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domingo, 31 de enero de 2021

Religiosas. Textos diversos que se pueden utilizar en los ritos de la profesión religiosa.

Ritual de la profesión religiosa (2-febrero-1970)
Ed. española 1979.

SEGUNDA PARTE
RITUAL DE LA PROFESIÓN DE LAS RELIGIOSAS

CAPITULO V

TEXTOS DIVERSOS QUE SE PUEDEN UTILIZAR EN LOS RITOS DE LA PROFESIÓN RELIGIOSA

I. OTRA FORMA DE ENTREGAR LAS INSIGNIAS DE LA PRIMERA PROFESIÓN


98. Si las nuevas profesas son muchas, o por otro motivo justo, el Celebrante entrega las insignias de la profesión recitando una sola vez para todas la fórmula:

Recibid, hijas queridas, el velo y la Regla,
signo de vuestra profesión religiosa;
manteneos siempre unidas a Cristo, el Señor,
y vivid durante toda vuestra vida lo que aprendisteis
con prontitud gozosa.

Todas las profesas responden a la vez:

Amén.

Y se acercan al celebrante que, ayudado por la Superiora y la Maestra las cubre con el velo y las entrega la Regla.

Luego se vuelven a su sitio.


99. Entretanto el coro entona la antifona:

Busqué al Amor de mi alma.

con el salmo 44 u otro apropiado. Después de cada dos versículos se repite la antifona; al final del salmo no se dice «Gloria al Padre», sino la antifona. Si se acaba la entrega de las insignias antes de terminar el salmo, se interrumpe el salmo y se repite la antifona.

100. Si, según las leyes y costumbres de la familia religiosa, hay que entregar otras insignias de la profesión, se entregarán en silencio o con una fórmula adecuada. Sin embargo, en esto se debe guardar una gran sobriedad.

II. ORACIÓN UNIVERSAL O DE LOS FIELES, «AD LIBITUM»

101. Monición


a) En la Misa de la primera profesión.

Al celebrar, queridas hermanas,
el misterio pascual de Cristo
y el comienzo de la profesión religiosa de estas hermanas,
oremos unidos a Dios Padre todopoderoso
por Jesucristo, autor de la vida evangélica.

b) En la Misa de renovación de votos.

Al recordar, queridas hermanas, las palabras de Cristo:
«Sin mí no podéis hacer nada»,
por medio de él oremos al Padre de las misericordias
en favor de la salvación del mundo,
de la tranquilidad de los tiempos,
y de estas hermanas nuestras
que hoy han renovado los votos de la vida religiosa.

102. Intenciones

I. a)
Por la Santa Iglesia de Dios,
para que adornada por las virtudes de sus hijas,
sea cada día esposa más digna de Cristo.
Roguemos al Señor.

b) Por el Papa y todos los Obispos,
para que el Espíritu Santo que lleno a los Apóstoles
descienda incesantemente sobre sus sucesores
Roguemos al Señor.

c) Por todos los servidores de la Iglesia,
para que de palabra y de obra
lleven hacia la salvación
al pueblo que les ha sido encomendado,
Roguemos al Señor.

II. a) Por la paz y la salvación del mundo,
para que todos los religiosos
sean pregoneros y ministros de la paz de Cristo.
Roguemos al Señor.

b) Por todos los dedicados al servicio divino,
para que, aspirando a las cosas del cielo,
fomenten constantemente el progreso de los hombres.
Roguemos al Señor.

c) Por todos los cristianos,
para que perciban atentamente la voz de Dios,
que los llama a la santidad.
Roguemos al Señor.

III. a) Por todos los religiosos,
para que ofrezcan hostias espirituales a Dios,
con el cántico del corazón y de los labios,
con los trabajos del espíritu y del cuerpo,
y con los sufrimientos de la vida terrena.
Roguemos al Señor.

b) Por todos los que siguen los consejos evangélicos,
para que el precepto del amor fraterno brille sobre ellos,
y tengan, como los primeros discípulos de Jesús,
un solo corazón y una sola alma.
Roguemos al Señor.

c) Por todos los consagrados a Dios en la vida religiosa,
para que participen de la vida de la Iglesia
y fomenten sus iniciativas y propósitos
en la medida de sus fuerzas.
Roguemos al Señor.

d) Por todos los religiosos,
para que cada uno, siguiendo su vocación,
aumente la santidad de la Iglesia
y se consagre a la propagación del reino de Dios.
Roguemos al Señor.

IV. a) Por estas hermanas nuestras
que hoy se consagran con mayor compromiso a Dios
en la profesión religiosa,
para que sean asiduas en la oración,
alegres en la penitencia
y celosas en el apostolado.
Roguemos al Señor.

b) Por las que hoy se entregan más íntimamente
al servicio divino,
para que aumente en ellas
el espíritu de amor fraterno
y de caridad activa para con todos.
Roguemos al Señor.

c) Por estas hermanas nuestras
que hoy se han consagrado a Cristo, el Señor,
para que, imitando a las vírgenes prudentes,
mantengan vivas las lámparas del amor y de la fe.
Roguemos al Señor.

d) Por estas religiosas
que hoy han reafirmado su santo propósito,
para que, vigilantes, esperen al Esposo
y merezcan entrar con él
a las bodas celestes.
Roguemos al Señor.

e) Por las que hoy profesan los consejos evangélicos,
para que la consagración religiosa
aumente aquella santidad
a la que están llamadas por el bautismo.
Roguemos al Señor.

f) Por todos nosotros, aquí reunidos,
para que cumpliendo fielmente
las palabras del Divino Maestro: «Sed perfectos»,
demos frutos dignos de santidad,
hasta llegar a la plenitud de Cristo,
en la Jerusalén celestial.
Roguemos al Señor.

103. Conclusión de las preces.

a) En la Misa de la primera profesión.


Protege a tu hijos, Señor,
y concédeles bondadoso
lo que te piden en favor de estas hermanas nuestras,
que te ofrecen las primicias de su donación.
Por Jesucristo nuestro Señor.

b) En la Misa de renovación de votos.

Autor de la verdad y Dios de la misericordia,
escucha las súplicas de tu pueblo,
y por intercesión de la bienaventurada Virgen María,
Madre de Dios,
concede la virtud de la perseverancia
a estas hijas tuyas
para que los votos que han renovado por tu gracia,
con tu ayuda los cumplan siempre.
Por Jesucristo nuestro Señor.

Todos:

Amén.

III. OTRA PLEGARIA DE BENDICIÓN SOLEMNE O DE CONSAGRACIÓN DE LAS PROFESAS

104.
 Señor Dios, creador del mundo y Padre de los hombres,
te alabamos y te damos gracias
porque de la estirpe de Abrahán elegiste un pueblo
y lo consagraste llamándolo pueblo de Dios.
A este pueblo, mientras peregrinaba por el desierto,
lo confortabas con tu palabra
y lo protegías con tu brazo.
A pesar de ser pobre y despreciado,
lo uniste a ti en alianza de amor.
Cuando se desviaba de tu dilección,
con misericordia lo llamabas
para que volviera al camino de la santidad,
y cuando volvía a ti, con amor de padre, salías a su encuentro,
hasta que lo llevaste a la tierra prometida.
Te bendecimos, Padre, ante todo,
porque has querido llevarnos al conocimiento de la verdad
por Jesucristo, Hijo tuyo y Hermano nuestro:
El, nacido de la Virgen María,
con su muerte, redimió a tu pueblo del pecado,
y, con su resurrección, le dio la esperanza de la vida futura.
Sentado a tu derecha,
envió el Espíritu Santo
para que llamase a innumerables discípulos,
que, siguiendo los consejos evangélicos,
consagren toda su vida
a la gloria de tu nombre y a la salvación de los hombres.
Pero es justo que hoy tu familia
te cante un cántico nuevo,
porque estas hermanas nuestras,
atendiendo a tu voz,
se consagran a tu servicio.
Derrama, pues, Señor, sobre estas hijas tuyas,
que por ti han dejado todas las cosas,
la abundancia del Espíritu Santo.
Brille en ellas, Padre, el rostro de tu Cristo
para que todos, al verlas,
reconozcan que él está presente en la Iglesia.
Que sepan, Señor, entregarse al servicio de sus hermanos,
conservando su corazón libre para ti;
que, ayudando a los afligidos,
consuelen a Cristo que sufre,
y al contemplar las maravillas del mundo,
vean siempre que tu providencia las gobierna.
Con la donación de su vida
apresuren el advenimiento del reino
y puedan asociarse a tus santos
y con ellos tener parte en el reino eterno.
Por Jesucristo nuestro Señor.

IV. OTRA FÓRMULA DE BENDICIÓN PARA EL FINAL DE LA MISA DE LA PROFESIÓN RELIGIOSA

105. Celebrante:

El Padre todopoderoso os conceda
ser constantes en la fe,
irreprochables en medio del mal,
abundar en el bien.

Todos:

Amén.

Celebrante:

El Señor Jesucristo, cuyas huellas seguís,
os conceda renovar en vuestra carne
el misterio de su muerte y resurrección.

Todos:

Amén.

Celebrante:

El fuego del Espíritu Santo
purifique vuestros corazones de toda mancha
y os inflame de amor divino.

Todos:

Amén.

Celebrante:

Y a todos vosotros
que habéis participado en esta celebración,
os bendiga Dios todopoderoso.
Padre, Hijo + y Espíritu Santo.

Todos:

Amén.

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