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martes, 21 de septiembre de 2021

Martes 26 octubre 2021, Lecturas Martes XXX semana del Tiempo Ordinario, año impar.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Martes de la XXX semana del Tiempo Ordinario, año impar (Lec. III-impar).

PRIMERA LECTURA Rom 8, 18-25
La creación, expectante, está aguardando la manifestación de los hijos de Dios
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos.

Hermanos:
Considero que los sufrimientos de ahora no se pueden comparar con la gloria que un día se nos manifestará. Porque la creación, expectante, está aguardando la manifestación de los hijos de Dios; en efecto, la creación fue sometida a la frustración, no por su voluntad, sino por aquel que la sometió, con la esperanza de que la creación misma sería liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
Porque sabemos que hasta hoy toda la creación está gimiendo y sufre dolores de parto.
Y no solo eso, sino que también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la adopción filial, la redención de nuestro cuerpo.
Pues hemos sido salvados en esperanza. Y una esperanza que se ve, no es esperanza; efectivamente, ¿cómo va a esperar uno algo que ve?
Pero si esperamos lo que no vemos, aguardamos con perseverancia.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 125, 1-2ab. 2cd-3, 4-5, 6 (R.: 3a)
R. El Señor ha estado grande con nosotros.
Magnificábit Dóminus fácere nobíscum.

V. Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sion,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
R. El Señor ha estado grande con nosotros.
Magnificábit Dóminus fácere nobíscum.

V. Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos».
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
R. El Señor ha estado grande con nosotros.
Magnificábit Dóminus fácere nobíscum.

V. Recoge, Señor, a nuestros cautivos
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
R. El Señor ha estado grande con nosotros.
Magnificábit Dóminus fácere nobíscum.

V. Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas.
R. El Señor ha estado grande con nosotros.
Magnificábit Dóminus fácere nobíscum.

Aleluya Cf. Mt 11, 25
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Bendito seas, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del reino a los pequeños. R.
Benedíctus es, Pater, Dómine caeli et terræ, quia mystéria regni párvulis revelásti.

EVANGELIO Lc 13, 18-21
El grano creció y se hizo un árbol
 Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, decía Jesús:
«A qué es semejante el reino de Dios o a qué lo compararé?
Es semejante a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; creció, se hizo un árbol y los pájaros del cielo anidaron en sus ramas».
Y dijo de nuevo:
«¿A qué compararé el reino de Dios?
Es semejante a la levadura que una mujer tomó y metió en tres medidas de harina, hasta que todo fermentó».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Papa Francisco, Homilía en santa Marta 31-octubre-2017
El Espíritu Santo está dentro de nosotros y nos lleva a eso: a algo grandioso, a una liberación, a una gran gloria. Por eso, Jesús dice: dentro de la semilla de mostaza, de aquel grano pequeñito, hay una fuerza que produce un crecimiento inimaginable. Dentro de nosotros, y en la creación, hay una fuerza increíble: está el Espíritu Santo, que nos da la esperanza. ¿Y qué quiere decir vivir de esperanza? Dejar que esas fuerzas del Espíritu nos ayuden a crecer hacia la plenitud que nos espera en la gloria. Y como la levadura debe ser mezclada y el grano de mostaza enterrado, porque de lo contrario esa fuerza interior queda estéril, así en el Reino de Dios, que crece desde dentro, con la fuerza del Espíritu Santo. La Iglesia siempre tuvo el valor de sembrar y enterrar, de tomar y mezclar, y también el miedo de hacerlo. Y muchas veces vemos se prefiere una pastoral de conservación y no deja que el Reino crezca. Porque si seguimos siendo lo que somos, pequeñitos, donde estamos seguros, entonces el Reino no crece. Para que el Reino crezca hace falta valor: enterrar el grano, mezclar la levadura.

Oración de los fieles
Ferias del Tiempo Ordinario VII.

Oremos, hermanos, por todo el pueblo santo de Dios.
- Para que introduzca en la plenitud de su santa Iglesia a los no cristianos y a lo no creyentes. Roguemos
al Señor.
- Para que inspire a los gobernantes pensamientos de servicio y entrega al bien común. Roguemos al
Señor.
- Para que libre al mundo del hambre, del paro y de la guerra. Roguemos al Señor.
- Para que conceda a nuestra(o) ciudad (pueblo) la paz, la justicia, la libertad y el bienestar. Roguemos al
Señor.
- Para que acoja siempre nuestra oración. Roguemos al Señor.
Oh, Dios, que sabes que la vida del hombre está sujeta a tanta necesidad: escucha las preces de los que te
suplican y cumple los anhelos de los que ponen en ti toda su esperanza. Por Jesucristo nuestro Señor.

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