LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Sábado de la 1ª semana de Tiempo Ordinario, año impar (Lec. III-impar).
PRIMERA LECTURA Heb 4, 12-16
Comparezcamos confiados ante el trono de la gracia
Lectura de la carta a los Hebreos.
Hermanos:
La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo; penetra hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos; juzga los deseos e intenciones del corazón.
Nada se le oculta; todo está patente y descubierto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.
Así pues, ya que tenemos un sumo sacerdote grande que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios, mantengamos firme la confesión de fe.
No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo, como nosotros, menos en el pecado.
Por eso, comparezcamos confiados ante el trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia para un auxilio oportuno.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 18. 8. 9. 10. 15 (R.: cf. Jn 6, 63c).
R. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
Verba tua, Dómine, spíritus et vita sunt.
V. La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye a los ignorantes.
R. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
Verba tua, Dómine, spíritus et vita sunt.
V. Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos.
R. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
Verba tua, Dómine, spíritus et vita sunt.
V. El temor del Señor es puro
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos.
R. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
Verba tua, Dómine, spíritus et vita sunt.
V. Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,
Señor, Roca mía, Redentor mío.
R. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
Verba tua, Dómine, spíritus et vita sunt.
Aleluya Lc 4, 18
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. El Señor me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad. R.
Evangelizáre paupéribus misit me Dóminus, prædicáre captivis remissiónem.
EVANGELIO Mc 2, 13-17
No he venido a llamar a justos, sino a pecadores
╬ Lectura del santo Evangelio según San Marcos.
R. Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del mar; toda la gente acudía a él y les enseñaba.
Al pasar vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dice:
«Sígueme».
Se levantó y lo siguió.
Sucedió que, mientras estaba él sentado a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaban con Jesús y sus discípulos, pues eran muchos los que lo seguían.
Los escribas de los fariseos, al ver que comía con pecadores y publicanos, decían a sus discípulos:
«¿Por qué come con publicanos y pecadores?»
Jesús lo oyó y les dijo:
«No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he ven do a llamar a justos, sino a pecadores».
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Beda (Catena aurea)
Así que Leví es el mismo que Mateo, aunque San Lucas y San Marcos no quieren llamarle Mateo por honra del Evangelista; pero San Mateo, según lo que está escrito: "El justo es acusador de sí mismo" ( Pr 18, 17), se llama Mateo y publicano, para demostrar a los que lo lean, que ningún convertido debe desconfiar de la salvación, puesto que él mismo se ve transformado de repente de publicano en Apóstol.
Oración de los fieles
Ferias del Tiempo Ordinario V
Imploremos. hermanos, la piedad de Dios Padre todopoderoso, y pidámosle que escuche nuestra oración.
- Para que conceda a la Iglesia el gozo del Espíritu Santo. Roguemos al Señor.
- Para que dé a los gobernantes el sentido de la justicia, de la libertad y de la paz. Roguemos al Señor.
- Para que otorgue a los pueblos la concordia leal y pacifica. Roguemos al Señor-
- Para que dé a los desterrados el gozo del retorno. Roguemos al Señor.
- Para que a nosotros, su pueblo, nos haga crecer en la fe, nos purifique el corazón y nos abra la puerta del reino eterno. Roguemos al Señor.
Muestra, Padre celestial, tu bondad al pueblo que te suplica, para que reciba sin tardanza lo que pide confiadamente, siguiendo tu inspiración. Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
Lecturas del Sábado de la 1ª semana de Tiempo Ordinario, año impar (Lec. III-impar).
PRIMERA LECTURA Heb 4, 12-16
Comparezcamos confiados ante el trono de la gracia
Lectura de la carta a los Hebreos.
Hermanos:
La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo; penetra hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos; juzga los deseos e intenciones del corazón.
Nada se le oculta; todo está patente y descubierto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.
Así pues, ya que tenemos un sumo sacerdote grande que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios, mantengamos firme la confesión de fe.
No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo, como nosotros, menos en el pecado.
Por eso, comparezcamos confiados ante el trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia para un auxilio oportuno.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 18. 8. 9. 10. 15 (R.: cf. Jn 6, 63c).
R. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
Verba tua, Dómine, spíritus et vita sunt.
V. La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye a los ignorantes.
R. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
Verba tua, Dómine, spíritus et vita sunt.
V. Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos.
R. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
Verba tua, Dómine, spíritus et vita sunt.
V. El temor del Señor es puro
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos.
R. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
Verba tua, Dómine, spíritus et vita sunt.
V. Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,
Señor, Roca mía, Redentor mío.
R. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
Verba tua, Dómine, spíritus et vita sunt.
Aleluya Lc 4, 18
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. El Señor me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad. R.
Evangelizáre paupéribus misit me Dóminus, prædicáre captivis remissiónem.
EVANGELIO Mc 2, 13-17
No he venido a llamar a justos, sino a pecadores
╬ Lectura del santo Evangelio según San Marcos.
R. Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del mar; toda la gente acudía a él y les enseñaba.
Al pasar vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dice:
«Sígueme».
Se levantó y lo siguió.
Sucedió que, mientras estaba él sentado a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaban con Jesús y sus discípulos, pues eran muchos los que lo seguían.
Los escribas de los fariseos, al ver que comía con pecadores y publicanos, decían a sus discípulos:
«¿Por qué come con publicanos y pecadores?»
Jesús lo oyó y les dijo:
«No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he ven do a llamar a justos, sino a pecadores».
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Beda (Catena aurea)
Así que Leví es el mismo que Mateo, aunque San Lucas y San Marcos no quieren llamarle Mateo por honra del Evangelista; pero San Mateo, según lo que está escrito: "El justo es acusador de sí mismo" ( Pr 18, 17), se llama Mateo y publicano, para demostrar a los que lo lean, que ningún convertido debe desconfiar de la salvación, puesto que él mismo se ve transformado de repente de publicano en Apóstol.
Oración de los fieles
Ferias del Tiempo Ordinario V
Imploremos. hermanos, la piedad de Dios Padre todopoderoso, y pidámosle que escuche nuestra oración.
- Para que conceda a la Iglesia el gozo del Espíritu Santo. Roguemos al Señor.
- Para que dé a los gobernantes el sentido de la justicia, de la libertad y de la paz. Roguemos al Señor.
- Para que otorgue a los pueblos la concordia leal y pacifica. Roguemos al Señor-
- Para que dé a los desterrados el gozo del retorno. Roguemos al Señor.
- Para que a nosotros, su pueblo, nos haga crecer en la fe, nos purifique el corazón y nos abra la puerta del reino eterno. Roguemos al Señor.
Muestra, Padre celestial, tu bondad al pueblo que te suplica, para que reciba sin tardanza lo que pide confiadamente, siguiendo tu inspiración. Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
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