Entrada destacada

Domingo 4 diciembre 2022, II Domingo de Adviento, ciclo A.

jueves, 17 de febrero de 2022

Jueves 24 marzo 2022, Jueves de la III semana de Cuaresma, feria.

SOBRE LITURGIA

PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL

Biblioteca del Palacio Apostólico. Miércoles, 10 de junio de 2020

Catequesis: 6. La oración de Jacob

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Continuamos nuestra catequesis sobre el tema de la oración. El libro del Génesis, a través de las vivencias de hombres y mujeres de épocas lejanas nos cuenta historias en las que podemos reflejar nuestra vida. En el ciclo de los patriarcas encontramos también la de un hombre que había hecho de la astucia su mejor cualidad: Jacob. El relato bíblico nos habla de la difícil relación que Jacob tenía con su hermano Esaú. Desde pequeños hay rivalidad entre ellos y nunca la superarán. Jacob es el segundo hijo —eran gemelos—, pero mediante engaños consigue arrebatar a su padre Isaac la bendición y el don de la primogenitura (cf. Génesis 25,19-34). Es solo el primero de una larga serie de ardides de los que este hombre sin escrúpulos es capaz. También el nombre de “Jacob” significa alguien que se mueve con astucia.

Obligado a huir lejos de su hermano, en su vida parece tener éxito en todo lo que emprende. Es hábil en los negocios: se enriquece mucho, convirtiéndose en propietario de un rebaño enorme. Con tenacidad y paciencia consigue casarse con la hija más hermosa de Labán, de la que estaba realmente enamorado. Jacob —diríamos con lenguaje moderno— es un hombre que “se ha hecho a sí mismo”, con ingenio, astucia, es capaz de conquistar todo lo que desea. Pero le falta algo. Le falta la relación viva con sus raíces.

Y un día siente la llamada del hogar, de su antigua patria, donde todavía vivía Esaú, el hermano con el que siempre había mantenido una pésima relación. Jacob parte y lleva a cabo un largo viaje con una caravana numerosa de personas y animales, hasta que llega a la última etapa, al vado de Yabboq. Aquí el libro del Génesis nos ofrece una página memorable (cf. 32,23-33). Relata que el patriarca, después de haber hecho atravesar el río a toda su gente y a todo el ganado —que era mucho—, se queda solo en la orilla extranjera. Y piensa: ¿Qué lo espera para el mañana? ¿Qué actitud tomará su hermano Esaú, al que había robado la primogenitura? La mente de Jacob es un torbellino de pensamientos… Y, mientras oscurece, de repente un desconocido lo aferra y comienza a luchar con él. El Catecismo explica: «La tradición espiritual de la Iglesia ha tomado de este relato el símbolo de la oración como un combate de la fe y una victoria de la perseverancia» (CIC, 2573).

Jacob luchó durante toda la noche, sin soltar nunca a su oponente. Al final es vencido, golpeado por su rival en el nervio ciático, y desde entonces será cojo para toda la vida. Aquel misterioso luchador pregunta el nombre al patriarca y le dice: «En adelante no te llamarás Jacob sino Israel; porque has sido fuerte contra Dios y contra los hombres, y le has vencido» (v. 29). Como diciendo: nunca serás el hombre que camina así, sino recto. Le cambia el nombre, le cambia la vida, le cambia la actitud. Te llamarás Israel. Entonces también Jacob pregunta al otro: «Dime por favor tu nombre». Aquel no se lo revela, pero, en compensación, lo bendice. Y Jacob entiende que ha encontrado a Dios «cara a cara» (cf. vv. 30-31).

Luchar con Dios: una metáfora de la oración. Otras veces Jacob se había mostrado capaz de dialogar con Dios, de sentirlo como una presencia amiga y cercana. Pero en esa noche, a través de una lucha que duró mucho tiempo y que casi lo vio sucumbir, el patriarca salió cambiado. Cambio de nombre, cambio del modo de vivir y cambio de la personalidad: sale cambiado. Por una vez ya no es dueño de la situación —su astucia no sirve—, ya no es el hombre estratega y calculador; Dios lo devuelve a su verdad de mortal que tiembla y tiene miedo, porque Jacob en la lucha tiene miedo. Por una vez Jacob no tiene otra cosa que presentar a Dios más que su fragilidad y su impotencia, también sus pecados. Y es este Jacob el que recibe de Dios la bendición, con la cual entra cojeando en la tierra prometida: vulnerable y vulnerado, pero con el corazón nuevo. Una vez escuché decir a un anciano —buen hombre, buen cristiano, pero pecador que tenía tanta confianza en Dios— decía: “Dios me ayudará; no me dejará solo. Entraré en el paraíso, cojeando, pero entraré”. Antes era alguien que estaba seguro de sí mismo, confiaba en su propia sagacidad. Era un hombre impermeable a la gracia, refractario a la misericordia; no conocía lo que es la misericordia. “¡Aquí estoy yo, mando yo!”, no consideraba que necesitaba misericordia. Pero Dios salvó lo que estaba perdido. Le hizo entender que estaba limitado, que era un pecador que necesitaba misericordia y lo salvó.

Todos nosotros tenemos una cita en la noche con Dios, en la noche de nuestra vida, en las muchas noches de nuestra vida: momentos oscuros, momentos de pecados, momentos de desorientación. Ahí hay una cita con Dios, siempre. Él nos sorprenderá en el momento en el que no nos lo esperemos, en el que nos encontremos realmente solos. En aquella misma noche, combatiendo contra lo desconocido, tomaremos conciencia de ser solo pobres hombres —me permito decir “pobrecitos”—, pero, precisamente entonces, no deberemos temer: porque en ese momento Dios nos dará un nombre nuevo, que contiene el sentido de toda nuestra vida; nos cambiará el corazón y nos dará la bendición reservada a quien se ha dejado cambiar por Él. Esta es una hermosa invitación a dejarnos cambiar por Dios. Él sabe cómo hacerlo, porque conoce a cada uno de nosotros. “Señor, Tú me conoces”, puede decirlo cada uno de nosotros. “Señor, Tú me conoces. Cámbiame”.

CALENDARIO

24 JUEVES. Hasta la Hora Nona:
JUEVES DE LA III SEMANA DE CUARESMA, feria

Misa
de feria (morado).
MISAL: ants. y oracs. props., Pf. Cuaresma.
LECC.: vol. II.
La Cuaresma: Vigilar para no cerrarse a la salvación.
- Jer 7, 23-28. Esta es la gente que no escuchó la voz del Señor, su Dios.
- Sal 94. R. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón».
- Lc 11, 14-23. El que no está conmigo está contra mí.

Liturgia de las Horas: oficio de feria.

Martirologio: elogs. del 25 de marzo, pág. 222.
CALENDARIOS: Trinitarios: Beato Diego José de Cádiz, presbítero (conm.).

24 JUEVES. Después de la Hora Nona:
Misa
vespertina de la solemnidad de la Anunciación del Señor (blanco).
Liturgia de las Horas: I Vísp. del oficio de la solemnidad. Comp. Dom. I.

TEXTOS MISA

Jueves de la III Semana de Cuaresma.

Antífona de entrada
Yo soy la salvación del pueblo -dice el Señor-. Cuando me llamen desde el peligro, yo les escucharé y seré para siempre su Señor.
Salus pópuli ego sum, dicit Dóminus. De quacúmque tribulatióne clamáverint ad me, exáudiam eos, et ero illórum Dóminus in perpétuum.

Oración colecta
Convocamos humildemente, Señor, tu grandeza para que, a medida que se acerca la fiesta de nuestra salvación, vaya creciendo en intensidad nuestra entrega para celebrar dignamente el Misterio pascual. Por nuestro Señor Jesucristo.
Maiestátem tuam, Dómine, supplíciter implorámus, ut, quanto magis dies salutíferae festivitátis accédit, tanto devótius ad eius celebrándum proficiámus paschále mystérium. Per Dóminum.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Jueves de la III semana de Cuaresma (Lec. II).

PRIMERA LECTURA Jer 7, 23-28
Esta es la gente que no escuchó la voz del Señor, su Dios

Lectura del libro de Jeremías.

Esto dice el Señor:
«Esta fue la orden que di a mi pueblo:
“Escuchad mi voz, Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo. Seguid el camino que os señalo, y todo os irá bien”.
Pero no escucharon ni hicieron caso. Al contrario, caminaron según sus ideas, según la maldad de su obstinado corazón. Me dieron la espalda y no la cara.
Desde que salieron vuestros padres de Egipto hasta hoy, os envié a mis siervos, los profetas, un día tras otro; pero no me escucharon ni me hicieron caso. Al contrario, endurecieron la cerviz y fueron peores que sus padres.
Ya puedes repetirles este discurso, seguro que no te escucharán; ya puedes gritarles, seguro que no te responderán. Aun así les dirás:
“Esta es la gente que no escuchó la voz del Señor, su Dios, y no quiso escarmentar. Ha desaparecido la sinceridad, se la han arrancado de la boca”».

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 94, 1-2. 6-7c. 7d-9 (R.: cf. 7d-8a)
R. 
Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón».
Utinam hódie, vocem Dómini audiátis nolite obdurare corda vestra.

V. Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
R. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón».
Utinam hódie, vocem Dómini audiátis nolite obdurare corda vestra.

V. Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
R. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón».
Utinam hódie, vocem Dómini audiátis nolite obdurare corda vestra.

V. Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras».
R. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón».
Utinam hódie, vocem Dómini audiátis nolite obdurare corda vestra.

Versículo antes del Evangelio Cf. Jl 2, 12-13
Ahora –dice el Señor–, convertíos a mí de todo corazón, porque soy compasivo y misericordioso.
Nunc ergo, dicit Dóminus, convertímini ad me in toto corde vestro, quia benígnus et miséricors sum.

EVANGELIO Lc 11, 14-23
El que no está conmigo está contra mí
╬ 
Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, estaba Jesús echando un demonio que era mudo.
Sucedió que, apenas salió el demonio, empezó a hablar el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos dijeron:
«Por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios, echa los demonios».
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. Él, conociendo sus pensamientos, les dijo:
«Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues, también Satanás se ha dividido contra sí mismo, ¿cómo se mantendrá su reino? Pues vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú. Pero, si yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros.
Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros, pero, cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte su botín.
El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Del Catecismo de la Iglesia Católica
385 Dios es infinitamente bueno y todas sus obras son buenas. Sin embargo, nadie escapa a la experiencia del sufrimiento, de los males en la naturaleza - que aparecen como ligados a los límites propios de las criaturas - , y sobre todo a la cuestión del mal moral. ¿De dónde viene el mal? "Quaerebam unde malum et non erat exitus" ("Buscaba el origen del mal y no encontraba solución") dice S. Agustín (conf. 7, 7. 11), y su propia búsqueda dolorosa sólo encontrará salida en su conversión al Dios vivo. Porque "el misterio de la iniquidad" (2 Ts 2, 7) sólo se esclarece a la luz del "Misterio de la piedad" (1 Tm 3, 16). La revelación del amor divino en Cristo ha manifestado a la vez la extensión del mal y la sobreabundancia de la gracia (cf. Rm 5, 20). Debemos, por tanto, examinar la cuestión del origen del mal fijando la mirada de nuestra fe en el que es su único Vencedor (cf. Lc 11, 21-22; Jn 16, 11; 1 Jn 3, 8).

Oración de los fieles
Oremos a Dios Padre por medio de Jesucristo, que nos llama a la obediencia por medio de la escucha atenta y la acogida de su Palabra.
- Para que la Iglesia aprenda a escuchar la voz del Señor y a dejarse conducir por su Espiritu. Roguemos al Señor.
- Para que los legisladores y gobernantes se sientan al servicio de las personas y de los pueblos. Roguemos al Señor-
- Para que los catecúmenos, que se preparan para el bautismo, crezcan y se fortalezcan en su adhesión a Jesucristo. Roguemos al Señor.
- Para que sigamos al Señor con corazón dócil y generoso. Roguemos al Señor.
Tú eres nuestro Dios y nosotros tu pueblo; el pueblo que to le has confiado a Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor. Él. que vive y reina por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Señor, preserva de toda maldad a tu pueblo, para que sus ofrendas sean gratas a tus ojos, y no permitas entregarse a los falsos placeres a quien prometes alcanzar los premios de tu verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Ut tibi grata sint, Dómine, múnera pópuli tui, ab omni, quaesumus, eum contágio perversitátis emúnda, nec falsis gáudiis inhaerére patiáris, quem ad veritátis tuae praemia veníre promíttis. Per Christum.

PREFACIO III DE CUARESMA
LOS FRUTOS DE LA ABSTINENCIA
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Tú has querido que te diésemos gracias mediante la abstinencia, para que nosotros pecadores, dominásemos con ella nuestro orgullo e imitásemos tu generosidad, dando de comer a los necesitados.
Por eso, con los innumerables ángeles, proclamamos tu grandeza y te alabamos con una sola voz:

Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus:
Qui nos per abstinéntiam tibi grátias reférre voluísti, ut ipsa et nos peccatóres ab insoléntia mitigáret, et, egéntium profíciens aliménto, imitatóres tuae benignitátis effíceret.
Et ídeo, cum innúmeris Angelis, una te magnificámus laudis voce dicéntes:

Santo, Santo, Santo...

PLEGARIA EUCARÍSTICA I o CANON ROMANO.

Antífona de comunión Sal 118, 4-5

Tú promulgas tus mandatos para que se observen exactamente. Ojalá esté firme mi camino para cumplir tus decretos.
Tu mandásti mandáta tua custodíri nimis: útinam dirigántur viae meae ad custodiéndas iustificatiónes tuas.

Oración después de la comunión
Presta benigno tu ayuda, Señor, a quienes alimentas con tus sacramentos para que consigamos tu salvación en la celebración de estos misterios y en la vida cotidiana. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Quos réficis, Dómine, sacraméntis, attólle benígnus auxíliis, ut tuae salvatiónis efféctum et mystériis capiámus et móribus. Per Christum.

Oración sobre el pueblo
Se puede añadir ad libitum
V. 
El Señor esté con vosotros. R.
V. 
Inclinaos para recibir la bendición.
Confiados en tu misericordia, imploramos, Señor, tu clemencia, pues, así como hemos recibido de ti lo que somos, por tu gracia, procuremos desear el bien y poner en práctica lo deseado. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Cleméntiam tuam implorámus, Dómine, in misericórdia tua confidéntes, ut, sicut nos ex te habémus esse quod sumus, sic per grátiam tuam et bene velle sumámus et bonum posse quod vólumus. Per Christum.
V. Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo +, y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros y os acompañe siempre. R.

MARTIROLOGIO

Elogios del 25 de marzo
S
olemnidad de la Anunciación del Señor. Cuando en la ciudad de Nazaret el ángel del Señor anunció a María: «Concebirás y darás a luz un hijo, y se llamará Hijo del Altísimo». María contestó: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y así, llegada la plenitud de los tiempos, el que desde antes de los siglos era el Unigénito Hijo de Dios, por nosotros los hombres y por nuestra salvación, por obra del Espíritu Santo, se encarnó en María, la Virgen, y se hizo hombre.
2. Conmemoración del santo ladrón, que en la cruz reconoció a Cristo y de Él mereció oír: «Hoy estarás conmigo en el Paraíso». (s. I)
3. En Nicomedia, en la actual Turquía, san Dula, mártir(s. inc.)
4. En Roma, en el cementerio de Ponciano, en la vía Portuense, san Quirino, mártir. (s. inc.)
5. En Tesalónica, ciudad de Macedonia, en la Grecia actual, santa Matrona, mártir, que, siendo esclava de una hebrea, mientras daba culto secretamente a Cristo, fue descubierta por su señora y castigada con muchos suplicios. Finalmente, condenada a muerte, confesando su fe en Cristo, entregó a Dios su espíritu incorrupto. (s. inc.)
6. En Milán, en la región italiana de Transpadana, san Mona, obispo. (c. 300)
7. En la isla de Indre, cerca de Nantes, en Francia, san Hermelando, quien, después de servir en la corte real, se hizo monje del monasterio de Fontenelle y finalmente fue designado primer abad del lugar. (c. 720)
8*. En Mammola, cerca de Gerace, en Calabria, en la actual Italia, san Nicodemo, eremita, que fue maestro de vida monástica, célebre por la austeridad y por sus virtudes. (990)
9. En Sázava, en Bohemia, hoy Chequia, san Procopio, que, dejando mujer e hijo, abrazó la vida eremítica, y después fundó en aquel lugar un monasterio que presidió él mismo, donde celebraba las divinas alabanzas en rito griego y en lengua eslava. (1053)
10*. En Schaffhausen, ciudad de Suabia, en la actual Alemania, beato Everado, que, siendo conde de Nellenburg, abrazó la vida monástica en el cenobio de Todos los Santos (Allerheiligen), construido con su esfuerzo. (1078)
11*. Junto a Costacciaro, en la región italiano de Umbría, beato Tomás, ermitaño, que durante sesenta y cinco años practicó la vida de anacoreta y enseñó a otros a vivirla. (1337)
12. En York, en Inglaterra, santa Margarita Clitherow, mártir, que, con el consentimiento de su marido, abrazó la fe católica, en la que educó también a sus hijos, y se preocupó de ocultar en su casa a sacerdotes que eran perseguidos, por cuyo motivo fue detenida varias veces durante el reinado de Isabel I. Finalmente, y tras rehusar que su causa fuese llevada ante el tribunal, para que los ánimos de los consejeros del juez no cargasen con la responsabilidad de su sentencia a muerte, por su fe en Cristo fue asfixiada bajo un enorme peso hasta morir. (1586)
13*. En Winchester, también en Inglaterra, beato Jacobo Bird, mártir, que en tiempo de la misma reina Isabel I, a los diecinueve años de edad, convertido desde poco tiempo antes al catolicismo, rechazó participar en una liturgia herética, por lo cual mereció llegar a la celebración del culto celestial. (1592)
14. En Montefiascone, lugar de Toscana, en Italia, santa Lucía Filippini, fundadora del Instituto de Maestras Pías, para promover la enseñanza cristiana de jóvenes y mujeres, especialmente las carentes de recursos. (1732)
15*. En Roma, junto a San Pablo, en la vía Ostiense, beato Plácido Riccardi, presbítero de la Orden de San Benito, quien, a pesar de sentirse afectado por fiebres continuas, enfermedades y parálisis, abrazó incansablemente la observancia de la Regla y la oración. (1915)
16*. En el lugar de Chervonohrad, junto a Lwiw, en Ucrania, beata Josafata (Miguelina) Hordáshevska, virgen, que fundó el Instituto de Hermanas Esclavas de María Inmaculada y se dedicó a hacer el bien donde fuese mayor la necesidad. (1919)
17*. En la ciudad de Majdanek, en Polonia, beato Emiliano Kovc, presbítero y mártir, que durante la ocupación militar de su patria por un régimen hostil fue deportado a un campo de concentración, donde, por el combate de la fe, alcanzó la vida eterna. (1944)
18*. En el campo de concentración de Dachau, cercano a la ciudad de Munich, en Alemania, beato Hilario Januszewski, presbítero de la Orden de Carmelitas Descalzos y mártir, que, en tiempo de guerra, por confesar a Cristo, fue deportado desde Polonia a esta cárcel, donde falleció contagiado del tifus por asistir a los enfermos, dejando un hermoso testimonio de fe y caridad. (1945)
- Beata María Rosa (Margarita) Flesch (Niederwenigern, Alemania 1826-1906). Religiosa y fundadora de las Religiosas Franciscanas de Santa María de los Ángeles.
- Santa Marie Alphonsine Danil Ghattas (1843- Ain Karim 1927). Religiosa palestina, cofundadora de la Congregación de las Hermanas Dominicas del Santísimo Rosario de Jerusalén. Canonizada 2015.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No publico comentarios anónimos.