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martes, 24 de marzo de 2020

Bendición de una bandera.

Bendicional, 31 de mayo de 1984 (ed. española 19-marzo-2020)

Segunda parte. Bendiciones que atañen a las construcciones y a las diversas actividades de los cristianos.

CAPÍTULO XXII
BENDICIÓN DE UNA BANDERA

793. En muchos lugares los miembros de algunos grupos religiosos, civiles e incluso militares, piden la bendición de sus respectivas banderas. Esta práctica puede admitirse e incluso recomendarse mientras el deseo de esta bendición no incluya aspectos o matices poco afines al Evangelio.

794. Antes de bendecir una determinada bandera es, por tanto, necesario saber cuál será el uso de la misma, pues sólo podrán bendecirse las destinadas a las asociaciones religiosas o las de aquellas otras que prestan su ayuda en las necesidades públicas y las que son propias de una nación o de un pueblo.Para las banderas de carácter religioso se usará la primera fórmula; para las de carácter civil la segunda.

795. Como lecturas bíblicas pueden usarse, además de las que figuran en el mismo rito, otras lecturas bíblicas que aludan al carácter o finalidad de la asociación que va a servirse de la bandera.

RITO DE LA BENDICIÓN

796. El ministro, al comenzar la celebración, dice:
Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
R. Que hizo el cielo y la tierra.

797. Uno de los presentes, o el mismo ministro, lee un breve texto de la Sagrada Escritura.

Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte Núm 21, 6-9
Escuchad ahora, hermanos, las palabras del libro de los Números.

El Señor envió contra el pueblo serpientes abrasadoras que los mordían, y murieron muchos de Israel. Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo: «Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes». Moisés rezó al Señor por el pueblo y el Señor le respondió: «Haz una serpiente abrasadora y colócala en un estandarte: los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirarla». Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a alguien, este miraba a la serpiente de bronce y salvaba la vida.

Palabra de Dios.

798. O bien:

El monte de la casa del Señor, signo para los gentiles Is 2, 2
Escuchad ahora, hermanos, las palabras del profeta Isaías.

En los días futuros estará firme el monte de la casa del Señor, en la cumbre de las montañas, más elevado que las colinas. Hacia él confluirán todas las naciones.

Palabra de Dios.

799. O bien:

La raíz de Jesé será elevada como enseña de los pueblos Is 11, 1-10
Escuchad ahora, hermanos, las palabras del profeta Isaías.

Aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz florecerá un vástago. Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de sabiduría y entendimiento, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y temor del Señor. Lo inspirará el temor del Señor. No juzgará por apariencias ni sentenciará de oídas; juzgará a los pobres con justicia, sentenciará con rectitud a los sencillos de la tierra; pero golpeará al violento con la vara de su boca, y con el soplo de sus labios hará morir al malvado. La justicia será ceñidor de su cintura, y la lealtad, cinturón de sus caderas. Habitará el lobo con el cordero, el leopardo se tumbará con el cabrito, el ternero y el león pacerán juntos: un muchacho será su pastor. La vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas; el león como el buey, comerá paja. El niño de pecho retoza junto al escondrijo de la serpiente, y el recién destetado extiende la mano hacia la madriguera del áspid. Nadie causará daño ni estrago por todo mi monte santo: porque está lleno el país del conocimiento del Señor, como las aguas colman el mar. Aquel día, la raíz de Jesé será elevada como enseña de los pueblos: se Volverán hacia ella las naciones y será gloriosa su morada.

Palabra de Dios.

800. Seguidamente el ministro, con las manos extendidas, dice una las siguientes oraciones de bendición:

Para una bandera de carácter religioso:
Oh, Dios,
que con la Sangre preciosa de tu Hijo, 
consagraste el estandarte santo de la cruz 
y quisiste que el árbol santo 
fuera para los fieles 
el signo de la salvación; 
bendice esta bandera 
que hoy te presentan tus hijos, 
y concede a cuantos confiesan a Jesucristo 
como su Dios y su Señor, 
avanzar, guiados por esta bandera, 
por las sendas del Evangelio 
y ser para sus hermanos, 
ejemplo de justicia, 
de fraternidad y de amor. 
Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.

Para una bandera de carácter civil:
Oh, Dios, que has hecho de todas las naciones 
un solo pueblo consagrado a ti; 
bendice esta bandera 
que hoy te presentan tus hijos
y haz que, bajo tu protección, 
cuantos se sirvan de ella 
obtengan con abundancia el logro de sus ideales 
(el bien de su Patria) 
y progresen también 
en el amor y comprensión 
hacia todos los hombres. 
Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.

801. Según las circunstancias, el ministro rocía con agua bendita a los presentes y la bandera.

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