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jueves, 27 de enero de 2022

Jueves 3 marzo 2022, Cuaresma. Jueves después de Ceniza, feria.

SOBRE LITURGIA

DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA

En el tiempo de Cuaresma


La veneración de Cristo crucificado

127. El camino cuaresmal termina con el comienzo del Triduo pascual, es decir, con la celebración de la Misa In Cena Domini. En el Triduo pascual, el Viernes Santo, dedicado a celebrar la Pasión del Señor, es el día por excelencia para la "Adoración de la santa Cruz".

Sin embargo, la piedad popular desea anticipar la veneración cultual de la Cruz. De hecho, a lo largo de todo el tiempo cuaresmal, el viernes, que por una antiquísima tradición cristiana es el día conmemorativo de la Pasión de Cristo, los fieles dirigen con gusto su piedad hacia el misterio de la Cruz.

Contemplando al Salvador crucificado captan más fácilmente el significado del dolor inmenso e injusto que Jesús, el Santo, el Inocente, padeció por la salvación del hombre, y comprenden también el valor de su amor solidario y la eficacia de su sacrificio redentor.

128. Las expresiones de devoción a Cristo crucificado, numerosas y variadas, adquieren un particular relieve en las iglesias dedicadas al misterio de la Cruz o en las que se veneran reliquias, consideradas auténticas, del lignum Crucis. La "invención de la Cruz", acaecida según la tradición durante la primera mitad del siglo IV, con la consiguiente difusión por todo el mundo de fragmentos de la misma, objeto de grandísima veneración, determinó un aumento notable del culto a la Cruz.

En las manifestaciones de devoción a Cristo crucificado, los elementos acostumbrados de la piedad popular como cantos y oraciones, gestos como la ostensión y el beso de la cruz, la procesión y la bendición con la cruz, se combinan de diversas maneras, dando lugar a ejercicios de piedad que a veces resultan preciosos por su contenido y por su forma.

No obstante, la piedad respecto a la Cruz, con frecuencia, tiene necesidad de ser iluminada. Se debe mostrar a los fieles la referencia esencial de la Cruz al acontecimiento de la Resurrección: la Cruz y el sepulcro vacío, la Muerte y la Resurrección de Cristo, son inseparables en la narración evangélica y en el designio salvífico de Dios. En la fe cristiana, la Cruz es expresión del triunfo sobre el poder de las tinieblas, y por esto se la presenta adornada con gemas y convertida en signo de bendición, tanto cuando se traza sobre uno mismo, como cuando se traza sobre otras personas y objetos.

129. El texto evangélico, particularmente detallado en la narración de los diversos episodios de la Pasión, y la tendencia a especificar y a diferenciar, propia de la piedad popular, ha hecho que los fieles dirijan su atención, también, a aspectos particulares de la Pasión de Cristo y hayan hecho de ellos objeto de diferentes devociones: el "Ecce homo", el Cristo vilipendiado, "con la corona de espinas y el manto de púrpura" (Jn 19,5), que Pilato muestra al pueblo; las llagas del Señor, sobre todo la herida del costado y la sangre vivificadora que brota de allí (cfr. Jn 19,34); los instrumentos de la Pasión, como la columna de la flagelación, la escalera del pretorio, la corona de espinas, los clavos, la lanza de la transfixión; la sábana santa o lienza de la deposición.

Estas expresiones de piedad, promovidas en ocasiones por personas de santidad eminente, son legítimas. Sin embargo, para evitar una división excesiva en la contemplación del misterio de la Cruz, será conveniente subrayar la consideración de conjunto de todo el acontecimiento de la Pasión, conforme a la tradición bíblica y patrística.

La lectura de la Pasión del Señor

130. La Iglesia exhorta a los fieles a la lectura frecuente, de manera individual o comunitaria, de la Palabra de Dios. Ahora bien, no hay duda de que entre las páginas de la Biblia, la narración de la Pasión del Señor tiene un valor pastoral especial, por lo que, por ejemplo, el Ordo unctionis infirmorum eorumque pastoralis curae sugiere la lectura, en el momento de la agonía del cristiano, de la narración de la Pasión del Señor o de alguna paso de la misma.

Durante el tiempo de Cuaresma, el amor a Cristo crucificado deberá llevar a la comunidad cristiana a preferir el miércoles y el viernes, sobre todo, para la lectura de la Pasión del Señor.

Esta lectura, de gran sentido doctrinal, atrae la atención de los fieles tanto por el contenido como por la estructura narrativa, y suscita en ellos sentimientos de auténtica piedad: arrepentimiento de las culpas cometidas, porque los fieles perciben que la Muerte de Cristo ha sucedido para remisión de los pecados de todo el género humano y también de los propios; compasión y solidaridad con el Inocente injustamente perseguido; gratitud por el amor infinito que Jesús, el Hermano primogénito, ha demostrado en su Pasión para con todos los hombres, sus hermanos; decisión de seguir los ejemplos de mansedumbre, paciencia, misericordia, perdón de las ofensas y abandono confiado en las manos del Padre, que Jesús dio de modo abundante y eficaz durante su Pasión.

Fuera de la celebración litúrgica, la lectura de la Pasión se puede "dramatizar" si es oportuno, confiando a lectores distintos los textos correspondientes a los diversos personajes; asimismo, se pueden intercalar cantos o momentos de silencio meditativo.

CALENDARIO

3 JUEVES DESPUÉS DE CENIZA, feria

Misa
de feria (morado).
MISAL: ants. y oracs. props., Pf. Cuaresma.
LECC.: vol. II. 
La Cuaresma: Elegir entre la vida o la muerte.
- Dt 30, 15-20. Mira: yo os propongo hoy bendición y maldición.
- Sal 1. R. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
- Lc 9, 22-25. El que pierda su vida por mi causa la salvará.

Liturgia de las Horas: oficio de feria.

Martirologio: elogs. del 4 de marzo, pág. 190.
CALENDARIOS: Bilbao, Pamplona y Tudela, San Sebastián y Vitoria: Santos Emeterio y Celedonio, mártires (conm.).
Calahorra y La Calzada-Logroño: El martirio de los santos Emeterio y Celedonio, mártires (conm.).

TEXTOS MISA

Jueves después de Ceniza

Antífona de entrada Cf. Sal 54, 17-20. 23
Cuando invoqué al Señor, él escuchó mi voz y me salvó de los enemigos. Encomienda al Señor tus afanes, que él te sustentará.
Dum clamárem ad Dóminum, exaudívit vocem meam ab his, qui appropínquant mihi. Iacta cogitátum tuum in Dómino, et ipse te enútriet.

Oración colecta
Te pedimos, Señor, que inspires, sostengas y acompañes nuestras obras, para que nuestro trabajo comience en ti, como en su fuente, y tienda siempre a ti, como a su fin. Por nuestro Señor Jesucristo.
Actiónes nostras, quaesumus, Dómine, aspirándo praeveni et adiuvándo proséquere, ut cuncta nostra operátio a te semper incípiat, et per te copta finiátur. Per Dóminum.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Jueves después de Ceniza (Lec. II).

PRIMERA LECTURA Dt 30, 15-20
Mira: yo os propongo hoy bendición y maldición
Lectura del libro del Deuteronomio.

MOISÉS habló al pueblo, diciendo: 
«Mira: hoy pongo delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal. Pues yo te mando hoy amar al Señor, tu Dios, seguir sus caminos, observar sus preceptos, mandatos y decretos, y así vivirás y crecerás y el Señor, tu Dios, te bendecirá en la tierra donde vas a entrar para poseerla. 
Pero, si tu corazón se aparta y no escuchas, si te dejas arrastrar y te postras ante otros dioses y les sirves, yo os declaro hoy que moriréis sin remedio; no duraréis mucho en la tierra adonde tú vas a entrar para tomarla en posesión una vez pasado el Jordán. 
Hoy cito como testigos contra vosotros al cielo y a la tierra. Pongo delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Elige la vida, para que viváis tú y tu descendencia, amando al Señor, tu Dios, escuchando su voz, adhiriéndote a él, pues él es tu vida y tus muchos años en la tierra que juró dar a tus padres, Abrahán, Isaac y Jacob».

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6 (R.: Sal 39, 5ab)
R. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Beátus vir qui pósuit Dóminum spem suam.

V. Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche.
R. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Beátus vir qui pósuit Dóminum spem suam.

V. Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin.
R. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Beátus vir qui pósuit Dóminum spem suam.

V. No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal.
R. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Beátus vir qui pósuit Dóminum spem suam.

Versículo antes del Evangelio Mt 4, 17
Convertíos –dice el Señor–, porque está cerca el reino de los cielos.
Paeniténtiam ágite, dicit Dóminus; appropinquávit regnum caelórum.

EVANGELIO Lc 9, 22-25
El que pierda su vida por mi causa la salvará
 Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día». 
Entonces decía a todos: 
«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se arruina a sí mismo?».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Papa Francisco, Ángelus 19-junio-2016
No se trata de una cruz ornamental, o de una cruz ideológica, sino que es la cruz del propio deber, la cruz del sacrificarse por los demás con amor –por los padres, los hijos, la familia, los amigos, también por los enemigos–, la cruz de la disponibilidad para ser solidarios con los pobres, para comprometerse por la justicia y la paz. Asumiendo esta actitud, estas cruces, siempre se pierde algo. No debemos olvidar jamás que «quien perderá la propia vida [por Cristo], la salvará» (Lc 9, 24). Es un perder para ganar. Y recordamos a todos nuestros hermanos que aún hoy ponen en práctica estas palabras de Jesús, ofreciendo su tiempo, su trabajo, su propia fatiga y hasta su vida para no renegar de su fe en Cristo. Jesús, mediante su Espíritu Santo, nos da la fuerza para ir hacia adelante en el camino de la fe y del testimonio: actuar de acuerdo con lo que creemos; no decir una cosa y hacer otra. 


Oración de los fieles
Oremos a Dios Padre, que pone ante nosotros la vida y el bien.
- Para que la Iglesia sea como el árbol plantado al borde de la acequia, que da fruto en su sazón. Roguemos al Señor.
- Para que los creyentes de las diversas religiones no se limiten a guardar las formas externas, sino que busquen una auténtica experiencia de Dios. Roguemos al Señor
- Para que los que ejercen poder o autoridad sobre las personas y los pueblos, ante los conflictos, opten siempre por las soluciones que llevan a una vida humana en condiciones dignas. Roguemos al Señor.
- Para que nosotros también nos decidamos a seguir a Cristo, cargando con la cruz de cada día. Roguemos al Señor.
Dios, Padre nuestro, tú quieres que vivamos y crezcamos; atiende la oración de tu pueblo, que quiere escuchar tu voz, pues tú eres nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración sobre las ofrendas
Mira, Señor, propicio las ofrendas que presentamos en tu altar, para que nos obtengan el perdón y proclamen la gloria de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Hóstias, quaesumus, Dómine, propítius inténde, quas sacris altáribus exhibémus, ut, nobis indulgéntiam largiéndo, tuo nómini dent honórem. Per Christum.


Antífona de comunión Sal 50, 12
Oh, Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme.
Cor mundum crea in me, Deus, et spíritum rectum ínnova in viscéribus meis.

Oración después de la comunión
Te pedimos, Dios todopoderoso, después de recibir la gracia del don celestial, que este sea siempre para nosotros causa de perdón y salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Caeléstis doni benedictióne percépta, súpplices te, Deus omnípotens, deprecámur, ut hoc idem nobis semper et indulgéntiae causa sit et salútis. Per Christum.

Oración sobre el pueblo. Se puede añadir ad libitum
V. El Señor esté con vosotros. R.
V. Inclinaos para recibir la bendición.
Dios todopoderoso, que has mostrado a tu pueblo el camino de la vida eterna, te pedimos que, a través de él, nos hagas llegar hasta ti, luz indeficiente. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Qui pópulo tuo, omnípotens Deus, notas fecísti vias vitae aetérnae, per eas ad te, lumen indefíciens, nos fácias, quaesumus, perveníre. Per Christum.
V. Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo +, y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros y os acompañe siempre. R.

MARTIROLOGIO

Elogios del 4 de marzo
S
an Casimiro
, hijo del rey de Polonia, que, siendo príncipe, destacó por el celo en la fe, por la castidad y la penitencia, la benignidad hacia los pobres y la devota veneración a la Eucaristía y a la Bienaventurada Virgen María, y, aún joven, consumido por la tuberculosis, descansó piadosamente en la ciudad de Grodno, cerca de Vilna, en Lituania. (1484)
2. En Nicomedia, ciudad de Bitinia, hoy Turquía, santos Focio, Arquelao, Quirino y otros diecisiete, todos mártires (s. III/IV).
3*. En Tréveris, en el territorio de Renania, en Austrasia, actual Alemania, san Basino, obispo, de la familia de los duques del reino de Austrasia, que primero fue monje, después abad de San Máximo de Tréveris, y elevado finalmente a la sede episcopal de la ciudad, aprobó la fundación del monasterio de Echternach, realizada por santa Irmina. (705)
4*. En Comacchio, en la actual región italiana de Emilia-Romaña, san Apiano, monje, que, enviado desde el monasterio de Pavía, llevó en esta ciudad vida eremítica. (s. VIII)
5*. En el monasterio de Cava de' Tirreni, en la región de Campania, en Italia, san Pedro, que, habiendo seguido desde su juventud vida eremítica, fue elegido obispo de Policastro, pero cansado del clamor de la vida mundana, regresó al monasterio, donde, constituido abad, restableció admirablemente la disciplina. (1123)
6*. En Chambery, en Saboya, hoy Francia, beato Umberto, tercer conde de Saboya, que, coaccionado a dejar el claustro para ocuparse del gobierno, regresó más tarde a la vida monástica, que vivió con fidelidad. (1188)
7*. En Londres, en Inglaterra, beatos Cristóbal Bales, presbítero, Alejandro Blake y Nicolás Horner, mártires, los cuales, que en la persecución llevada a cabo bajo el reinado de Isabel I, recibieron, al mismo tiempo, la corona de la gloria. (1590)
8*. En el cenobio de Saint-Sauveur-le-Vicomte, en Normandía, región de Francia, beata Plácida (Eulalia) Viel, virgen, que brilló por su celo y humildad dirigiendo la Congregación de las Escuelas Cristianas de la Misericordia. (1877)
9*. En Vicenza, ciudad de Italia, beato Juan Antonio Farina, obispo, cuyo trabajo en el campo de la pastoral fue intenso. Fundó el Instituto de las Hermanas Maestras de Santa Dorotea Hijas de los Sagrados Corazones, para la formación de las jóvenes pobres y ayuda a las personas afligidas por la marginación. (1888)
10*. En la villa de Berezwecz, cerca de la ciudad de Glebokie, en Polonia, beatos Miecislao Bohatkiewick, Ladislao Mackowiak y Estanislao Pyrtek, presbíteros y mártires, que, por la fe de Cristo que profesaban, en tiempo de guerra fueron encarcelados y después fusilados. (1942)
- Beato Zoltán Ludovico Meszlényi (1892- Kistárcsa, Hungría 1951). Obispo Auxiliar de Esztergom Hungría, mártir, preso del régimen comunista en el campo de concentración di Kistarcsa, murió aislado, después de ocho meses de una prisión cruel, con frío y hambre, trabajos forzados, violencia y torturas.
- Beata Marie Louise de Lamoignon (1763- Vannes, Francia 1825). Esposa, madre de familia, viuda al ser guillotinado su marido durante la Revolución francesa. Fundadora y Superiora de las Hermanas de la Caridad de San Luis de Vannes, es conocida como Madre San Luis.

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