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miércoles, 30 de octubre de 2019

Plegaria Eucarística Niños III.


Misal Romano (3ª edición).

Apéndice V

PLEGARIAS EUCARÍSTICAS PARA LAS MISAS CON NIÑOS

1. El uso de estas plegarias eucarísticas debe tender siempre a que los niños se vayan introduciendo progresivamente en la participación activa y consciente en las misas habituales de toda la comunidad cristiana.

2. Por ello el uso de estas plegarias está limitado a las misas con niños, salvo siempre el derecho del Obispo, que puede autorizarías en aquellas misas en las que la presencia de los niños, sin ser exclusiva, es, con todo, muy relevante (Cf. Directorio para las misas con niños, núm, 19). El uso de estas plegarias puede ser especialmente aconsejable en las misas de las catequesis, en las celebradas en las escuelas y, sobre todo, en las de primera comunión.

3. Esta finalidad de introducir a los niños en la celebración de toda la familia cristiana es la razón por la cual no conviene que se modifiquen en estas plegarias las expresiones más comunes, como son el diálogo del prefacio, el canto del Santo (salvo lo que se dice con referencia al Santo en la Plegaria 1) y sobre todo las palabras de la consagración.

4. La participación más activa de los niños en la Eucaristía aconseja que, en algunas ocasiones, se aumente el número de las aclamaciones en el interior de la plegaria; con todo, hay que velar para que no se pierda en la celebración el carácter presidencial de la oración eucarística.

5. Para que los niños descubran con mayor facilidad que el sacerdote que preside la celebración representa a Jesucristo, no resulta ni pedagógico ni aconsejable en estas misas la concelebración. Si, con todo, on algún caso concreto parece conveniente la con-celebración, ha de velarse el modo especial en que los celebrantes observen la norma de pronunciar la plegaria eucarística -sobre todo las palabras de la consagración-en voz secreta. Por esta misma razón es mejor no usar en estas misas la posibilidad -siempre facultativa (Cf Ord. Gen. Misal romano, núms. 172, 181, 185 y 189)- de distribuir entre los concelebrantes las diversas intercesiones.

PLEGARIA EUCARÍSTICA PARA LA MISA CON NIÑOS III

8. Esta plegaria eucarística está especialmente indicada para subrayar ante los niños las diversas facetas del año litúrgico; por ello algunas de sus partes varían según los diversos tiempos del año litúrgico.

9. En esta plegaria se repite tres veces, después de la consagración, la misma aclamación, a fin de que, con esta repetición, quede subrayado ante los niños el carácter laudatorio de toda la plegaria eucarística.

PLEGARIA EUCARÍSTICA PARA LA MISA CON NIÑOS III

V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

El sacerdote, con las manos extendidas, continúa según los diversos tiempos del año litúrgico.

A. Tiempo ordinario:
Te damos gracias, Señor.
Tú nos has creado
para que vivamos para ti
y nos amemos los unos a los otros.
Tú quieres que nos miremos y dialoguemos como hermanos,
de manera que podamos compartir
las cosas buenas y también las difíciles.*

B. Tiempo de Adviento:
Te damos gracias, Señor.
Tú nos has creado
para que podamos conocerte, amarte
y vivir siempre contigo.
Muchas veces has ofrecido a los hombres tu amistad
y por medio de los profetas
nos has enseñado a esperar en tus promesas.
Cuando llegó el tiempo,
que tu pueblo había deseado tanto,
nos mandaste a tu único Hijo
como hermano mayor de nuestra familia,
para que todos pudiéramos vivir como amigos tuyos.
Cuando él vuelva al fin del mundo
nos invitará a la fiesta de la vida
en la felicidad de su casa.*

C. Tiempo de Navidad:
Te damos gracias, Señor,
porque en tu amor creaste el mundo
y no abandonaste en el mal
a los hombres que habían pecado,
sino que viniste a su encuentro.
Ahora nos has mandado a tu querido Hijo Jesús,
como luz que resplandece en las tinieblas.
Él era rico y se hizo pobre por nosotros,
para que nosotros fuéramos ricos con su amor.*

D. Tiempo de Cuaresma:
Te damos gracias, Señor,
porque haces cosas maravillosas
para darnos a conocer lo bueno que eres.
No sólo a los buenos sino también a los malos
les concedes días repletos de flores, de frutos
y de muchas cosas buenas,
para que las admiremos
y juntos gocemos de ellas.
Como Padre bueno tienes paciencia
con los que caen en el pecado
y esperas que se conviertan y sean mejores.*

E. Cincuentena pascual:
Te damos gracias, Señor,
porque tú eres el Dios de los vivientes,
que nos llamas a la vida
y quieres que gocemos de una felicidad eterna.
Tú has resucitado a Jesucristo
de entre los muertos,
el primero entre todos,
y le has dado una vida nueva.
A nosotros nos has prometido lo mismo:
una vida sin fin, sin penas ni dolores.*

*Por eso, Padre, estamos contentos y te damos gracias.
Nos unimos a todos los que creen en ti,
y con los santos y los ángeles
te cantamos con gozo:
Todos aclaman:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

El sacerdote, con las manos extendidas, dice:
Señor, tú eres santo.
Tú eres siempre bueno con nosotros
y misericordioso con todos.
Te damos gracias, sobre todo, por tu Hijo Jesucristo.

Y continúa según los diversos tiempos del año litúrgico.

A. Tiempo ordinario:
Él quiso venir al mundo
porque los hombres se habían separado de ti
y no lograban entenderse.
Él nos abrió los ojos
para que veamos que todos somos hermanos
y que tú eres el Padre de todos.

B. Tiempo de Adviento:
Él es tu Palabra que nos mantiene despiertos;
y en las cosas pequeñas y en las grandes
nos ayuda a descubrir
las pruebas de tu amor
y la alegría que viene de ti.*

C. Tiempo de Navidad:
Él es la verdadera luz del mundo,
que ha venido a iluminar
a todos los que lo buscan sinceramente.
Él es el Príncipe de la paz,
que nos hace renacer como hijos de Dios,
portadores de paz entre los hombres.
Él es Dios con nosotros,
que quiere que experimentemos ya desde este mundo
lo que será la alegría eterna del cielo.*

D. Tiempo de Cuaresma:
Él llama a todos los hombres
para que se conviertan y crean en el Evangelio.
Ofreciendo su vida en la cruz
nos ha librado del pecado y de la muerte
y nos ha dado un corazón nuevo
para que vivamos como él.*

E. Cincuentena pascual:
Él nos anunció la vida
que viviremos junto a ti
en la luz y en la eternidad;
nos enseñó también el camino de esa vida,
camino que hay que andar en el amor
y que él recorrió primero.*

Y prosigue:
* Él nos reúne ahora en torno a esta mesa,
porque quiere que hagamos
lo mismo que él hizo en la Ultima Cena.

Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:
Padre bueno,
envía tu Espíritu para santificar este pan y este vino,
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:
de manera que se conviertan
en el Cuerpo + y la Sangre de tu Hijo Jesucristo.
Junta las manos.

En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad, y con precisión, como lo requiere la naturaleza de éstas.
Porque Jesús, antes de morir por nosotros,
mientras estaba cenando por última vez con sus discípulos,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó el pan,
te dio gracias,
lo partió
y se lo dio, diciendo:
Se inclina un poco.
TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión.

Después prosigue:
Del mismo modo,
Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó el cáliz lleno de vino,
te dio gracias de nuevo
y lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.
TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL,
PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA
POR VOSOTROS Y POR MUCHOS
PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
Y les dijo también:
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión.

Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:
Por eso, Padre Santo,
estamos reunidos delante de ti
y recordamos llenos de alegría
todo lo que Jesús hizo para salvarnos.
En este santo sacrificio,
que él mismo entregó a la Iglesia,
celebramos su muerte y su Resurrección.
Padre, que estás en el cielo,
te pedimos que nos recibas a nosotros
con tu Hijo querido.
Él aceptó libremente la muerte por nosotros,
pero tú lo resucitaste.
Por eso, llenos de alegría, te cantamos:
Todos aclaman:
Señor, tú eres bueno,
te alabamos,
te damos gracias.

El sacerdote, con las manos extendidas, prosigue:
Él vive ahora junto a ti
y está también con nosotros.
Todos aclaman:
Señor, tú eres bueno,
te alabamos,
te damos gracias.

El sacerdote, con las manos extendidas, prosigue:
Él vendrá lleno de gloria al fin del mundo
y en su reino no habrá ya pobreza ni dolor,
nadie estará triste, nadie tendrá que llorar.
Todos aclaman:
Señor, tú eres bueno,
te alabamos,
te damos gracias.

El sacerdote, con las manos extendidas, prosigue:
Padre Santo, tú nos has llamado a esta mesa,
para que en la alegría del Espíritu Santo,
comamos el Cuerpo de tu Hijo.
Haz que este Pan de vida eterna
nos dé fuerza y nos ayude a servirte cada día mejor.
Acuérdate, Señor, del santo Padre, el Papa N.,
de nuestro Obispo N.,
[Aquí se ha ce mención del obispo coadjutor o de los obispos auxiliares: Del obispo coadjutor (auxiliar) N., o bien: y sus obispos auxiliares,. El obispo, cuando celebra en su diócesis, dice: de mi, indigno siervo tuyo. O bien, cuando celebra un obispo que no es el ordinario diocesano, dice: de mi hermano N., obispo de esta Iglesia de N., de mi, indigno siervo tuyo,]
y de todos los Obispos.

Y continúa según los diversos tiempos del año litúrgico.

A. Tiempo ordinario:
Ayuda a todos los que creemos en Cristo,
para que trabajemos por la paz del mundo
y sepamos comunicar a los demás nuestra alegría.*

B. Tiempo de Adviento:
Da a tus hijos la gracia de hacerlo todo bien,
incluso las cosas pequeñas de cada día,
y de disponemos así para recibir a Jesús que se acerca.*

C. Tiempo de Navidad:
Haz que tus hijos te den gloria en el cielo
y trabajen para que haya paz en la tierra
entre los hombres que tú amas.*

D. Tiempo de Cuaresma:
Concede a tus hijos la gracia
de hacer cada día las cosas que a ti te gustan,
para que así seamos luz del mundo
y ejemplo de bondad ante todos nuestros hermanos.*

E. Cincuentena pascual:
Llena los corazones de tus hijos
con la alegría de la Pascua,
para que la anuncien a todos los hombres que viven tristes.*

Y prosigue:
* Acuérdate también de nuestros hermanos que han muerto,
admítelos a contemplar la luz de tu rostro;
y concédenos que todos, un día,
junto con Cristo,
con María, la Madre de Jesús,
y todos los santos,
vivamos contigo en el cielo para siempre.
Junta las manos.
Toma la patena, con el pan consagrado, y el cáliz y, sosteniéndolos elevados, dice:
Por Cristo, con él y en él,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
Todos aclaman:
Amén.

Después sigue el rito de comunión.

TEXTO LATINO
1.
V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
V. Sursum corda.
R. Habémus ad Dóminum.
V. Grátias agámus Dómino Deo nostro.
R. Dignum et iustum est.

*Grátias ágimus tibi, Deus, qui nos creásti, ut tibi viverémus, nos ínvicem fratérne diligéntes. Tuum est munus quod mútuo contuéntes et colloquéntes, cuncta quae bona sunt, cuncta quae áspera, inter nos partíri valeámus.*
Tempore paschali sacerdos dicit:
*Quia tu es Deus vivéntium, qui nos ad vitam vocásti et vis, ut felicitáte aetérna fruámur. Primum quidem e nobis Iesum Christum suscitásti a mórtuis novámque ei vitam donásti. Idem es nobis pollícitus vitam sine término, sine misériis, sine dolóribus. *

De hoc, Pater, gavísi, et grátias referéntes, cum ómnibus, qui in te credunt, et cum Sanctis et Angelis confitémur in exsultatióne dicéntes:
Omnes acclamant:
Sanctus, Sanctus, Sanctus Dóminus Deus Sábaoth. Pleni sunt caeli et terra glória tua. Hosánna in excélsis. Benedíctus qui venit in nómine Dómini. Hosánna in excélsis.

2. Sacerdos, manibus extensis, prosequitur:
Vere sanctus es, Dómine, et erga nos omnes benígnus, cunctísque homínibus cleméntiam tuam osténdis. Tibi grátias ágimus, imprímis pro Fílio tuo Iesu Christo.

*Qui in mundum veníre dignátus est, quia dereliquérunt te hómines propter peccátum neque ámplius inter se eórum conséntiunt ánimi. Ipse óculos nostros et aures apéruit, ut te Patrem ómnium nostrum agnoscerémus et nos alterútrum diligerémus. *
Tempore paschali sacerdos dicit:
*Ipse nobis vitae núntium áttulit in splendóribus tuis apud te sine fine ducéndae, et illíus vitae viam nobis osténdit gréssibus amóris percurréndam, in qua nos ipse praecéssit. *

Nunc autem Christus ad unam nos cóngregat mensam, volens ut faciámus, quod ipse ántea fecit.
Iungit manus, easque expansas super oblata tenens, dicit:
Pater óptime, haec dona panis et vini per virtútem Sancti Spíritus sanctificáre dignéris,
Iungit manus et signat semel super patenam et calicem simul, dicens:
ut nobis fiant Corpus et + Sanguis Fílii tui Iesu Christi.
Iungit manus.

3. In formulis quae sequuntur, verba Domini proferantur distincte et aperte, prouti natura eorundem verborum requirit.
Véspere enim illo, priúsquam propter nos mortem subíret, cum discípulis suis postrémum discúmbens,
accipit panem, eumque parum elevatum super altare tenens, prosequitur:
accépit panem, grátias egit, fregit dedítque eis dicens:
Parum se inclinat.
ACCÍPITE ET MANDUCÁTE EX HOC OMNES:
HOC EST ENIM CORPUS MEUM,
QUOD PRO VOBIS TRADÉTUR.
Hostiam consecratam ostendit participantibus, reponit super patenam et genuflexus adorat.

4. Postea prosequitur.
Simíliter,
Deinde accipit calicem, eumque parum elevatum super altare tenens, prosequitur:
accípiens cálicem, vino replétum, grátias egit, dedítque discípulis suis dicens:
Parum se inclinat.
ACCÍPITE ET BÍBITE EX EO OMNES:
HIC EST ENIM CALIX SÁNGUINIS MEI NOVI ET AETÉRNI TESTAMÉNTI,
QUI PRO VOBIS ET PRO MULTIS
EFFUNDÉTUR IN REMISSIÓNEM PECCATÓRUM.
 Deínde dixit ad eos: hoc fácite in meam commemoratiónem.
Calicem ostendit participantibus, deponit super corporale, et genuflexus adorat.

5. Deinde sacerdos, extensis manibus, dicit:
Mystérium fídei.
Omnes acclamant:
Christum, qui mórtuus est pro nobis et resurréxit, exspectámus veniéntem in glória.
Vel:
Mortem tuam annuntiámus, Dómine, et tuam resurrectiónem confitémur, donec vénias.
Vel:
Quotiescúmque manducámus panem hunc et cálicem bíbimus, mortem tuam annuntiámus, Dómine, donec vénias.
Vel:
Salvátor mundi, salva nos, qui per crucem et resurrectiónem tuam liberásti nos.

6. Postea, extensis manibus, sacerdos dicit:
Quaprópter hic, Pater sancte, tibi astámus, cum gáudio mémores eórum, quae Iesus Christus pro salúte nostra est operátus. In hoc sancto sacrifício, quod ipse Ecclésiae suae commísit, mortem eius ac resurrectiónem recólimus. Pater sancte, qui es in caelis, nos súscipe, quaésumus, una cum Fílio tuo dilécto. Ipse mortem voluntárie pro nobis sustínuit. Tu autem eum resuscitásti; unde acclamémus:
Omnes acclamant:
Te Deum, qui bonus es, laudámus; tibi grátias ágimus.
Sacerdos, extensis manibus, prosequitur:
Qui cum apud te semper vivit, tamen nobíscum conversátur.
Omnes acclamant:
Te Deum, qui bonus es, laudámus; tibi grátias ágimus.
Sacerdos, extensis manibus, prosequitur:
In fine autem ventúrus est cum glória, in cuius Regno non ámplius erit, qui miséria affligátur, qui lacrimétur, qui tristítiam hábeat, nec peccátum nec mors ultra dominabúntur.
Omnes acclamant:
Te Deum, qui bonus es, laudámus; tibi grátias ágimus.
Sacerdos, extensis manibus, prosequitur:
Pater sancte, qui nos vocásti, ut de hac mensa in laetítia Corpus Christi sumerémus, tríbue, quaesumus, ut huius cibi virtúte roboráti, tibi magis magísque placeámus, et per communiónem Spíritus Sancti unum corpus in caritáte fiámus. Recordáre, Dómine, Papae nostri N., Epíscopi nostri N., (*) et ceterórum Episcopórum.

*Adiuva cunctos Christi discípulos, ut pacem concílient aliísque laetítiae donum impértiant. *
Tempore paschali sacerdos dicit:
*Fac ut corda fidélium paschálibus gáudiis repleántur, et hanc laetítiam ad cunctos pérferant hómines, qui tristítiam habent. *

Nobis ómnibus concéde, ut cum beáta Vírgine María, Matre Dei, cum Sancto N. et univérsis Sanctis, apud Christum in caeléstibus quondam habitémus, et apud te simus cum illo in sempitérnum.

7. Iungit manus, accipit patenam cum hostia et calicem, et utrumque elevans, solus sacerdos dicit:
Per ipsum, et cum ipso, et in ipso, est tibi Deo Patri omnipoténti in unitáte Spíritus Sancti, omnis honor et glória per ómnia saecula saeculórum.
Omnes acclamant:
Amen.

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