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sábado, 14 de agosto de 2021

Sábado 18 septiembre 2021, Lecturas Sábado XXIV semana del Tiempo Ordinario, año impar.

LITURGIA DE LA PALABRA

Lecturas del Sábado de la XXIV semana del Tiempo Ordinario, año impar (Lec. III-impar).

PRIMERA LECTURA 1 Tim 6, 13-16
Guarda el mandamiento sin mancha hasta la manifestación del Señor

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo.

Querido hermano:
Delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que proclamó tan noble profesión de fe ante Poncio Pilato, te ordeno que guardes el mandamiento sin mancha ni reproche hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo, que, en el tiempo apropiado, mostrará el bienaventurado y único Soberano, Rey de los reyes y Señor de los señores, el único que posee la inmortalidad, que habita una luz inaccesible, a quien ningún hombre ha visto ni puede ver.
A él honor y poder eterno. Amén.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal 99, 1-2. 3. 4. 5 (R.: 2b)
R. Entrad en la presencia del Señor con vitores.
Introíte in conspéctu Dómini in exsultatióne.

V. Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores. 
R. Entrad en la presencia del Señor con vitores.
Introíte in conspéctu Dómini in exsultatióne.

V. Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
R. Entrad en la presencia del Señor con vitores.
Introíte in conspéctu Dómini in exsultatióne.

V. Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre. 
R. Entrad en la presencia del Señor con vitores.
Introíte in conspéctu Dómini in exsultatióne.

V. El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades».
R. Entrad en la presencia del Señor con vitores.
Introíte in conspéctu Dómini in exsultatióne.

Aleluya Cf. Lc 8, 15
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios con un corazón noble y generoso, la guardan y dan fruto con perseverancia. R.
Beáti qui in cordo bono et óptimo verbum Dei rétinent, et fructum áfferunt in patiéntia.

EVANGELIO Lc 8, 4-15
Los de la tierra buena son los que guardan la palabra y dan fruto con perseverancia
 Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
R. Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, habiéndose reunido una gran muchedumbre y gente que salía de toda la ciudad, dijo Jesús en parábola:
«Salió el sembrador a sembrar su semilla.
Al sembrarla, algo cayó al borde del camino, lo pisaron, y los pájaros del cielo se lo comieron.
Otra parte cayó en terreno pedregoso, y, después de brotar, se secó por falta de humedad.
Otra parte cayó entre abrojos, y los abrojos, creciendo al mismo tiempo, la ahogaron.
Y otra parte cayó en tierra buena, y, después de brotar, dio fruto al ciento por uno».
Dicho esto, exclamó:
«El que tenga oídos para oír, que oiga».
Entonces le preguntaron los discípulos qué significaba esa parábola.
Él dijo:
«A vosotros se os ha otorgado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los demás, en parábolas, “para que viendo no vean y oyendo no entiendan”.
El sentido de la parábola es este: la semilla es la palabra de Dios.
Los del borde del camino son los que escuchan, pero luego viene el diablo y se lleva la palabra de sus corazones, para que no crean y se salven.
Los del terreno pedregoso son los que, al oír, reciben la palabra con alegría, pero no tienen raíz; son los que por algún tiempo creen, pero en el momento de la prueba fallan.
Lo que cayó entre abrojos son los que han oído, pero, dejándose llevar por los afanes, riquezas y placeres de la vida, se quedan sofocados y no llegan a dar fruto maduro.
Lo de la tierra buena son los que escuchan la palabra con un corazón noble y generoso, la guardan y dan fruto con perseverancia».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Del Papa Francisco, Audiencia general, 14 de mayo de 2014
Como Jesús mismo explica a sus discípulos, este sembrador representa al Padre, que esparce abundantemente la semilla de su Palabra. La semilla, sin embargo, se encuentra a menudo con la aridez de nuestro corazón, e incluso cuando es acogida corre el riesgo de permanecer estéril. Con el don de fortaleza, en cambio, el Espíritu Santo libera el terreno de nuestro corazón, lo libera de la tibieza, de las incertidumbres y de todos los temores que pueden frenarlo, de modo que la Palabra del Señor se ponga en práctica, de manera auténtica y gozosa. Es una gran ayuda este don de fortaleza, nos da fuerza y nos libera también de muchos impedimentos.

Oración de los fieles.
Ferias del Tiempo Ordinario XXIII.

Oremos a Dios Padre.
- Para que proteja y guíe a su Iglesia. Roguemos al Señor.
- Para que conceda al mundo la justicia y la paz. Roguemos al Señor.
- Para que socorra a los necesitados. Roguemos al Señor.
- Para que nos conforte y conserve en su servicio. Roguemos al Señor.
Te pedimos, Señor que te muestres favorable a la oración de los que te suplican. Por Jesucristo nuestro Señor.

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