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viernes, 29 de enero de 2021

Religiosas. Rito de la profesión temporal dentro de la misa.

Ritual de la profesión religiosa (2-febrero-1970)
Ed. española 1979.

SEGUNDA PARTE
RITUAL DE LA PROFESIÓN DE LAS RELIGIOSAS

CAPITULO II

RITO DE LA PROFESIÓN TEMPORAL DENTRO DE LA MISA

14. El rito que se describe en este capítulo, se realiza dentro de la Misa. Solamente pueden utilizarlo las religiosas que emitan la primera profesión, después de acabar satisfactoriamente el noviciado (cf. «Observaciones previas» 5)*

*Quienes, después del noviciado, se comprometen solamente con una promesa o con otros vínculos, utilizarán el rito propio, que se detalla más adelante (Rito de la promesa).

Bendición del hábito la víspera de la profesión

15.
Es conveniente entregar el hábito la víspera de la profesión a las novicias admitidas a la primera profesión, pero no el velo.

16. El sacerdote u otro ministro competente bendice el hábito, excepto el velo con esta o parecida oración:

V. Nuestro auxilio es el nombre del Señor.

R. Que hizo el cielo y la tierra.

V. El Señor esté con vosotros.

R. Y con tu espíritu.

Oremos
Oh Dios,
que revestiste de carne mortal a tu Hijo Jesucristo
en el seno de la Virgen Madre,
derrama tu copiosa bendición sobre estas vestiduras;
y concede a tus hijas
que, llevándolas,
prefiguren en la tierra la futura resurrección
y merezcan ser vestidas de inmortalidad.
Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.

Se rocían según las circunstancias los vestidos con agua bendita.

17. A una hora prefijada, la Superiora reúne a la comunidad y novicias y prepara sus mentes con una alocución breve para el rito de la profesión del dia siguiente. Después entrega el hábito religioso a cada una de las novicias, excepto el velo, para que, ya vestidas, entren procesionalmente en la Misa.

18. Se dice la Misa que corresponde a la liturgia del día o la Misa ritual para el dia de la primera profesión de las religiosas, conforme a las rúbricas (cf. «Observaciones previas», núm. 9-11).

19. La profesión religiosa, se hace, normalmente, ante la sede. En un lugar apropiado del presbítero prepárese un sitial para la Superiora que ha de recibir la profesión de las hermanas. Colóquense en el presbiterio los asientos para las religiosas que van a profesar de tal forma que los fieles puedan seguir perfectamente toda la acción litúrgica.

20. Las religiosas de clausura papal, según las leyes generales de la Iglesia y las suyas particulares, pueden emitir la profesión temporal en el presbiterio.

21. Prepárese en abundancia el pan y el vino para consagrar, de manera que haya suficiente para los ministros, las que van a profesar, sus padres, familiares, amigos y hermanas en religión; por tanto, si se emplea solo un cáliz que sea suficientemente capaz.

22. Además de lo que es necesario para la celebración de la Misa, prepárese: a) el Ritual de la profesión religiosa; b) el velo, si la familia religiosa determina entregarlo a sus miembros en la primera profesión (cf. «Observaciones previas», núm. 5); c) el libro de la Regla o de las Constituciones y las demás insignias de la profesión religiosa, que, por ley o por costumbres, deben entregarse.

RITO DE ENTRADA

23.
Reunidos el pueblo y la comunidad religiosa, y después de preparar bien todo lo necesario, avanza la procesión por medio de la iglesia hasta el altar, mientras el coro, con el pueblo, canta el introito de la Misa. La procesión se hace del modo acostumbrado y es recomendable que participen en ella las que van a profesar, acompañadas de la Superiora y la Maestra.

24. Al llegar al presbiterio, hacen una reverencia ante el altar y se colocan todas en los lugares designados para ellas; luego continúa la Misa.

LITURGIA DE LA PALABRA

25.
En la liturgia de la Palabra se hace todo según es costumbre, excepto lo siguiente:

a) Se pueden tomar las lecturas de la Misa del dia o de los textos que se señalan en el Leccionario, p. 191 (cf. Observaciones previas, núms. 9-10).

b) Puede omitirse el Credo, aunque se prescriba en las rúbricas de la liturgia del dia.

PROFESIÓN RELIGIOSA

Llamada o petición

25.
Después de la lectura del Evangelio, el Celebrante y el pueblo se sientan mientras que las que van a profesar permanecen de pie. Después, si parece oportuno o las circunstancias lo piden, el Diácono o la Maestra llama por su nombre a las que van a profesar. Y ellas responden:

Aquí estoy, Señor; tú me has llamado.

o de otro modo, según la costumbre de la familia religiosa o del lugar.

27. Después el Celebrante pregunta a las que van a profesar con estas o semejantes palabras:

Queridas hijas (hermanas),
¿qué pedís a Dios y a su santa Iglesia?

Todas las que van a profesar responden a la vez con estas o parecidas palabras:

La misericordia del Señor
y la admisión en esta Congregación de N.

El Celebrante y todas las religiosas de la comunidad responden:

Te damos gracias, Señor.

o de otro modo adecuado.

28. Si parece oportuno, puede omitirse la llamada y las preguntas del Celebrante y se hace la petición de la manera siguiente: una de las que van a profesar, de pie, en nombre de todas, dirigiéndose a la Superiora, dice estas o semejantes palabras:

Nosotras, N. y N.,
después de conocer vuestra Regla
y de vivir fraternalmente entre vosotras un tiempo de prueba,
te pedimos, Madre (Hermana),
poder consagrarnos a Dios y a su reino,
haciendo santa profesión en esta Congregación de N.

La Superiora y las religiosas responden:

Te damos gracias, Señor.

o de otro modo semejante.

Homilía y exhortación

29.
Luego se sientan también las que van a profesar y tiene lugar la homilía o exhortación. En ella se comentan oportunamente las lecturas bíblicas y el don de la profesión religiosa para santificación de las elegidas y bien de la Iglesia y de la humanidad.

Interrogatorio


30.
Al acabar la homilía, las que van a profesar se levantan. El Celebrante las pregunta si están dispuestas a entregarse a Dios y avanzar por la senda de la caridad perfecta, según la Regla o Constituciones de la familia religiosa.

Las preguntas que aquí se indican pueden cambiarse u omitirse en parte, según la naturaleza e indole de cada familia religiosa.

El Celebrante pregunta:


Queridas hijas (hermanas):
consagradas ya a Dios por el agua y el Espíritu Santo,
¿queréis uniros más estrechamente a él
por la profesión religiosa?

Todas las que van a profesar responden a la vez:

Sí, quiero.

Celebrante:

¿Queréis guardar castidad por el reino de los cielos,
aceptar voluntariamente la pobreza
y prometer obediencia,
para seguir a Cristo con mayor perfección?

Las que van a profesar:

Sí, quiero.

31. Entonces el Celebrante confirma esta decisión, diciendo, por ejemplo:

Que Dios omnipotente os lo conceda por su gracia.

Todas:

Amén.

Petición de la ayuda de Dios

32.
Después el Celebrante pide el auxilio divino, diciendo:

Oremos

Y todos oran en silencio durante unos momentos. Luego añade:

Mira, Señor, con bondad
a estas hijas tuyas
que, en presencia de la Iglesia,
quieren consagrarte hoy su vida
prometiendo guardar los consejos evangélicos;
que su modo de vivir, Señor, te glorifique
y contribuya a la salvación de los hombres.
Por Jesucristo nuestro Señor.

Todos

Amén.

Profesión

33.
Al acabar la oración dos religiosas, si es costumbre de la familia religiosa, se acercan al sitial de la Superiora y actúan como testigos. Cada una de las que van a profesar, se acerca a la Superiora y lee la fórmula de la profesión.

Si son muchas las que van a profesar pueden recitar la fórmula de la profesa in todas a la vez, pero cada una tiene que concluir particularmente con las palabras «así prometo», u otras semejantes que demuestren abiertamente la decisión personal.

Emitida la profesión, las religiosas vuelven a su sitio y permanecen alli de pie.

Entrega de las insignias de la profesión


34.
Si hay que entregar el velo, el Celebrante, con la ayuda de la Superior y la Maestra, cubre a cada una con el velo, mientras dice, por ejemplo:

Recibe este velo,
signo de tu consagración a Cristo, el Señor,
y de tu dedicación al servicio de la Iglesia.

La profesa responde:

Amén.

35. Donde hay costumbre, el Celebrante la entrega el libro de la Regla o de las Constituciones con esta u otra fórmula:

Recibe la Regla de esta Congregación,
para que, observándola fielmente,
vivas siempre en caridad.

La profesa responde:

Amén.

Y después de recibir el libro, vuelve a su sitio.

36. Cuando la primera o la segunda profesa han recibido el velo y la Regla, el coro entona la antifona:

Busqué al Amor de mi alma.

con el salmo 44 u otro canto apropiado. La antifona se repite después de cada dos versículos. Al acabar el salmo no se dice «Gloria al Padre», sino la antifona. Si la entrega de las insignias se acaba antes de concluir el salmo, se interrumpe éste y se repite la antifona.

37. Si según las leyes o costumbres de la familia religiosa hay que entregar otras insignias de la profesión, se entregan en silencio o con una fórmula apropiada. Pero en esto hay que guardar gran sobriedad.

38. Otro modo de entregar las insignias de la profesión se señala en los números 98-100.

Conclusión del rito de la profesión


39.
El rito concluye aptamente con una oración universal o de los fieles. Puede tomarse la fórmula que se propone en los números 101-103.

LITURGIA EUCARÍSTICA

40.
Mientras se canta el Ofertorio, es recomendable que algunas de las religiosas que acaban de profesar lleven al altar el pan, vino y agua para el Sacrificio eucarístico.

41. Después de decir «la paz del Señor», el celebrante, de un modo conveniente, da la paz a las religiosas que acaban de profesar y a toda la asamblea.

42. Cuando el celebrante ha tomado el Cuerpo y la Sangre del Señor, las nuevas profesas se acercan al altar para recibir la comunión, que se puede distribuir bajo las dos especies. Después de ellas comulgan, del mismo modo, sus padres, familiares y hermanas en religión.

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