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lunes, 24 de mayo de 2021

Lunes 28 junio 2021, Lecturas Lunes XIII semana del Tiempo Ordinario, año impar.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Lunes de la XIII semana del Tiempo Ordinario, año impar (Lec. III-impar).

PRIMERA LECTURA Gén 18, 16-33
¿Es que vas a destruir al inocente con el culpable?

Lectura del libro del Génesis.

Los hombres se levantaron de junto a la encina de Mambré y miraron hacia Sodoma. Abrahán los acompañaba para despedirlos.
El Señor pensó:
«Puedo ocultarle a Abrahán lo que voy a hacer? Abrahán se convertirá en un pueblo grande y numeroso, y en él se bendecirán todos los pueblos de la tierra. Lo he escogido para que mande a sus hijos, a su casa y a sus sucesores que guarden el camino del Señor, practicando la justicia y el derecho; y así cumplirá el Señor a Abrahán lo que le ha prometido».
El Señor dijo:
«El clamor contra Sodoma y Gomorra es fuerte y su pecado es grave: voy a bajar, a ver si realmente sus acciones responden a la queja llegada a mí; y si no, lo sabré».
Los hombres se volvieron de allí y se dirigieron a Sodoma, mientras Abrahán seguía en pie ante el Señor. Abrahán se acercó y le dijo:
«¿Es que vas a destruir al inocente con el culpable? Si hay cincuenta inocentes en la ciudad, ¿los destruirás y no perdonarás el lugar por los cincuenta inocentes que hay en él? ¡Lejos de ti tal cosa!, matar al inocente con el culpable, de modo que la suerte del inocente sea como la del culpable; ¡lejos de ti! El juez de toda la tierra, ¿no hará justicia?».
El Señor contestó:
«Si encuentro en la ciudad de Sodoma cincuenta inocentes, perdonaré a toda la ciudad en atención a ellos».
Abrahán respondió:
«¡Me he atrevido a hablar a mi Señor, yo que soy polvo y ceniza! Y si faltan cinco para el número de cincuenta inocentes, ¿destruirás, por cinco, toda la ciudad?».
Respondió el Señor:
«No la destruiré, si es que encuentro allí cuarenta y cinco».
Abrahán insistió:
«Quizá no se encuentren más que cuarenta».
Él dijo:
«En atención a los cuarenta, no lo haré».
Abrahán siguió hablando:
«Que no se enfade mi Señor si sigo hablando. ¿Y si se encuentran treinta?».
Él contestó:
«No lo haré, si encuentro allí treinta».
Insistió Abrahán:
«Ya que me he atrevido a hablar a mi Señor, ¿y si se encuentran allí veinte?».
Respondió el Señor:
«En atención a los veinte, no la destruiré».
Abrahán continuó:
«Que no se enfade mi Señor si hablo una vez más: ¿Y si se encuentran diez?».
Contestó el Señor:
«En atención a los diez, no la destruiré».
Cuando terminó de hablar con Abrahán, el Señor se fue; y Abrahán volvió a su lugar.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 102, 1-2. 3-4. 8-9. 10-11 (: 8a)
R.
El Señor es compasivo y misericordioso.
Miserátor et miséricors Dóminus.

V. Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios.
R. El Señor es compasivo y misericordioso.
Miserátor et miséricors Dóminus.

V. El perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa,
y te colma de gracia y de ternura.
R. El Señor es compasivo y misericordioso.
Miserátor et miséricors Dóminus.

V. El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia.
No está siempre acusando
ni guarda rencor perpetuo.
R. El Señor es compasivo y misericordioso.
Miserátor et miséricors Dóminus.

V. No nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas.
Como se levanta el cielo sobre la tierra,
se levanta su bondad sobre sus fieles.
R. El Señor es compasivo y misericordioso.
Miserátor et miséricors Dóminus.

Aleluya Cf. Sal 94, 8
R.
Aleluya, aleluya, aleluya.
V. No endurezcáis hoy vuestro corazón; escuchad la voz del Señor. R.
Hódie, nolíte obduráre corda vestra, sed vocem Dómini audíte.

EVANGELIO Mt 8, 18-22
Sígueme
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, viendo Jesús que lo rodeaba mucha gente, dio orden de cruzar a la otra orilla.
Se le acercó un escriba y le dijo:
«Maestro, te seguiré adonde vayas».
Jesús le respondió:
«Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza».
Otro, que era de los discípulos, le dijo:
«Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre».
Jesús le replicó:
«Tú, sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 27, 3
Dijo esto, no mandando despreciar el honor que se debe a los padres, sino demostrando que ninguna cosa es tan necesaria para nosotros como el ocuparnos en los negocios del cielo. A ese fin debemos unirnos a ellos con todo nuestro ardor, y no tardar un momento por inevitables e incitantes que sean las cosas que nos atraen. ¿Qué cosa era más necesaria que enterrar a su padre? ¿Y qué otra cosa más fácil? El tiempo que se podía tardar no era mucho. Por ese medio el Señor le libró de muchos males, como son los llantos y las tristezas, y las demás cosas que de aquí se desprenden. Después de la sepultura era necesario examinar el testamento, hacer las particiones y otras cosas por el estilo. Y así, sucediéndose en él las fluctuaciones unas a otras, pudieron alejarle mucho de la verdad. Mas si aún se subleva tu corazón, piensa que muchos no permiten que los enfermos sepan la muerte de su padre, de su madre o de su hijo, ni les permiten acompañar su cadáver al sepulcro, y lejos de ser esto una crueldad, lo sería lo contrario. Y mucho más malo es separar a un hombre de los tratos espirituales, sobre todo cuando hay otros para cumplir esos tristes deberes de sepultura, como acontecía en esta ocasión. Por eso contesta el Señor: "Deja a los muertos que entierren a sus muertos".

Oración de los fieles
Ferias del Tiempo Ordinario I

Hermanos, dirijamos nuestra oración a Dios, Padre todopoderoso, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.
- Por la santa Iglesia de Dios, para que la custodie y la haga crecer. Roguemos al Señor.
R. Te rogamos, óyenos. (O bien: Señor, escucha y ten piedad.)
- Por todos los pueblos de la tierra, para que les conceda vivir en concordia. Roguemos al Señor.
R. Te rogamos, óyenos. (O bien: Señor, escucha y ten piedad.)
- Por los que viven angustiados por distintas necesidades, para que encuentren ayuda en Dios. Roguemos al Señor.
R. Te rogamos, óyenos. (O bien: Señor, escucha y ten piedad.)
- Por nosotros mismos y por nuestra comunidad, para que el Señor nos acepte como ofrenda agradable. Roguemos al Señor
R. Te rogamos, óyenos. (O bien: Señor, escucha y ten piedad.)
Oh, Dios, refugio y fortaleza nuestra, escucha las oraciones de tu Iglesia y concédenos, por tu bondad, lo que pedimos con fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.

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