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martes, 23 de marzo de 2021

Martes 27 abril 2021, Martes de la IV semana de Pascua, feria.

TEXTOS MISA

Martes de la IV Semana de Pascua.

Antífona de entrada Ap 19, 7. 6
Alegrémonos y gocemos y démosle gracias, porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo. Aleluya.
Gaudeámus et exsultémus et demus glóriam Deo, quóniam regnávit Dóminus Deus noster omnípotens, allelúia.

Oración colecta
Al celebrar el misterio de la resurrección del Señor, te pedimos, Dios todopoderoso, que merezcamos recibir la alegría de nuestra redención. Por nuestro Señor Jesucristo.
Praesta, quaesumus, omnípotens Deus, ut, qui resurrectiónis domínicae mystéria cólimus, redemptiónis nostrae suscípere laetítiam mereámur. Per Dóminum.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Martes de la IV semana de Pascua (Lec. II).

PRIMERA LECTURA Hch 11, 19-26
Se pusieron a hablar a los griegos, anunciándoles la Buena Nueva del Señor Jesús

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles.

En aquellos días, los que se habían dispersado en la persecución provocada por lo de Esteban llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, sin predicar la palabra más que a los judíos. Pero algunos, naturales de Chipre y de Cirene, al llegar a Antioquía, se pusieron a hablar también a los griegos, anunciándoles la Buena Nueva del Señor Jesús. Como la mano del Señor estaba con ellos, gran número creyó y se convirtió al Señor.
Llegó la noticia a oídos de la Iglesia de Jerusalén, y enviaron a Bernabé a Antioquía; al llegar y ver la acción de la gracia de Dios, se alegró y exhortaba a todos a seguir unidos al Señor con todo empeño, porque era un hombre bueno, lleno de Espíritu Santo y de fe. Y una multitud considerable se adhirió al Señor.
Bernabé salió para Tarso en busca de Saulo; cuando lo encontró, se lo llevó a Antioquía. Durante todo un año estuvieron juntos en aquella Iglesia e instruyeron a muchos. Fue en Antioquía donde por primera vez los discípulos fueron llamados cristianos.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 86, 1b-3, 4-5. 6-7 (R.: 116, 1a)
R.
 Alabad al Señor, todas las naciones.
Laudáte Dóminum, omnes gentes.
O bien: Aleluya.

V. Él la ha cimentado sobre el monte santo;
y el Señor prefiere las puertas de Sión
a todas las moradas de Jacob.
¡Qué pregón tan glorioso para ti,
ciudad de Dios!
R. Alabad al Señor todas las naciones.
Laudáte Dóminum, omnes gentes.

V. «Contaré a Egipto y a Babilonia
entre mis fieles;
filisteos, tirios y etíopes
han nacido allí».
Se dirá de Sión: «Uno por uno
todos han nacido en ella;
el Altísimo en persona la ha fundado».
R. Alabad al Señor todas las naciones.
Laudáte Dóminum, omnes gentes.

V. El Señor escribirá en el registro de los pueblos:
«Éste ha nacido allí».
Y cantarán mientras danzan:
«Todas mis fuentes están en ti».
R. Alabad al Señor todas las naciones.
Laudáte Dóminum, omnes gentes.

Aleluya Jn 10, 27
R.
 Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Mis ovejas escuchan mi voz –dice el Señor–, y yo las conozco, y ellas me siguen. R.
Oves meae vocem meam áudiunt, dicit Dóminus; et ego cognósco eas, et sequúntur me.

EVANGELIO Jn 10, 22-30
Yo y el Padre somos uno
╬ 
Lectura del santo Evangelio según san Juan.
R. Gloria a ti, Señor.

Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón.
Los judíos, rodeándolo, le preguntaban:
«¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente».
Jesús les respondió:
«Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, esas dan testimonio de mí. Pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Lo que mi Padre me ha dado es más que todas las cosas, y nadie puede arrebatar nada de la mano de mi Padre. Yo y el Padre somos uno».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Papa Francisco, Homilía en santa Marta 24-abril-2018
Cerrazón y apertura: dos polos opuestos que describen cómo el hombre puede reaccionar ante el soplo del Espíritu Santo. El segundo es propio de los discípulos, de los apóstoles: la resistencia inicial no es solo humana, sino también garantía de que no se dejan engañar por cualquier cosa, y luego, con la oración y el discernimiento, encuentran el camino. Siempre habrá resistencias al Espíritu Santo, siempre, siempre hasta el fin del mundo. Que el Señor nos dé la gracia de saber resistir lo que debemos resistir, lo que viene del maligno, lo que nos quita la libertad, y sepamos abrirnos a las novedades, pero solo a las que vienen de Dios, con la fuerza del Espíritu Santo, y nos dé la gracia de discernir los signos del tiempo para tomar las decisiones que debamos tomar en ese momento.

Oración de los fieles
Elevemos nuestras súplicas a Dios, Padre todopoderoso, que ha sido glorificado en la muerte y resurrección de su Hijo.
- Para que el Señor Jesús, que se hizo compañero de los discípulos de Emaús, acompañe a su Iglesia peregrina entre las dificultades e incertidumbres de la vida. Oremos.
- Para que los que han renacido del agua y del Espíritu Santo en la noche de Pascua conserven firmes la fe que han recibido y sean auténticos discípulos de Cristo. Oremos.
- Para que los enfermos y todos los que sufren experimenten el consuelo del amor del Padre, que nunca nos abandona. Oremos.
- Para que, por la gracia de la eucaristía, aumente en todos nosotros la alegría de sabernos salvados. Oremos.
Dios de bondad, acoge benigno las oraciones que te presentamos. Por Jesucrísto, nuestro Señor.

Oración sobre las ofrendas

Concédenos, Señor, alegrarnos siempre por estos misterios pascuales, y que la actualización continua de tu obra redentora sea para nosotros fuente de gozo incesante. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Concéde, quaesumus, Dómine, semper nos per haec mystéria paschália gratulári, ut contínua nostrae reparatiónis operátio perpétuae nobis fiat causa laetítiae. Per Christum.

PREFACIO PASCUAL IV
LA RESTAURACIÓN DEL UNIVERSO POR EL MISTERIO PASCUAL
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor; pero más que nunca exaltarte en este tiempo glorioso en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Porque, demolida nuestra antigua miseria, fue reconstruido cuanto estaba derrumbado y renovada en plenitud nuestra vida en Cristo.
Por eso, con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan el himno de tu gloria diciendo sin cesar:

Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre: Te quidem, Dómine, omni témpore confitéri, sed in hoc potíssimum gloriósius praedicáre, cum Pascha nostrum immolátus est Christus.
Quia, vetustáte destrúcta, renovántur univérsa deiécta, et vitae nobis in Christo reparátur intégritas.
Quaprópter, profúsis paschálibus gáudiis, totus in orbe terrárum mundus exsúltat. Sed et supérnae virtútes atque angélicae potestátes hymnum glóriae tuae cóncinunt, sine fine dicéntes:

Santo, Santo, Santo...

PLEGARIA EUCARÍSTICA II.

Antífona de comunión Cf. Lc 24, 46. 26

Era necesario que el Mesías padeciera y resucitara de entre los muertos, para así entrar en su gloria. Aleluya.
Opórtuit pati Christum, et resúrgere a mórtuis, et ita intráre in glóriam suam, allelúia.

Oración después de la comunión
Escucha, Señor, nuestras oraciones para que el santo intercambio de nuestra redención nos sostenga durante la vida presente y nos dé las alegrías eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Exáudi, Dómine, preces nostras, ut redemptiónis nostrae sacrosáncta commércia et vitae nobis cónferant praeséntis auxílium et gáudia sempitérna concílient. Per Christum.

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