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Domingo 4 diciembre 2022, II Domingo de Adviento, ciclo A.

miércoles, 16 de noviembre de 2022

Miércoles 21 diciembre 2022, 21 de diciembre, Miércoles de la IV semana de Adviento, feria o san Pedro Canisio, presbítero y doctor de la Iglesia, conmemoración.

CALENDARIO

21 MIÉRCOLES DE LA IV SEMANA DE ADVIENTO, feria o SAN PEDRO CANISIO, presbítero y doctor de la Iglesia, conmemoración

Misa
de feria-21 de diciembre (morado).
MISAL: ants. y oracs. props. [para la conm.: 1.ª orac. prop. y el resto de la feria], Pf. II o IV de Adv.
LECC.: vol. II.
- Cant 2, 8-14.
He aquí mi amado, llega saltando por los montes.
o bien:
Sof 3, 14-18a. El rey de Israel, el Señor, está en medio de ti.
- Sal 32. R. Aclamad, justos, al Señor; cantadle un cántico nuevo.
- Lc 1, 39-45. ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?

Liturgia de las Horas: oficio de feria-21 de diciembre o de la conmemoración, ant. Mag. «Oh, Sol».

Martirologio: elogs. del 22 de diciembre, pág. 729.

TEXTOS MISA

21 de diciembre. Feria de Adviento

Antífona de entrada Cf. Is 7, 14; 8, 10
Muy pronto vendrá el Señor que domina los pueblos y se llamará Enmanuel, porque Dios está con nosotros.
Modo véniet Dominátor Dóminus, et vocábitur nomen eius Emmánuel, quia Nobíscum-Deus.

Oración colecta
Escucha con bondad, Señor, las oraciones de tu pueblo, para que, alegres por la venida de tu Unigénito en nuestra carne, consigamos la recompensa de la vida eterna cuando vuelva en la majestad de su gloria. Por nuestro Señor Jesucristo.
Preces pópuli tui, quaesumus, Dómine, cleménter exáudi, ut, qui de Unigéniti tui in nostra carne advéntu laetántur, cum vénerit in sua maiestáte, aetérnae vitae praemium consequántur. Per Dóminum.

En la conmemoración:
21 de diciembre
San Pedro Canisio, presbítero y doctor de la Iglesia

Oración colecta propia. El resto de la feria de Adviento.

Monición de entrada
Se conmemora hoy a san Pedro Canisio, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús y doctor de la Iglesia, que nació en Holanda el año 1521. La Iglesia lo venera como doctor por su predicación y sus escritos, entre los que destaca su celebre catecismo, exposición de la fe cristiana en respuesta a las entonces recientes doctrinas protestantes. Desarrolló su actividad pastoral en Alemania, donde fundó numerosos colegios. En aquellos momentos de ruptura de la unidad cristiana, su influencia fue decisiva para la pervivencia de la Iglesia católica en extensas regiones de ese país. Murió en Suiza el año 1597.

Oración colecta
Oh, Dios, que para defender la fe católica fortaleciste al presbítero san Pedro Canisio con la virtud y la ciencia, concede, por su intercesión, a los que buscan la verdad, encontrarte gozosos, y al pueblo de los creyentes, perseverar en la confesión de tu nombre. Por nuestro Señor Jesucristo.
Deus, qui ad tuéndam cathólicam fidem virtúte et doctrína beátum Petrum presbyterum roborásti, eius intercessióne concéde, ut, qui veritátem quaerunt, te Deum gaudénter invéniant, et in tua confessióne pópulus credéntium persevéret. Per Dóminum.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del 21 de diciembre, feria de Adviento (Lec. II).

PRIMERA LECTURA (opción 1) Cant 2, 8-14
He aquí mi amado, llega saltando por los montes

Lectura del libro del Cantar de los cantares

¡La voz de mi amado!
Vedlo, aquí llega,
saltando por los montes,
brincando por las colinas.
Es mi amado un gamo,
parece un cervatillo.
Vedlo parado tras la cerca,
mirando por la ventana,
atisbando por la celosía.
Habla mi amado y me dice:
«Levántate, amada mía,
hermosa mía y ven.
Mira el invierno ya ha pasado,
las lluvias cesaron, se han ido.
Brotan las flores en el campo,
llega la estación de la poda,
el arrullo de la tórtola
se oye en nuestra tierra.
En la higuera despuntan las yemas,
las viñas en flor exhalan se perfume.
Levántate, amada mía,
hermosa mía, y vente.
Paloma mía, en las oquedades de la roca,
en el escondrijo escarpado,
déjame ver tu figura,
déjame escuchar tu voz:
es muy dulce tu voz
y fascinante tu figura».

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

PRIMERA LECTURA (opción 2) Sof 3, 14-18a
El rey de Israel, el Señor, está en medio de ti

Lectura de la profecía de Sofonías.

Alégrate, hija de Sión, grita de gozo, Israel,
regocíjate y disfruta con todo tu ser, hija de Jerusalén.
El Señor ha revocado tu sentencia,
ha expulsado a tu enemigo.
El rey de Israel, el Señor,
está en medio de ti,
no temas mal alguno.
Aquel día se dirá a Jerusalén:
«¡No temas! ¡Sión, no desfallezcas!».
El Señor, tu Dios, está en medio de ti,
valiente y salvador;
se alegra y se goza contigo,
te renueva con su amor;
exulta y se alegra contigo
como en día de fiesta.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 32, 2-3. 11-12. 20-21 (R.: 1a. 3a)
R. 
Aclamad, justos, al Señor; cantadle un cántico nuevo.
Exsultáte, iusti, in Dómino; cantáte ei cánticum novum.

V. Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;
cantadle un cántico nuevo,
acompañando los vítores con bordones.
R. Aclamad, justos, al Señor; cantadle un cántico nuevo.
Exsultáte, iusti, in Dómino; cantáte ei cánticum novum.

V. El plan del Señor subsiste por siempre;
los proyectos de su corazón, de edad en edad.
Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad.
R. Aclamad, justos, al Señor; cantadle un cántico nuevo.
Exsultáte, iusti, in Dómino; cantáte ei cánticum novum.

V. Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo;
con él se alegra nuestro corazón,
en su santo nombre confiamos.
R. Aclamad, justos, al Señor; cantadle un cántico nuevo.
Exsultáte, iusti, in Dómino; cantáte ei cánticum novum.

Aleluya
R. 
Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Enmanuel, rey y legislador nuestro, ven a salvarnos, Señor, Dios nuestro. R.
Emmánuel, rex et légifer noster: veni ad salvándum nos, Dómine Deus noster.

EVANGELIO Lc 1, 39-45
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?
 Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquellos días, María se levantó y puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y, levantando la voz exclamó:
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Papa Francisco, Ex. Ap Evangelii gaudium 288.
María sabe reconocer las huellas del Espíritu de Dios en los grandes acontecimientos y también en aquellos que parecen imperceptibles. Es contemplativa del misterio de Dios en el mundo, en la historia y en la vida cotidiana de cada uno y de todos. Es la mujer orante y trabajadora en Nazaret, y también es nuestra Señora de la prontitud, la que sale de su pueblo para auxiliar a los demás «sin demora» (Lc 1, 39). Esta dinámica de justicia y ternura, de contemplar y caminar hacia los demás, es lo que hace de ella un modelo eclesial para la evangelización. Le rogamos que con su oración maternal nos ayude para que la Iglesia llegue a ser una casa para muchos, una madre para todos los pueblos, y haga posible el nacimiento de un mundo nuevo.  


Oración de los fieles
Por mediación de Jesucristo, el Señor, que viene a visitarnos, elevemos nuestras súplicas al Padre.
- Para que la esperanza de la venida del Señor mantenga a la Iglesia siempre en camino hacia su encuentro. Roguemos al Señor.
- Para que el Señor conceda luz y fuerza a los gobernantes en la búsqueda de soluciones de paz y justicia para los problemas que agobian a la humanidad. Roguemos al Señor.
- Para que la fraternidad de los cristianos reavive la esperanza de los pobres y de todos los marginados. Roguemos al Señor.
- Para que en nuestra vida diaria nos encontremos con el Señor y nos convirtamos en testigos suyos. Roguemos al Señor.
Te lo pedimos, Padre, por tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor, nuestro Salvador, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Acepta complacido, Señor, los dones que en tu misericordia has dado a tu Iglesia para que pueda ofrecértelos y que ahora transformas con tu poder en sacramento de nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Ecclésiae tuae, Dómine, múnera placátus assúme, quae et miséricors offerénda tribuísti, et in nostrae salútis poténter éfficis transíre mystérium. Per Christum.

PREFACIO II DE ADVIENTO
LA DOBLE EXPECTACIÓN DE CRISTO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
A quien todos los profetas anunciaron, la Virgen esperó con inefable amor de madre, Juan lo proclamó ya próximo y señaló después entre los hombres.
El mismo Señor nos concede ahora prepararnos con alegría al misterio de su nacimiento, para encontrarnos así, cuando llegue, velando en oración y cantando su alabanza.
Por eso, con los ángeles y arcángeles, tronos y dominaciones, y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus: per Christum Dóminum nostrum.
Quem praedixérunt cunctórum praecónia prophetárum, Virgo Mater ineffábili dilectióne sustínuit, Ioánnes cécinit affutúrum et adésse monstrávit. Qui suae nativitátis mystérium tríbuit nos praeveníre gaudéntes, ut et in oratióne pervígiles et in suis invéniat láudibus exsultántes.
Et ídeo cum Angelis et Archángelis, cum Thronis et Dominatiónibus, cumque omni milítia caeléstis exércitus, hymnum glóriae tuae cánimus, sine fine dicéntes:

Santo, santo Santo...

PLEGARIA EUCARÍSTICA III

Antífona de la comunión Cf. Lc 1, 45

Bienaventurada tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.
Beáta quae credidísti, quóniam perficiéntur ea quae dicta sunt tibi a Dómino.

Oración después de la comunión
Señor, que la participación en los divinos misterios sirva de continua protección a tu pueblo, para que, con plena entrega a tu servicio, obtenga con abundancia la salvación de alma y cuerpo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Sit plebi tuae, Dómine, continuáta defénsio divíni participátio mystérii, ut, maiestáti tuae plena devotióne subiécta, salvatiónem mentis et córporis affluénter accípiat. Per Christum.

MARTIROLOGIO

Elogios del 22 de diciembre

1. Conmemoración de los santos Queremón, obispo de Nilópolis, y otros muchos mártires en Egipto, algunos de los cuales, durante la persecución bajo el emperador Decio, parte de ellos, dándose a la fuga, erraron por lugares solitarios y sucumbieron, algunos ante las fieras, otros, consumidos por el hambre, el frío y la enfermedad, y el resto, finalmente, exterminados por los bárbaros y los ladrones, y así todos, con  muerte distinta, fueron coronados con la gloria del martirio. (250)
2. También conmemoración de san Isquirión, mártir en Egipto, el cual, por rehusar sacrificar paganamente, entre burlas e injurias fue atravesado por las entrañas con una puntiaguda pértiga, y así entregado a la muerte. (c. 250)
3. En Roma, en la vía Labicana, en el cementerio ad Duas Lauros, treinta santos mártires, que recibieron la corona el mismo día. (s. inc.)
4. En la región de Raiti, en Egipto, cuarenta y tres santos monjes mártires, los cuales fueron muertos por el pueblo de los blemios a causa de la religión cristiana. (c. s. IV)
5*. En Utrech, en la región de Gueldres, en Lotaringia, actual Bélgica, san Hungero, obispo. (866)
6*. En Londres, en Inglaterra, beato Tomás Holland, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús y mártir, el cual, realizando su ministerio clandestinamente, en tiempo del rey Carlos I entregó su espíritu al ser condenado a la pena capital y, finalmente, ahorcado. (1642)
7. En Chicago, en el estado de Illinois, en los Estados Unidos de Norteamérica, santa Francisca Javiera Cabrini, virgen, que fundó el Instituto de Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús, y con eximia caridad se dedicó al cuidado de los emigrantes. (1917)

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