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miércoles, 5 de mayo de 2021

Miércoles 9 junio 2021, San Efrén, diácono y doctor de la Iglesia, memoria libre. Lecturas Miércoles X semana del Tiempo Ordinario, año impar.

Misa de la memoria: 
9 de junio
San Efrén, diácono y doctor de la Iglesia

Oración colecta propia. Resto del común de doctores 1.

Antífona de entrada Cf. Eclo 15, 5
En medio de la asamblea le abrió la boca, y el Señor lo llenó del espíritu de sabiduría y de inteligencia, lo revistió con un vestido de gloria.
In médio Ecclésiae apéruit os eius, et implévit eum Dóminus spíritu sapiéntiae et intelléctus; stolam glóriae índuit eum.
O bien: Sal 36, 30-31
La boca del justo expone la sabiduría, su lengua explica el derecho, porque lleva en el corazón la ley de su Dios.
Os iusti meditábitur sapiéntiam, et lingua eius loquétur iudícium; lex Dei eius in corde ipsíus.

Monición de entrada
Conmemoramos en esta celebración a san Efrén, diácono y doctor de la Iglesia. Nació hacia el año 306 en Siria, donde ejerció el ministerio de la predicación y la enseñanza de la doctrina. Más tarde se trasladó a Turquía, donde inició una escuela teológica con los discípulos que lo habían seguido. Allí se dedicó al estudio de las Escrituras, componiendo himnos y cánticos para la liturgia de gran altura poética, por lo que mereció ser llamado «cítara del Espíritu Santo». Murió el año 373.

Oración colecta
Señor, infunde, por tu bondad, en nuestros corazones el Espíritu Santo, bajo cuya inspiración el diácono san Efrén cantó exultante tus misterios y te sirvió, solo a ti, con fortaleza. Por nuestro Señor Jesucristo.
Córdibus nostris, quaesumus, Dómine, Spíritum Sanctum benígnus infúnde, cuius afflátu beátus Ephraem diáconus in tuis mystériis decantándis exsultávit, eiúsque virtúte tibi soli desérviit. Per Dóminum.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Miércoles de la X semana del Tiempo Ordinario, año impar (Lec. III-impar)

PRIMERA LECTURA 2 Cor 3, 4-11
Nos capacitó para ser ministros de una alianza nueva, no de código escrito, sino de espíritu
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios.

Hermanos:
Esta confianza la tenemos ante Dios por Cristo; no es . que por nosotros mismos seamos capaces de atribuirnos nada como realización nuestra; nuestra capacidad nos viene de Dios el cual nos capacitó para ser ministros de una alianza nueva: no de la letra, sino del Espíritu; pues la letra mata, mientras que el Espíritu da vida.
Pues si el ministerio de la muerte, grabado en letras sobre piedra se realizó con tanta gloria que los hijos de Israel no podían fijar la vista en el rostro de Moisés, por el resplandor de su cara, pese a ser un resplandor pasajero, ¡cuánto más glorioso no será el ministerio del Espíritu! Pues si el ministerio de la condena era glorioso, ¿no será mucho más glorioso el ministerio de la justicia?
Más todavía, en este aspecto, lo que era glorioso ya no lo es, comparado con esta gloria sobreeminente Y si lo que era pasajero tuvo su gloria, ¡cuánto más glorioso no será lo que permanece!

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 98, 5. 6. 7. 8. 9 (R.: cf. 9c)
R.
Santo eres, Señor, Dios nuestro.
Sanctus es, Dómine Deus noster.

V. Ensalzad al Señor, Dios nuestro,
postraos ante el estrado de sus pies:
¡Él es santo!
R. Santo eres, Señor, Dios nuestro.
Sanctus es, Dómine Deus noster.

V. Moisés y Aarón con sus sacerdotes,
Samuel con los que invocan su nombre,
invocaban al Señor, y él les respondía.
R. Santo eres, Señor, Dios nuestro.
Sanctus es, Dómine Deus noster.

V. Dios les hablaba desde la columna de nube;
oyeron sus mandatos y la ley que les dio.
R. Santo eres, Señor, Dios nuestro.
Sanctus es, Dómine Deus noster.

V. Señor, Dios nuestro, tú les respondías,
tú eras para ellos un Dios de perdón,
un Dios que castiga las maldades.
R. Santo eres, Señor, Dios nuestro.
Sanctus es, Dómine Deus noster.

V. Ensalzad al Señor, Dios nuestro;
postraos ante su monte santo:
¡Santo es el Señor, nuestro Dios!
R. Santo eres, Señor, Dios nuestro.
Sanctus es, Dómine Deus noster.

Aleluya Sal 24, 4b-5a
R.
Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Enséñame, Dios mío, tus sendas, enderézame en tu verdad. R.
Sémitas tuas, Deus meus, édoce me, dírige me in veritáte tua.

EVANGELIO Mt 5, 17-19
No he venido a abolir, sino a dar plenitud
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas:
no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Papa Francisco, Ángelus 12 febrero 2017
En este pasaje, Jesús quiere ayudar a quienes le escuchan para realizar una relectura de la ley mosaica. Lo que fue dicho en la antigua alianza era verdadero, pero no era todo: Jesús vino para dar cumplimiento y para promulgar de manera definitiva la ley de Dios, hasta la última iota (cf. Mt 5, 18). Él manifiesta las finalidades originarias y cumple los aspectos auténticos, y hace todo esto mediante su predicación y más aún al ofrecerse a sí mismo en la cruz. Así Jesús enseña cómo hacer plenamente la voluntad de Dios y usa esta palabra: con una "justicia superior" respecto a la de los escribas y fariseos (cf. Mt 5, 20). Una justicia animada por el amor, por la caridad, por la misericordia, y por lo tanto capaz de realizar la sustancia de los mandamientos, evitando el riesgo del formalismo. El formalismo: esto puedo, esto no puedo; hasta aquí puedo, hasta aquí no puedo… No: más, más.


Oración de los fieles
Ferias del Tiempo Ordinario VIII

Al celebrar estos sagrados misterios, pidamos al Dios de la salvación que escuche misericordiosamente nuestras plegarias.
- Para que conceda a la Iglesia la libertad y la paz. Roguemos al Señor.
- Para que se digne establecer y conservar la justicia en todas las naciones. Roguemos al Señor.
- Para que descubra a los poderosos que mandar es servir. Roguemos al Señor.
- Para que dé a los súbditos una obediencia sin servilismo. Roguemos al Señor.
- Para que perdone a los pecadores, proteja a los justos, consuele a los que sufren y dé la salud a los enfermos. Roguemos al Señor.
- Para que despierte en nosotros el amor a los pobres y el deseo del cielo. Roguemos al Señor.
Oh, Dios, que derramas sobre los corazones de tus fieles el don de la caridad; concede a tus siervos la salud del alma y del cuerpo para que vivan en tu amor, cumpliendo tus mandatos. Por Jesucristo nuestro Señor.

En la memoria:
Oración sobre las ofrendas
Oh. Dios, que te agrade el sacrificio que ofrecemos con alegría en la fiesta de san N., cuyas enseñanzas nos impulsan a alabarte y a entregarnos enteramente a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Sacrifícium tibi pláceat, Deus, in festivitáte beáti N. libénter exhíbitum, quo monénte, nos étiam totos tibi réddimus collaudántes. Per Christum.

PREFACIO DE LOS SANTOS PASTORES
LA PRESENCIA DE LOS SANTOS PASTORES EN LA IGLESIA
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
Porque nos concedes la alegría de celebrar hoy la fiesta de san N., fortaleciendo a tu Iglesia con el ejemplo de su vida santa, instruyéndola con su palabra y protegiéndola con su intercesión.
Por eso, con los ángeles y la multitud de los santos, te cantamos el himno de alabanza diciendo sin cesar:

Vere dignum et iustum est, aequum et salutáre, nos tibi semper et ubíque grátias ágere: Dómine, sancte Pater, omnípotens aetérne Deus: per Christum Dóminum nostrum.
Quia sic tríbuis Ecclésiam tuam sancti N. festivitáte gaudére, ut eam exémplo piae conversatiónis corróbores, verbo praedicatiónis erúdias, gratáque tibi supplicatióne tueáris.
Et ídeo, cum Angelórum atque Sanctórum turba, hymnum laudis tibi cánimus, sine fine dicéntes:

Santo, Santo, Santo...

PLEGARIA EUCARÍSTICA I o CANON ROMANO.

Antífona de la comunión Cf. Lc 12, 42
Este es el siervo fiel y prudente a quien el Señor ha puesto al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimento a sus horas.
Fidélis servus et prudens, quem constítuit Dóminus super famíliam suam, ut det illis in témpore trítici mensúram.
O bien: Cf. Sal 1, 2-3
El que medita la ley del Señor día y noche, dará fruto a su tiempo.
Qui meditábitur in lege Dómini die ac nocte, dabit fructum suum in témpore suo.

Oración después de la comunión
A cuantos alimentas con Cristo, Pan de vida, instrúyelos, Señor, con la enseñanza de Cristo Maestro, para que, en la fiesta de san N., conozcan tu verdad y la realicen en el amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Quos Christo réficis pane vivo, eósdem édoce, Dómine, Christo magístro, ut in festivitáte beáti N. tuam discant veritátem, et eam in caritáte operéntur. Per Christum.

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