Capítulo VI. TEXTOS DIVERSOS PARA LA CELEBRACIÓN DE LA INICIACIÓN DE LOS ADULTOS.
PARA EL RITO DE ENTRADA EN EL CATECUMENADO
374. bis. Al n. 141; Texto de la Misa ritual para la elección o inscripción del nombre:
Misal Romano (3ª edición.)
El rito de la «elección» y de la «inscripción del nombre» de los catecúmenos que van a ser admitidos a los sacramentos de la iniciación cristiana en la Vigilia pascual, se han de celebrar dentro de la misa del primer domingo de Cuaresma. Si, por razones pastorales, se celebra fuera de este domingo, puede emplearse la misa que sigue, con colar morado, excepto los días incluidos en los números nn. 1-4 de la tabla de los días litúrgicos. Puede también usarse la misa del viernes de la IV semana de Cuaresma.
Antífona de
entrada Sal 104, 3-4
Que se alegren los que buscan al
Señor. Recurrid al Señor y a su poder, buscad continuamente su
rostro.
Laetétur cor quaeréntium Dóminum.
Quaerite Dóminum et confirmámini, quaerite fáciem eius semper.
Oración colecta
Oh, Dios, que realizas siempre la
salvación de los hombres, y ahora también alegras a tu pueblo con
gracias más abundantes, mira propicio a tus elegidos, para que el
auxilio de tu bondadosa protección fortalezca tanto a los que van a
ser regenerados como a los que ya han renacido. Por nuestro Señor
Jesucristo.
Deus, qui, licet salútem hóminum
semper operáris, nunc tamen pópulum tuum grátia abundantióre
laetíficas, réspice propítius ad electiónem tuam, ut piae
protectiónis auxílium et regenerándos múniat et renátos. Per
Dóminum.
LITURGIA DE LA PALABRA (Leccionario V)
Si las lecturas del día no son apropiadas, elíjanse las lecturas asignadas al primer domingo de Cuaresma (véanse los leccionarios dominicales) u otras adecuadas.
Oración sobre
las ofrendas
Dios todopoderoso y eterno, que nos
haces renacer para la vida eterna por el sacramento del bautismo al
confesar tu nombre; recibe los dones y los deseos de tus siervos,
para que colmes de anhelos y borres los pecados de los que en ti
esperan. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Omnípotens sempitérne Deus, qui
nos ad aetérnam vitam in confessióne tui nóminis baptísmatis
réparas sacraménto, súscipe tuórum múnera et vota famulórum, ut
in te sperántium et desidéria iúbeas pérfici et peccáta deléri.
Per Christum.
Se dice el
prefacio del tiempo litúrgico correspondiente.
Antífona de la
comunión Cf. Ef 1, 7
En Cristo, por su sangre, tenemos la
redención, el perdón de los pecados, conforme a la riqueza de su
gracia.
In Christo habémus redemptiónem
per sánguinem eius, remissiónem peccatórum, secúndum divítias
grátiae eius.
Oración después
de la comunión
Te pedimos, Señor, que nos
purifiquen los sacramentos que hemos recibido; concede a tus siervos
liberarse de todas sus culpas, para que se gloríen en la plenitud de
la ayuda del cielo los que se ven agobiados por el peso de su
conciencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puríficent nos, quaesumus, Dómine, sacraménta quae súmpsimus, et fámulos tuos ab omni culpa líberos esse concéde, ut, qui consciéntiae reátu constringúntur, caeléstis remédii plenitúdine gloriéntur. Per Christum.
Puríficent nos, quaesumus, Dómine, sacraménta quae súmpsimus, et fámulos tuos ab omni culpa líberos esse concéde, ut, qui consciéntiae reátu constringúntur, caeléstis remédii plenitúdine gloriéntur. Per Christum.
375. Al n. 148: Otra formula para las súplicas después de la elección:
- Para que nuestros elegidos encuentren su consuelo en la oración diaria:
R. Te rogamos, óyenos.
- Para que, acudiendo a ti con frecuencia en la oración, vivan cada vez más unidos a ti:
R. Te rogamos, óyenos.
- Para que encuentren su gozo en la lectura y meditación de tu Palabra:
R. Te rogamos, óyenos.
- Para que, reconociendo humildemente sus defectos, comiencen esforzadamente a enmendarlos:
R. Te rogamos, óyenos.
- Para que conviertan el quehacer cotidiano en una oblación grata para ti:
R. Te rogamos, óyenos.
- Para que todos los días de Cuaresma te sacrifiquen algún gusto:
R. Te rogamos, óyenos.
- Para que con ánimo esforzado se abstengan de cualquier mancha que desdore la pureza del corazón:
R. Te rogamos, óyenos.
- Para que se acostumbren a amar y conservar la virtud y la santidad de vida:
R. Te rogamos, óyenos.
- Para que, abnegando su amor propio, atiendan más a los otros que a sí mismos:
R. Te rogamos, óyenos.
- Para que guardes y bendigas benignamente a sus familias:
R. Te rogamos, óyenos.
- Para que transmitan a los demás la alegría que han conseguido con la fe:
R. Te rogamos, óyenos.
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