Entrada destacada

Domingo 4 diciembre 2022, II Domingo de Adviento, ciclo A.

sábado, 27 de marzo de 2021

Sábado 1 mayo 2021, Sábado de la IV semana de Pascua o san José obrero, memoria libre.

TEXTOS MISA

Sábado de la IV Semana de Pascua.

Antífona de entrada Cf. 1Pe 2, 9
Pueblo adquirido por Dios, anunciad las proezas del que os llamó de las tinieblas a su luz maravillosa. Aleluya.
Pópulus acquisitiónis, annuntiáte virtútes eius, qui vos de ténebris vocávit in admirábile lumen suum, allelúia.

Oración colecta
Oh, Dios, que en la solemnidad de la Pascua has dado al mundo los auxilios del cielo, continúa dispensando el perdón a tu Iglesia, para que lo realizado en el tiempo nos sirva para la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.
Deus, qui sollemnitáte pascháli caeléstia mundo remédia benígnus operáris, Ecclésiae tuae indulgéntiam proséquere, ut observántia temporális ad vitam profíciat sempitérnam. Per Dóminum.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Sábado de la IV semana de Pascua (Lec. II).

PRIMERA LECTURA Hch 13, 44-52
Sabed que nos dedicamos a los gentiles

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles.

El sábado siguiente, casi toda la ciudad acudió a oír la palabra del Señor. Al ver el gentío, los judíos se llenaron de envidia y respondían con blasfemias a las palabras de Pablo. Entonces Pablo y Bernabé dijeron con toda valentía:
«Teníamos que anunciaros primero a vosotros la palabra de Dios; pero como la rechazáis y no os consideráis dignos de la vida eterna, sabed que nos dedicamos a los gentiles. Así nos lo ha mandado el Señor: “Yo te he puesto como luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el confín de la tierra”».
Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y alababan la palabra del Señor; y creyeron los que estaban destinados a la vida eterna.
La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región. Pero los judíos incitaron a las señoras distinguidas, adoradoras de Dios, y a los principales de la ciudad, provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron de su territorio.
Estos sacudieron el polvo de los pies contra ellos y se fueron a Iconio. Los discípulos, por su parte, quedaban llenos de alegría y de Espíritu Santo.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 97, 1bcde. 2-3ab. 3cd-4 (R.: 3cd)
R. 
Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios.
Vidérunt omnes términi terrae salutáre Dei nostri.
O bien: Aleluya.

V. Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo.
R. Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios.
Vidérunt omnes términi terrae salutáre Dei nostri.

V. El Señor da a conocer su salvación,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel.
R. Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios.
Vidérunt omnes términi terrae salutáre Dei nostri.

V. Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad.
R. Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios.
Vidérunt omnes términi terrae salutáre Dei nostri.

Aleluya Jn 8, 31b-32
R. 
Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Si permanecéis en mi palabra –dice el Señor– seréis de verdad discípulos míos y conoceréis la verdad. R.
Si manséritis in sermóne meo, vero discipúli me éritis, et cognoscéritis veritátem, dicit Dóminus.

EVANGELIO Jn 14, 7-14
Quien me ha visto a mí ha visto al Padre
╬ 
Lectura del santo Evangelio según san Juan.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto».
Felipe le dice:
«Señor, muéstranos al Padre y nos basta».
Jesús le replica:
«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú:
“Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras.
En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aun mayores, porque yo me voy al Padre. Y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Papa Benedicto XVI, Audiencia general 16-enero-2013
El deseo de conocer realmente a Dios, es decir, de ver el rostro de Dios es innato en cada hombre, también en los ateos. Y nosotros tenemos, tal vez inconscientemente, este deseo de ver sencillamente quién es Él, qué cosa es, quién es para nosotros. Pero este deseo se realiza siguiendo a Cristo; así vemos su espalda y vemos en definitiva también a Dios como amigo, su rostro en el rostro de Cristo. Lo importante es que sigamos a Cristo no sólo en el momento en que tenemos necesidad y cuando encontramos un espacio en nuestras ocupaciones cotidianas, sino con nuestra vida en cuanto tal. Toda nuestra existencia debe estar orientada hacia el encuentro con Jesucristo, al amor hacia Él; y, en ella, debe tener también un lugar central el amor al prójimo, ese amor que, a la luz del Crucificado, nos hace reconocer el rostro de Jesús en el pobre, en el débil, en el que sufre. Esto sólo es posible si el rostro auténtico de Jesús ha llegado a ser familiar para nosotros en la escucha de su Palabra, al dialogar interiormente, al entrar en esta Palabra de tal manera que realmente lo encontremos, y, naturalmente, en el Misterio de la Eucaristía. 

Oración de los fieles
Oremos a Dios, nuestro Padre, con la certeza de que Jesucristo resucitado intercede por nosotros.
- Para que Cristo, luz y salvación de todos los pueblos, derrame el fuego del Espíritu Santo sobre toda la Iglesia. Roguemos al Señor.
- Para que todos los que tienen autoridad en el mundo la ejerciten con espíritu de servicio a los hombres. Roguemos al Señor.
- Para que la caridad y entrega de los cristianos manifieste a los que sufren el amor que Dios les tiene. Roguemos al Señor.
- Para que conceda el don de la fe a los que aún no reconocen a Cristo como Hijo de Dios y Salvador de los hombres. Roguemos al Señor.
Escucha, Padre Santo, las oraciones que te presentamos en el nombre de Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos.

Oración sobre las ofrendas
Te pedimos, Señor, que, en tu bondad, santifiques estos dones, aceptes la ofrenda de este sacrificio espiritual y nos transformes en oblación perenne. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Propítius, Dómine, quaesumus, haec dona sanctífica, et, hóstiae spiritális oblatióne suscépta, nosmetípsos tibi pérfice munus aetérnum. Per Christum.

PLEGARIA EUCARÍSTICA IV.

Antífona de comunión Jn 17, 24
Padre, este es mi deseo: que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste. Aleluya.
Pater, quos dedísti mihi, volo ut ubi sum ego, et illi sint mecum, ut vídeant claritátem quam dedísti mihi, allelúia.

Oración después de la comunión
Señor, después de recibir el don sagrado del sacramento, te pedimos humildemente que nos haga crecer en el amor lo que tu Hijo nos mandó realizar en memoria suya. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Súmpsimus, Dómine, sacri dona mystérii, humíliter deprecántes, ut, quae in sui commemoratiónem nos Fílius tuus fácere praecépit, in nostrae profíciant caritátis augméntum. Per Christum.

En la memoria:
1 de mayo
San José Obrero

Antífona de entrada Cf. Sal 127, 1-2
Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien. Aleluya.
Beátus omnis qui timet Dóminum, qui ámbulat in viis eius. Labóres mánuum tuárum manducábis, beátus es, et bene tibi erit, allelúia.

Monición de entrada
Conmemoramos a san José obrero, el carpintero de Nazaret, que con su laboriosidad proveyó la subsistencia de María y de Jesús e inició al Hijo de Dios en los trabajos de los hombres. Por esta razón, en el día de hoy, en que se celebra la fiesta del trabajo en muchas partes del mundo, todos los obreros cristianos honran a san José como modelo y patrono suyo.

Oración colecta
Dios creador del universo, que has establecido la ley del trabajo para toda la humanidad, concédenos con bondad, por el ejemplo y patrocinio de san José, que llevemos a cabo lo que nos mandas y consigamos los premios que prometes. Por nuestro Señor Jesucristo.
Rerum cónditor, Deus, qui legem labóris humáno géneri statuísti, concéde propítius, ut, beáti Ioseph exémplo et patrocínio, ópera perficiámus quae praecipis, et preámia consequámur quae promíttis. Per Dóminum.

LITURGIA DE LA PALABRA
La 1ª lectura y el salmo se toman de la feria de Pascua, aunque también pueden leerse las lecturas propias de la memoria de san José Obrero (Lec. IV).

PRIMERA LECTURA (opción 1) Gén 1, 26-2, 3
Llenad la tierra y sometedla
Lectura del libro del Génesis.

Dijo Dios:
«Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los ganados y los reptiles de la tierra».
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y mujer los creó.
Dios los bendijo; y les dijo Dios:
«Sed fecundos y multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se mueven sobre la tierra».
Y dijo Dios:
«Mirad, os entrego todas las hierbas que engendran semilla sobre la superficie de la tierra y todos los árboles frutales que engendran semilla: os servirán de alimento. Y la hierba verde servirá de alimento a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra y a todo ser que respira».
Y así fue.
Vio Dios todo lo que había hecho, y era muy bueno.
Pasó una tarde, pasó una mañana: el día sexto.
Así quedaron concluidos el cielo, la tierra y todo el universo.
Y habiendo concluido el día séptimo la obra que había hecho, descansó el día séptimo de toda la obra que había hecho.
Y bendijo Dios el día séptimo y lo consagró, porque en él descansó de toda la obra que Dios había hecho cuando creó.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

PRIMERA LECTURA (opción 2) Col 3, 14-15. 17. 23-24
Lo que hacéis, hacedlo con toda el alma, como para servir al Señor, y no a los hombres
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses.

Hermanos:
Por encima de todo, el amor, que es el vínculo de la unidad perfecta.
Que la paz de Cristo reine en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados en un sólo cuerpo.
Sed también agradecidos.
Y todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre de Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
Lo que hacéis, hacedlo con toda el alma, como para servir al Señor, y no a los hombres: sabiendo que recibiréis del Señor en recompensa la herencia. Servid a Cristo Señor.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 89, 2. 3-4. 12-13. 14 y 16 (R.: 17c)
R. Haz prósperas las obras de nuestras manos, Señor.
Opus mánuum nostrárum confírma, Dómine.
O bien: Aleluya.

V. Antes que naciesen los montes
o fuera engendrado el orbe de la tierra,
desde siempre y por siempre tú eres Dios.
R. Haz prósperas las obras de nuestras manos, Señor.
Opus mánuum nostrárum confírma, Dómine.

V. Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán».
Mil años en tu presencia son un ayer, que paso;
una vela nocturna.
R. Haz prósperas las obras de nuestras manos, Señor.
Opus mánuum nostrárum confírma, Dómine.

V. Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos.
R. Haz prósperas las obras de nuestras manos, Señor.
Opus mánuum nostrárum confírma, Dómine.

V. Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Que tus siervos vean tu acción,
y sus hijos tu gloria.
R. Haz prósperas las obras de nuestras manos, Señor.
Opus mánuum nostrárum confírma, Dómine.

Aleluya Sal 67, 20
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Bendito el Señor cada día, Dios lleva nuestras cargas, es nuestra salvación. R.
Benedíctus Dóminus die quotídie; portábit nos Deus salutárium nostrórum.

EVANGELIO Mt 13, 54-58
¿No es el hijo del carpintero?
 Lectura del santo Evangelio según San Mateo.
R. Gloria a Ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús fue a su ciudad y se puso a enseñar en la sinagoga. La gente decía admirada:
«¿De dónde saca este esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?»
Y se escandalizaban a causa de él.
Jesús les dijo:
«Solo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta».
Y no hizo allí muchos milagros, porque su falta de fe.

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

San Josemaría Escrivá, Es Cristo que pasa 55
José amó a Jesús como un padre ama a su hijo, le trató dándole todo lo mejor que tenía. José, cuidando de aquel Niño, como le había sido ordenado, hizo de Jesús un artesano: le transmitió su oficio. Por eso los vecinos de Nazaret hablarán de Jesús, llamándole indistintamente faber y fabri filius [Mc 6, 3; Mt 13, 55]: artesano e hijo del artesano. Jesús trabajó en el taller de José y junto a José. ¿Cómo sería José, cómo habría obrado en él la gracia, para ser capaz de llevar a cabo la tarea de sacar adelante en lo humano al Hijo de Dios?
Porque Jesús debía parecerse a José: en el modo de trabajar, en rasgos de su carácter, en la manera de hablar. En el realismo de Jesús, en su espíritu de observación, en su modo de sentarse a la mesa y de partir el pan, en su gusto por exponer la doctrina de una manera concreta, tomando ejemplo de las cosas de la vida ordinaria, se refleja lo que ha sido la infancia y la juventud de Jesús y, por tanto, su trato con José.

Oración de los fieles
Oremos, hermanos, a Dios Padre, que nos llama a todos a colaborar en su obra creadora.
- Por la Iglesia, para que reciba la abundancia del Espíritu y sepa expresar su solidaridad con el mundo del trabajo y anuncie el Evangelio a las trabajadores y los pobres. Roguemos al Señor.
- Por todos los cristianos, para que cobren conciencia de su vocación al apostolado y lleven a su trabajo el testimonio de una fe viva y el servicio de una caridad sincera. Roguemos al Señor
- Por los que dirigen y organizan el mundo del trabajo y de la economía, para que procedan siempre con sabiduría y justicia, respetando los derechos de todos los hombres. Roguemos al Señor.
- Por los que sufren por falta de empleo o a causa de la dureza de su trabajo, por los trabajadores que están en peligro o reciben un salario injusto, para que no se sientan desesperados y reciban la ayuda que necesitan. Roguemos al Señor.
- Por nosotros, por nuestras familias y por nuestros compañeros de trabajo, para que encontremos satisfacción en los quehaceres cotidianos y trabajemos siempre como servidores del Señor. Roguemos al Señor.
Escucha, Señor, la oración de tu Iglesia que san José obrero te recomienda. Por Jesucristo, nuestro Señor

Oración sobre las ofrendas
Oh, Dios, fuente de toda misericordia, mira las ofrendas que presentamos a tu majestad en la conmemoración de san José, y concede, con bondad, que los dones ofrecidos se transformen en ayuda para los que te invocan. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Fons totíus misericórdiae, Deus, réspice ad múnera nostra, quae in commemoratióne beáti Ioseph maiestáti tuae deférimus, et concéde propítius, ut obláta dona fiant praesídia supplicántium. Per Christum.

PREFACIO DE SAN JOSÉ, ESPOSO DE LA B. V. MARÍA
LA MISIÓN DE SAN JOSÉ
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la conmemoración de san José.
Porque él es el hombre justo que diste por esposo a la Virgen Madre de Dios; el servidor fiel y prudente que pusiste al frente de tu familia para que, haciendo las veces de padre, cuidara a tu Unigénito, concebido por obra del Espíritu Santo, Jesucristo, Señor nuestro.
Por él, los ángeles alaban tu gloria, te adoran las dominaciones y tiemblan las potestades, los cielos, sus virtudes y los santos serafines te celebran unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:
Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus: Et te in commemoratione beáti Ioseph débitis magnificáre praecóniis, benedícere et praedicáre.
Qui et vir iustus, a te Deíparae Vírgini Sponsus est datus, et fidélis servus ac prudens, super Famíliam tuam est constitútus, ut Unigénitum tuum, Sancti Spíritus obumbratióne concéptum, patérna vice custodíret, Iesum Christum Dóminum nostrum.
Per quem maiestátem tuam laudant Angeli, adórant Dominatiónes, tremunt Potestátes. Caeli caelorúmque Virtútes, ac beáta Séraphim, sócia exsultatióne concélebrant. Cumquibus et nostras voces, ut admítti iúbeas, deprecámur, súpplici confessióne dicéntes:
Santo, Santo, Santo...


Antífona de comunión Cf. Col 3, 17
Todo lo que de palabra o de obra realicéis sea todo en nombre del Señor, dando gracias a Dios. Aleluya.
Omne quodcúmque fácitis in verbo aut in ópere, ómnia in nómine Dómini, grátias agéntes Deo, allelúia.

Oración después de la comunión
Saciados con los alimentos celestiales te pedimos humildemente, Señor, que, a ejemplo de san José, gustemos continuamente el fruto de una paz perpetua, dando testimonio de la caridad que infundes en nuestros corazones. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Caeléstibus, Dómine, pasti delíciis, súpplices te rogámus, ut, exémplo beáti Ioseph, caritátis tuae in córdibus nostris testimónia geréntes, perpétuae pacis fructu iúgiter perfruámur. Per Christum.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No publico comentarios anónimos.