctor de la Iglesia, nacido el año 315. A causa de la fe, sufrió muchas injurias por parte de los arrianos y fue expulsado con frecuencia de la sede. Con oraciones y catequesis expuso admirablemente la doctrina ortodoxa, las Escrituras y los sagrados misterios. Murió el año 386.

Oración colecta
Oh, Dios, que por medio de san Cirilo de Jerusalén, obispo, has conducido a tu Iglesia admirablemente a una comprensión más profunda de los misterios de la salvación, concédenos, por su ayuda, conocer de tal modo a tu Hijo que poseamos con mayor abundancia la vida divina. Por nuestro Señor Jesucristo.
Deus, qui Ecclésiam tuam per beátum Cyríllum epíscopum ad mystéria salútis profúndius attingénda mirabíliter adduxísti, da nobis, eius intercessióne, Fílium tuum ita agnóscere, ut vitam abundántius habeámus. Per Dóminum.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Viernes de la II semana de Cuaresma (Lec. II).

PRIMERA LECTURA 37, 3-4.12-13a. 17b-28
Ahí viene el soñador, vamos a matarlo

Lectura del libro del Génesis.

Israel amaba a José más que a todos los otros hijos, porque le había nacido en la vejez, y le hizo una túnica con mangas.
Al ver sus hermanos que su padre lo prefería a los demás, empezaron a odiarlo y le negaban el saludo.
Sus hermanos trashumaron a Siquén con los rebaños de su padre. Israel dijo a José:
«Tus hermanos deben de estar con los rebaños en Siquén;
ven, que te voy a mandar donde están ellos».
José fue tras sus hermanos y los encontró en Dotán. Ellos lo vieron desde lejos y, antes de que se acercara, maquinaron su muerte. Se decían unos a otros:
«Ahí viene el soñador. Vamos a matarlo y a echarlo en un aljibe; luego diremos que una fiera lo ha devorado; veremos en qué paran sus sueños».
Oyó esto Rubén, e intentando salvarlo de sus manos, dijo:
«No le quitemos la vida».
Y añadió:
«No derraméis sangre; echadlo en este aljibe, aquí en la estepa; pero no pongáis las manos en él».
Lo decía para librarlo de sus manos y devolverlo a su padre. Cuando llegó José al lugar donde estaban sus hermanos, lo sujetaron, le quitaron la túnica, la túnica con mangas que llevaba puesta, lo cogieron y lo echaron en un pozo. El pozo estaba vacío, sin agua.
Luego se sentaron a comer y, al levantar la vista, vieron una caravana de ismaelitas que transportaban en camellos goma, bálsamo y resma de Galaad a Egipto. Judá propuso a sus hermanos:
«Qué sacaremos con matar a nuestro hermano y con tapar su sangre? Vamos a venderlo a los ismaelitas y no pongamos nuestras manos en él, que al fin es hermano nuestro y carne nuestra».
Los hermanos aceptaron.
Al pasar unos mercaderes madianitas, tiraron de su hermano; y, sacando a José del pozo, lo vendieron a unos ismaelitas por veinte monedas de plata. Estos se llevaron a José a Egipto.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 104, 16-17. 18-19. 20-21 (R.: 5a)
R. 
Recordad las maravillas que hizo el Señor.
Mementóte mirabílium quae fecit Dóminus.

V. Llamó al hambre sobre aquella tierra:
cortando el sustento de pan;
por delante había enviado a un hombre,
a José, vendido como esclavo.
R. Recordad las maravillas que hizo el Señor.
Mementóte mirabílium quae fecit Dóminus.

V. Le trabaron los pies con grillos,
le metieron el cuello en la argolla,
hasta que se cumplió su predicción,
y la palabra del Señor lo acreditó.
R. Recordad las maravillas que hizo el Señor.
Mementóte mirabílium quae fecit Dóminus.

V. El rey lo mandó desatar,
el señor de pueblos le abrió la prisión,
lo nombró administrador de su casa,
señor de todas sus posesiones.
R. Recordad las maravillas que hizo el Señor.
Mementóte mirabílium quae fecit Dóminus.

Versículo antes del Evangelio Cf. Jn 3, 16
Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito; todo el que cree en él tiene vida eterna.
Sic Deus diléxit mundum, ut Filium suum unigénitum daret; omnis qui credit in eum habet vitam aetérnam.

EVANGELIO Mt 21, 33-43. 45-46
Este es el heredero: venid, lo matamos
╬ 
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
«Escuchad otra parábola:
“Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cayó en ella un lagar, construyó una torre, la arrendó a unos labradores y se marchó lejos.
Llegado el tiempo de los frutos, envió sus criados a los labradores para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon.
Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último, les mandó a su hijo diciéndose: ‘Tendrán respeto a mi hijo’.
Pero los labradores, al ver al hijo se dijeron: ‘Este es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia’.
Y agarrándolo, lo sacaron fuera de la viña y lo mataron. Cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?”».
Le contestan:
«Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores que le entreguen los frutos a su tiempo». Y Jesús les dice:
«¿No habéis leído nunca en la Escritura:
“La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente”?
Por eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos».
Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron que hablaba de ellos.
Y, aunque intentaban echarle mano, temieron a la gente, que lo tenía por profeta.

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Papa Francisco, Ángelus 8-octubre-2017
La urgencia de responder con frutos de bien a la llamada del Señor, que nos llama a convertirnos en su viña, nos ayuda a entender qué hay de nuevo y de original en la fe cristiana. Esta no es tanto la suma de preceptos y de normas morales como, ante todo, una propuesta de amor que Dios, a través de Jesús hizo y continúa haciendo a la humanidad. Es una invitación a entrar en esta historia de amor, convirtiéndose en una viña vivaz y abierta, rica de frutos y de esperanza para todos. Una viña cerrada se puede convertir en salvaje y producir uva salvaje. Estamos llamados a salir de la viña para ponernos al servicio de los hermanos que no están con nosotros, para agitarnos y animarnos, para recordarnos que debemos ser la viña del Señor en cada ambiente, también en los más lejanos y desagradables.

Oración de los fieles
El Señor Jesús, rechazado fuera de la viña, se convirtió en piedra angular, en Sacerdote y Mediador nuestro ante el Padre. Oremos en su nombre.
- Por la Iglesia, para que sepa descubrir y reconocer a los profetas enviados por Dios. Roguemos al Señor.
- Por todos los cristianos, para que sepan reconocer la presencia de Dios en los hombres, superando todos los prejuicios que nos separan y alejan a unos de otros. Roguemos al Señor.
- Por todos los que sufren, para que encuentren en la solidaridad de los hombres la providencia de Dios. Roguemos al Señor.
- Por nosotros, para que nos dejemos interpelar por la Palabra de Dios, que nos llama a la conversión. Roguemos al Señor.
Te lo pedimos, Padre, por Jesucristo, nuestro Señor y nuestro hermano, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Te pedimos, oh Dios, que tu misericordia prepare debidamente a tus siervos y los conduzca a celebrar estos misterios con una conducta piadosa. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Miserátio tua, Deus, ad haec peragénda mystéria, fámulos tuos, quaesumus, et praevéniat competénter, et devóta conversatióne perdúcat. Per Christum.

PREFACIO III DE CUARESMA
LOS FRUTOS DE LA ABSTINENCIA
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Tú has querido que te diésemos gracias mediante la abstinencia, para que nosotros pecadores, dominásemos con ella nuestro orgullo e imitásemos tu generosidad, dando de comer a los necesitados.
Por eso, con los innumerables ángeles, proclamamos tu grandeza y te alabamos con una sola voz:

Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus:
Qui nos per abstinéntiam tibi grátias reférre voluísti, ut ipsa et nos peccatóres ab insoléntia mitigáret, et, egéntium profíciens aliménto, imitatóres tuae benignitátis effíceret.
Et ídeo, cum innúmeris Angelis, una te magnificámus laudis voce dicéntes:

Santo, Santo, Santo...

PLEGARIA EUCARÍSTICA III

Antífona de comunión 1 Jn 4, 10

Dios nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación por nuestros pecados.
Diléxit nos Deus, et misit Fílium suum propitiatiónem pro peccátis nostris.

Oración después de la comunión
Señor, después de recibir la prenda de la eterna salvación, haz que la procuremos de tal modo que podamos llegar a ella. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Accépto, Dómine, pígnore salútis aetérnae, fac nos, quaesumus, sic téndere congruénter, ut ad eam perveníre possímus. Per Christum.

Oración sobre el pueblo
Se puede añadir ad libitum
V.
 El Señor esté con vosotros. R.
V. 
Inclinaos para recibir la bendición.
Te pedimos, Señor, que concedas a tu pueblo la salud de alma y cuerpo, para que, haciendo el bien, merezca ser defendido siempre por tu protección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Da, quaesumus, Dómine, pópulo tuo salútem mentis et córporis, ut, bonis opéribus inhaeréndo, tua semper mereátur protectióne deféndi. Per Christum.
V. Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo +, y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros y os acompañe siempre. R.

MARTIROLOGIO

Elogios del 19 de marzo
S
olemnidad de san José, esposo de la Bienaventurada Virgen María
, varón justo, nacido de la estirpe de David, que hizo las veces de padre para con el Hijo de Dios, Cristo Jesús, el cual quiso ser llamado hijo de José, y le estuvo sujeto como un hijo a su padre. La Iglesia lo venera con especial honor como patrón, a quien el Señor constituyó sobre su familia.
2. En Spoleto, ciudad de Umbría, en Italia, san Juan, abad de Parrano, que fue padre de muchos siervos de Dios. (s. VI)
3*. En Pavía, en la región también italiana de Lombardía, beato Isnardo de Chiampo, presbítero de la Orden de Predicadores, que en esta ciudad fundó un convento de su Orden. (1244)
4*. En Siena, de la Toscana, de nuevo en Italia, beato Andrés Gallerani, que visitó y consoló con esmerada solicitud a enfermos y afligidos, y congregó a los Hermanos de la Misericordia para que, como laicos sin votos, atendiesen a pobres y enfermos. (1251)
5*. En Camerino, igualmente en Italia, beato Juan Buralli de Parma, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, a quien el papa Inocencio IV envió como legado a los griegos, para restaurar su comunión con los latinos. (1289)
6*. En Pavía, en la anteriormente citada región de Lombardía, beata Sibilina Biscossi, virgen, que, ciega a los doce años, transcurrió sesenta y cinco recluida junto a la iglesia de la Orden de Predicadores, alumbrando con su luz interior a muchos de los que acudían a ella. (1367)
7*. En Vicenza, en la región de Venecia, de nuevo en Italia, beato Marcos de Marchio de Montegallo, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que creó la obra "Monte de Piedad", para aliviar las necesidades de los pobres. (1496)
8*. Cerca de la ciudad de Munich, en la región de Baviera, en Alemania, beato Narciso Turchan, presbítero de la Orden de Hermanos Menores y mártir, que, a causa de su fe, desde Polonia, que estaba sometida a un régimen invasor hostil, fue deportado a los campos de concentración de Dachau, donde murió agotado por las torturas. (1942)
9*. En el lugar de Mauthausen, en Austria, beato Marcelo Callo, mártir, joven oriundo de la región francesa de Rennes, que en tiempo de guerra fue encarcelado en ese campo de concentración, donde con cristiano ardor confortaba en la fe a los compañeros de cautiverio agotados por los duros trabajos, motivo por el cual se le hizo morir en ese lugar de exterminio. (1945)

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