IV. DIVERSAS ORACIONES POR LOS DIFUNTOS.
12. POR LOS HERMANOS, PARIENTES Y
BIENHECHORES DIFUNTOS
Antífona de
entrada
Señor, dales el descanso eterno y
llena sus almas de tu esplendor.
Dona eis, Dómine, réquiem
sempitérnam et imple splendóribus ánimas eórum.
O bien: Jn 3, 16
Tanto amó Dios al mundo, que
entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no
perezca, sino que tenga vida eterna.
Sic Deus diléxit mundum, ut Fílium
suum Unigénitum daret; ut omnis qui credit in ipsum, non péreat,
sed hábeat vitam ætérnam.
O bien: Ap 14, 13
Bienaventurados los que mueren en el
Señor. Que descansen de sus fatigas, porque sus obras los acompañan.
Beáti mórtui, qui in Dómino
moriúntur. Amodo requiéscant a labóribus suis: ópera enim illórum
sequúntur illos.
Monición de
entrada
La Iglesia siempre ha mantenido una
gran veneración por los difuntos, orando por ellos, especialmente en
la celebración de la eucaristía, donde rogamos al Señor de la Vida
que tenga misericordia de ellos y los admita en el banquete del reino
de los cielos. Por eso, en esta eucaristía, imploramos humildemente
a Dios, que mire benignamente a nuestros hermanos, para que gocen
eternamente de la compañía del Señor.
Oración colecta
Oh, Dios, que concedes el perdón de
los pecados y quieres la salvación de los hombres, invocamos tu
clemencia, por intercesión de santa María, la Virgen, y de todos
los santos, para que concedas a los hermanos, parientes y
bienhechores de nuestra comunidad que han salido ya de este mundo,
llegar a la asamblea de la eterna bienaventuranza. Por nuestro Señor
Jesucristo.
Deus, véniae largítor et humánae
salútis amátor, quaesumus cleméntiam tuam, ut nostrae
congregatiónis fratres, propínquos et benefactóres, qui ex hoc
saeculo transiérunt, beáta María semper Virgíne intercedénte cum
ómnibus Sanctis tuis, ad perpétuae beatitúdinis consórtium
perveníre concédas. Per Dóminum.
Oración sobre
las ofrendas
Oh, Dios, cuya misericordia no tiene
límites, recibe propicio nuestras humildes oraciones y, por estos
sacramentos de nuestra salvación, concede a las almas de nuestros
hermanos, parientes y bienhechores el perdón de todos sus pecados.
Deus, cuius misericórdiae non est
númerus, súscipe propítius preces humilitátis nostrae, et
animábus fratrum, propinquórum et benefactórum nostrórum, per
haec sacraménta salútis nostrae, cunctórum remissiónem tríbue
peccatórum. Per Christum.
PREFACIO V DE
DIFUNTOS
Nuestra
resurrección por medio de la victoria de Cristo
En verdad es justo y necesario, es
nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque el ser llamados de nuevo a la
vida es obra de tu amor y gracia, ya que, habiendo muerto a causa del
pecado, los redimidos por la victoria de Cristo hemos sido llamados
con él a la vida.
Por eso, con las virtudes del cielo
te aclamamos continuamente en la tierra alabando tu gloria sin cesar:
Vere dignum et iustum est, aequum et
salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine,
sancte Pater, omnípotens aetérne Deus:
Quia, etsi nostri est mériti quod
perímus, tuae tamen est pietátis et grátiae quod, pro peccáto
morte consúmpti, per Christi victóriam redémpti, cum ipso
revocámur ad vitam.
Et ídeo, cum caelórum Virtútibus,
in terris te iúgiter celebrámus, maiestáti tuae sine fine
clamántes:
R. Santo, Santo, Santo...
PLEGARIA
EUCARÍSTICA I o CANON ROMANO.
Antífona de
comunión
Dios envió al mundo a su Unigénito,
para que vivamos por medio de él.
Fílium suum Unigénitum misit Deus
in mundum, ut vivámus per eum.
O bien: Flp 3,
20-21
Aguardamos un Salvador: el Señor
Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el
modelo de su cuerpo glorioso.
Salvatórem exspectámus Dóminum
nostrum Iesum Christum, qui reformábit corpus humilitátis nostræ
configurátum córpori claritátis suæ.
O bien:
Concede, Señor, el descanso eterno
a aquellos en cuyo recuerdo comulgamos el Cuerpo y la Sangre de
Cristo.
Pro quorum memória Corpus et
Sanguis Christi súmitur, dona eis, Dómine, réquiem sempitérnam.
Oración después
de la comunión
Dios omnipotente y misericordioso,
concédenos que las almas de nuestros hermanos, parientes y
bienhechores, por quienes hemos ofrecido a tu majestad este
sacrificio de alabanza, purificadas de todo pecado por la fuerza de
este sacramento, alcancen, por tu misericordia, la felicidad de la
luz perpetua. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Praesta, quaesumus, omnípotens et
miséricors Deus, ut ánimae fratrum, propinquórum et benefactórum
nostrórum, pro quibus hoc sacrifícium laudis tuae obtúlimus
maiestáti, per huius virtútem sacraménti a peccátis ómnibus
expiátae, lucis perpétuae, te miseránte, recípiant beatitúdinem.
Per Christum.
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