Entrada destacada

Domingo 4 diciembre 2022, II Domingo de Adviento, ciclo A.

martes, 22 de noviembre de 2022

Papa Benedicto XVI, Homilía en la Santa Misa de la cena del Señor (21-abril-2011).

SOBRE LITURGIA


CALENDARIO

24 SÁBADO. Hasta la Hora Nona (en que termina el Adviento): 
SÁBADO DE LA IV SEMANA DE ADVIENTO 

Misa de sábado-24 de diciembre (morado). 
MISAL: ants. y oracs. props., Pf. II o IV Adv. 
LECC.: vol. II. 
- 2 Sam 7, 1-5. 8b-12. 14a. 16. El reino de David se mantendrá siempre firme ante el Señor. 
- Sal 88. R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor. 
- Lc 1, 67-79. Nos visitará el Sol que nace de lo alto. 

Liturgia de las Horas: oficio de sábado-24 de diciembre. 

Martirologio: elogs. del 25 de diciembre, pág. 733. 

TERMINA EL TIEMPO DE ADVIENTO

TEXTOS MISA

24 de diciembre. Feria de Adviento
Misa matutina

Antífona de entrada Cf. Gál 4, 4

Ya llega la plenitud del tiempo, en la que Dios envía a su Hijo a la tierra.
Ecce iam venit plenitúdo témporis, in quo misit Deus Fílium suum in terram.

Oración colecta
Apresúrate, Señor Jesús, y no tardes, para que tu venida consuele y fortalezca a los que lo esperan todo de tu amor. Tú, que vives y reinas con el Padre.
Festína, quaesumus, ne tardáveris, Dómine Iesu, ut advéntus tui consolatiónibus sublevéntur, qui in tua pietáte confídunt. Qui vivis et regnas cum Deo Patre in unitáte Spíritus Sancti, Deus, per ómnia saecula saeculórum.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del 24 de diciembre, Misa matutina (Lec. II).

PRIMERA LECTURA 2 Sam 7, 1-5. 8b-12. 14a.16
El reino de David se mantendrá siempre firme ante el Señor

Lectura del segundo libro de Samuel.

Cuando el rey David se asentó en su casa y el Señor le hubo dado reposo de todos sus enemigos de alrededor, dijo al profeta Natán:
«Mira, yo habito en una casa de cedro, mientras el Arca de Dios habita en una tienda».
Natán dijo al rey:
«Ve y haz lo que desea tu corazón, pues el Señor está contigo».
Aquella noche vino esta palabra del Señor a Natán:
«Ve y habla a mi siervo David: "Así dice el Señor: ¿Tú me va a construir una casa para morada mía?
Yo te tomé del pastizal, de andar tras el rebaño, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. He estado a tu lado por donde quiera que has ido, he suprimido a todos tus enemigos ante ti y te he hecho tan famoso como los grandes de la tierra. Dispondré un lugar para mi pueblo Israel y lo plantaré para que resida en él sin que lo inquieten, ni le hagan más daño los malvados, como antaño, cuando nombraba jueces sobre mi pueblo Israel. A ti te he dado reposo de todos tus enemigos. Pues bien, el Señor te anuncia que te va a edificar una casa.
En efecto, cuando se cumplan tus días y reposes con tus padres, yo suscitaré descendencia tuya después de ti. Al que salga de tus entrañas le afirmaré su reino. Yo seré para él un padre, y él será para mi un hijo.
Tu casa y tu reino se mantendrán siempre firmes ante mi; tu trono durará para siempre"».

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 88, 2-3. 4-5. 27 y 29 (R.: cf. 2a)
R. 
Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
Misericórdias tuas, Dómine, in ætérnum cantábo.

V. Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dijiste: «La misericordia es un edificio eterno»,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad.
R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
Misericórdias tuas, Dómine, in ætérnum cantábo.

V. «Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades».
R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
Misericórdias tuas, Dómine, in ætérnum cantábo.

V. «Él me invocará: “Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora”;
Le mantendré eternamente mi favor,
y mí alianza con él será estable».
R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
Misericórdias tuas, Dómine, in ætérnum cantábo.

Aleluya
R. 
Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Sol que naces de lo alto, resplandor de la luz eterna, sol de justicia, ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte. R.
Oriens, splendor lucis ætérnæ et sol iustítiæ: veni, et illúmina sedéntes in ténebris et umbra mortis.

EVANGELIO Lc 1, 67-79
Nos visitará el sol que nace de lo alto
╬ 
Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, se llenó de Espíritu Santo y profetizó diciendo:
«“Bendito sea el Señor, Dios de Israel”,
porque ha visitado y “redimido a su pueblo”,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la “misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza”
y “el juramento que juró a nuestro padre Abrahán”
para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante “del Señor a preparar sus caminos”,
anunciando a su pueblo la salvación por el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.»

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Papa Francisco, Homilía, Gyumri, Armenia 25-junio-2016
Una gracia que tenemos que pedir es la de saber recuperar la memoria, la memoria de lo que el Señor ha hecho en nosotros y por nosotros: recordar que, como dice el Evangelio de hoy, él no nos ha olvidado, sino que se «acuerda» (cf. Lc 1, 72) de nosotros: nos ha elegido, amado, llamado y perdonado; hay momentos importantes de nuestra historia personal de amor con él que debemos reavivar con la mente y el corazón. Pero hay también otra memoria que se ha de custodiar: la memoria del pueblo. Los pueblos, en efecto, tienen una memoria, como las personas. Y la memoria de vuestro pueblo es muy antigua y valiosa. En vuestras voces resuenan la de los santos sabios del pasado; en vuestras palabras se oye el eco del que ha creado vuestro alfabeto con el fin de anunciar la Palabra de Dios; en vuestros cantos se mezclan los llantos y las alegrías de vuestra historia. Pensando en todo esto, podéis reconocer sin duda la presencia de Dios: él no os ha dejado solos. Incluso en medio de tremendas dificultades, podríamos decir con el Evangelio de hoy que el Señor ha visitado a su pueblo (cf. Lc 1, 68): se ha acordado de vuestra fidelidad al Evangelio, de las primicias de vuestra fe, de todos los que han dado testimonio, aun a costa de la sangre, de que el amor de Dios vale más que la vida (cf. Sal 63, 4). Qué bueno es recordar con gratitud que la fe cristiana se ha convertido en el aliento de vuestro pueblo y el corazón de su memoria.

Oración de los fieles
Invoquemos a Dios Padre, que nos envía a Jesucristo, Sol que nace de lo alto, y digámosle:
R. Manifiesta, Señor, tu gloria.
- Para que el Señor Jesús abaje los montes del egoísmo y levante los valles del desánimo. Oremos. R.
- Para que destruya los muros del odio y allane los caminos de la concordia. Oremos. R.
- Para que visite con su gracia de consolación a todos los afligidos. Oremos. R.
- Para que nos prepare a recibirlo con corazón puro y generoso. Oremos. R.
Escúchanos, Padre de bondad, en nombre de tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Acepta, Señor, con bondad los dones de esta ofrenda y haz que, al recibirlos, nos purifiquen de nuestros pecados y podamos esperar con el corazón limpio la gloriosa venida de tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Obláta tibi, Dómine, múnera benígnus assúme, ut eórum perceptióne expiémur a peccátis, et advéntus Fílii tui glóriam puris mereámur méntibus praestolári. Per Christum.

PREFACIO II DE ADVIENTO
LA DOBLE EXPECTACIÓN DE CRISTO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
A quien todos los profetas anunciaron, la Virgen esperó con inefable amor de madre, Juan lo proclamó ya próximo y señaló después entre los hombres.
El mismo Señor nos concede ahora prepararnos con alegría al misterio de su nacimiento, para encontrarnos así, cuando llegue, velando en oración y cantando su alabanza.
Por eso, con los ángeles y arcángeles, tronos y dominaciones, y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus: per Christum Dóminum nostrum.
Quem praedixérunt cunctórum praecónia prophetárum, Virgo Mater ineffábili dilectióne sustínuit, Ioánnes cécinit affutúrum et adésse monstrávit. Qui suae nativitátis mystérium tríbuit nos praeveníre gaudéntes, ut et in oratióne pervígiles et in suis invéniat láudibus exsultántes.
Et ídeo cum Angelis et Archángelis, cum Thronis et Dominatiónibus, cumque omni milítia caeléstis exércitus, hymnum glóriae tuae cánimus, sine fine dicéntes:

Santo, santo Santo...

PLEGARIA EUCARÍSTICA III

Antífona de comunión Lc 1, 68

Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.
Benedíctus Dóminus Deus Israel, quia visitávit et fecit redemptiónem plebis suae.

Oración después de la comunión
Recreados por tu admirable don, Señor, concédenos prepararnos para adorar a tu Hijo en su nacimiento, de manera que recibamos con gozo sus bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Da nobis, Dómine, hoc dono tuo mirábili recreátis, ut, sicut adoránda Fílii tui natalícia praevenímus, sic eius múnera capiámus sempitérna gaudéntes. Qui vivit et regnat in saecula saeculórum.

MARTIROLOGIO

Elogios del 25 de diciembre
P
asados innumerables siglos desde de la creación del mundo, cuando en el principio Dios creó el cielo y la tierra y formó al hombre a su imagen; después también de muchos siglos, desde que el Altísimo pusiera su arco en las nubes tras el diluvio como signo de alianza y de paz; veintiún siglos después de la emigración de Abrahán, nuestro padre en la fe, de Ur de Caldea; trece siglos después de la salida del pueblo de Israel de Egipto bajo la guía de Moisés; cerca de mil años después de que David fue ungido como rey, en la semana sesenta y cinco según la profecía de Daniel; en la Olimpíada ciento noventa y cuatro, el año setecientos cincuenta y dos de la fundación de la Urbe, el año cuarenta y dos del imperio de César Octavio Augusto; estando todo el orbe en paz, Jesucristo, Dios eterno e Hijo del eterno Padre, queriendo consagrar el mundo con su piadosísima venida, concebido del Espíritu Santo, nueve meses después de su concepción, nace en Belén de Judea, hecho hombre, de María Virgen: la Natividad de nuestro Señor Jesucristo según la carne.
2. En Roma, conmemoración de santa Anastasia, mártir de la región de Srijem, en Panonia, actual Croacia. (s. III/IV)
3. También en Roma, en el cementerio de Aproniano, en la vía Latina, santa Eugenia, mártir. (s. III/IV)
4. De nuevo en Roma, igualmente en la vía Latina, santos Jovino y Basileo, mártires. (s. III/IV)
5*. En el monasterio de Cluny, de la región de Borgoña, en Francia, beato Pedro el Venerable, abad, que rigió la Orden monástica según los preceptos de la primitiva observancia y compuso muchos tratados. (1156)
6*. En San Severino, lugar del Piceno, actual región italiana de Las Marcas, beato Bentivolio de Bonis, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, eximio predicador. (1232)
7*. En Unzen, en Japón, beato Miguel Nakasima, religioso de la Orden de la Compañía de Jesús y mártir, el cual, siendo catequista, a causa de su fe en Cristo consiguió la corona del martirio al ser sumergido en agua hirviendo. (1628)
8*. En Roma, beata María de los Apóstoles (María Teresa) von Wüllenweber, virgen, alemana de origen, que inflamada por el ardor misionero fundó el Instituto de Hermanas del Divino Salvador, en Tívoli, población del Lacio. (1907)
9. En Cracovia, en Polonia, san Alberto (Adán) Chmielowski, religioso, célebre pintor, que se entregó a los pobres procurando ser bueno con todos, y para ello fundó las Congregaciones de Hermanos y Hermanas de la Tercera Orden Regular de San Francisco, siervos de los pobres. (1916)
- Beata Antonia Maria Verna (1773- Rivarolo Canavese, Turín 1838). Virgen, que sintiendo en su corazón el llamado del Señor, dedicó su vida a ofrecer gratuitamente instrucción y caridad, y para ello fundó la Congregación de las Hermanas de la Caridad de la Inmaculada Concepción de Ivrea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No publico comentarios anónimos.