Ed. española 1979.
Reformado según los decretos del Concilio Vaticano II, aprobado por el episcopado español y confirmado por la Sagrada Congregación para los sacramentos y el culto divino.
COMISIÓN EPISCOPAL ESPAÑOLA DE LITURGIA
PRESENTACIÓN
La Comisión Episcopal Española de Liturgia ofrece en este libro a las Congregaciones e Institutos religiosos un Ritual para las diversas celebraciones litúrgicas que expresan y jalonan los momentos culminantes de la vida con sagrada.
El propósito del Concilio Vaticano Il se formula claramente en el número 80 de la Constitución sobre la Sagrada Liturgia:
«Revísese el rito de la consagración de vírgenes, que forma parte del Pontifical romano.Redáctese, además, un rito de profesión religiosa y de renovación de votos que contribuya a una mayor unidad, sobriedad y dignidad, con obligación de ser adoptado por aquellos que realizan la profesión o renovación de votos dentro de la Misa, salvo derecho particular.Es laudable que se haga la profesión religiosa dentro de la Misa».
Sólo el Ritual de la consagración de vírgenes figuraba hasta el presente entre los libros litúrgicos oficiales de la Iglesia. La novedad de incluir dentro de los mismos un Ritual de profesión y de renovación de votos constituye una prueba más del aprecio que hace la Iglesia de la vida consagrada, atendiendo al pluralismo de los numerosos rituales privados que han ido surgiendo en los dos últimos siglos.
1. Unidad, sobriedad y dignidad de los nuevos Rituales
El fundamento, la motivaciones últimas y el fin principal de la vida religiosa es idéntico, aunque concretado en diversas formas, Las nuevos Rituales particulares deben coincidir en el esquema y en los textos de este Ritual tipo:
- El orden de las partes tiene gran importancia por cuanto es expresión del dinamismo de la celebración. Todo don viene de Dios y el tiene siempre la iniciativa: De ahí que la celebración comience siempre por la Liturgia de la Palabra, continúe con el escrutinio o interrogatorio en el que se expresa la respuesta del hombre, se pida la gracia de Dios por medio de la letanías y culmine en la fórmula de profesión y en la bendición de los profesos, que asocia la respuesta y la aceptación mediadora de la Iglesia. La entrega de las insignias, litúrgicamente secundaria, expresa externa y visiblemente el hecho mismo de la consagración.
- Todos los Rituales, según la voluntad del Concilio, deben ser sobrios y dignos tratando de expresar con mayor claridad las cosas santas que significan y, en lo posible, el pueblo cristiano pueda comprenderlas fácilmente y participar en ellas por medio de una celebración plena, activa y comunitaria (S. C., 21).
2. Los Rituales particulares expresarán también lo que es característico de cada congregación
La vida consagrada que es fundamentalmente una, se puede vivir y expresar a través de diversos matices. Más que añadir nuevos ritos o formulas oracionales se trata de elegir entre las propuestas aquellas que más se adaptan al carisma propio de cada Instituto, o de adaptar los textos que se proponen con expresiones más concretas.
Así, por ejemplo, se puede pensar en incorporar expresiones del antiguo Ritual de la Congregación respectiva, siempre que no contradiga el espíritu del Ritual-tipo ni se falte a la sobriedad y dignidad pedida por el Concilio. En este sentido, es claro que no pueden incorporarse oraciones y ritos complicados o barrocos que podrían oscurecer lo que es central en las líneas de la celebración.
Un caso particular que necesita más frecuentemente ser adaptado es la entrega de las insignias: aquí la expresividad no está reñida tampoco con la sobriedad. Deben evitarse las explicaciones alegóricas de las insignias, sobre todo cuando se utilizan los textos de la Escritura.
Es muy importante señalar la relación con la comunidad eclesial de la cual no se separa el religioso. La profesión religiosa está relacionada íntimamente con el misterio eucarístico y todos los ritos que la acompañan deben subrayar esta participación en el misterio esencial de Jesucristo.
Finalmente, téngase especial cuidado de respetar el significado peculiar de la Bendición solemne o consagración de los profesos. Esta oración viene a ser como la culminación de la Profesión por la intervención divina que ratifica la entrega que los profesos han hecho de sus personas. Por esta razón el género literario de la misma es más solemne y poético y exige una cierta amplitud que la diferencia de las demás oraciones. En ella se expresa la inserción del neorreligioso en la Historia de la Salvación universal y en la misma comunidad eclesial.
Madrid, 2 de febrero de 1979, festividad de la Presentación del Señor
NARCISO JUBANY ARNAU
Cardenal Arzobispo de Barcelona
Presidente de la Comisión Episcopal de Liturgia
Prot. CD 1078 78
A LAS DIÓCESIS DE ESPAÑA
A instancias del Eminentísimo Señor Cardenal Narciso Jubany Arnau, Arzobispo de Barcelona, Presidente de la Comisión de Liturgia de la Conferencia Episcopal de España, en carta de fecha del 11 de octubre de 1978, y en virtud de las facultades concedidas a esta Sagrada Congregación por el Sumo Pontífice Juan Pablo II, gustosamente aprobamos o confirmamos la versión española del Ritual de la profesión religiosa y del Ritual de la consagración de vírgenes, según consta en el adjunto ejemplar.
En la impresión del texto hágase mención de la confirmación concedida por la Sede Apostólica. De la edición impresa enviense dos ejemplares a esta Sagrada Congregación.
Sin que obste nada en contrario.
En la sede de la Sagrada Congregación para los Sacramentos y el Culto Divino, dia 31 de octubre de 1978.
Virgilio Noé
Secretario A
J. Gibert
O. Cist.
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