Ritual de la Iniciación cristiana de adultos, 6-enero-1972 (ed. Española, reimpresión 2012)
Ritual de la iniciación cristiana de los niños en edad catequética.
SEGUNDO GRADO
ESCRUTINIOS O RITOS PENITENCIALES
330. Estos ritos penitenciales, que señalan el paso entre las diversas etapas del catecumenado, pertenecen al género de los escrutinios, que tienen lugar en el Ritual de la Iniciación de los adultos (nn. 152-180). Por tanto, como tienen una finalidad similar, se pueden utilizar y acomodar las normas que se establecen para los escrutinios (nn. 25, I; 154-159).
331. Como los escrutinios de ordinario pertenecen al último tiempo de la preparación para el Bautismo, los ritos penitenciales exigen que los niños se acerquen a ellos con la fe que se requiere para el Bautismo.
332. Estos ritos, en los que participan a una con los catecúmenos sus padrinos (madrinas) y sus compañeros de catequesis, son apropiados para todos los asistentes, de modo que se conviertan en celebraciones penitenciales también para los que no son catecúmenos. En realidad, durante esta ceremonia, algunos niños ya bautizados de tiempo atrás, y pertenecientes al grupo catequístico, pueden ser admitidos por primera vez al sacramento de la Penitencia. En tal caso, procúrese que en la celebración se añadan oportunamente las moniciones, intenciones de la oración y los actos que requieran estos niños.
333. Los ritos penitenciales se celebran en Cuaresma, si los catecúmenos han de ser iniciados en las solemnidades pascuales; en otro caso, se celebran en el tiempo que parezca más oportuno. Téngase por lo menos un rito penitencial. Si cómodamente se puede tener otro, mejor. Su esquema será similar al primero; para las súplicas y para la oración del exorcismo, se emplean los textos de los nn. 164, 171, 178, convenientemente acomodados.
Rito de entrada
334. El celebrante, después de recibir a la asamblea, explica en pocas palabras la significación del rito según la condición de cada uno, a saber, para los niños catecúmenos, para los ya bautizados, especialmente para los que en este día se acercan por primera vez al sacramento de la Penitencia, para los padres y amigos, catequistas, sacerdotes. etc. Porque todos oirán el feliz anuncio del perdón de los pecados y alabarán la misericordia de Dios Padre.
Se puede elegir algún canto a propósito para significar la fe y el gozo por la misericordia de Dios Padre.
335. El celebrante concluye con esta oración:
Oremos.
Dios clemente y misericordioso,
que revelas tu bondad perdonando
y te llenas de gloria al santificarnos,
dígnate lavarnos de nuestras manchas
a los que reconocemos nuestros pecados,
y restablece la vida en nuestros corazones.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
O bien:
Oremos.
Concédenos, Señor,
los dones del perdón y de la paz,
para que, lavados de nuestros pecados
te sirvamos con corazón sosegado.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
Lecturas y homilía
336. Se pueden hacer una o varias lecturas, v. gr.
- Ez 36, 25-28 (Leccionario VIII, pág. 20): El corazón nuevo y el espíritu nuevo.
- Is 1, 16-18 (Leccionario VII, pág. 132): Purificación de los pecados.
- Mc 1, 1-5. 14-15 (Leccionario VI, pág. 305): Arrepentíos y creed en el Evangelio.
- Mc 2, 1-12 (Leccionario VIII, pág. 215): Curación del paralítico.
- Lc 15, 1-7 (Leccionario III, pág. 261): La oveja perdida y encontrada.
- 1Jn 1, 8-2,2 (Leccionario V pág. 51): Jesucristo, nuestro Salvador.
También se pueden utilizar las lecturas propias de los escrutinios:
- Jn 4, 1-14 (Leccionario VIII, pág. 59): La mujer samaritana.
- Jn 9, 1. 6-9. 13-17. 34-39 (Leccionario I, pág. 71): Curación del ciego de nacimiento.
- Jn 11, 3-7. 17. 20-27. 33b-45 (Leccionario I, pág. 75): La resurrección de Lázaro.
Si se tienen dos o más lecturas se intercalan salmos o cantos (n. 388).
Después de las lecturas el celebrante explica los textos sagrados con una breve homilía.
Súplicas
337. Durante la homilía, o después de ella, el celebrante propone a todos los reunidos algunos razonamientos y motivaciones, con algunos momentos de silencio intercalados, para que se preparen a la penitencia y ala renovación de la mente.
Pero si entre los presentes se encuentran niños ya bautizados y pertenecientes al grupo catequístico, el celebrante también se dirige a ellos, invitándoles para que externamente manifiesten su fe en Cristo Salvador, y el dolor Por sus propios pecados.
338. Después de algún tiempo de silencio, que aprovechan todos para prepararse a la contrición del corazón, el celebrante invita a la asamblea a la oración:
Oremos por N. y N., que se preparan a los sacramentos de la iniciación cristiana; por N. y N., que recibirán por primera vez eI perdón de Dios en el sacramento de la Penitencia;y por nosotros que aguardamos la misericordia de Cristo.
Lector:
Para que ante Jesús, el Señor, podamos mostrar nuestros sentimientos de gratitud y de fe, roguemos al Señor.
R. Escúchanos, Señor.
- Para que traigamos a la memoria con sinceridad nuestras ligerezas y pecados, roguemos al Señor.
R. Escúchanos, Señor.
- Para que con la sencillez de los hijos de Dios confesemos nuestra fragilidad y nuestras culpas, roguemos al Señor.
R. Escúchanos, Señor.
- Para que desahoguemos ante cristo nuestro dolor por los pecados que hemos cometido, roguemos al Señor.
R. Escúchanos, Señor.
- Para que seamos liberados de los males presentes y preservados de los futuros, roguemos al Señor.
R. Escúchanos, Señor.
- Para que aprendamos de nuestro Padre celestial que su amor divino supera todos los pecados de los hombres, roguemos al Señor.
R. Escúchanos, Señor.
Se pueden acomodar, según las circunstancias, la monición del celebrante y las intenciones, usando con las adaptaciones apropiadas los formularios de los números 378, 382 y 386.
Exorcismo
339. Después el celebrante, con las manos extendidas sobre los niños, hace la oración siguiente:
Oremos.
Padre de las misericordias,
que entregaste a tu amado Hijo para dar al hombre,
oprimido con la esclavitud del pecado,
la libertad de tus hijos,
escucha a estos siervos tuyos,
que ya han experimentado las tentaciones
y reconocen sus propias culpas,
y mira con clemencia su esperanza.
Concédeles pasar de las tinieblas a la luz que no se apaga,
limpiarse de los pecados,
y, llenos de paz, marchar ilesos bajo su protección
por el camino de la vida.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
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Otra fórmula de exorcismo en el n. 392.
392. Al n. 339: Otra fórmula de la oración del exorcismo, expresada en forma dialogada:
El celebrante exhorta a los niños a que oren con él a Dios y dice:
Padre clementísimo,
mira a N. y N., que pronto van a ser bautizados.
Niños:
Hemos oído las palabras de Jesús y las queremos seguir.
Celebrante:
Se esfuerzan en verdad por vivir como tus hijos,
pero saben que esto es laborioso.
Niños:
Sí, Padre, queremos hacer siempre lo que te agrada,
pero sentimos en nosotros una inclinación contraria.
Celebrante:
Padre clementísimo,
libera a estos niños de la cobardía y del espíritu del mal,
y concédeles que caminen siempre en la estela de tu luz.
Niños:
Queremos caminar con Jesús,
que entregó su vida por nosotros:
Padre, ayúdanos.
Celebrante:
Si alguna vez caen en el camino,
haciendo lo que te desagrada,
dales providente el refuerzo de tu gracia,
para que puedan levantarse de nuevo:
entonces otra vez caminarán hacia ti,
con Jesucristo nuestro Señor.
Niños:
Danos, Padre, tu gracia.
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Unción de los catecúmenos o imposición de manos
340. Prosigue el celebrante, diciendo:
Para que el poder de Cristo Salvador os fortalezca,
os ungimos con este óleo de salvación
en el nombre del mismo Jesucristo, Señor nuestro,
que vive y reina por los siglos de los siglos.
Niños:
Amén.
Todos son ungidos con el óleo de los catecúmenos en el pecho o en las dos manos o también, si parece oportuno, en otras partes del cuerpo.
A juicio de la Conferencia Episcopal, esta unción se puede omitir o diferir para el día de la celebración del Bautismo (cf. n. 218). En tal caso el celebrante les dice a todos los catecúmenos:
Os fortalezca el poder de Cristo Salvador,
que vive y reina por los siglos de los siglos.
Niños:
Amén.
Inmediatamente el celebrante impone la mano en silencio sobre cada uno de los catecúmenos.
Despedida de los catecúmenos
341. A continuación el celebrante los despide con éstas o parecidas palabras:
Jesús, el Señor, en nuestra presencia os ha abierto a vosotros, N. y N., su misericordia. Ahora podéis ir en paz.
Niños:
Demos gracias a Dios.
O bien los envía a sus puestos, y los niños no salen de la Iglesia. En ese caso el celebrante dice:
Jesús, el Señor, en nuestra presencia os ha abierto a vosotros, N. y N., su misericordia. Volved ahora a vuestro sitio, y orad todavía con nosotros.
342. Entonces prosigue la liturgia penitencial dirigida expresamente a los niños ya bautizados. Después de la monición del celebrante, cada uno de los que van a recibir por primera vez el sacramento de la Penitencia, y después los demás, se acercan a la confesión.
Después de un canto u oración de acción de gracias, todos salen.
Textos para la pastoral litúrgica de la Misa y otras celebraciones litúrgicas, en España. Se proponen los textos en castellano (y el de la edición "typica" en latín) elegidos por el autor entre las variantes posibles de la Liturgia ordinaria de la Iglesia. En cada entrada de la misa diaria primero se recoge un texto sobre Liturgia, luego el Calendario Litúrgico de España. Después viene la Misa del día. Al final se describen los santos y beatos del día siguiente, según el Martirologio Romano.
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