Misal Romano (3ªed.)
PREFACIOS
PREFACIO COMÚN I
EL UNIVERSO
RESTAURADO EN CRISTO
90. Este prefacio
se dice en las misas que carecen de prefacio propio y no deben tomar
un prefacio del tiempo.
En verdad es justo y necesario, es
nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor
nuestro.
A quien hiciste fundamento de todo y
de cuya plenitud quisiste que participáramos todos. Siendo él de
condición divina se despojó de su rango, y por su sangre derramada
en la cruz puso en paz el universo; y así, exaltado sobre todo
cuanto existe, es fuente de salvación eterna para cuantos creen en
él.
Por eso, con los ángeles y
arcángeles, tronos y dominaciones, y con todos los coros
celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Vere dignum et iustum est, aequum et
salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine,
sancte Pater, omnípotens aetérne Deus: per Christum Dóminum
nostrum.
In quo ómnia instauráre tibi
complácuit, et de plenitúdine eius nos omnes accípere tribuísti.
Cum enim in forma Dei esset, exinanívit semetípsum, ac per
sánguinem crucis suae pacificávit univérsa; unde exaltátus est
super ómnia et ómnibus obtemperántibus sibi factus est causa
salútis aetérnae.
Et ídeo cum Angelis et Archángelis,
cum Thronis et Dominatiónibus, cumque omni milítia caeléstis
exércitus, hymnum glóriae tuae cánimus, sine fine dicéntes:
Santo, Santo, Santo...
PREFACIO COMÚN II
LA SALVACIÓN POR
CRISTO
91. Este prefacio
se dice en las misas que carecen de prefacio propio y no deben tomar
un prefacio del tiempo.
En verdad es justo y necesario, es
nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, que por amor creaste
al hombre, y, aunque condenado justamente, con tu misericordia lo
redimiste, por Cristo, Señor nuestro.
Por él, los ángeles alaban tu
gloria, te adoran las dominaciones y tiemblan las potestades, los
cielos, sus virtudes y los santos serafines te celebran unidos en
común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando
humildemente tu alabanza:
Vere dignum et iustum est, aequum et
salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine,
sancte Pater, omnípotens aetérne Deus:
Qui bonitáte hóminem condidísti,
ac iustítia damnátum misericórdia redemísti: per Christum Dóminum
nostrum.
Per quem maiestátem tuam laudant
Angeli, adórant Dominatiónes, tremunt Potestátes. Caeli
caelorúmque Virtútes, ac beáta Séraphim, sócia exsultatióne
concélebrant. Cum quibus et nostras voces ut admítti iúbeas,
deprecámur, súpplici confessióne dicéntes:
Santo, Santo, Santo...
PREFACIO
COMÚN III
ALABANZA
A DIOS QUE NOS CREÓ Y NOS HA CREADO DE NUEVO EN CRISTO
92.
Este prefacio se dice en las misas que carecen de prefacio propio y
no deben tomar un prefacio del tiempo.
En verdad es
justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno. Porque has querido ser, por medio de tu amado Hijo, no sólo
el creador del género humano, sino también su bondadoso
restaurador.
Por eso, con
razón te sirven todas las criaturas, con justicia te alaban todos
los redimidos y unánimes te bendicen tus santos.
Con ellos,
unidos a todos los ángeles, nosotros queremos celebrarte y te
alabamos diciendo:
Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus:
Qui per Fílium dilectiónis tuae, sicut cónditor géneris es humáni, ita benigníssimus reformátor.
Unde mérito tibi cunctae sérviunt creatúrae, te redémpti rite colláudant univérsi, et uno Sancti tui te corde benedícunt.
Quaprópter et nos cum ómnibus te Angelis celebrámus, iucúnda semper confessióne dicéntes:
Santo, Santo, Santo...
PREFACIO COMÚN IV
NUESTRA MISMA
ACCIÓN DE GRACIAS ES UN DON DE DIOS
93. Este prefacio
se dice en las misas que carecen de prefacio propio y no deben tomar
un prefacio del tiempo.
En verdad es justo y necesario, es
nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Pues aunque no necesitas nuestra
alabanza, ni nuestras bendiciones te enriquecen, tú inspiras y haces
tuya nuestra acción de gracias, para que nos sirva de salvación,
por Cristo, Señor nuestro.
Por eso, unidos a los coros angélicos,
te alabamos proclamando llenos de alegría:
Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus:
Quia, cum nostra laude non égeas, tuum tamen est donum quod tibi grates rependámus, nam te non augent nostra praecónia, sed nobis profíciunt ad salútem, per Christum Dóminum nostrum.
Et ídeo, choris angélicis sociáti, te laudámus in gáudio confiténtes:
Santo, Santo, Santo...
PREFACIO COMÚN V
PROCLAMACIÓN DEL
MISTERIO DE CRISTO
94. Este prefacio
se dice en las misas que carecen de prefacio propio y no deben tomar
un prefacio del tiempo.
En verdad es justo y necesario, es
nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor
nuestro.
Porque con amor celebramos su muerte,
con fe viva proclamamos su resurrección, y con firme esperanza
anhelamos su venida gloriosa.
Por eso, con los santos y todos los
ángeles, te alabamos, proclamando sin cesar:
Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus: per Christum Dóminum nostrum.
Cuius mortem in caritáte celebrámus, resurrectiónem fide vívida confitémur, advéntum in glória spe firmíssima praestolámur.
Et ídeo, cum Sanctis et Angelis univérsis, te collaudámus, sine fine dicéntes:
Santo, Santo, Santo...
PREFACIO COMÚN, VI
EL MISTERIO DE LA
SALVACIÓN EN CRISTO
95. Este prefacio,
tomado de la plegaria eucarística II, se dice en las misas que
carecen de prefacio propio y no deben tomar un prefacio del tiempo.
En verdad es justo y necesario, es
nuestro deber y salvación darte gracias, Padre santo, siempre y en
todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado.
Por él, que es tu Verbo, hiciste todas
las cosas; tú nos lo enviaste para que, hecho hombre por obra del
Espíritu Santo y nacido de María, la Virgen, fuera nuestro Salvador
y Redentor.
Él, en cumplimiento de tu voluntad,
para destruir la muerte y manifestar la resurrección, extendió sus
brazos en la cruz, y así adquirió para ti un pueblo santo.
Por eso, con los ángeles y con todos
los santos, proclamamos tu gloria, diciendo a una sola voz:
Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi, sancte Pater, semper et ubíque grátias ágere per Fílium dilectiónis tuae Iesum Christum,
Verbum tuum per quod cuncta fecísti: quem misísti nobis Salvatórem et Redemptórem, incarnátum de Spíritu Sancto et ex Vírgine natum.
Qui voluntátem tuam adímplens et pópulum tibi sanctum acquírens exténdit manus cum paterétur, ut mortem sólveret et resurrectiónem manifestáret.
Et ídeo cum Angelis et ómnibus Sanctis glóriam tuam praedicámus, una voce dicéntes:
Santo, santo Santo...
PREFACIO
COMÚN VII
CRISTO,
HUÉSPED Y PEREGRINO EN MEDIO DE NOSOTROS
96.
Este prefacio se dice en las misas que carecen de prefacio propio y
no deben tomar un prefacio del tiempo.
En verdad es
justo darte gracias, Señor, Padre santo, Dios de la alianza y de la
paz.
Porque tú
llamaste a Abrahán y le mandaste salir de su tierra, para
constituirlo padre de todas las naciones. Tú suscitaste a Moisés
para librar a tu pueblo y guiarlo a la tierra de promisión.
Tú, en la
etapa final de la historia, has enviado a tu Hijo, como huésped y
peregrino en medio de nosotros, para redimirnos del pecado y de la
muerte; y has derramado el Espíritu, para hacer de todas las
naciones un solo pueblo nuevo, que tiene como meta tu reino, como
estado, la libertad de tus hijos, como ley, el precepto del amor.
Por estos
dones de tu benevolencia, unidos a los ángeles y a los santos,
cantamos con gozo el himno de tu gloria:
Santo,
santo Santo…
PREFACIO
COMÚN VIII
JESÚS,
BUEN SAMARITANO
97.
Este prefacio se dice en las misas que carecen de prefacio propio y
no deben tomar un prefacio del tiempo. Especialmente es recomendable
usarlo en el domingo XV del tiempo ordinario del año C y el lunes de
la semana XXVII del tiempo ordinario.
En
verdad es justo darte gracias y deber nuestro alabarte, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno, en todos los momentos y circunstancias de
la vida, en la salud y en la enfermedad, en el sufrimiento y en el
gozo, por tu siervo, Jesús, nuestro Redentor.
Porque
él, en su vida terrena, pasó haciendo el bien y curando a los
oprimidos por el mal. También hoy, como buen samaritano, se acerca a
todo hombre que sufre en su cuerpo o en su espíritu, y cura sus
heridas con el aceite del consuelo y el vino de la esperanza.
Por
este don de tu gracia, incluso cuando nos vemos sumergidos en la
noche del dolor, vislumbramos la luz pascual en tu Hijo, muerto y
resucitado.
Por
eso, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos a una voz el
himno de tu gloria:
Santo,
Santo, Santo…
PREFACIO
COMÚN IX
LA
GLORIA DE DIOS ES EL HOMBRE VIVIENTE
98.
Este prefacio se dice en las misas que carecen de prefacio propio y
no deben tomar un prefacio del tiempo.
En
verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno.
Tú
eres el Dios vivo y verdadero; el universo está lleno de tu
presencia, pero, sobre todo, has dejado la huella de tu gloria en el
hombre, creado a tu imagen.
Tú
lo llamas a cooperar con el trabajo cotidiano en el proyecto de la
creación y le das tu Espíritu para que sea artífice de justicia y
de paz, en Cristo, el hombre nuevo.
Por
eso, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos con alegría el
himno de tu alabanza:
Santo,
Santo Santo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
No publico comentarios anónimos.