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Domingo 4 diciembre 2022, II Domingo de Adviento, ciclo A.

martes, 15 de noviembre de 2022

Martes 20 diciembre 2022, 20 de diciembre, Martes de la IV semana de Adviento, feria.

SOBRE LITURGIA

MISA CRISMAL
HOMILÍA DE SU SANTIDAD JUAN PABLO II

Jueves Santo, 19 de abril de 1984

1. Hoy, mientras la misión publica del Mesías sobre la tierra llega a su término, las palabras del Evangelio según San Lucas nos llevan de nuevo al comienzo, presentándonos a Jesús en la sinagoga de Nazaret y el Libro del profeta Isaías.

Jesús lee: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque El me ha ungido. Me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del. Señor" (Lc 4, 18-19).

Una profecía mesiánica.

Dice Jesús en Nazaret: "Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír" (Ib. , y. 21).

La profecía mesiánica se cumple en El.

2. El Mesías es ungido con el Espíritu Santo.

Tiene la plenitud del espíritu, porque es el Hijo de Dios.

En El se cumplen las palabras del Salmista referidas directamente al rey David.

Dice Dios por boca del Salmista:

"Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán, / por mi nombre crecerá su poder. / El me invocará: Tú eres mi Padre, / mi Dios, Mi Roca salvadora" (Sal 88/89, 25. 27).

Sólo anunciando a Jesús podía David exclamar de este modo, porque únicamente Cristo puede decir a Dios: "Tú eres mi Padre".

Sólo Cristo —en cuanto Hijo consustancial con el Padre— está unido a El en el Espíritu Santo.

Y únicamente Cristo, al ser enviado del Padre, posee la plenitud del Espíritu Santo.

Posee esta plenitud en cuanto Redentor de la Iglesia qué es su Cuerpo. Tiene esta plenitud en la Iglesia para la humanidad entera, para todos los pueblos, naciones y generaciones, para cada hombre.

3. El símbolo de la infusión del Espíritu Santo es la unción.

Hoy la Iglesia bendice los óleos que se emplean en la unción; concretamente: el santo crisma, el óleo de los catecúmenos y el óleo de los enfermos.

Con esta liturgia matutina especial del Jueves Santo, la Iglesia desea confesar,

— que Cristo, poseyendo la plenitud del Espíritu Santo por ser Hijo de Dios y Redentor del mundo, de esta plenitud va sacando para enriquecer continuamente una y otra vez a la Iglesia

— y en la Iglesia y mediante la Iglesia desea sacar de esta plenitud inagotable del Espíritu Santo para enriquecer a todos y cada uno de los que se abran a la. potencia de su redención,

— en particular la Iglesia desea sacar de esta plenitud del Espíritu Santo de Cristo para enriquecer a todos y cada uno con la administración de los sacramentos, signos de salvación y gracia.

Los santos óleos — crisma, óleo de los catecúmenos y óleo de los enfermos — están destinados al ministerio sacramental de la Iglesia.

4. Nosotros los sacerdotes —que concelebramos hoy esta Eucaristía matutina del Jueves Santo— desearnos confesar que cada uno de nosotros tenemos una parte especial en esta plenitud del Espíritu Santo que hay en Cristo, Eterno y Único Sacerdote de la Nueva Alianza.

El Jueves Santo es recuerdo de la institución del Sacrificio eucarístico.

Para celebrar este Santísimo Sacrificio hemos sido ungidos en el sacramento del sacerdocio. Al ser dispensadores de la Eucaristía nos hemos transformado en servidores peculiares de Cristo ante todo el Pueblo de Dios. Se nos ha confiado la remisión de los pecados y el ministerio de los demás sacramentos junto con la enseñanza de la fe.

5. Hoy, Jueves Santo, miramos con amor particular a Aquel a quien el Padre "consagró con la unción y envió al mundo"; miramos a Cristo que posee la plenitud total del Espíritu Santo en favor de la humanidad entera,

— a Cristo, de cuya plenitud todos hemos recibido

— y cada uno de nosotros tenemos nuestra "parte con El".

Por medio de esta "parte", a través de nuestra participación sacerdotal en la Unción mesiánica de Jesucristo, nosotros somos sus sacerdotes ante el Pueblo de Dios, al servicio de este Pueblo.

Agradecemos nuestro sacerdocio ministerial a Quien lo ha injertado en nuestras almas. Deseamos permanecer y perseverar en él al servicio de la salvación humana.

Juramos nuestra fidelidad sacerdotal a Aquel que nos ama y nos ha liberado de nuestros pecados con su sangre...

6. El Jubileo extraordinario de la Iglesia con motivo del Año de la Redención toca a su fin.

En este Año Santo hemos querido renovar en nosotros la gracia del sacramento del sacerdocio.

Damos gracias por este sacramento que crece sobre el fundamento del "sacerdocio universal" de todos los bautizados como sacramento del servicio salvífico.

Gloria eterna a Cristo que "nos ha convertido en un reino y hecho sacerdotes de Dios, su Padre" (Ap 1, 6).

CALENDARIO

20 MARTES DE LA IV SEMANA DE ADVIENTO, feria

Misa
de feria-20 de diciembre (morado).
MISAL: ants. y oracs. props., Pf. II o IV Adv.
LECC.: vol. II.
- Is 7, 10-14.
Mirad: la virgen está encinta.
- Sal 23. R. Va a entrar el Señor; él es el Rey de la gloria.
- Lc 1, 26-38. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo.

Liturgia de las Horas: oficio de feria-20 de diciembre, ant. Mag. «Oh, Llave».

Martirologio: elogs. del 21 de diciembre, pág. 728.
CALENDARIOS: Barcelona: Aniversario de la ordenación episcopal de Mons. Javier Vilanova Pellisa, obispo auxiliar (2020).
Toledo: Aniversario de la ordenación episcopal de Mons. Braulio Rodríguez Plaza, arzobispo, emérito (1987).

TEXTOS MISA

20 de diciembre. Feria de Adviento.

Antífona de entrada Cf. Is 11, 1; 40, 5; Lc 3, 6
Brotará un renuevo del tronco de Jesé y la gloria del Señor llenará toda la tierra. Toda carne verá la salvación de Dios.
Egrediétur virga de radíce Iesse, et replébitur omnis terra glória Dómini, et vidébit omnis caro salutáre Dei.

Oración colecta
Oh, Dios de eterna grandeza, ya que la Virgen Inmaculada, por el anuncio del ángel, acogió tu Verbo inefable y, transformada en templo de tu divinidad, se llenó con La luz del Espíritu Santo, concédenos que, a ejemplo suyo, aceptemos humildemente tu voluntad. Por nuestro Señor Jesucristo.
Deus, aeterna maiéstas, cuius ineffábile Verbum, Angelo nuntiánte, Virgo immaculáta suscépit, et, domus divinitátis effécta, Sancti Spíritus luce replétur, quaesumus, ut nos, eius exémplo, voluntáti tuae humíliter adhaerére valeámus. Per Dóminum.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del 20 de diciembre. Feria de Adviento (Lec. II).

PRIMERA LECTURA Is 7, 10-14
Mirad: la virgen está encinta
Lectura del libro de Isaías.

En aquellos días, el Señor habló a Ajaz y le dijo:
«Pide un signo al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo».
Respondió Ajaz:
«No lo pido, no quiero tentar al Señor».
Entonces dijo Isaías:
«Escucha, casa de David: ¿no os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará un signo. Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Enmanuel».

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 23, 1b-2. 3-4ab. 5-6 (R.: cf. 7c. 10c)
R. Va a entrar el Señor; él es el Rey de la gloria.
Introíbit Dóminus: ipse est rex glória.

V. Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos.
R. Va a entrar el Señor; él es el Rey de la gloria.
Introíbit Dóminus: ipse est rex glória.

V. ¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos.
R. Va a entrar el Señor; él es el Rey de la gloria.
Introíbit Dóminus: ipse est rex glória.

V. Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Esta es la generación que busca al Señor,
que busca tu rostro, Dios de Jacob.
R. Va a entrar el Señor; él es el Rey de la gloria.
Introíbit Dóminus: ipse est rex glória.

Aleluya
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Llave de David, que abres las puertas del Reino eterno, ven y libra a los cautivos que viven en tinieblas. R.
Clavis David, qui áperis portas ætérni regni: veni, et educ vinctum de domo cárceris sedéntem in ténebris.

EVANGELIO Lc 1, 26-38
Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo
 Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
R. Gloria a ti, Señor.

En el mes sexto, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David;
el nombre de la virgen era María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».
Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel.
El ángel le dijo:
«No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».
Y María dijo al ángel:
«¿Cómo será eso, pues no conozco varón?».
El ángel le contestó:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible”».
María contestó:
«He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».
Y el ángel se retiró.

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Papa Francisco, Ángelus 24-diciembre 2017
María dice: «He aquí la esclava del Señor»; y el Hijo de Dios, entrando en el mundo dice: «He aquí que vengo […] a hacer, oh Dios, tu voluntad» (Hb 10, 7- 9). La actitud de María refleja plenamente esta declaración del Hijo de Dios, que se convierte también en hijo de María. Así la Virgen se revela colaboradora perfecta del proyecto de Dios, y se revela también discípula de su Hijo, en el Magnificat podrá proclamar que «exaltó a los humildes» (Lc 1, 52), porque con esta respuesta suya humilde y generosa ha obtenido la alegría altísima, y también una gloria altísima. Mientras admiramos a nuestra Madre por su respuesta a la llamada y a la misión de Dios, le pedimos a Ella que nos ayude a cada uno de nosotros a acoger el proyecto de Dios en nuestra vida, con humildad sincera y generosidad valiente.

Oración de los fieles
Oremos al Padre, por la intercesión del Señor Jesús, que viene a salvarnos.
- Para que la Iglesia, a ejemplo de la Virgen María, esté siempre en actitud de acogida obediente a la voluntad del Padre. Roguemos al Señor.
- Para que los que ejercen autoridad y poder sobre los pueblos sepan fiarse de la providencia de Dios, que conduce la historia. Roguemos al Señor.
- Para que los enfermos y todos los que sufren descubran la presencia misericordiosa del «Dios con nosotros» en su mismo sufrimiento. Roguemos al Señor.
- Para que, por el poder del Espíritu Santo, todos nosotros preparemos un corazón bien dispuesto para acoger al Señor Jesús en su nuevo nacimiento. Roguemos al Señor.
Dios, Padre de misericordia, escucha las oraciones de tus hijos y concédenos prepararnos con la Virgen María para recibir a tu Hijo que viene. Él, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Acepta, Señor, este sacrificio único, para que, al participar en este misterio, recibamos los dones que la fe nos hace esperar. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Inténde, quaesumus, Dómine, sacrifícium singuláre, ut, huius participatióne mystérii, quae speránda crédimus, exspectáta sumámus. Per Christum.

PREFACIO IV DE ADVIENTO
MARÍA, NUEVA EVA
En verdad es justo darte gracias, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Te alabamos, te bendecimos y te glorificamos por el misterio de la Virgen Madre.
Porque, si del antiguo adversario nos vino la ruina, en el seno virginal de la hija de Sion ha germinado aquel que nos nutre con el pan de los ángeles, y ha brotado para todo el género humano la salvación y la paz. La gracia que Eva nos arrebató nos ha sido devuelta en María. En ella, madre de todos los hombres, la maternidad, redimida del pecado y de la muerte, se abre al don de una vida nueva.
Así, donde había crecido el pecado, se ha desbordado tu misericordia en Cristo, nuestro Salvador.
Por eso nosotros, mientras esperamos la venida de Cristo, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo…


Antífona de comunión Cf. Lc 1, 31
El ángel dijo a María: «Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús».
Dixit Angelus ad Maríam: Ecce concípies et páries fílium, et vocábis nomen eius Iesum.

Oración después de la comunión
Protege, Señor, con tu poder divino a los que alimentas con los dones del cielo, para que, al participar en tus misterios, les concedas gozar de la paz verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Quos múnere caelésti réficis, Dómine, divíno tuére praesídio, ut, tuis mystériis perfruéntes, in vera fácias pace gaudére. Per Christum.

MARTIROLOGIO

Elogios del 21 de diciembre
S
an Pedro Canisio
, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús y doctor de la Iglesia, que, enviado a Alemania, se dedicó con ahínco a defender la fe católica y a confirmarla con la predicación y los escritos, entre los que sobresale el Catecismo, y encontró el reposo de sus trabajos en Friburgo, población de Suiza. (1597)
2. Conmemoración de san Miqueas, profeta, el cual, en los días de Joatan, Acaz y Ezequias, reyes de Judá, defendió con su predicación a los oprimidos, condenó los ídolos y las perversidades, y anunció al pueblo elegido que desde los días eternos nacería en Belén de Judea un caudillo que apacentaría a Israel con la fortaleza del Señor.
3. En Licia, actual Turquía, san Temístocles, mártir, el cual, según se cuenta, en tiempo del emperador Decio se ofreció en lugar de san Dióscoro, que era buscado para ser ajusticiado, y tras haber sido torturado en el potro, arrastrado y apaleado, alcanzó la corona del martirio. (s. III)
4*. En Montecerignone, lugar de Emilia-Romaña, en Italia, beato Domingo Spadafora, presbítero de la Orden de Predicadores, que trabajó diligentemente en el ministerio de la predicación. (1521)
5. En Hanoi, en Tonkín, hoy Vietnam, pasión de los santos Andrés Dung Lac y Pedro Truong Van Thi, presbíteros y mártires, los cuales, al desoir el mandato de pisotear la cruz, consumaron el martirio con la decapitación. Su memoria se celebra el día veinticuatro de noviembre. (1839)
6*. En Coblenza, en Alemania, beato Pedro Friedhofen, religioso, que, desempeñando el oficio de caminero, fundó después la Comunidad de Hermanos de la Misericordia de María Auxiliadora, a causa de la cual sufrió plácidamente y con ánimo sereno muchas burlas y molestias. (1860)

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