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viernes, 31 de julio de 2020

Viernes 4 septiembre 2020, Lecturas Viernes XXII semana del Tiempo Ordinario, año par.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Viernes de la XXII semana del Tiempo Ordinario, año par (Lec. III-par).

PRIMERA LECTURA 1 Cor 4, 1-5
El Señor pondrá al descubierto los designios del corazón

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios.

Hermanos:
Que la gente solo vea en nosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora, lo que se busca en los administradores es que sean fieles. Para mí lo de menos es que me pidáis cuentas vosotros o un tribunal humano; ni siquiera yo me pido cuentas. La conciencia, es verdad, no me remuerde; pero tampoco por eso quedo absuelto: mi juez es el Señor.
Así, pues, no juzguéis antes de tiempo, dejad que venga el Señor. Él iluminará lo que esconden las tinieblas y pondrá al descubierto los designios del corazón; entonces cada uno recibirá de Dios lo que merece.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 36, 3-4. 5-6. 27-28. 39-40 (R.: 39a)
R.
El Señor es quien salva a los justos.
Salus iustórum a Dómino est.

V. Confía en el Señor y haz el bien:
habitarás tu tierra y reposarás en ella en fidelidad;
sea el Señor tu delicia,
y él te dará lo que pide tu corazón.
R. El Señor es quien salva a los justos.
Salus iustórum a Dómino est.

V. Encomienda tu camino al Señor,
confía en él, y él actuará:
hará tu justicia como el amanecer,
tu derecho como el mediodía.
R. El Señor es quien salva a los justos.
Salus iustórum a Dómino est.

V. Apártate del mal y haz el bien,
y siempre tendrás una casa;
porque el Señor ama la justicia
y no abandona a sus fieles.
Los inicuos son exterminados,
la estirpe de los malvados se extinguirá.
R. El Señor es quien salva a los justos.
Salus iustórum a Dómino est.

V. El Señor es quien salva a los justos,
él es su alcázar en el peligro;
el Señor los protege y los libra,
los libra de los malvados y los salva
porque se acogen a él.
R. El Señor es quien salva a los justos.
Salus iustórum a Dómino est.

Aleluya Jn 8, 12b
R.
Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Yo soy la luz del mundo -dice el Señor-; el que me sigue tendrá la luz de la vida. R.
Ego sum lux mundi, dicit Dóminus; qui séquitur me, habébit lumen vitæ.

EVANGELIO Lc 5, 33-39
Les arrebatarán al esposo, entonces ayunarán
Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, los fariseos y los escribas dijeron a Jesús:
«Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los fariseos también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber».
Jesús les dijo:
«¿Acaso podéis hacer ayunar a los invitados a la boda mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, entonces ayunarán en aquellos días».
Les dijo también una parábola:
«Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para ponérsela a un manto viejo; porque, si lo hace, el nuevo se rompe y al viejo no le cuadra la pieza del nuevo.
Nadie echa vino nuevo en odres viejos: porque, si lo hace, el vino nuevo reventará los odres y se derramará, y los odres se estropearán.
A vino nuevo, odres nuevos.
Nadie que cate vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: “El añejo es mejor”».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

San Agustín, de quaest. evang. 2, 18
Los apóstoles también son comparados a los pellejos antiguos, porque cuando reciben el vino nuevo de los preceptos espirituales, más bien se rompen que lo contienen. De aquí prosigue: "Porque de otra manera el vino nuevo rompe los odres, y el vino se vierte", etc. Fueron ya odres nuevos cuando fueron renovados por medio de la oración y de la esperanza, después de la ascensión del Señor, y cuando recibieron el Espíritu Santo, por el deseo que tenían de ser consolados. De donde prosigue: "Mas el vino nuevo debe echarse en odres nuevos, para que ambos se conserven".

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