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lunes, 28 de diciembre de 2020

Lunes 1 febrero 2021, Lecturas Lunes IV semana del Tiempo Ordinario, año impar. Misa por los religiosos.

TEXTOS MISA

Por los religiosos

Antífona de entrada Sal 36, 3-4
Confía en el Señor y haz el bien: habitarás tu tierra y reposarás en ella en fidelidad; sea el Señor tu delicia, y él te dará lo que pide tu corazón.
Spera in Dómino et fac bonitátem, et inhabitábis terram et pascéris in fide. Delectáre in Dómino, et dabit tibi petitiónes cordis tui.

Monición de entrada
Los consejos evangélicos de castidad consagrada a Dios, de pobreza y de obediencia, fundados en las palabras y ejemplos de Cristo, son un don divino que la Iglesia recibió de su Señor y que con su gracia conserva siempre. Pidamos hoy por los religiosos que practican estos consejos en total consagración a Dios.

Oración colecta
Oh, Dios, que inspiras y realizas todo buen propósito, dirige a tus hijos por el camino de la salvación eterna, y haz que cuantos se entregaron a ti, abandonándolo todo, sigan a Cristo, renuncien al mundo y te sirvan a ti y a sus hermanos con espíritu de pobreza y humildad de corazón. Por nuestro Señor Jesucristo.
Deus, omnis boni propósiti inspirátor atque perféctor, dírige fámulos tuos in viam salútis aetérnae, et, quos, relíctis ómnibus, tibi se totos devovérunt, fac, ut Christum sequéntes et ea quae sunt saeculi abnegántes, in spíritu paupertátis et cordis humilitáte tibi et frátribus suis fidéliter mínistrent. Per Dóminum.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Lunes de la IV semana del Tiempo Ordinario, año impar (Lec. III-impar).

PRIMERA LECTURA Heb 11, 32-40
Por fe, conquistaron reinos. Dios tendrá preparado algo mejor a favor nuestro

Lectura de la carta a los Hebreos.

Hermanos:
¿Para qué seguir? No me da tiempo de referir la historia de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas; estos, por fe, conquistaron reinos, administraron justicia, vieron promesas cumplidas, cerraron fauces de leones, apagaron hogueras voraces, esquivaron el filo de la espada, se curaron de enfermedades, fueron valientes en la guerra, rechazaron ejércitos extranjeros; hubo mujeres que recobraron resucitados a sus muertos.
Pero otros fueron torturados hasta la muerte, rechazando el rescate, para obtener una resurrección mejor. Otros pasaron por la prueba de las burlas y los azotes, de las cadenas y la cárcel; los apedrearon, los aserraron, murieron a espada, rodaron por el mundo vestidos con pieles de oveja y de cabra, faltos de todo, oprimidos, maltratados —el mundo no era digno de ellos—, vagabundos por desiertos y montañas, por grutas y cavernas de la tierra.
Y todos estos, aun acreditados por su fe, no consiguieron lo prometido, porque Dios tenía preparado algo mejor a favor nuestro, para que ellos no llegaran sin nosotros a la perfección.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 30, 20. 21. 22. 23.24 (R.: 25)
R.
Sed valientes de corazón los que esperáis en el Señor.
Confortétur cor vestrum, omnes qui sperátis in Dómino.

V. Qué bondad tan grande, Señor,
reservas para los que te temen,
y concedes a los que a ti se acogen
a la vista de todos.
R. Sed valientes de corazón los que esperáis en el Señor.
Confortétur cor vestrum, omnes qui sperátis in Dómino.

V. En el asilo de tu presencia los escondes
de las conjuras humanas;
los ocultas en tu tabernáculo,
frente a las lenguas pendencieras.
R. Sed valientes de corazón los que esperáis en el Señor.
Confortétur cor vestrum, omnes qui sperátis in Dómino.

V. Bendito sea el Señor, que ha hecho por mí
prodigios de misericordia
en la ciudad amurallada.
R. Sed valientes de corazón los que esperáis en el Señor.
Confortétur cor vestrum, omnes qui sperátis in Dómino.

V. Yo decía en mi ansiedad:
«Me has arrojado de tu vista»;
pero tú escuchaste mi voz suplicante
cuando yo te gritaba.
R. Sed valientes de corazón los que esperáis en el Señor.
Confortétur cor vestrum, omnes qui sperátis in Dómino.

V. Amad al Señor, fieles suyos;
el Señor guarda a sus leales,
y a los soberbios los paga con creces.
R. Sed valientes de corazón los que esperáis en el Señor.
Confortétur cor vestrum, omnes qui sperátis in Dómino.

Aleluya Lc 7, 16
R.
Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Un gran Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo. R.
Prophéta magnus surréxit in nobis, et Deus visitábit plebem suam.

EVANGELIO Mc 5, 1-20
Espíritu inmundo, sal de este hombre
Lectura del santo Evangelio según san Marcos.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos. Apenas desembarcó, le salió al encuentro, de entre los sepulcros, un hombre poseído de espíritu inmundo. Y es que vivía entre los sepulcros; ni con cadenas podía ya nadie sujetarlo; muchas veces lo habían sujetado con cepos y cadenas, pero él rompía las cadenas y destrozaba los cepos, y nadie tenía fuerza para dominarlo. Se pasaba el día y la noche en los sepulcros y en los montes, gritando e hiriéndose con piedras. Viendo de lejos a Jesús, echó a correr, se postró ante él y gritó con voz potente:
«¿Qué tienes que ver conmigo, Jesús, Hijo de Dios altísimo?
Por Dios te lo pido, no me atormentes».
Porque Jesús le estaba diciendo:
«Espíritu inmundo, sal de este hombre».
Y le preguntó:
«Cómo te llamas?».
Él respondió:
«Me llamo Legión, porque somos muchos».
Y le rogaba con insistencia que no los expulsara de aquella comarca.
Había cerca una gran piara de cerdos paciendo en la falda del monte. Los espíritus le rogaron:
«Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos».
El se lo permitió. Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se abalanzó acantilado abajo al mar y se ahogó en el mar.
Los porquerizos huyeron y dieron la noticia en la ciudad y en los campos. Y la gente fue a ver qué había pasado.
Se acercaron a Jesús y vieron al endemoniado que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio. Y se asustaron.
Los que lo habían visto les contaron lo que había pasado al endemoniado y a los cerdos. Ellos le rogaban que se marchase de su comarca.
Mientras se embarcaba, el que había estado poseído por el demonio le pidió que le permitiese estar con él. Pero no se lo permitió, sino que le dijo:
«Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido misericordia de ti».
El hombre se marchó y empezó a proclamar por la Decápolis lo que Jesús había hecho con él; todos se admiraban.

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Teófilato Catena aurea.
El Señor lo manda a su casa, haciéndole comprender que, aunque El no estuviese presente, lo defendería con su poder, para que curado como estaba fuera útil a los demás. Por eso dice: "Mas Jesús no le admitió, sino que le dijo: Vete a tu casa y con tus parientes, y anuncia a los tuyos el gran beneficio que te ha hecho el Señor, y la misericordia que ha usado contigo". Observemos la humildad del Salvador, quien no dice: Anuncia el gran beneficio que te he hecho, sino el que te ha hecho el Señor. Así, pues, cuando hagamos algo bueno, no nos lo atribuyamos a nosotros, sino a Dios.


Oración de los fieles
Ferias del Tiempo Ordinario XVIII

Oremos a Dios Padre.
- Por la Iglesia, signo de Cristo en medio del mundo. Roguemos al Señor.
- Por los que tienen alguna responsabilidad sobre los demás. Roguemos al Señor.
- Por los que mueren de muerte violenta. Roguemos al Señor.
- Por los que matan, secuestran, destruyen. Roguemos al Señor.
- Por nosotros. llamados a trabajar por la paz y la reconciliación. Roguemos al Señor.
Que tu bondad nos conceda, Señor, lo que nuestras acciones no merecen. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.

Misa por los religiosos:
Oración de los fieles

Participando de una misma fe y una misma caridad, unidos en un mismo Espíritu y una misma esperanza, elevemos a Dios nuestra común oración.
- Por la santa Iglesia de Dios, para que aparezca ante el mundo como la esposa sin mancha y anuncie con valentía la Palabra de Dios en toda situación. Roguemos al Señor.
- Por los religiosos, para que su amor a Jesucristo los haga dignos testigos y verdaderos servidores del Evangelio, y para que perseveren toda su vida en los consejos de pobreza, castidad y obediencia que han prometido. Roguemos al Señor.
- Por los que nos gobiernan, para que trabajen por la justicia, la paz y el progreso de todos, especialmente de los más pobres y necesitados. Roguemos al Señor.
- Por los que sufren por situaciones extremas, para que no les falte la cercanía de los religiosos y religiosas. Roguemos al Señor.
- Por todos los que estamos aquí reunidos: por nuestros hermanos ausentes y por eterno descanso de nuestros difuntos. Roguemos al Señor.
Escucha, Dios misericordioso, nuestras súplicas para que los religiosos y los que quieren servirte sean siempre enriquecidos con tus dones. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración sobre las ofrendas
Señor, por estos dones santos que te ofrecemos, santifica a tus hijos, a los que has congregado en tu nombre, para que cumpliendo fielmente sus votos puedan servirte con sincero corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Sanctífica, quaesumus, Dómine, per haec sancta quae tibi offérimus, fámulos tuos, quos in nómine tuo congregásti, ut, fidéliter vota sua tibi reddéntes, maiestáti tuae sincéro corde desérviant. Per Christum.

PLEGARIA EUCARÍSTICA D 2.

Antífona de la comunión Cf. 1 Re 19, 7

El ángel del Señor dijo a Elías: «Levántate y come, pues el camino es largo».
Angelus Dómini dixit Elíae: Surge, cómede; grandis enim tibi restat via.
O bien: Ap 22, 17. 20
El Espíritu y la esposa dicen: «Ven. Amén. Ven, Señor Jesús».
Spíritus et sponsa dicunt: Veni. Amen. Veni, Dómine Iesu.

Oración después de la comunión
Concede, Señor, a tus siervos, unidos en tu amor y partícipes de un mismo pan, animarse mutuamente unos a otros en la práctica de la caridad y de las buenas obras, para que puedan presentarse en todas partes como verdaderos testigos de Cristo por su conducta santa. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Servos tuos, Dómine, in amóre tuo congregátos et de uno pane participántes, da unánimes consideráre ínvicem in provocatiónem caritátis et bonórum óperum, ut eórum sancta conversatióne Christi testes veri ubíque exhibeántur. Qui vivit et regnat in saecula saeculórum.

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