LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Miércoles de la III semana del Tiempo Ordinario, año impar (Lec. III-impar).
PRIMERA LECTURA Heb 10, 11-18
Ha perfeccionado definitivamente a los que van siendo santificados
Lectura de la carta a los Hebreos.
Todo sacerdote ejerce su ministerio diariamente ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, porque de ningún modo pueden borrar los pecados.
Pero Cristo, “después de haber ofrecido” por los pecados un único sacrificio, está sentado para siempre jamás a la derecha de Dios y espera el tiempo que falta hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies.
Con una sola ofrenda ha perfeccionado definitivamente a los que van siendo santificados. Esto nos lo atestigua también el Espíritu Santo.
En efecto, después de decir:
«Así será la alianza que haré con ellos
después de aquellos días»,
añade el Señor:
«Pondré mis leyes en sus corazones
y las escribiré en su mente,
y no me acordaré ya de sus pecados ni de sus culpas».
Ahora bien, donde hay perdón, no hay ya ofrenda por los pecados.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 109, 1bcde. 2. 3. 4 (R.: 4bc)
R. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
Tu es sacérdos in ætérnum secúndum órdinem Melchísedec.
V. Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies».
R. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
Tu es sacérdos in ætérnum secúndum órdinem Melchísedec.
V. Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
R. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
Tu es sacérdos in ætérnum secúndum órdinem Melchísedec.
V. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, desde el seno,
antes de la aurora».
R. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
Tu es sacérdos in ætérnum secúndum órdinem Melchísedec.
V. El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec».
R. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
Tu es sacérdos in ætérnum secúndum órdinem Melchísedec.
Aleluya
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. La semilla es la palabra de Dios, el sembrador es Cristo; quien lo encuentra vive para siempre. R.
Semen est verbum Dei, sator autem Christus; omnis qui ínvenit eum, manébit in ætérnum.
EVANGELIO Mc 4, 1-20
Salió el sembrador a sembrar
╬ Lectura del santo Evangelio según san Marcos.
R. Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al mar. Acudió un gentío tan enorme, que tuvo que subirse a una barca y, ya en el mar, se sentó; y el gentío se quedó en tierra junto al mar.
Les enseñaba muchas cosas con parábolas y les decía instruyéndolos:
«Escuchad: salió el sembrador a sembrar; al sembrar, algo cayó al borde del camino, vinieron los pájaros y se lo comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó enseguida; pero en cuanto salió el sol, se abrasó y, por falta de raíz, se secó. Otra parte cayó entre abrojos; los abrojos crecieron, la ahogaron y no dio grano. El resto cayó en tierra buena; nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno».
Y añadió:
«El que tenga oídos para oír, que oiga».
Cuando se quedó a solas, los que lo rodeaban y los Doce le preguntaban el sentido de las parábolas.
Él les dijo:
«A vosotros se os ha dado el misterio del reino de Dios; en cambio a los de fuera todo se les presenta en parábolas, para que por más que miren, no vean, por más que oigan, no en- tiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados”».
Y añadió:
«No entendéis esta parábola? ¿Pues cómo vais a conocer todas las demás? El sembrador siembra la palabra. Hay unos que están al borde del camino donde se siembra la palabra; pero en cuanto la escuchan, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos. Hay otros que reciben la semilla como terreno pedregoso; son los que al escuchar la palabra enseguida la acogen con alegría, pero no tienen raíces, son inconstantes, y cuando viene una dificultad o persecución por la palabra, enseguida sucumben. Hay otros que reciben la semilla entre abrojos; estos son los que escuchan la palabra, pero los afanes de la vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás los invaden, ahogan la palabra, y se queda estéril. Los otros son los que reciben la semilla en tierra buena; escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha del treinta o del sesenta o del ciento por uno».
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Catecismo de la Iglesia Católica 2707
Lecturas del Miércoles de la III semana del Tiempo Ordinario, año impar (Lec. III-impar).
PRIMERA LECTURA Heb 10, 11-18
Ha perfeccionado definitivamente a los que van siendo santificados
Lectura de la carta a los Hebreos.
Todo sacerdote ejerce su ministerio diariamente ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, porque de ningún modo pueden borrar los pecados.
Pero Cristo, “después de haber ofrecido” por los pecados un único sacrificio, está sentado para siempre jamás a la derecha de Dios y espera el tiempo que falta hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies.
Con una sola ofrenda ha perfeccionado definitivamente a los que van siendo santificados. Esto nos lo atestigua también el Espíritu Santo.
En efecto, después de decir:
«Así será la alianza que haré con ellos
después de aquellos días»,
añade el Señor:
«Pondré mis leyes en sus corazones
y las escribiré en su mente,
y no me acordaré ya de sus pecados ni de sus culpas».
Ahora bien, donde hay perdón, no hay ya ofrenda por los pecados.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
Salmo responsorial Sal 109, 1bcde. 2. 3. 4 (R.: 4bc)
R. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
Tu es sacérdos in ætérnum secúndum órdinem Melchísedec.
V. Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies».
R. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
Tu es sacérdos in ætérnum secúndum órdinem Melchísedec.
V. Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
R. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
Tu es sacérdos in ætérnum secúndum órdinem Melchísedec.
V. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, desde el seno,
antes de la aurora».
R. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
Tu es sacérdos in ætérnum secúndum órdinem Melchísedec.
V. El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec».
R. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
Tu es sacérdos in ætérnum secúndum órdinem Melchísedec.
Aleluya
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. La semilla es la palabra de Dios, el sembrador es Cristo; quien lo encuentra vive para siempre. R.
Semen est verbum Dei, sator autem Christus; omnis qui ínvenit eum, manébit in ætérnum.
EVANGELIO Mc 4, 1-20
Salió el sembrador a sembrar
╬ Lectura del santo Evangelio según san Marcos.
R. Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al mar. Acudió un gentío tan enorme, que tuvo que subirse a una barca y, ya en el mar, se sentó; y el gentío se quedó en tierra junto al mar.
Les enseñaba muchas cosas con parábolas y les decía instruyéndolos:
«Escuchad: salió el sembrador a sembrar; al sembrar, algo cayó al borde del camino, vinieron los pájaros y se lo comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó enseguida; pero en cuanto salió el sol, se abrasó y, por falta de raíz, se secó. Otra parte cayó entre abrojos; los abrojos crecieron, la ahogaron y no dio grano. El resto cayó en tierra buena; nació, creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por uno».
Y añadió:
«El que tenga oídos para oír, que oiga».
Cuando se quedó a solas, los que lo rodeaban y los Doce le preguntaban el sentido de las parábolas.
Él les dijo:
«A vosotros se os ha dado el misterio del reino de Dios; en cambio a los de fuera todo se les presenta en parábolas, para que por más que miren, no vean, por más que oigan, no en- tiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados”».
Y añadió:
«No entendéis esta parábola? ¿Pues cómo vais a conocer todas las demás? El sembrador siembra la palabra. Hay unos que están al borde del camino donde se siembra la palabra; pero en cuanto la escuchan, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos. Hay otros que reciben la semilla como terreno pedregoso; son los que al escuchar la palabra enseguida la acogen con alegría, pero no tienen raíces, son inconstantes, y cuando viene una dificultad o persecución por la palabra, enseguida sucumben. Hay otros que reciben la semilla entre abrojos; estos son los que escuchan la palabra, pero los afanes de la vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás los invaden, ahogan la palabra, y se queda estéril. Los otros son los que reciben la semilla en tierra buena; escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha del treinta o del sesenta o del ciento por uno».
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Catecismo de la Iglesia Católica 2707
Los métodos de meditación son tan diversos como los maestros espirituales. Un cristiano debe querer meditar regularmente; si no, se parece a las tres primeras clases de terreno de la parábola del sembrador (cf Mc 4, 4-7. 15-19). Pero un método no es más que un guía; lo importante es avanzar, con el Espíritu Santo, por el único camino de la oración: Cristo Jesús.
Oración de los fieles
Ferias del Tiempo Ordinario XIV
Reunidos, hermanos, para recordar los beneficios de nuestro Dios, pidámosle que inspire nuestras plegarias para que merezcan ser atendidas.
- Por el papa N. por nuestro obispo N. por todo el clero y el pueblo a ellos encomendado. Roguemos al Señor.
- Por todos los gobernantes y sus ministros, encargados de velar por bien común. Roguemos al Señor
- Por los navegantes, por los que están de viaje, por los cautivos y por los encarcelados. Roguemos al Señor.
- Por todos nosotros, reunidos en este santo templo en la fe, devoción, amor y temor de Dios. Roguemos al Señor.
Que te sean gratos, Señor, los deseos de tu Iglesia suplicante, para que tu misericordia nos conceda lo que no podemos esperar por nuestros méritos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
Oración de los fieles
Ferias del Tiempo Ordinario XIV
Reunidos, hermanos, para recordar los beneficios de nuestro Dios, pidámosle que inspire nuestras plegarias para que merezcan ser atendidas.
- Por el papa N. por nuestro obispo N. por todo el clero y el pueblo a ellos encomendado. Roguemos al Señor.
- Por todos los gobernantes y sus ministros, encargados de velar por bien común. Roguemos al Señor
- Por los navegantes, por los que están de viaje, por los cautivos y por los encarcelados. Roguemos al Señor.
- Por todos nosotros, reunidos en este santo templo en la fe, devoción, amor y temor de Dios. Roguemos al Señor.
Que te sean gratos, Señor, los deseos de tu Iglesia suplicante, para que tu misericordia nos conceda lo que no podemos esperar por nuestros méritos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
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