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viernes, 18 de noviembre de 2016

Celebraciones penitenciales para niños.

Ritual de la Penitencia (2 de diciembre de 1973)

APÉNDICE II. ESQUEMAS DE CELEBRACIONES PENITENCIALES

IV. PARA NIÑOS

350. Este esquema de celebración penitencial es apto para niños de pocos años, incluso para los que aún no se han acercado a la confesión sacramental.

Tema: Dios nos busca

351. La celebración penitencial ha de prepararse con los mismos niños, de tal modo que se hagan conscientes del sentido y del fin de tal celebración, co­nozcan bien los cantos, tengan una información inicial del texto de la Sagrada Escritura que se lee, y sepan con certeza los textos que van a recitar y el orden y desarrollo ele la celebración.

Saludo

352. El celebrante saluda afablemente a los niños, reunidos en la Iglesia o en un lugar apto, y les recuerda brevemente el motivo de la celebración y todo lo referente a su desarrollo. Acabado el saludo, puede entonarse el canto inicial.

Lectura

353. El celebrante introduce brevemente la lectura con estas palabras u otras semejantes:

Queridos niños:
Todos nosotros somos hijos e hijas de Dios por el bautismo. Dios nos ama como Padre y nos pide que le amemos de todo corazón. Y quiere que seamos buenos unos con otros, para que todos vivamos juntos felizmente.
Pero los hombres no siempre cumplen la voluntad de Dios. Dicen: «Yo no me someteré a nada. Hago lo que quiero». No obedecen a Dios y se niegan a escuchar su voz. Muchas veces nosotros obramos así.
A esto lo llamamos pecado, por el que nos alejamos de Dios y si realmente es mortal, nos separamos completamente de Dios.
¿Qué hace Dios cuando alguien se aleja de él? ¿Qué hace cuando abandonamos el camino recto y nos ponemos en peligro de perder la vida? ¿Acaso ofendido se aleja de nosotros? Escuchemos lo que el Señor nos dice:

354. Solamente se lee un texto de la Sagrada Escritura.

+ Lectura del santo Evangelio según san Lucas. 15, 1-7

En aquel tiempo, se acercaban a Jesús todos los publicarlo:
y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los escribas mur­muraban entre ellos:
«Ese acoge a los pecadores y come con ellos».
Jesús les dijo esta parábola:
«Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada hasta que la encuentra? Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles:
“¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido”.
Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse».

Palabra del Señor.

Homilía

355. La homilía ha de ser breve y pondrá de relieve principalmente el amor de Dios hacia nosotros, al mismo tiempo que prepara para el examen de conciencia.

Examen de conciencia

356. El examen ha de adaptarse a la capacidad de los niños por medio de breves indicaciones del celebrante y ha de comprender oportunas pausas de silencio (Cf. Apéndice III).

Acto penitencial

357. Las siguientes preces litánicas pueden ser recitadas por el celebrante o por uno o varios niños alternando con los demás presentes. Antes de la respues­ta, que puede ser cantada, es aconsejable guardar una breve pausa de silencio.

Dios y Padre nuestro:

- Muchas veces no hemos obrado como hijos tuyos.
R. Tú en cambio nos amas y nos buscas.

- Hemos desobedecido a nuestros padres y a nuestros maestros.
R. Tú en cambio nos amas y nos buscas.

- Hemos reñido entre nosotros y hemos hablado mal.
R. Tú en cambio nos amas y nos buscas.

- Hemos sido perezosos en casa (en la escuela, en el colegio) y no hemos estado dispuestos a ayudar a nuestros padres (a nuestros hermanos, a otros niños).
R. Tú en cambio nos amas y nos buscas.

- Hemos sido vanidosos y hemos mentido.
R. Tú en cambio nos amas y nos buscas.

- Hemos perdido muchas ocasiones de hacer el bien.
R. Tú en cambio nos amas y nos buscas.

El diácono o el ministro:

Ahora volvamos al Padre con Jesús, nuestro hermano, y pidámosle que perdone nuestros pecados.

Todos juntos dicen:

Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

Acto de contrición y propósito

358. Puede manifestarse por medio de algún signo, por ejemplo: cada uno de los niños, si parece oportuno, lleva en la mano un cirio hasta el altar o a otro lugar apropiado donde pueda encenderlo, ayudándoles un ministro, si fuera necesario.

Cada niño dice:

Padre, estoy arrepentido de todo el mal que he hecho y te pido perdón por el bien que no he querido hacer. Sinceramente quiero esforzarme y enmendarme principalmente en... (se dice en alto un propósito concreto) y así caminar siempre en tu luz.

En lugar del cirio o juntamente con él, los niños pueden dejar sobre el altar o sobre la mesa destinada para ello el texto de la oración y la hoja escrita con el propósito.

Si el número de los niños es grande u otras circunstancias no permiten hacer lo anterior, el celebrante invita a los niños a que digan juntos la oración arriba indicada y un propósito general.

Oración del celebrante

359. Dios y Padre nuestro que nos buscas siempre
cuando nos separamos del camino recto,
y estás dispuesto a perdonarnos el mal que hemos hecho,
ten misericordia de nosotros,
perdona nuestros pecados
y llévanos a la vida eterna.

R. Amén.

360. El ministro invita a los niños a que den gracias, por ejemplo, con un canto apropiado.
Después los despide.

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