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lunes, 13 de enero de 2020

Lunes 17 febrero 2020, Lecturas Lunes VI semana del Tiempo Ordinario, año par.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Lunes de la VI semana del Tiempo Ordinario, año par (Lec. III-par).

PRIMERA LECTURA Sant 1, 1 -11
Al ponerse a prueba vuestra fe, os dará constancia, y seréis perfectos e íntegros
Comienzo de la carta del apóstol Santiago.

Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus en la diáspora: saludos.
Considerad, hermanos míos, un gran gozo cuando os veáis rodeados de toda clase de pruebas, sabiendo que la autenticidad de vuestra fe produce paciencia. Pero que la paciencia lleve consigo una obra perfecta, para que seáis perfectos e íntegros, sin ninguna deficiencia.
Y si alguno de vosotros carece de sabiduría, pídasela a Dios, que da a todos generosamente y sin reproche alguno, y él se la concederá.
Pero que pida con fe, sin titubear nada, pues el que titubea se parece a una ola del mar agitada y sacudida por el viento. No se crea un individuo así que va a recibir algo del Señor; es un hombre inconstante, indeciso en todos sus caminos.
Que el hermano de condición humilde se sienta orgulloso de su alta dignidad, y el rico de su pequeñez, porque pasará como flor de hierba. Pues sale el sol con su ardor y seca la hierba, se cae la flor y se pierde la belleza de su aspecto; así también se marchitará el rico en sus empresas.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 118, 67. 68. 71. 72. 75. 76 (R.: 77a)
R. Cuando me alcance tu compasión, Señor, viviré.
Véniat mihi miseratiónes tuæ, Dómine et vivam.

V. Antes de sufrir, yo andaba extraviado,
pero ahora me ajusto a tu promesa.
R. Cuando me alcance tu compasión, Señor, viviré.
Véniat mihi miseratiónes tuæ, Dómine et vivam.

V. Tú eres bueno y haces el bien;
instrúyeme en tus decretos.
R. Cuando me alcance tu compasión, Señor, viviré.
Véniat mihi miseratiónes tuæ, Dómine et vivam.

V. Me estuvo bien el sufrir,
así aprendí tus decretos.
R. Cuando me alcance tu compasión, Señor, viviré.
Véniat mihi miseratiónes tuæ, Dómine et vivam.

V. Más estimo yo la ley de tu boca
que miles de monedas de oro y plata.
R. Cuando me alcance tu compasión, Señor, viviré.
Véniat mihi miseratiónes tuæ, Dómine et vivam.

V. Reconozco, Señor, que tus mandamientos son justos,
que con razón me hiciste sufrir.
R. Cuando me alcance tu compasión, Señor, viviré.
Véniat mihi miseratiónes tuæ, Dómine et vivam.

V. Que tu bondad me consuele,
según la promesa hecha a tu siervo.
R. Cuando me alcance tu compasión, Señor, viviré.
Véniat mihi miseratiónes tuæ, Dómine et vivam.

Aleluya Jn 14, 6
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Yo soy el camino y la verdad y la vida -dice el Señor-; nadie va al Padre, sino por mí. R.
Ego sum via, véritas et vita, dicit Dóminus; nemo venit ad Patrem, nisi per me.

EVANGELIO Mc 8, 11-13
¿Por qué esta generación reclama un signo?
Lectura del santo Evangelio según san Marcos.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, se presentaron los fariseos y se pusieron a discutir con Jesús; para ponerlo a prueba, le pidieron un signo del cielo.
Jesús dio un profundo suspiro y dijo:
«¿Por qué esta generación reclama un signo? En verdad os digo que no se le dará un signo a esta generación».
Los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Beda, in Marcum, 2, 33
No debía obrarse un prodigio del cielo para la generación de los que tentaban al Señor. Pero se manifestará ese prodigio a la de los que buscan al Señor, cuando suba al cielo a vista de sus apóstoles.

Oración de los fieles
Ferias del Tiempo Ordinario VI
Elevemos, hermanos, fervientes oraciones a Dios nuestro Padre.
- Para que proteja y guíe a su Iglesia santa. Roguemos al Señor.
- Para que el Señor llene de su gracia a los obispos, sacerdotes y ministros. Roguemos al Señor.
- Para que conceda a todo el mundo la justicia y la paz. Roguemos al Señor.
- Para que socorra a los que están en algún peligro. Roguemos al Señor.
- Para que a nosotros mismos nos conforte y conserve en su servicio. Roguemos al Señor.
Te pedimos, Dios de bondad, que te muestres favorable a las oraciones de los que te suplican. Por Jesucristo nuestro Señor.

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