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sábado, 8 de enero de 2022

Sábado 12 febrero 2022, Sábado de la V semana del Tiempo Ordinario o santa María en sábado, memoria libre.

SOBRE LITURGIA

DISCURSO DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
A LOS PROFESORES Y ALUMNOS DE LOS SEMINARIOS PONTIFICIOS DE CAMPANIA, CALABRIA Y UMBRIA

Sala Clementina. Jueves 26 de enero de 2012

Señores cardenales,
venerados hermanos y queridos seminaristas:

Me alegra mucho acogeros con ocasión del centenario de la fundación de los seminarios pontificios de Campania, Calabria y Umbria. Saludo a mis hermanos en el episcopado y en el sacerdocio, a los tres rectores juntamente con sus colaboradores y profesores, y sobre todo os saludo con afecto a vosotros, queridos seminaristas. El nacimiento de estos tres seminarios regionales, en 1912, se debe comprender en la obra más amplia de incremento de la formación de los candidatos al sacerdocio llevada a cabo por el Papa san Pío X, en continuidad con León XIII. Para afrontar las crecientes exigencias formativas, se emprendió el camino de unificar los seminarios diocesanos en nuevos seminarios regionales, juntamente con la reforma de los estudios teológicos, que produjo un sensible aumento del nivel cualitativo, gracias a la adquisición de una cultura de base común a todos y a un período de estudio suficientemente largo y bien estructurado. A este respecto, la Compañía de Jesús desempeñó un papel importante. En efecto, a los jesuitas se les encomendó la dirección de cinco seminarios regionales, entre los cuales el de Catanzaro, desde 1926 hasta 1941, y el de Posillipo, desde la fundación hasta hoy. Pero no sólo se benefició la formación académica, ya que la promoción de la vida común entre jóvenes seminaristas provenientes de realidades diocesanas diferentes favoreció un notable enriquecimiento humano. Es singular el caso del seminario campano de Posillipo, que desde 1935 se abrió a todas las regiones del sur, después de que se le reconoció la posibilidad de otorgar los grados académicos.

En el actual contexto histórico y eclesial la experiencia de los seminarios regionales sigue siendo muy oportuna y valiosa. Gracias a la conexión con facultades e institutos teológicos, permite tener acceso a itinerarios de estudio de nivel elevado, favoreciendo una preparación adecuada al complejo escenario cultural y social en el que vivimos. Además, el carácter interdiocesano se revela como un eficaz «gimnasio» de comunión, que se desarrolla en el encuentro con sensibilidades diversas que hay que armonizar en el único servicio a la Iglesia de Cristo. En este sentido, los seminarios regionales dan una contribución incisiva y concreta al camino de comunión de las diócesis, favoreciendo el conocimiento, la capacidad de colaboración y el enriquecimiento de experiencias eclesiales entre los futuros presbíteros, entre los formadores y entre los mismos pastores de las Iglesias particulares. Asimismo, la dimensión regional es una valiosa mediación entre las líneas de la Iglesia universal y las exigencias de las realidades locales, evitando el riesgo del particularismo. Vuestras regiones, queridos amigos, son ricas en grandes patrimonios espirituales y culturales, a la vez que viven muchas dificultades sociales. Pensemos, por ejemplo, en Umbria, patria de san Francisco y de san Benito. Impregnada de espiritualidad, Umbria es meta de continuas peregrinaciones. Al mismo tiempo, esta pequeña región sufre como otras, e incluso más, la desfavorable coyuntura económica. En Campania y en Calabria la vitalidad de la Iglesia local, alimentada por un sentido religioso aún vivo gracias a sólidas tradiciones y devociones, debe traducirse en una renovada evangelización. En aquellas tierras, el testimonio de las comunidades eclesiales debe afrontar fuertes emergencias sociales y culturales, como la falta de trabajo, sobre todo para los jóvenes, o el fenómeno de la criminalidad organizada.

El contexto cultural de hoy exige una sólida preparación filosófico-teológica de los futuros presbíteros. Como escribí en mi Carta a los seminaristas, al final del Año sacerdotal, «no se trata solamente de aprender las cosas meramente prácticas, sino de conocer y comprender la estructura interna de la fe en su totalidad, que no es un sumario de tesis, sino un organismo, una visión orgánica de manera que se convierta en una respuesta a las preguntas de los hombres que, aunque cambian exteriormente en cada generación, en el fondo son los mismos» (cf. n. 5). Además, el estudio de la teología debe tener siempre un vínculo intenso con la vida de oración. Es importante que el seminarista comprenda bien que, mientras se aplica a este objeto, hay en realidad un «Sujeto» que lo interpela, el Señor que le ha hecho oír su voz, invitándolo a dedicar su vida al servicio de Dios y de los hermanos. Así podrá realizarse en el seminarista hoy, y en el presbítero mañana, la unidad de vida recomendada por el documento conciliar Presbyterorum ordinis (cf. n. 14), la cual tiene su expresión visible en la caridad pastoral, «el principio interior, la virtud que anima y guía la vida espiritual del presbítero en cuanto configurado con Cristo» (Juan Pablo II, Pastores dabo vobis, 23). De hecho, es indispensable la integración armoniosa entre el ministerio, con sus múltiples actividades, y la vida espiritual del presbítero. «Para el sacerdote, que deberá acompañar a otros en el camino de la vida y hasta el momento de la muerte, es importante que haya conseguido un equilibrio justo entre corazón y mente, razón y sentimiento, cuerpo y alma, y que sea humanamente “íntegro”» (Carta a los seminaristas, 6). Estas son las razones que impulsan a prestar mucha atención a la dimensión humana de la formación de los candidatos al sacerdocio. De hecho, en nuestra humanidad nos presentamos ante Dios, para ser ante nuestros hermanos auténticos hombres de Dios. En realidad, quien quiera llegar a ser sacerdote debe ser ante todo un «hombre de Dios», como escribe san Pablo a su discípulo Timoteo (cf. 1 Tm 6, 11). Por tanto, lo más importante en el camino al sacerdocio y durante toda la vida sacerdotal es la relación personal con Dios en Jesucristo (cf. Carta a los seminaristas, 1).

El beato Papa Juan XXIII, al recibir a los superiores y a los alumnos del seminario campano con ocasión del 50º aniversario de su fundación, en vísperas del concilio Vaticano II, expresó esta firme convicción así: «A esto tiende vuestra formación, a la espera de la misión que se os confiará para la gloria de Dios y para la salvación de las almas: formar la mente, santificar la voluntad. El mundo espera santos, sobre todo esto. Antes aún que sacerdotes cultos, elocuentes, actualizados, se requieren sacerdotes santos y santificadores». Estas palabras siguen siendo actuales, porque en toda la Iglesia, al igual que en vuestras regiones particulares de proveniencia, hoy es más fuerte que nunca la necesidad de obreros del Evangelio, testigos creíbles y promotores de santidad con su vida misma. Que cada uno de vosotros responda a esta llamada. Para ello os aseguro mi oración, mientras os encomiendo a la guía materna de la santísima Virgen María, y de corazón os imparto una especial bendición apostólica. Gracias.

CALENDARIO

12 SÁBADO. Hasta la Hora Nona: 
SÁBADO DE LA V SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO o SANTA MARÍA EN SÁBADO, memoria libre

Misa
de sábado (verde) o de la memoria (blanco).
MISAL: para el sábado cualquier formulario permitido (véase pág. 67, n. 5) / para la memoria del común de la bienaventurada Virgen María o de las «Misas de la Virgen María», o de un domingo del T.O.; Pf. común o de la memoria.
LECC.: vol. III-par.
- 1 Re 12, 26-32; 13, 33-34.
Jeroboán fundió dos becerros de oro.
- Sal 105. R. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.
- Mc 8, 1-10. La gente comió hasta quedar saciada.
o bien:
cf. vol. IV, o bien cf. Leccionario de las «Misas de la Virgen María».

Liturgia de las Horas: oficio de sábado o de la memoria.

Martirologio: elogs. del 13 de febrero, pág. 161. C
CALENDARIOS: Barcelona-ciudad: Santa Eulalia, virgen y mártir (S). Barcelona-diócesis: (MO). Sant Feliu de Llobregat, Terrassa y Mercedarios: (ML).
Huelva: Dedicación de la iglesia-catedral (F).
Dominicos: Beato Reginaldo de Orleans, presbítero (ML).
Hospitalarios de San Juan de Dios: Beato José Olallo Valdés, religioso (ML).
O. Cist. y OCSO: Santa Humbelina, monja (ML).
Jaén: Aniversario de la muerte de Mons. Miguel Peinado Peinado, obispo, emérito (1993).

SÁBADO. Después de la Hora Nona:
SEXTA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
Segunda semana del Salterio
Misa
vespertina del VI Domingo del tiempo ordinario (verde).
Liturgia de las Horas: I Vísp. del oficio dominical. Comp. Dom. I.

TEXTOS MISA

Misa del Sábado: del V Domingo del T. Ordinario (o de otro Domingo del T. Ordinario).

Memoria de santa María:
Común B. V. María. Tiempo ordinario 2.

Antífona de entrada
Bienaventurada eres, Virgen María, que llevaste en tu seno al autor del universo, engendraste al que te creó y permaneces Virgen para siempre.
Beáta es, Virgo María, quae ómnium portásti creatórem; genuísti qui te fecit, et in aetérnum pérmanes Virgo.

Monición de entrada
Celebramos hoy la memoria de la Virgen María, Madre en la gracia, intercesora nuestra ante Dios, modelo de orante y Virgen de la acogida profunda, la Madre de Dios presenta los rasgos que nos hacen venerarla en la Iglesia, de la que es miembro excelente modelo y Madre.

Oración colecta
Dios de misericordia, concédenos, a cuantos recordamos a la santa Madre de Dios, fortaleza en nuestra debilidad, para que, con el auxilio de su intercesión, nos levantemos de nuestros pecados. Por nuestro Señor Jesucristo.
Concéde, miséricors Deus, fragilitáti nostrae praesídium, ut, qui sanctae Dei Genetrícis memóriam ágimus, intercessiónis eius auxílio a nostris iniquitátibus resurgámus. Per Dóminum.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Sábado de la V semana del Tiempo Ordinario, año par (Lec. III-par).

PRIMERA LECTURA 1 Re 12, 26-32; 13, 33-34
Jeroboán fundió dos becerros de oro

Lectura del libro de los Reyes.

En aquellos días, Jeroboán pensó para sus adentros:
«El reino podría volver todavía a la casa de David. Si el pueblo continúa subiendo para ofrecer sacrificios en el templo del Señor en Jerusalén, el corazón del pueblo se volverá a su señor, a Roboán, rey de Judá, y me matarán».
Y tras pedir consejo, el rey fundió dos becerros de oro y dijo al pueblo:
«Basta ya de subir a Jerusalén. Este es tu dios, Israel, el que te hizo subir de la tierra de Egipto», e instaló uno en Betel y otro en Dan. Este hecho fue ocasión de pecado. El pueblo marchó delante de uno a Betel y delante del otro hasta Dan. Construyó lugares de culto en los altos e instituyó sacerdotes del común del pueblo que no eran descendientes de Leví.
Jeroboán estableció una fiesta en el mes octavo, el día quince del mes, a semejanza de la que se celebraba en Judá. Subió al altar que había edificado en Betel a ofrecer sacrificios a los becerros que había esculpido y estableció en Betel sacerdotes para los lugares de culto que instituyó.
Después de esto, Jeroboán no se convirtió de su mal camino y siguió consagrando para los lugares de culto sacerdotes tomados de entre el pueblo común; a todo el que deseaba, lo consagraba sacerdote de los lugares de culto. Este proceder condujo a la casa de Jeroboán al pecado y a su perdición y exterminio de la superficie de la tierra.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 105, 6 7a. 19-20. 21-22 (R.: 4a)
R. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.
Meménto nostri, Dómine, in beneplácito pópuli tui.

V. Hemos pecado como nuestros padres,
hemos cometido maldades e iniquidades.
Nuestros padres en Egipto
no comprendieron tus maravillas.
R. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.
Meménto nostri, Dómine, in beneplácito pópuli tui.

V. En Horeb se hicieron un becerro,
adoraron un ídolo de fundición;
cambiaron su gloria por la imagen
de un toro que come hierba.
R. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.
Meménto nostri, Dómine, in beneplácito pópuli tui.

V. Se olvidaron de Dios, su salvador,
que había hecho prodigios en Egipto,
maravillas en la tierra de Cam,
portentos junto al mar Rojo.
R. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.
Meménto nostri, Dómine, in beneplácito pópuli tui.

Aleluya Mt 4, 4b
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. R.
Non in solo pane vivit homo, sed in omni verbo quod procédit de ore Dei.

EVANGELIO Mc 8, 1-10
La gente comió hasta quedar saciada
 Lectura del santo Evangelio según san Marcos.
R. Gloria a ti, Señor.

Por aquellos días, como de nuevo se había reunido mucha gente y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
«Siento compasión de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer, y si los despido a sus casas en ayunas, van a desfallecer por el camino. Además, algunos han venido desde lejos».
Le replicaron sus discípulos:
«¿Y de dónde se puede sacar pan, aquí, en despoblado, para saciar a tantos?».
Él les preguntó:
«¿Cuántos panes tenéis?».
Ellos contestaron:
«Siete».
Mandó que la gente se sentara en el suelo y tomando los siete panes, dijo la acción de gracias, los partió y los fue dando a sus discípulos para que los sirvieran. Ellos los sirvieron a la gente.
Tenían también unos cuantos peces; y Jesús pronunció sobre ellos la bendición, y mandó que los sirvieran también. La gente comió hasta quedar saciada y de los trozos que sobraron llenaron siete canastas; eran unos cuatro mil y los despidió; y enseguida montó en la barca con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanuta.

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Beda, in Marcum, 2, 32
El partir el pan el Señor significa la manifestación de los misterios. Su acción de gracias el gozo que le causa la salvación del género humano. La entrega del pan a sus discípulos para que lo repartan significa, en fin, que ha dado a los Apóstoles los dones espirituales de la ciencia y que por su ministerio quiere distribuir a su Iglesia el sustento de vida.

Oración de los fieles
Ferias del Tiempo Ordinario XXIX

Jesús ha venido para curar las enfermedades y las tristezas de los hombres. Sintiéndonos solidarios con los anhelos de nuestro mundo, presentemos al Padre nuestra oración.
- Para que entre los hombres crezcan el amor y la solidaridad. Roguemos al Señor.
- Para que el Señor libere al mundo de la guerra y del hambre. Roguemos al Señor.
- Para que los países ricos dejen su egoísmo y respondan a la llamada de los pobres. Roguemos al Señor.
- Para que los que entre nosotros sufren la pobreza, la enfermedad y la soledad reciban la ayuda de los hermanos. Roguemos al Señor.
- Para que los enfermos incurables y los que sienten cercana la muerte puedan experimentar la paz del Señor y la compañía de sus familiares y amigos. Roguemos al Señor.
- Para que los médicos, enfermeros y todos los que se dedican al cuidado de los enfermos sepan transmitir ánimo y esperanza. Roguemos al Señor.
- Para que la Iglesia entera y cada uno de nosotros seamos testigos del amor de Dios, de palabra y de obra. Roguemos al Señor.
Acoge, Señor, nuestras esperanzas y anhelos. Que tu Espíritu de amor y fortaleza renueve el corazón de todos los hombres, para que el mundo entero reciba la Buena Noticia que vino a realizar entre nosotros tu Hijo, Jesucristo, nuestro Señor. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Memoria de santa María:
Oración de los fieles

Dirijamos confiados nuestra oración a Dios Padre, que ha prometido habitar en los corazones de aquellos que, como María, guardan su Palabra.
R. Danos, Padre, tu Espíritu Santo.
- Por los pastores de la Iglesia, para que, formados en la escuela de María, reina de los Apóstoles, sean fieles mensajeros de la Palabra de Dios y dispensadores incansables de su misericordia. Oremos. R.
- Por los pueblos afligidos a causa de la guerra y las discordias, para que todos se convenzan de que la paz tiene su raíz en la conversión del corazón, que hace pasar del egoísmo a la generosidad y de la violencia al respeto del prójimo. Oremos. R.
- Por todos los cristianos, para que, participando en la alegría de María, vivan con autenticidad su propia vocación, dando testimonio de fidelidad radical al mandamiento nuevo del amor. Oremos. R.
- Por los enfermos, para que hallen en María ayuda y consuelo, y en los hermanos solidaridad generosa que aliente su esperanza. Oremos. R.
- Por nosotros, aquí reunidos, para que, guardando la Palabra que hemos escuchado, seamos servidores fieles y testigos del reino entre los hombres. Oremos. R.
Oh, Dios, por intercesión de María, que nos precede en la peregrinación de la fe, fortalece en nosotros el deseo del bien, refuerza nuestra esperanza y confírmanos en la caridad,. Por Jesucristo nuestro Señor.

Oración sobre las ofrendas
Al venerar la memoria de la Madre de tu Hijo, te rogamos, Señor, que la ofrenda de este sacrificio nos transforme, por la abundancia de tu gracia, en oblación permanente. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Genetrícis Fílii tui memóriam venerántes, quaesumus, Dómine, ut sacrifícii huius oblátio nosmetípsos, grátia tua largiénte, tibi perfíciat munus aetérnum. Per Christum.

PLEGARIA EUCARÍSTICA IV

Antífona de la comunión Lc 1, 49

El Poderoso ha hecho obras grandes en mí: su nombre es santo.
Fecit mihi magna, qui potens est, et sanctum nomen eius.

Oración después de la comunión
Como partícipes de la redención eterna, quienes hacemos memoria de la Madre de tu Hijo te pedimos, Señor, que nos gloriemos en la plenitud de tu gracia y sintamos el aumento continuo de la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Redemptiónis aetérnae partícipes effécti, quaesumus, Dómine, ut, qui Genetrícis Fílii tui memóriam ágimus, et de grátiae tuae plenitúdine gloriémur, et salvatiónis contínuum sentiámus augméntum. Per Christum.

MARTIROLOGIO

Elogios del 13 de febrero

1. En Atenas, ciudad de Grecia, san Martiniano, que había abrazado la vida eremítica en un lugar próximo a Cesarea de Palestina. (c. 398)
2. En Karden, cerca del Mosa, en el territorio de Tréveris, actualmente Alemania, san Cástor de Aquitania, presbítero y eremita. (s. IV)
3. En Todi, ciudad de la región italiana de Umbría, san Benigno, presbítero y mártir. (s. IV)
4. En Lyon, en la Galia, actual Francia, san Esteban, obispo. (c. 515)
5. En Rieti, en la Sabina, hoy región del Lacio, en Italia, conmemoración de san Esteban, abad, varón de eximia paciencia, como atestiguó de él san Gregorio Magno, papa. (s. VI)
6*. En Osnabrück, en el territorio de Sajonia, en Germania, hoy Alemania, san Gosberto, obispo de los suabos, que, habiendo sido desterrado por los paganos, asumió el gobierno de la citada iglesia de Osnabrück. (874)
7*. En Carcasona, en la Galia Narbonense, actualmente Francia, san Guimera, obispo. (c. 931)
8*. En Lodève, también en la Galia Narbonense, san Fulcrán, obispo, insigne por su misericordia hacia los pobres y por su celo en el culto divino. (1006)
9*. En Meaux, en la Galia, de nuevo la actual Francia, san Gilberto, obispo. (1009)
10*. Cerca de Ptolemaida, hoy Akko, en Palestina, tránsito del beato Jordán de Sajonia, presbítero de la Orden de Predicadores, sucesor e imitador de santo Domingo, que trabajó incansablemente para extender la Orden y pereció en un naufragio. (1237)
11*. En Spoleto, en la actual región italiana de Umbría, beata Cristina (Agustina) Camozzi, la cual, muerto su esposo, cedió por un tiempo a la concupiscencia de la carne, pero recuperada de nuevo la fe, escogió una vida penitente e ingresó en la Orden Secular de San Agustín, donde se distinguió por su entrega incesante a la plegaria y por el servicio a enfermos y pobres. (1458)
12*. En Padua, en la región de Venecia, en Italia, beata Eustoquia (Lucrecia) Bellini, virgen de la Orden de San Benito. (1469)
13. En la localidad de Dongjaochang, cerca de la ciudad de Lezhi, en la provincia china de Sichuan, san Pablo Liu Hanzuo, presbítero y mártir, estrangulado por ser cristiano. (1818)
14. En Thi-Nghe, en Conchinchina, actual Vietnam, san Pablo Le-Van-Loc, presbítero y mártir, que en tiempo del emperador Tu Duc fue decapitado en la puerta de la ciudad por confesar a Cristo. (1858)
- Beato James Alfred Miller (1944- Huehuetenango, Guatemala 1982). Religioso de los Hermanos de las Escuelas Cristianas de La Salle y mártir.

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