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viernes, 25 de octubre de 2019

Misa para dar gracias a Dios.


Para dar gracias a Dios

28 de noviembre, aniversario de la erección de la Prelatura personal de la santa Cruz y Opus Dei

Antífona de entrada Ef 5, 19-20
Cantad y tocad con toda el alma para el Señor. Dad siempre gracias a Dios Padre por todo, en nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Cantáte et psállite in córdibus vestris Dómino, grátias agéntes semper pro ómnibus in nómine Dómini nostri Iesu Christi Deo et Patri.

Se puede decir Gloria.

Oración colecta
Oh, Dios, Padre de todos los dones, de quien procede cuanto somos y tenemos, enséñanos a reconocer los beneficios de tu inmensa bondad y a amarte con sincero corazón y con todas nuestras fuerzas. Por nuestro Señor Jesucristo.
Deus, Pater donórum ómnium, a quo descéndere confitémur quidquid habémus aut sumus, benefícia doce nos imménsae tuae pietátis agnóscere, ac te sincéro corde totáque nostra virtúte dilígere. Per Dóminum.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas para dar gracias a Dios (Lec. VI):

PRIMERA LECTURA 1 Re 8, 55-61
Bendito sea el Señor que ha dado descanso a su pueblo
Lectura del primer libro de los Reyes.

En aquellos días, el rey Salomón se alzó y, puesto en pie, bendijo a toda la asamblea de Israel, diciendo en voz alta:
«Bendito sea el Señor que ha dado el descanso a su pueblo Israel, según todas sus promesas; no ha fallado ni una sola de las palabras de bondad que prometió por medio de Moisés su siervo.
Que el Señor, nuestro Dios, esté con nosotros como estuvo con nuestros padres, que no nos abandone ni nos rechace. Que incline nuestros corazones hacia él, para que marchemos por sus caminos y guardemos todos los mandatos, preceptos y decretos que ordenó a nuestros padres.
Que estas palabras mías con las que he suplicado ante el Señor permanezcan cercanas al Señor, nuestro Dios, día y noche, para que haga justicia a su siervo y a su pueblo Israel, según las necesidades de cada día, para que todos los pueblos de la tierra reconozcan que el Señor es Dios y no hay otro, y vuestros corazones estén enteramente con el Señor, nuestro Dios, marchando según sus decretos y guardando sus mandatos como en este día».

Palabra de Dios
R. Te alabamos, Señor.

O bien:
PRIMERA LECTURA Ef 1, 3-14
Para alabanza de la gloria de su gracia
Lectura de la carta de san Pablo a los Efesios.

Hermanos:
Bendito sea Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en Cristo
con toda clase de bendiciones espirituales en los cielos.
Él nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo
para que fuésemos santos e intachables ante él por el amor.
Él nos ha destinado por medio de Jesucristo,
según el beneplácito de su voluntad,
a ser sus hijos,
para alabanza de la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido en el Amado.
En él, por su sangre, tenemos la redención,
el perdón de los pecados,
conforme a la riqueza de la gracia
que en su sabiduría y prudencia
ha derrochado sobre nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad:
el plan que había proyectado realizar por Cristo,
en la plenitud de los tiempos:
recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.
En él hemos heredado también
los que ya estábamos destinados por decisión
del que lo hace todo según su voluntad,
para que seamos alabanza de su gloria
quienes antes esperábamos en el Mesías.
En él también vosotros,
después de haber escuchado la palabra de la verdad
el evangelio de vuestra salvación—,
creyendo en él
habéis sido marcados con el sello del Espíritu Santo prometido.
Él es la prenda de nuestra herencia,
mientras llega la redención del pueblo de su propiedad,
para alabanza de su gloria.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial 1 Crón 29, 10bc. 11. 12 (R.: 13b)
R. Alabamos tu nombre glorioso, Señor.
Laudámus nomem tuum ínclitum, Dómine.

V. Bendito eres, Señor, Dios de nuestro padre Israel,
por los siglos de los siglos.
R. Alabamos tu nombre glorioso, Señor.
Laudámus nomem tuum ínclitum, Dómine.

V. Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder,
la gloria, el esplendor, la majestad,
porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra,
tú eres rey y soberano de todo.
R. Alabamos tu nombre glorioso, Señor.
Laudámus nomem tuum ínclitum, Dómine.

V. De ti, Señor, viene la riqueza y la gloria.
Tu eres Señor del universo,
en tu mano está el poder y la fuerza,
tu engrandeces y confortas a todos.
R. Alabamos tu nombre glorioso, Señor.
Laudámus nomem tuum ínclitum, Dómine.

Aleluya Lc 1, 49
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. El Poderoso ha hecho obras grandes en mí: su nombre es santo. R.
Fecit mihi magna qui potens est, et sanctum nomen eius.

EVANGELIO Lc 1, 39-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor
Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquellos días, María se levantó y puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y, levantando la voz exclamó:
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».
María dijo:
En aquel tiempo, María dijo:
«Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humildad de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.


Oración sobre las Ofrendas
Te ofrecemos, Señor, el sacrificio de alabanza para darte gracias por los beneficios recibidos, y te suplicamos que, lo que nos diste sin merecerlo, lo ofrezcamos a gloria de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Pro collátis donis sacrifícium tibi, Dómine, laudis offérimus, supplíciter deprecántes, ut, quod imméritis contulísti, ad nóminis tui glóriam referámus. Per Christum.

PREFACIO COMÚN IV
NUESTRA MISMA ACCIÓN DE GRACIAS ES UN DON DE DIOS
93. Este prefacio se dice en las misas que carecen de prefacio propio y no deben tomar un prefacio del tiempo.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Pues aunque no necesitas nuestra alabanza, ni nuestras bendiciones te enriquecen, tú inspiras y haces tuya nuestra acción de gracias, para que nos sirva de salvación, por Cristo, Señor nuestro.
Por eso, unidos a los coros angélicos, te alabamos proclamando llenos de alegría:
Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus:
Quia, cum nostra laude non égeas, tuum tamen est donum quod tibi grates rependámus, nam te non augent nostra praecónia, sed nobis profíciunt ad salútem, per Christum Dóminum nostrum.
Et ídeo, choris angélicis sociáti, te laudámus in gáudio confiténtes:
Santo, Santo, Santo...

PLEGARIA EUCARÍSTICA III o D 2.

Antífona de comunión Sal 137, 1
Te doy gracias, Señor, de todo corazón, porque escuchaste las palabras de mi boca.
Confitébor tibi, Dómine, in toto corde meo, quóniam audísti verba oris mei.
O bien: Sal 115, 12-13
¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor.
Quid retríbuam Dómino pro ómnibus quae retríbuit mihi? Cálicem salutáris accípiam, et nomen Dómini invocábo.

Oración después de la Comunión
Oh, Dios, tú nos entregaste como alimento espiritual este sacramento salvador de tu Hijo que te hemos ofrecido en acción de gracias; confírmanos de tal manera con los dones de tu poder y de tu gozo, que te sirvamos devotamente y merezcamos conseguir nuevos beneficios. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Deus, qui nobis in cibum spiritálem reddidísti Fílii tui sacraméntum salutáre, quod tibi in actiónem obtúlimus gratiárum, da nobis ita virtútis et gáudii munéribus confirmári, ut tibi servíre devótius et nova benefícia cónsequi mereámur. Per Christum.

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