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sábado, 9 de mayo de 2020

Sábado 13 junio 2020, Lecturas Sábado X semana de Tiempo Ordinario, año par.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Sábado de la X semana de Tiempo Ordinario, año par (Lec. III-par).

PRIMERA LECTURA 1 Re 19, 19-21
Eliseo se levantó y marchó tras Elías

Lectura del primer libro de los Reyes.

En aquellos días, partió Elías del monte y encontró a Eliseo, hijo de Safat, quien se hallaba arando. Frente a él tenía doce yuntas; él estaba con la duodécima. Pasó Elías a su lado y le echó su manto encima.
Entonces Eliseo abandonó los bueyes y echó a correr tras Elías, diciendo:
«Déjame ir a despedir a mi padre y a mi madre y te seguiré». 
Le respondió:
«Anda y vuélvete, pues ¿qué te he hecho?».
Eliseo volvió atrás, tomó la yunta de bueyes y los ofreció en sacrificio. Con el yugo de los bueyes asó la carne y la entregó al pueblo para que comiera. Luego se levantó, siguió a Elías y se puso a su servicio.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 15, 1b-2a y 5. 7-8. 9-10 (R.: cf. 5a)
R.
Tú eres, Señor, el lote de mi heredad.
Tu es, Dómine, pars hereditátis meæ.

V. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Yo digo al Señor: «Tú eres mi Dios».
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa,
mi suerte está en tu mano.
R. Tú eres, Señor, el lote de mi heredad.
Tu es, Dómine, pars hereditátis meæ.

V. Bendeciré al Señor que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.
R. Tú eres, Señor, el lote de mi heredad.
Tu es, Dómine, pars hereditátis meæ.

V. Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa esperanzada.
Porque no me abandonarás en la región de los muertos,
ni dejarás a tu fiel ver la corrupción.
R. Tú eres, Señor, el lote de mi heredad.
Tu es, Dómine, pars hereditátis meæ.

Aleluya Sal 118, 36a. 29B
R.
Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Inclina mi corazón, oh, Dios, a tus preceptos; y dame la gracia de tu ley. R.
Inclína cor meum, Deus, in testimónia tua; et legem tuam largíre mihi.

EVANGELIO Mt 5, 33-37
Yo os digo que no juréis en absoluto
Lectura del santo Evangelio según san Mateo.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No jurarás en falso” y “Cumplirás tus juramentos al Señor”.
Pero yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo cabello. Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Papa Francisco, Homilía en santa Marta 6-junio-2017
El lenguaje de la hipocresía es el engaño, el mismo lenguaje de la serpiente a Eva: ¡lo mismo! Comienza con la adulación para luego destruir a las personas, hasta desgarrar la personalidad y el alma de la persona. Y mata a las comunidades. Cuando hay hipócritas en una comunidad existe un peligro grande ahí, hay un peligro muy feo. El Señor Jesús nos dijo: Sea vuestro hablar: sí, sí, no, no. Lo demás procede del maligno (Mt 5, 37). ¡Cuánto daño hace a la Iglesia la hipocresía! Atentos a los cristianos que caen en esa actitud pecaminosa, que mata. El hipócrita es capaz de matar a una comunidad. Está hablando dulcemente, pero está juzgando brutalmente a una persona. ¡El hipócrita es un asesino!
Recordemos esto: comienza con la adulación, pero solo se responde con la realidad. No me vengan con esas historias, la realidad es esta, como con la ideología, esta es la realidad. Y al final es el mismo lenguaje del diablo que siembra una lengua bífida en las comunidades para destruirlas. Pidamos al Señor que nos proteja para no caer en el vicio de la hipocresía, de disimular la actitud, pero con malas intenciones. Que el Señor nos dé esta gracia: Señor, que yo jamás sea hipócrita, que sepa decir la verdad y si no puedo decirla, estar callado, pero nunca jamás una hipocresía.

Oración de los fieles
Ferias del Tiempo Ordinario XI

Oremos al Señor. Dios de nuestros padres, para que nos escuche y tenga piedad de nosotros.
- Por la unidad y libertad de la santa Iglesia católica y apostólica. Roguemos al Señor.
- Por la vida. el ministerio y la salud de nuestro padre el papa N. y de nuestro obispo N., y por el clero y el pueblo que ama a Cristo. Roguemos al Señor.
- Por la paz y el progreso de las naciones. Roguemos al Señor.
- Por el perdón de nuestros pecados y la liberación de toda violencia, división y peligro. Roguemos al Señor.
- Por esta comunidad, congregada en el nombre de Jesucristo, y por cuantos no han podido venir a esta celebración. Roguemos al Señor.
Te pedimos, Dios de bondad, que escuches nuestras oraciones y derrames sobre nosotros la abundancia de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.

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