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miércoles, 6 de octubre de 2021

Miércoles 10 noviembre 2021, Lecturas Miércoles XXXII semana del Tiempo Ordinario, año impar.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Miércoles de la XXXII semana del Tiempo Ordinario, año I impar (Lec. III-impar).

PRIMERA LECTURA Sab 6, 1-11
Escuchad, reyes, para que aprendáis sabiduría
Lectura del libro de la Sabiduría.

Escuchad, reyes, y entended;
aprended, gobernantes de los confines de la tierra.
Prestad atención, los que domináis multitudes
y os sentís orgullosos de tener muchos súbditos:
el poder os viene del Señor
y la soberanía del Altísimo.
Él examinará vuestras acciones
y sondeará vuestras intenciones.
Porque, siendo ministros de su reino,
no gobernasteis rectamente, ni guardasteis la ley,
ni actuasteis según la voluntad de Dios.
Terrible y repentino caerá sobre vosotros,
porque un juicio implacable espera a los grandes.
Al más pequeño se le perdona por piedad,
pero los poderosos serán examinados con rigor.
El Dios de todo no teme a nadie,
ni lo intimida la grandeza,
pues él hizo al pequeño y al grande
y de todos cuida por igual,
pero a los poderosos les espera un control riguroso.
A vosotros, soberanos, dirijo mis palabras,
para que aprendáis sabiduría y no pequéis.
Los que cumplen santamente las leyes divinas serán santificados,
y los que se instruyen en ellas encontrarán en ellas su defensa.
Así, pues, desead mis palabras;

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 81, 3-4. 6-7 (R.: 8a)
R. Levántate, oh Dios, y juzga la tierra.
Surge, Deus, iúdica terram.

V. Proteged al desvalido y al huérfano,
haced justicia al humilde y al necesitado,
defended al pobre y al indigente,
sacándolos de las manos del culpable.
R. Levántate, oh Dios, y juzga la tierra.
Surge, Deus, iúdica terram.

V. Yo declaro: «Aunque seáis dioses,
e hijos del Altísimo todos,
moriréis como cualquier hombre,
caeréis, príncipes, como uno de tantos».
R. Levántate, oh Dios, y juzga la tierra.
Surge, Deus, iúdica terram.

Aleluya 1 Tes 5, 18
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Dad gracias en toda ocasión: esta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros. R.
In ómnibus grátias ágite: hæc est enim volúntas Dei in Christo Iesu in ómnibus vobis.

EVANGELIO Lc 17, 11-19
¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?
 Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
R. Gloria a ti, Señor.

Una vez, yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaría y Galilea. Cuando iba a entrar en una ciudad, vinieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían:
«Jesús, maestro, ten compasión de nosotros».
Al verlos, les dijo:
«Id a presentaros a los sacerdotes».
Y sucedió que, mientras iban de camino, quedaron limpios.
Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se postró a los pies de Jesús, rostro en tierra, dándole gracias.
Este era un samaritano.
Jesús, tomó la palabra y dijo:
«No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios más que este extranjero?».
Y le dijo:
«Levántate, vete; tu fe te ha salvado».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Papa Francisco, Audiencia general, Miércoles 13 de mayo de 2015.
un cristiano que no sabe dar gracias es alguien que ha olvidado el lenguaje de Dios. Recordemos la pregunta de Jesús, cuando curó a diez leprosos y sólo uno de ellos volvió a dar las gracias (cf. Lc 17, 18). Una vez escuché decir a una persona anciana, muy sabia, muy buena, sencilla, pero con la sabiduría de la piedad, de la vida: «La gratitud es una planta que crece sólo en la tierra de almas nobles». Esa nobleza del alma, esa gracia de Dios en el alma nos impulsa a decir gracias a la gratitud. Es la flor de un alma noble. Esto es algo hermoso.

Oración de los fieles
Ferias del Tiempo Ordinario XX

Oremos a Dios Padre.
- Por los pastores de la Iglesia. Roguemos al Señor.
- Por los gobernantes de las naciones. Roguemos al Señor.
- Por los que no tienen trabajo. Roguemos al Señor.
- Por nosotros, aquí reunidos. Roguemos al Señor.
Socórrenos, Señor, para que podamos alegrarnos con tus beneficios. Por Jesucristo nuestro Señor.

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