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sábado, 21 de agosto de 2021

Sábado 25 septiembre 2021, Lecturas Sábado XXV semana del Tiempo Ordinario, año impar.

LITURGIA DE LA PALABRA
Lecturas del Sábado de la XXV semana del Tiempo Ordinario, año impar (Lec. III-impar).

PRIMERA LECTURA 2, 5-9. 14-15c
Voy a habitar dentro de ti
Lectura de la profecía de Zacarías.

Levanté los ojos y vi un hombre que tenía en su mano un cordón de medir. Le pregunté:
«Adónde vas?».
Me respondió:
«A medir Jerusalén para ver cuál es su anchura y cuál su longitud».
El mensajero que me hablaba salió y vino otro mensajero a su encuentro. Me dijo:
«Vete corriendo y dile al oficial aquel:
“Jerusalén será una ciudad abierta a causa de los muchos hombres y animales que habrá en ella; yo le serviré de muralla de fuego alrededor y en ella seré su gloria”.
Alégrate y goza, Sion,
pues voy a habitar en medio de ti
—oráculo del Señor—.
Aquel día se asociarán al Señor
pueblos sin número;
ellos serán mi pueblo».

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Jr 31, 10. 11-12ab. 13 (R.: cf. 10d)
R. El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño.
Dóminus custódiet nos sicut pastor gregem suum.

V. Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño.
R. El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño.
Dóminus custódiet nos sicut pastor gregem suum.

V. Porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte».
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor.
R. El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño.
Dóminus custódiet nos sicut pastor gregem suum.

V. Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas.
R. El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño.
Dóminus custódiet nos sicut pastor gregem suum.

Aleluya Cf. 2Tm 1, 10
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Nuestro Salvador, Cristo Jesús, destruyó la muerte e hizo brillar la vida por medio del Evangelio. R.
Salvátor noster Iesus Christus destrúxit mortem, et illúminavit vitam per Evangélium.

EVANGELIO Lc 9, 43b-45
El Hijo del hombre va a ser entregado. Les daba miedo preguntarle sobre el asunto
 Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, entre la admiración general por lo que hacía, Jesús dijo a sus discípulos:
«Meteos bien en los oídos estas palabras: el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres». Pero ellos no entendían este lenguaje; les resultaba tan oscuro, que no captaban el sentido.
Y les daba miedo preguntarle sobre el asunto.

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Papa Francisco, Homilía en santa Marta 28-septiembre-2013
Como existe la "regla que el discípulo no es más que el maestro" -una regla que se respeta- existe también la regla por la que "no hay redención sin derramamiento de sangre". Y "no hay trabajo apostólico fecundo sin la cruz". Cada uno de nosotros "puede tal vez pensar: ¿a mí qué me sucederá? ¿Cómo será mi cruz? No lo sabemos, pero estará y debemos pedir la gracia de no huir de la cruz cuando llegue. Cierto, nos da miedo, pero el seguimiento de Jesús acaba precisamente allí. Me vienen a la mente las palabras de Jesús a Pedro en aquella coronación pontificia: "¿Me amas? Apacienta.... ¿Me amas? Apacienta... ¿Me amas? Apacienta ". (cf. Jn 21, 15-19). Y "las últimas palabras eran las mismas: te llevarán allí donde tú no quieres ir. Era el anuncio de la cruz".
Es precisamente por esto que "los discípulos tenían miedo a interrogarle. Muy cerca de Jesús, en la cruz, estaba su madre. Tal vez hoy (...) será bueno pedirle la gracia de que no se nos quite el temor, porque eso debe estar presente. Pidámosle la gracia de no huir de la cruz. Ella estaba allí y sabe cómo se debe estar cerca de la cruz".

Oración de los fieles
Ferias del Tiempo Ordinario V

Imploremos. hermanos, la piedad de Dios Padre todopoderoso, y pidámosle que escuche nuestra oración.
- Para que conceda a la Iglesia el gozo del Espíritu Santo. Roguemos al Señor.
- Para que dé a los gobernantes el sentido de la justicia, de la libertad y de la paz. Roguemos al Señor.
- Para que otorgue a los pueblos la concordia leal y pacífica. Roguemos al Señor.
- Para que dé a los desterrados el gozo del retorno. Roguemos al Señor.
- Para que a nosotros, su pueblo, nos haga crecer en la fe, nos purifique el corazón y nos abra la puerta del reino eterno. Roguemos al Señor.
Muestra, Padre celestial, tu bondad al pueblo que te suplica, para que reciba sin tardanza lo que pide confiadamente, siguiendo tu inspiración. Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.

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